Soldados sin bandera, Joaquín Mañes Postigo

Os informamos que ha salido una segunda edición del libro, aumentada y revisada por el autor.

Soldados sin bandera, segunda edición, es un texto corregido y aumentado en su contenido, al haber obtenido el autor más información sobre los  mercenarios españoles en la guerra del Congo, 1965-1967, formando parte del 2º Choc del VI Comando de Bob Denard. También esta nueva edición recoge algo más de datos de los pilotos cubanos que intervinieron en la guerra del Congo, al mando de los aviones que pertenecían a una sociedad, pantalla de la CIA, contratada por el gobierno congoleño en su lucha contra los rebeldes simbas.

El valor de este libro reside en que -en su estructura y configuración-, es único en cuanto constituye un ensayo histórico del mercenario contemporáneo que no tiene equivalente en ningún otro texto, incluso de lengua extranjera, hasta donde se conoce.

Os dejamos la reseña que se publicó en su día en Novilis, el 11/07/2011, hace hoy justo 5 años.

Hay dos maneras de enfocar la reseña de un libro; por un lado exponiendo la opinión que ese libro te ha provocado. Este es un enfoque completamente subjetivo e influye en el lector de la reseña en tanto en cuanto se identifica con tus gustos o por lo influenciable que resulta ser. Ya que poco se pueden conocer mis gustos y que considero que es mejor que el lector saque sus propias conclusiones, esta opción no la contemplo. La otra es relatar lo que uno se va a encontrar a lo largo del libro y que cada uno decida si le interesa lo suficiente para leerlo o no. Obviamente de decanto por este enfoque y es el que pretendo seguir en esta reseña sobre el libro de Joaquín Mañes, “Soldados sin bandera”.

En primer lugar hay que decir que el libro adolece de unos cuantos errores que una revisión más pausada habría evitado. En segundo lugar debo detenerme un momento en el continente, en el libro como objeto físico; la encuadernación es magnífica y el papel elegido no es precisamente pasta barata. En suma, que da gusto pasar sus páginas.

Grosso modo, el libro se estructura en tres bloques temáticos;

El primero, que coincidiría con las décadas de los 60 y 70 en las que asistimos a la época dorada del mercenariado moderno: Hoare, Denard, Faulques, Schramme, Foccart… Martínez de Velasco. Nos encontramos en plena guerra fría y en una convulsión en la política de bloques debido al efecto de la descolonización. Para los países occidentales que acaban de abandonar de iure esos países, la intervención directa es impensable. Así que se recurre a los mercenarios, controlados hasta cierto punto por los servicios secretos, para hacer llegar su influencia. Katanga, el Congo, Angola, Biafra, Yemen; esos son los principales marcos de actuación de los mercenarios franceses, belgas y británicos principalmente y que poseen experiencia en combate adquirida en la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Indochina o Argelia.

El segundo bloque abarca el final de los 70, todos los 80 y parte de los 90. Algunas de las figuras mercenarias de la etapa anterior perviven, pero las relaciones con los servicios secretos son más distantes o inexistentes. Sin embargo, el protagonismo se lo llevan los voluntarios movidos por causas ideológicas (que son de difícil asimilación con el mercenario arquetípico) y los profesionales sudafricanos y norteamericanos. La experiencia en combate es pobre o nula y se integran en ejércitos de los lugares donde participan; al contrario que la etapa anterior en la que operan independientemente con unidades organizadas a su propia manera. Rhodesia, Líbano, los Balcanes, Afganistán; esas van a ser las regiones que van a destacar por el uso de este tipo de mercenarios.

El tercer bloque que comienza en los 90 y que continúa en la actualidad es de las compañías contratistas de seguridad, los contractors como se les conoce popularmente. Para el autor, con ellas se completa el círculo, el retorno a los orígenes del mercenariado, la vuelta de las compañías blancas bajomedievales y de los condottieros renacentistas. Evolucionan al margen de los países donde se alojan (hablar de sus patrias es un tanto inapropiado), y captan profesionales en lugares calientes del globo; de zonas con una gran índice de violencia, como Sudamérica. Jurídicamente se encuentran en un limbo difuso entre las Convenciones de Ginebra, la jurisdicción del país contratante y la simple impunidad.

Executive Outcom, Sandline, etc… pero sobre todo  Blackwater: las compañías contratistas de seguridad han ido asumiendo las funciones de entre las que los ejércitos nacionales, sobre todo el norteamericano, se han ido desprendiendo para centrarse en el combate; seguridad de personalidades, logística, protección de instalaciones. A la par que este proceso de privatización de la Defensa, este periodo ha visto el declinar y la desaparición de las leyendas del mercenariado moderno: Hoare y Las Seychelles, Denard y Las Comores.

El libro concluye con las reflexiones sobre la evolución de la figura del mercenario a lo largo de la Historia y de los últimos cincuenta años principalmente. Conclusiones debatibles, lógicamente. Para llevarlas a cabo utiliza una figura de ficción, el periodista-historiador Miguel Prats que, a lo largo del volumen, reflexionará sobre diversas cuestiones bajo el marco de un lugar relacionado con cada una de ellas; el Louvre, el Prado, el Palacio D’Orsay.

Bien, aquí quedan estos gansos salvajes (o Patos Salvajes según la película homónima), símbolo oficioso del mercenario, en vuestra mano está el sacar conclusiones.

EDITORIAL MAGASÉ EDICIONES
ISBN 978-84-939039-0-9
EAN 9788493903909
Detalles y características del libro

36 comentarios en “Soldados sin bandera, Joaquín Mañes Postigo

  1. Gracias Ignacio y bienvenido al mundo de los reseñadores de Novilis. Interesante tu bautismo de fuego pero, ummm, no me queda claro si tras la exposición del contenido del libro lo recomiendas o no, te ha gustado o no.

  2. Hola Rodrigo;
    Muchas gracias por la bienvenida.
    El libro es muy ameno y se lee fácil.
    Hay partes que están muy logradas, y partes que gustaría más profundidad; en general, sí lo recomiendo.
    Saludos.

  3. Estimado Ignacio:

    ¡¡Ufff…!! Has deseado ser tan escrupuloso, exacto y delicado en tu análisis del libro que, como ya bien sabes, incluso a mi también me entró la duda -entiendo que razonable-, de, si finalmente, el libro te había gustado o no.

    Por abrir un poco la participación a los comentarios,tengo la impresión personal que ha sido la última parte del libro, la de las compañías militares privadas, sobre la que has echado en falta algo más de mayor profundidad. He de reconocerte que si es así, la razón obedece a que, para quien escribe, era la menos atractiva literariamente considerada, aunque desde su análisis contemporáneo, en su contexto geoestratégico internacional, es un fenómeno, el de los contractors, cuya enorme importancia aún no se ha valorado en su justa medida.

    También es verdad, como me sucedió con «Españoles…», que un libro de ensayo histórico, como es éste, ha de buscar el difícil equilibrio entre el experto en la materia -tu caso-y el lector iniciado en la misma; y eso… es muy complicado.

    Deseo, por último y públicamente, agradecerte y felicitarte por la reseña, la que considero como una descripción de la esencia del libro perfecta… aunque los seguidores de Novilis seguro que, igualmente, esperaban que te manifestaras con tu propio criterio ( siempre está el morbo, inevitable, de qué dirá el crítico).

    Y para terminar,Ignacio, lo dicho: ¡¡muchas gracias!!

    Un abrazo para todos.

  4. Estimado Joaquín;
    Gracias a tí, de verdad. El tema del mercenariado me apasiona desde hace ya muchos, muchos años y tu libro rompe la sequía editorial que sobre el mismo venimos sufriendo.

    El tema de los contractors me llama la atención no sólo desde el aspecto del mercenariado, si no (y aquí comprendo que se sale del tema de tu libro) por la progresiva privatización de la política de Defensa de los Estados Unidos iniciada por Bush padre, continuada por Clinton y magnificada por Bush hijo (y por Obama, que no parece cambiarla).

    En la reseña he evitado dar mi parecer sobre la lectura buscando no influir con éste a los lectores de la misma si no por la oferta temática del libro. Buscando, así mismo, el debate. En realidad, el hecho de que me guste o no el libro (y me gusta, creo que consigue los objetivos que te propusiste cuando lo escribiste) debería ser lo de menos; la Guerra Fría, los Servicios Secretos de los países occidentales, la política exterior cubana y soviética, Hoare, Denard, Biafra, Congo, etc, etc, etc. eso debería ya de por sí crear unas inquietudes que llevarán a la lectura del libro y a la lectura de más libros relacionados con esos temas.

    Complaciendo a los morbosos (je je je) he disfrutado leyendo el libro; como decía antes, se consiguen los objetivos marcados para la escritura del mismo y eso es algo realmente dificil para el escritor.
    Un saludo y gracias.
    Ignacio

  5. Estimado Ignacio:

    Uno de los personajes del libro, Carlos M, amigo del periodista que utilizo de hilo conductor en el mismo,presenta un perfil absolutamente real de lo que es un contractor. El problema para obtener información y datos de ese entorno es que los contratistas están obligados, por una cláusula contractual de confidencialidad, a guardar silencio sobre sus actividades,lo que provoca esa opacidad en ese mundo de profesionales de la guerra.

    Evidentemente, el ámbito de las compañías militares privadas obedece a una clara evolución en nuestra historia reciente: del ejército de conscripción al prfesional, y de éste a las citadas compañías militares privadas, ya que no dejan de ser una opción más barata que la de sostener a los profesionales de la milicia de forma permanente, con guerra o sin ella y, además, los caídos en combate no presentan coste político para los gobernantes implicados en el conflicto de que se trate…

    Un cordial saludo.

  6. Cierto.
    E incluso, diversos países, subcontratan sus obligaciones con la ONU a compañías profesionales de países de África Central (por lo menos su componente mayoritario, en plata, la soldadesca).
    Si uno reflexiona la posible evolución de los contractors ve un futuro, intelectualmente, muy interesante (recalco lo de intelectualmente para separarlo de cualquier connotación ética). Tal vez estemos ante el resurgimiento de compañías o unidades reclutadas en torno a una figura concreta (como las compañías profesionales que se reclutaban en torno a un capitán durante la Edad de Oro y que conformaban los Tercios).
    Podemos estar ante el fin de los ejércitos nacionales…
    En fín, que el panorama se abre a muchas posibilidades.
    Saludos.

  7. Felicidades por el libro que cubre un tema que no es muy tratado en España, país que en toda su historia ha utilizado muchos soldados de fortuna: valones, irlandeses, franceses, suizos, alemanes, etcétera. Puede que en la actualidad las compañías de seguridad paramilitares sean menos «románticas» que los mercenarios de los 60 y 70, pero para el caso eran lo mismo. Los soldados de fortuna -con la excepción de su actuación en Biafra, donde algunos lucharon con los rebeldes por su cuenta- siempre combatieron en el marco de operaciones amparadas por los servicios secretos occidentales. Denard y la SDECE (ahora DGSE) tenían un historial extensísimo. No hace falta decir que Denard y la «eminencia gris» del Eliseo en cuestiones africanas, Jacques Focart, eran conocidos. Igual ocurre ahora, donde hay ya mercenarios entrenando a los «rebeldes» antiGadaffi (pongo las comillas, porque a mí la cosa me suena a pucherazo directo, sin rebeldes ni nada…).
    Por cierto, al parecer el gran Bruce Chatwin se encontró en medio del golpe de estado organizado por Denard en Benin en 1978 (cito la fecha de memoria), golpe que fracasó estrepitosamente.
    Tengo una cuestión, Joaquín: ¿se habla de los mercenarios británicos en Angola que estuvieron a las órdenes del infame «coronel Callan»?

    Saludos y éxito

  8. Estimados foristas:

    Efectivamente, como señala Ignacio Pasamar, podemos encontrarnos con la desaparición de los ejércitos nacionales, transformándose en enormes «Compañías Blancas», propias del Medievo, mezclado en su concepción actual con lo que son verdaderas multinacionales de la milicia, cuya vocación mercantil les puede inducir a avivar conflictos como un medio de desarrollo de su objeto social: hacer la guerra. Pero eso es entrar también en la historia ficción…

    Un abrazo.

  9. Estimado Leiva:

    Muy agradecido por la felicitación. Sí hay un capítulo en el libro dedicado a Angola y, por ende, al coronel Callan…

    Un abrazo.

  10. ¡Oh, my goddess!, un libro que parece interesante pero que en la práctica resulta inaccesible… La historia de los mercenarios debe datar desde los tiempos de Nippur de Lagash. Ahora en cuanto a que los mercenarios actuales no parezcan muy «románticos», bueno, los del medioevo puede que nos parezcan más románticos pero eso es porque no nos tocó sufrir sus actuaciones…

    ¿Recuerdan la película High noon, con Gary Cooper?, en ella el pastor de la iglesia dice: –El mandamiento dice ‘No matarás’, pero contratamos hombres para que lo hagan por nosotros.

  11. Sí, Ulises, debe ser por eso por lo que encontramos a los condotieros más románticos, porque no nos dieron mamporros nosotros, ni pasaron a cuchillo a nuestra gente.

  12. Gracias Ignacio por la aclaración, que no te había dicho nada. Muy interesante, tanto el libro como todos los comentarios que estáis aportando. Ya he visto la librería que lo vende, ummm, no se, me parece un poco caro para estos tiempos, aunque intentaré hacer un esfuerzo.

  13. Si te sirve de consuelo, Rodrigo, la edición no ha sido barata seguro (es decir, el margen de beneficios de la editorial no debe ser muy alto).
    Un afectuoso saludo.
    Ignacio.

  14. Estimados Rodrigo e Ignacio:

    Estoy en condiciones de aseguraros, tal y como apunta Ignacio, que si la editorial no pierde es que habrá tenido suerte… Así está todo.

    Por otra parte, como indicó Ulises, los mercenarios son tan antiguos como la historia misma; sucede que, tras la Revolución Francesa que impuso el concepto (para poder sobrevivir a los ataques del resto de las potencias europeas) de «la nación en armas» y, además, la enorme movilización de civiles en las dos guerras mundiales, su figura, la del mercenario, se ha mitificado, máxime com el renacer de las leyendas mercenarias, Denard, Hoare y Schramme, durante los años sesenta en el Congo…
    Un cordial saludo.

  15. Bueno, la reseña no da demasiados datos acerca de cual es el enfoque que el libro da al problema, aunque se sabe que es algo muy complejo. Cada explicación que se quiere dar tropieza a cada momentocon contradicciones.
    Algunos dicen que, especificamente en África, los mercenarios eran impulsados por el racismo, pero hay muchos casos de mercenarios casados con mujeres de color y, salvo raras excepciones, se llevaron sus hijos a Europa cuando regresaron. También se asume que el motivo para enrolarse es el deseo de ganar dinero rapidamente, pero está el caso no infrecuente de mercenarios dueños de una cuantiosa fortuna. Que en mucha medida los cuerpos de mercenarios estaban contituídos por marginados y criminales es cierto, pero a su lado podía encontrarse un inglés fruto de Eton. Ex soldados nazis los había, reforzando la idea que la derrota lleva al deseo del desquite, con quien quiera que sea, podría haber una explicación también para los franceses y los belgas, pero un gran número de mercenarios eran portugueses, quienes no habían participado en la guerra. Es decir, que es imposible generalizar y menos aun trazar un perfil del mercenario típico. El mercenario, entonces, es la más clara demostración de que el ser humano es muy complejo y sus motivaciones inescrutables. Así, podemos criticar su actuación repudiando las conductas crueles, también podemos admirar sus actos de valor, pero no podemos juzgarlos, es muy difícil…

  16. Generalmente se olvida que una buena parte de los mercenarios en África son africanos (blancos sudafricanos o rodesianos y negros) y otra parte son croatas, serbios, eslovenos o rusos. Los mercenarios europeos occidentales también existen, pero buena parte de la «carne de cañón» procede de estos países. Los aventureros tipo Eton son extraños, pero resaltan por lo pintoresco.
    Pero ciñéndonos a las «compañías» de mercenarios anglosajones o del área francófona (donde si no recuerdo mal estaban integrados los soldados de fortuna españoles) del período 1960-1976 (el clásico), es decir, Congo-Angola, yo creo que la principal motivación era el dinero. Luego preguntas a los hombres y te dicen que era el ansia de aventura, porque queda mucho mejos. De todas formas, el ansia de aventura no va reñida con el saqueo, las atrocidades y demás, a pesar de que la prensa occidental los presentaba salvando monjas y repartiendo leche en polvo en las aldeas. Se ha hablado de racismo: el 90 por 100 de los europeos de la época sentían desprecio por africanos, asiáticos y demás personas. Los mercenarios, cuya ideología -si es que la había- se escoraba hacia la derecha o hacia la extrema derecha, no creo que tuvieran como apostol de su empresa a Martir Luther King. La guerra mercenaria es hija de la Guerra Fría, es incomprensible si esta situación. Por eso creo yo que ahora tiene ese aire corporativo, más yuppie, más declarado si se quiere. En aquella época las cosas se hacían con el estilo de las operaciones encubiertas de la CIA o de la SDECE, con el baroud de la Legión, un cuerpo mercenario oficial del que procedían y proceden muchos mercenarios.

  17. Una de las primeras experiencias de mercenarios en África, anterior al período clásico de los años 60 y 70 -tan bien retratado, en el caso de Angola, por Kapuscinsky en «Un día más con vida» -, es la «Force Publique», ejército privado del rey Leopoldo de Bélgica en su finca privada del Congo, a comienzos del siglo XX, antes de que pasara su control al estado belga. Recomiendo la lectura de la obra de Adam Hotschild «El fantasma del Rey Leopoldo» donde se relatan todas sus atrocidades – más superficialmente en «El sueño del Celta» de Vargas Llosa -. También intentaba venderse el afán civilizador y el ansía de aventuras como banderín de enganche de auténticos criminales sin escrúpulos.

  18. Estimado José Sebastián:

    A esos orígenes del Congo como dominio personal del propio rey Leopoldo, hasta que pasó a depender de Bélgica en 1908 le dedico un capítulo en mi libro, bajo el enunciado tan evocador de «El corazón de las tinieblas».

    La increíble crueldad de la que hicieron gala los blancos de aquella época, un verdadero descenso a los infiernos, se retrata, dentro del citado capítulo, bajo el título de «El efecto Kurtz».

    Un cordial saludo.

  19. Estimado Ulises:

    En el libro recojo todo lo que lo que he considerado más interesante de dos de los libros de Hoare: «The road to Kalamata» y «Congo mercenary», leídos y analizados en inglés para su posterior síntesis, con dos … narices.

    Un cordial saludo.

  20. Se agradece la reseña, Ignacio, y por supuesto bienvenido a esta bitácora.
    El asunto me resulta muy desconocido pero parece intrigante; y preocupante me parece el resurgir de esas compañías militares privadas puesto que su negocio es, al fin y al cabo, la guerra o situaciones violentas extremas.

    Joaquín; gracias por el esfuerzo y por traernos el tema.

    Saludos

  21. Ciñéndonos al libro en particular, hay que señalar que aunque se dan esos casos concretos de racismo, la mayor parte de los mercenarios se comportan como comenta el autor, con la lógica sensación de superioridad cultural más que racial con la que muchos europeos siguen observándo Africa en general. Muchos ( los españoles por ejemplo) se sentían muy cercanos a la empobrecida población, y en algunos momentos sinceramente unidos a ellos ( El caso de los mercenarios adoptándo niños biafreños)

    Lo que comenta Leiva también aparece reflejado, sobre todo en Angola, donde los mercenarios eran jovenes sin cualificación, con experiencia militar casi nula, y muchos con antecedentes criminales por pequeños delitos. En el Congo tampoco aparece ningún «beau sabreur». Como nos comenta Joaquin, el mando está en manos de antiguos suboficiales como Denard.

  22. He de felicitarle por el título logrado ya que puede conseguir atracción y enganche al lector anónimo, pero sin embargo, me viene a la mente un inocente e inesperado «plagio» referente a la película, «Soldados sin bandera», pero dejando este breve apunte, me veo en la necesidad, con solo haberme deleitado con su prólogo, de felicitarle de nuevo y que no parezca un «pelota», por la portada tan lograda asi como del ya nombrado prólogo.

    Sin duda esta portada de compañerismo entre soldados etnicamente diferentes viene a definir en si los orígenes geográficos de los mercenarios y la pluralidad de razas. He de comentarle que esta portada resulta más atractiva que su anterior entrega en «Españoles en la legión extranjera francesa».

    Un cordial saludo.

  23. Yo vivi en el Congo Belga de 1957 a 1960, en la parte este :Bunia, Fataki , Rutshuru ,Goma etc y estuve en el cole en Leopoldville. Es por eso que volvi desde Oct 1964 a Oct 1966 y participe en la guerra contra los simbas y fui herido en la liberacion de Stanleyville . Es por eso que compre el libro y he visto que faltan cosas y otras estan equivocadas pero en general , bien . Me ha devuelto muchos recuerdos y hecho volver a sacar mis fotos

  24. Estimado Carlos:

    Me alegro de que el libro le haya devuelto la emoción de sus recuerdos y lo encuentre correcto.

    Le agradecería, y me complacería mucho, si así lo desea, que se pusiera en contacto conmigo para que, gracias a su información, pudiera rectficar los errores y conocer aquello que se me ha escapado en la investigación…

    Si me indica un correo le escribiría o bien nos podemos poner en contacto a través de joaquinmanes.blogspot; me llegaría su mensaje a mi correo particular, además, y sobre todo, por la gran satisfacción de saludarlo personalmente.

    Muchas gracias y un cordial saludo.

  25. Joaquin : No se donde encontrar su telefono o direccion e- mail . Todo eso de Facebook y demas es demasiado para mi. Por otro lado , no quiero hacer publico mi direccion correo o telefono. Saludos

  26. Estimados foristas:
    En el libro editado por Gallandbooks, bajo el auspicio del Foro de Historia Militar Gran Capitán titulado Grandes Capitanes,y que constituye un compendio de artículos sobre figuras de relevancia histórica en el mando y el caudillaje en la milicia,se encuentra el titulado Martínez de Velasco y los mercenarios españoles en el Congo, de quien os escribe, en el que he podido incluir información inédita sobre el oficial Parrilla (el español herido de la portada de Soldados sin bandera)y la facilitada por Carlos Bonafonte…
    Un cordial saludo.

  27. Para aquellos que aún estén interesados en el libro, he tenido la agradable sorpresa de encontrar un ejemplar en la librería Palas de Sevilla. Tiene página web. Dicho queda. Un cordial saludo.

  28. Estimados amigos:
    Para finales de mayo,con la intención de llegar a la feria del libro de Madrid, se va a publicar una segunda edición de «Soldados sin bandera», corregida y aumentada en su contenido. Espero que tenga tan buena acogida como la primera. He de destacar la ayuda inestimable para esta nueva edición de un gran colaborador de este foro, Vicente Sanjuan.
    Un cordial saludo.

  29. Estimados foristas:

    ¡¡Ya está en la calle la segunda edición de Soldados sin bandera!! Un texto corregido y aumentado.

    Un cordial saludo.

  30. Hola, buenas tardes.
    Sobre la obra de Joaquín Mañes Postigo «Soldados sin Bandera» solo puedo decir que me pareció fantástica, la disfruté en cada página, sobre todo por que aprendí cantidad de cosas de una guerra que desconocía, la africana.

    Los capítulos de la Guerra del Congo me engancharon muchísimo, descubrí a personajes de la talla de Bob Denard, Jean Schramme o Mike Hoare que me han dejado de piedra, sobre todo Mike Hoare, me ha parecido un mercenario de pies a cabeza y con las ideas muy claras.
    Y ya no hablar del horror de Stanleyville, lo ocurrido allí no tiene ni palabras.

    Los capítulos de Biafra también son muy buenos, una guerra muy retorcida. Aparecen personajes muy carismáticos como Carl Von Rosen, menudo figura.

    Un libro que recomiendo 100% para disfrutarlo capítulo a capítulo, sobre todo la parte más amplia, dedicada a las Batallas del Congo. El lector que no conozca mucho sobre esta época de la historia seguro que le sorprenderá.

    Saludos. Hasta pronto.

    Roberto (Panzer Commander)
    Blog: http://www.ww2enimagenes.com

  31. Muy agradecido, Roberto, por tus comentarios. Como autor considero que el valor del libro reside en el hecho de que constituye un texto único en cuanto que reseña la historia general de la figura del mercenario contemporáneo y su evolución.

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