Trafalgar, Victor San Juan

 

Trafalgar: Tres armas en combate

Es más que probable que Trafalgar, junto a Lepanto – una de arena y otra de cal –  sea una de las batallas navales más conocidas por los ciudadanos a pesar de que traiga el sabor amargo de la derrota, aunque, eso sí,  una derrota honrosa. También suele tildarse este innecesario enfrentamiento naval como “decisivo” en el más amplio sentido de la palabra; desde luego fue determinante para que Gran Bretaña a partir de entonces, y gracias a múltiples circunstancias, se convirtiera –ahora sí, que no antes- en “la soberana indiscutible de los mares”. Pero Francia y, sobre todo, España decaerían por otras circunstancias menos acuáticas…

 Si alguien siente curiosidad y ganas de obtener más conocimientos que los que se extraen de una enciclopedia generalista sobre una trascendental batalla naval éste es un buen libro para comenzar. Sus trescientas páginas no abruman a nadie con cierto hábito lector, y más teniendo en cuenta que sólo 209 páginas se centran en el acontecimiento que intitula este libro de la editorial Sílex, del año 2005. En la Introducción, el autor, afirma que entre historiadores y escritores suelen escasear los criterios náuticos que sí saben aportar los marinos que navegan a vela en la actualidad. Y estos criterios favorecen la comprensión de determinados aspectos técnicos, tácticos y estratégicos. Pues bien, esa es la perspectiva que pretende dar Víctor San Juan, marino deportivo, capitán de yate e ingeniero; también novelista. El asesoramiento militar e histórico lo aporta, entre otros, Frédéric Degenkolbe, oficial de la Marina Real Holandesa y especialista en el periodo.

 El contenido de este estudio histórico pone de manifiesto y describe de manera desenfada y comparativa la forma de ser, de hacer y de estar de las tres armadas más poderosas del Siglo de las Luces, las cuales acabarán chocando con diversa suerte en las cercanías del cabo gaditano de Trafalgar. Resulta especialmente esclarecedor y ameno el capítulo titulado El navío sobre la construcción y evolución navales. También el último, La tempestad, que relata además la suerte de diversos protagonistas de aquella luctuosa jornada y alcanza de forma sintética hasta el apresamiento en 1808 de los restos de la flota francesa amarrada en Cádiz.

Resulta muy útil para la consulta rápida el Apéndice I,  de 16 páginas, que versa sobre “Los navíos de Carlos III”, para familiarizarse con los tipos de navíos de línea, con sendos breves historiales y la calidad marinera de algunos barcos; no es una relación exacta aunque sí bastante completa.

Se lee también con interés el Apéndice II, en el cual Degenkolbe describe y analiza en casi 40 pág. el desastroso “trafalgar” holandés y sus protagonistas; Kamperduin, 1797. El sustancioso Apéndice III (así como el Prólogo) también está escrito por el oficial neerlandés; “Las nuevas tácticas navales en Kamperduin y Trafalgar” (en siete pág.).

Una curiosidad relativa; texto principal y apéndices presentan bibliografías independientes.

 La ilustración es muy escasa: algún cuadro, retrato, dibujo y varios perfiles de naves según Berlinguero, en blanco y negro, y un básico mapa sobre Trafalgar y otro más tosco sobre Kamperduin.

 Se trata, entonces, de un buen libro que comete leves imprecisiones u omisiones en algún nombre y en algunos aspectos tecnológicos y logísticos, pero es un aceptable “entrante” para el tema, …y a 19 euritos.

Llengua: CASTELLANO
Enquadernació: Tapa blanda
ISBN: 9788477371212
Número d’edició:1ª, Silex 
Any d’edició:2005
Plaça edició: MADRID

6 comentarios en “Trafalgar, Victor San Juan

  1. Buena reseña Tasos.De Trafalgar me divertí bastante con Cabo Trafalgar de Reverte.Luego leí uno desde la optica inglesa,pero era novelita del Sr.Bernard Cornwell y las aventuras de Sharpe,demasiado patriótica y exagerada. Apunto este libro aunque tengo pendiente desde hace más de 3 años el Trafalgar de Benito Peréz Galdós en casa. He leido que es le mejor libro sobre el tema, a ver si lo puedo comprobar.

  2. Veo que al Sr. Tasos le interesa mucho el mar y sus navíos, bienvenido sean caballero sus conocimientos sobre tan honroso tema de estudio. Este libro cayó en mis manos hace algunos años y desde entonces lo recuerdo con mucho cariño y lo uso como libro de consulta ocasionalmente.

    Xavi, no te quepa duda, el de Galdós es el mejor escrito que existe sobre Trafalgar, te animo a leerlo y a disfrutarlo cuanto antes.

  3. Parece muy interesante el planteamiento del libro, comparando dos combates navales paralelos. Es una manera de evitar uno de los «vicios» de este tipo de libros, que es el enfoque excesivamente particular, nacional. Una cosa interesante sería leer algún libro francés sobre el tema.
    En cuanto a la novela, yo creo que la de Galdós es una buena novela y tiene el peso de lo clásico (como Tolstoi para Borodino o Stendhal para Waterloo). Pérez-Reverte le debe mucho, cosa que él nunca ha negado. Ahora bien, si he de decir la verdad, yo me divertí mucho con la de Reverte y nada con la de Galdós. Y puedo decir que, por motivos profesionales, la de don Benito me la he leído varias veces a fondo.

  4. Agradezco vuestros comentarios.
    Xavi > Si de narrativa española sobre el asunto se trata, junto a Galdós y Pérez-Reverte suele añadirse a José Luis Corral, pero lo dicho, son novelas no ensayos. El primero rezuma un realismo algo solemne, pesimista y algo de moralina; el segundo trata de explicar el hecho con realismo desenfadado, humor amargo y cierta licencia literaria; el 3º no lo he leído aún.
    Navegante > no esperes mucho de mis conocimientos son básicos del todo, voy leyendo algo de aquí, algo de allá…
    Lo que sucede es que me parece injusto olvidar un siglo y
    unos hombres y hechos, que cada vez me maravillan más, y en los que posiblemente España era la 1ª potencia colonial y la 3ª potencia naval, tras quedar tan vapuleada durante la decadencia de los Austrias.
    Leiva > sí, el planteamiento no es nada academicista y es una lectura liviana y que siempre aporta una nueva perspectiva y complementa otras obras. Sí, quizá es más jocosa la de Reverte, pero don Benito es don Benito.

  5. Iba ha efectuar un comentario en tu reseña de la obra «Santísima Trinidad», pero lo haré aquí si me permites. No sé si realmente la táctica es de los ingleses, lo que si sé (es lo que he leído en obras sobre el análisis de la Batalla de Trafalgar) que los británicos desarrollaron la táctica de «tiro de enfilada», la táctica de cruzar la T (mencionaba, Javi, esto último). En un análisis realizaba la siguiente pregunta: ¿Hubo alguna respuesta a las columnas británicas que cortaron la línea franco-española?. La «táctica» empezaba por contener los nervios, esperar a que te dispararan y después disparabas. Una o dos columnas de barcos navegaban en línea recta atravesando un punto medio de la línea enemiga… En Trafalgar jugaron varios factores (además de la suerte, como no). Vale, la preparación de los marineros británicos fue algo mejor… pero los barcos franceses y españoles en dirección del viento se moverían con más dificultad para volver o retroceder al ir en ayuda de sus compañeros. Los británicos concentrarían una sucesión de barcos en sólo dos puntos de la línea del enemigo: esa fue su estratagema; pero en el plan de Nelson también entro el decidir donde atacar (cosa importante)…, y además concentró gran parte de su flota en una parte más pequeña que la de franceses y españoles y en un tiempo (periodo) relativamente más corto. En la batalla se luchó en paralelo. Los barcos franco-españoles también rompieron la formación británica. Por ejemplo el «Fougueux» barrió al «Royal Sovereing» cuando pasaba al lado del «Santa Ana», pero claro, es que cada vez llegaban más naves británicas…la flota franco-española no daba para más, se vieron desbordadas…

    Por otro lado, Tasos, si me permites. Comentaste una vez sino recuerdo mal (corrígeme) que vives en el Norte y no llegaban tan pronto las publicaciones de las que comentábamos… veo que has puesto al final de tu reseña palabras o expresiones en catalán. Vives el Norte del Principado… O han sido los duendes. Jejeje.

    Saludos.

  6. Eso es, JF, sucedió más o menos lo que tu indicas. En el XVIII el primero en practicar la táctica «mayor» de romper la línea fue Rodney en Las Santas o Guadalupe en 1782 contra De Grasse. Cañonear por la proa y, sobre todo, por la popa -el punto más débil de un navío de línea- era aniquilador y solía inmovilizar el barco pues destrozaba el timón.
    El Victory de Nelson y el Royal Sovereign de Collingwood, que encabezaban las dos columnas de ataque, sufrieron numerosas bajas porque recibieron una buena rociada de la línea fraco-española, pero quebraron la discontinua línea aunque no por donde Nelson quería con su columna; Collingwood sí lo logró por el lugar convenido.

    Nelson buscó la superioridad local de la mitad hacia atrás de la línea combinada para que cuando la vanguardia hispano-gala diese la vuelta, si podía, y así los números estuviesen más igualados.
    La lucha entre el Santa Ana vs. el Royal Sovereign daría un buen título para la serie de Osprey «Duel».

    Hay libros que profundizan más en esos detalles (el de Cayuela o el de O’Donnell), pero como dice Agustín Rodríguez Glez., autor de «Trafalgar y el conflicto naval anglo-español en el siglo XVIII» hay muchos datos e informes de la batalla confusos, imprecisos y hasta contradictorios.

    Lo de los datos bibliográficos en catalán de esta reseña no depende de mí, pero se entienden perfectamente, es una lengua hermana.

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