Una buena novela medieval, ambientada en el siglo XI en un enclave casi aislado del Pirineo aragonés, en plena lucha de poder de los reinos cristianos y musulmanes disputandose el terreno. Wasqa, aunque suena un poco raro, y reconozco que a mi me sonaba a algún reíno germánico o nórdico, es nada más y nada menos que la Huesca musulmana.
Toda la trama gira entorno a un personaje, Iohan, un hombre de honor que lucha contra las injusticias del señor feudal del lugar, Don Galindo.
Tenía mis dudas sobre la novela, la cual cumple con el cometido de entretener, pero hay algo que ha superado las expectativas de la historia, la recreación de la vida de la época. La ambientación casi magistral y el retrato de la vida feudal y rural del siglo XI por parte del autor es sencillamente magnífica. Recrea con todo lujo de detalles el día a día de esta dura época en que las supersticiones, la sumisión, el miedo y la guerra está permamentemente presente en esta estratificada sociedad, muy marcada por las clases tanto civiles, como militares y religiosas. Clases con poder como la nobleza o el clero que ejerce una presión y dominio total y absoluto sobre el pueblo llano atenazado por el miedo a las supersticiones y los poderes establecidos, permanentemente usados como meros peones o monedas de cambio por los Señores de turno y los Reyes. Entre otras razones, el protagonista de la historia hace su causa de esto y lucha contra un gigante imposible de batir, la tiranía e injusticias del Señor Feudal.

A todo esto y de fondo tenemos la guerra entre reinos Cristianos y Musulmanes, otra parte de la novela que va cruzándose entre la trama principal, la vida de nuestro protagonista Iohan, y digamos las tramas secundarias. En esta parte tenemos la épica de las novelas medievales con batallas, asedios y conquistas, buenos, malos, amores y desamores, injusticias y venganzas. Quizás a veces se diluye en exceso el tema principal y por momento dejamos de saber que es del protagonista para centrarse la trama en estos aspectos secundarios que toman relevancia.

Creo que ha sido una buena lectura veraniega, fresca y dinámica y algo distinto a lo habitual, sin pretender buscar nada más que el puro entretenimiento, que es de lo que se trata.