Trafalgar y el conflicto naval anglo-español del siglo XVIII, Agustín Rodríguez González

“España es lo que es, y no lo que debiera ser; porque ha vivido y vive, ajena a la mar…”. Así de tajante es la afirmación de Mateo Mille en el prólogo de su Historia naval de la Gran Guerra 1914-1918, publicada por vez primera en 1935 y recién recuperada por Inédita. Desde luego yo no soy quién para refutar tal postura que creo que no va nada desencaminada, pero quizás sí hubo una época en la que España y sus gobernantes se alejaron bastante de esa actitud: el Siglo de las Luces. Se distanciaron progresivamente de esa tendencia, al menos, desde el reinado de Felipe V hasta el final del gobierno del buen Carlos III. (Posiblemente también ocurrió en esporádicas ocasiones a lo largo de los siglos XVI y XVII).

Pues bien, el libro reseñado es uno de los muchos que se publicaron allá por 2005 para conmemorar la batalla de Trafalgar, pero su peculiaridad radica en que no se trata de un monográfico sobre dicho enfrentamiento; su enjundia se halla en el subtítulo, esto es, el autor realiza un ameno y riguroso estudio sobre el devenir de la Real Armada a lo largo de todo el siglo XVIII, haciendo especial hincapié en el pulso que ésta y la Royal Navy mantuvieron durante esa centuria.

El volumen, editado por la editorial Actas, consta de 460 páginas y se subdivide en una introducción, diez capítulos, una conclusión y una significativa y escogida bibliografía. La Introducción ya es soberbia; el autor manifiesta la intención de revisar la negativa apreciación que tienen los españoles sobre Trafalgar y sus presuntas consecuencias. Afirma que Galdós con su destreza narrativa nos transmite en su inolvidable novela Trafalgar el catastrofismo historiográfico de la época, el cual veía en dicho combate naval el principio del fin del imperio español y el motivo de todas nuestras discordias decimonónicas, además de transmitirnos el concepto de “batalla decisiva”. A todo ello habría que añadir el influjo de la historiografía británica, repleta de patrioterismo victoriano, y, sobre todo hoy, la mella que hace en el subconsciente del lector la narrativa marítima inglesa, poco rigurosa en lo histórico, de autores como O’Brien, Forester… En consecuencia, el historiador considera que para entender el contexto político y militar de ese choque naval hay que ampliar el enfoque y realizar una amplia “singladura” a través del siglo ilustrado. Se remonta también con brevedad a los precedentes históricos relativos a los enfrentamientos hispano-británicos de los siglos XVI y XVII, planteando la retórica cuestión de que si, tras el desastre de la Gran Armada y las correrías de Drake, Gran Bretaña ya dominaba los océanos, “entonces las victorias de Nelson a fines del XVIII y comienzos del XIX ¿eran superfluas? Alguna vez ganarían los tan denostados españoles, si como se admite por todos, la lucha se prolongó por tres siglos…”

En el primer capítulo, Los datos del problema, se muestra la constante superioridad numérica británica desde la Guerra de Sucesión Española, no alcanzada nunca ni sumando las flotas española y francesa; la cuestión de los suministros navales, las tripulaciones, las tácticas y estrategias, comparando las tres potencias navales. En Un punto de partida (1702-1739) se representa uno de los periodos más desconocidos y difíciles de la Armada española (al principio sólo había 2 navíos de línea y 14 fragatas, 9 de ellas pesadas, es decir, de hasta 50 piezas y con dos cubiertas, para proteger todas las posesiones de la Corona). El capítulo tercero, La victoria increíble (1739-1748), se detiene en la Guerra del Asiento (o de la oreja de Jenkins) tanto en el principal escenario americano –Cartagena de Indias, Blas de Lezo…- como en el europeo – la victoria en inferioridad de Cabo Sicié, la gesta del Glorioso, el corso…- donde se solapa este conflicto con la Guerra de Sucesión Austriaca. El IV capítulo, Consolidación y reveses (1748-1779), habla de los grandes impulsores y arquitectos de la Armada, Ensenada y Jorge Juan, herederos del buen hacer de Patiño; de la intervención española en la Guerra de los Siete Años –con el gran, aunque efímero, desastre de La Habana, mucho mayor que el de Trafalgar-; de las luchas contra los berberiscos y los castigos a Argel, hechos que justifican el supuestamente anacrónico uso de las galeras y los más modernos jabeques; del gran Barceló; del imparable crecimiento de la Armada en cantidad y calidad… La gran ocasión (1779-1783) es como se intitula el quinto de los capítulos; el levantamiento de las ricas trece colonias norteamericanas contra la metrópoli propiciará la más clara oportunidad de España y Francia para golpear con contundencia a Gran Bretaña, ya que la suma de ambas escuadras casi igualaría la de Albión. Sí, hubo éxito para las armas borbónicas aunque no tan rotundo como cabría esperar.

En el capítulo siguiente, Unos años de cambios profundos, se relata como los británicos, azuzados por la derrota en la guerra anterior, buscaron con denuedo innovaciones tecnológicas, armamentísticas – a las que sólo España se aproximaría- y tácticas si querían imponerse a las monarquías borbónicas. También se incide en la conmoción y el temor que provoca la Revolución Francesa en toda Europa. A partir de ese momento España, la 3ª potencia naval, se verá, más que nunca, “entre la espada y la pared”. El séptimo capítulo, Una alianza indeseada (1796-1802), alude al intenso y desesperado periodo en el que Carlos IV y Godoy se ven cada vez más forzosa y humillantemente supeditados a la voluntad de la Convención, primero, y del Cónsul Napoleón, después. ¿Por qué? Pues porque temen un ataque terrestre de la Francia revolucionaria y lo primero que sacrificarán será la Real Armada, sostén principal del imperio transoceánico español; (insinúa el autor si no hubiese sido menos perjudicial una alianza con los británicos). Los capítulos VIII y IX tratan sobre la campaña y el combate de Trafalgar. Luego sigue El fin de una guerra y el comienzo de otra (1805-1808), cap. X; aquí se describe como Inglaterra aún tuvo que consolidar la gran victoria táctica de Trafalgar (hasta el final de las guerras napoleónicas) sufriendo, por ejemplo, los dos varapalos en El Plata o la guerra con EEUU.… ¡¡¡Ahh, una curiosidad; en mayo de 1808 la Real Armada tenía aún 45 navíos de línea y 30 fragatas: España seguía siendo la 3ª potencia naval del mundo!!!

En las Conclusiones se hace una recapitulación de todo lo expuesto y se defiende que la Marina ilustrada sucumbe, por abandono y desidia, durante la Guerra de Independencia, y estas y otras circunstancias provocan, a su vez, la Emancipación Americana, la caída del “Antiguo Régimen”… y el convulso s.XIX. Trafalgar, a lo sumo, representa el preludio, la antesala, de una aguda crisis, pero no la causa.

El doctor en Historia y profesor universitario Agustín R. Rodríguez González es un renombrado especialista en la historia naval española cuyo currículo se puede ver en http://perso.wanadoo.es/agustinrg/curriculum.htm.

El estilo es llano, dinámico y accesible; en ocasiones uno parece estar leyendo narrativa naval más que un crudo ensayo histórico. En fin, se trata de una obra altamente recomendable sobre nuestra desdeñada historia marítima, que proyecta abundante luz sobre una cuestión a menudo relegada, tergiversada, ignorada o incluso despreciada. Con esta reseña espero haber aportado un minúsculo grano de arena para difundir ese apartado de nuestra historia y haber despertado el interés en el asunto.

Nº páginas: 459 pags
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788497390521
Nº Edición:1ª , ACTAS
Año de edición:2005
Plaza edición: MADRID

Esta reseña ya vio la luz hace un año en http://www.hislibris.com/trafalgar-y-el-conflicto-naval-anglo-espanol-del-siglo-xviii-agustin-rodriguez-gonzalez/

Saludos estivales y provechosas lecturas.

8 comentarios en “Trafalgar y el conflicto naval anglo-español del siglo XVIII, Agustín Rodríguez González

  1. Tengo el libro desde hace mucho tiempo y leí algunas partes, especialmente de las campañas más desconocidas. Hay que reconocer que da muchos datos y está escrito de forma amena. Creo que el mismo autor ha publicado no hace mucho otra obra sobre la guerra en la que está enmarcada la Armada Invencible, también con aire desmitificador.
    Una reseña muy completa

  2. Muy buena reseña, y el libro es fantastico! Yo lo recomiendo para todo aquel que le interese los conflictos navales donde estuvo involucrada España. Trata de todas las campañas, batallas de todo el siglo. Hay campañas que la mayoria de la gente no conoce,el libro tiene tambien un monton de datos y cifras. Muy recomendable.

    Tambien coincido con Leiva, la desmitificacion es la especialidad de este autor, y la verdad que convence, con datos como prueba.

    En cuanto al otro libro que comenta Leiva, pues lo acabo de terminar. Y que decir… Otra maravilla que tambien recomiendo. Trata de todo el conflicto anglo-español, pero eso si, el de 1585-1604. Pero tambien con muchas batallas y campañas desconocidas, con muchos datos y cifras, y mucha, mucha desmitificacion. Pero la verdad que convence, tanto sobre Drake, como sobre los resultados de la guerra, de las batallas, de la supuesta superioridad inglesa en artilleria y un largo etcetera

    Os dejo un enlace que ya habia puesto anteriormente.

    saludos

    http://www.librosreyes.com/detalle.php?titulo=Drake+y+la+%93Invencible%94&autor=Agust%EDn+Ram%F3n+Rodr%EDguez+Gonz%E1lez

  3. Gracias Tasos por la excelente reseña. Un libro muy completo, como todos los del Maestro Rodríguez-González, tengo todos sus libros y a cual mejor. No solo es desmitificador, sino que su labor también creo que es la de la divulgación de hechos y campañas poco o nada conocidas donde estuvieron los españoles por medio. Como bien apuntáis, todo perfectamente explicado con datos y argumentos, sin mitos ni leyendas.

  4. Muchas gracias a vosotros por vuestras amables palabras.
    La obra es espléndida, se puede decir que lo tengo como libro de cabecera para los asuntos relativos a la Armada en el siglo XVIII.

    Sí, también pienso que este autor es desmitificador y un magnífico divulgador, que auna rigor y amenidad.

    Tengo en lista de espera el del conflicto anglo-español de 1585-1604, que apesar de la derrota del la Gran Armada fue una victoria española.

  5. Es un pedazo de libro. Lo compré a tocateja unas navidades y luego con el tiempo lo ví (inexplicablemente)saldado, aunque no me rechinaron los dientes -ni una mijita- cuando pensé lo que pagué por él. El libro lo valía, recomiendo a todos su lectura,

    Saludos

  6. Amigo Rorrete, a mi me pasó tres cuartos de lo mismo, pero no me dolió porque es un libro que he disfrutado una barbaridad y su autor tiene una capacidad divulgativa envidiable. Que no sólo de saldos vive el hombre! :)))

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