Sinuhé el egipcio, Mika Waltari

Leer a Sinuhé, el egipcio, es como un viaje por el tiempo al Egipto de los faraones,es conocer el Imperio Nuevo y también al “padre Nilo”, pues de él depende la pobreza y la riqueza de los que viven en su entorno, porque es la vida para los egipcios pero también es la muerte porque si sus aguas discurren tranquilamente por su cauce los habitantes que pueblan las villas a ambas márgenes del río están salvados y podrán alimentarse pero si inundan los valles, la cosecha se estropea y pasarán hambre.

Parece ser que el protagonista debe su nombre a un cuento de un antiguo texto egipcio conocido como la Historia de Sinuhé, aunque esta historia es anterior a Akenatón.

Mika Waltari es el autor de esta preciosa historia escrita en primera persona, dividida en quince libros, con la particularidad de que el narrador es conocedor de los hechos que en ella se relatan. Escritor de origen finés (Helsinki, 1908-1979) es el más conocido de su país. Sus obras han sido traducidas a casi todos los idiomas. Su primera novela es La gran ilusión, un documento sobre la juventud urbana de los años del jazz. Escribe también, en forma de crónica, una novela de viaje, El tren del hombre solitario. Otras obras históricas conocidas, entre otras, son El Etrusco; Marco, el romano o Lauso el cristiano.

La figura principal de la novela es el propio Sinuhé, no los faraones y los dioses que en ella aparecen, que la escribe desde su exilio en la Ciudad del Horizonte de Atón, enviado allí por el faraón Horemheb pues temía que hablase de más y le traicionase “Yo, Sinuhé, estoy hastiado de la mentira. Por eso escribo para mi solo lo que he visto con mis propios ojos o comprobado como verdad … Porque el hombre que escribe vive con la esperanza de que sus palabras sean leídas y que la posteridad glorificará sus actos y su cordura. Pero no hay que elogiar en mis palabras; mis actos son indignos de elogio, mi ciencia es amarga para el corazón y no complace a nadie… Los hombres no repetirán mis palabras para enriquecerse con mi saber. Porque he renunciado a toda esperanza de ser leído o comprendido”. (pág. 6).

Quiere ser médico, como su padre, Senmut, aprendiendo un oficio de esa época, el de trepanador (se creía que el origen de muchas enfermedades estaba en el cerebro), que era poco motivador. También aprende a embalsamar cadáveres. Pero era un hombre inquieto y deseoso de seguir conociendo nuevas técnicas curativas, pues no le bastaba con que le dijeran que las cosas se hacían porque así estaba establecido. Emprende, entonces, un viaje por las civilizaciones del Próximo Oriente, siempre acompañado de su esclavo y amigo Kaptah. En los países por los que viajó nos cuenta todo sobre ellos, cómo era la vida de sus gentes, sus culturas, sus religiones, su medicina. Él aprendió nuevas técnicas curativas y les enseñó lo que él ya sabía.

En Siria se encontró con su amigo y ahora general Horemheb que le propuso unirse a sus tropas como médico en su lucha contra los khabiri. Dada su condición se le propone ser espía y así podría hablar y escuchar a los demás sin que desconfiaran de él. Fue el encargado de negociar la paz con el rey Aziru y de vigilar a los hititas porque tenían pensado subir al trono egipcio a uno de los suyos.

Llegó el momento de regresar a Tebas pero se encontró con una ciudad distinta, con un nuevo dios, Atón, que ocasionó muchas desgracias a los egipcios y enfrentamientos entre los partidarios de Amón y los de Atón.

Ambientada en el llamado Imperio Nuevo o segunda época tebana su vida se desarrolla a lo largo del reinado de cuatro faraones: Amenhotep III, Amenhotep IV, más conocido como Akhenatón, Tutankamon y el general Horemheb.

En la novela de Waltari destaco la importancia de dos libros, el libro cuarto y el libro quince, en los que se narran las desgracias que marcan la vida del protagonista e influyen en su personalidad.

También quiero resaltar dos coincidencias con la novela por excelencia de la Literatura española e incluso universal como es El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha. Pues uno, que se la ha leído dos veces, queda sorprendido por esas similitudes, como son las características quijotescas de amo y criado, por así llamarlos y el libro sexto, dedicado a la jornada del falso rey que me recuerda a cuando se nombra a Sancho Panza gobernador de la ínsula de Barataria. ¿Habría leído el autor la obra cervantina al ver cómo retrata a Sinuhé, altruista e idealista (don Quijote) y a Kaptah, que vela por los intereses de su amo y tiene ciertas notas de humor.?.

El autor en su obra utiliza un lenguaje sencillo, nos muestra el pensamiento de Sinuhé a lo largo de ella “ Que el que ha vivido en Tebas aspire a volver a Tebas porque en el mundo no existe ninguna otra villa como ella. (pág. 8). Nos describe de una forma magistral la época en la que se desarrolla toda la historia. Se ve claramente cómo Waltari se documentó para hacernos vivir el Egipto de los faraones, de la mitología, de tal forma que parece que el tiempo nos ha transportado hasta el siglo XIV a. d. C. Y nos retrata muy detalladamente las civilizaciones por las que viaja nuestro personaje.

A pesar del ritmo lento de la novela, su lectura nos atrapa, aunque a veces nos resulte algo espesa por las continuas descripciones, que algunas se podrían omitir, pero el autor cree indispensable incluirlas para darle más realismo a la obra. Para quien le guste el tema de la egiptología es recomendable su lectura.

Título original: Sinuhe, Egyptainen
Traducción de Manuel Bosch Barret
Encuadernación en tapa dura.
Plaza & Janés, S. A.
RBA Editores S.A.
ISBN: 84-473-0194-X

18 comentarios en “Sinuhé el egipcio, Mika Waltari

  1. Estupenda reseña, Galaico. La has dejado muy bien, después de todo. Reconozco que no he leído aún este libro, un clásico para todo aquel lector de novela histórica, pero con el tiempo lo resolveré. Gracias por animarnos con tu reseña.

  2. No hay de qué, Ariodante. Es un tocho de unas setecientas páginas pero que te atrapa, sobre todo a aquellos que le gusta saber sobre las antiguas civilizaciones. Parece ser que Waltari estuvo unos diez años documentándose antes de darnos a conocer esta joya. Creo que hay también una película del año 1954 pero esta no la vi. Saludos.

  3. Esta se podría catalogar como la «auténtica novela histórica clásica», más o menos. Con esto me vengo a referir a que esta magnífica novela, tan bien escrita, documentada y ambientada, es una novela histórica en toda regla, de las que se publicaban hace unos años y que tanto trabajo costaban encontrar en las novedades editoriales. Años después surgió el «boom» de las «novelas históricas falsas», donde cualquier autorcillo, con tres personajes y una época de transfondo se lanzaba a escribir cualquier cosa, o el de «las novelas históricas eruditas» donde el autor con tal de hacer gala de sus conocimientos ahogaba totalmente la trama o te encontrabas con una novela con más notas a pie de página que un ensayo o tesis doctoral sobre el tema en cuestión. Esta que trae Galaico es de las auténticas, de las que conserva la esencia y el formato de la auténtica obra de ficción basada en una auténtica investigación y documentación. Un libro entrañable, de los que son difíciles de encontrar hoy en día con tanta publicación.

  4. Gracias, Rodrigo. Realmente es cierto lo que dices. Según me documenté y lo dije antes parece que se pasó diez aos investigandom antes de escribir este libro, que para mí es una auténtica joya de las verdaderas novelas históricas. No ha7y lucimiento del autor ni nada que se le parezca. Consigue realmente con su relato trasladarnos a la época de los faraones y eso es muy difícil de hacerlo si quieres escribir una obra maestra como esta.

  5. Suscribo las opiniones de Rodrigo. Sinuhé es un clasico no tan solo como novela histórica, porque yo sería partidario, como a veces se ha apuntado aquí, de medir una novela, histórica o no, por el poder de su trama y la validez de su prosa, no por la marca de historia que te colocan las editoriales. Un ejemplo es «El Club Dante», de Matthew Pearl, novela que yo siempre había identificado como un best-seller despreciable de trama pseudoerudita. Siguiendo el consejo de los que escriben La novela antihistórica, un blog decididamente genial, me la compré y la verdad es que es muy recomendable, nada que ver con la idea prejuzgada que yo me hacía.
    De Valtari leí no hace mucho Las aventuras de Mikel Karvajalka, ambientada en la Europa del siglo XVI, que también es muy buena. Pero Valtari era un erudito e investigador, un hombre inteligente, cultísimo, al estilo de Mújica Laínez o Thomas Mann. Nada que ver con los refritos pesudonovelísticos que en la mayor parte de las ocasiones se publican ahora. Si os queréis reír con unas críticas feroces de estos bodrios, leer el blog de La novelaantihístorica y ya me contáis.

  6. Estoy de acuerdo contigo, Leiva. Una novela histórica tiene que ser eso, histórica, con datos fiables que no desorienten al lector aunque el autor se permita alguna licencia por algún que otro motivo. La historia hay que respetarla como sucedió. No puede ser partidista. Debe ser narrada tal y como fue y que el escritor nos deleite con todos los datos psoibles de la época en que transcurre aunque haya de por medio personajes no reales pero sí verídicos conforme a las características de la sociedad de la época. Lo demás sería mentir si se le tiene por histórica a una que no lo es.

  7. Por fin viernes!!,vaya semanita de curro.
    Lo primero,hermosa reseña Galaico.Lo segundo,y lo siento por los apasionados de esta novela,no pudé pasar de la página 100 (creo recordar).El libro esta en casa,de hecho,lo estoy viendo ahora mismo,´reposando en su estante.
    Hace 2 o 3 años le dí la oportunidad,y quizás no era el momento,no estaba preparado,o simplemente no me gusta.Dicen que para gustos,colores.Como muy bien dice Galaico,me pudo más el ritmo lento y espeso que las ganas de seguir con este clásico.
    Seguro que algún dia le doy otra oportunidad.

    El Sitio de Constantinopla de Mika Waltari,ese sí que me atrapo.Pura poesía.

    «Sí,contemplo la belleza de mi ciudad.A este lugar volverá algún día mi cuerpo astral,renaciendo de las ruinas de sus murallas.Como un viajero encadenado por el tiempo y el espacio,arancaré algún día la negra flor de la pared.Pero tú,Mohamed,nunca retornarás.»

  8. Por desgracia, para mí Sinuhé el egipcio es la película que protagonizó el pétreo Víctor Mature con las bellas Jean Simmons y Gene Tierney. Yo soy ya mayor y leo lo que me interesa a priori no lo que hay que leer por obligación intelectual; el mundo egipcio me ha sido siempre ajeno y no he leído casi nada de ello pero siempre he tenido una gran consideración por Waltari por otros libros y la película a la que he aludido al principio es, junto a Tierra de faraones, mi película favorita sobre el Egipto antiguo.

  9. Muchas gracias, Xavi. Como tú bien dices, para gustos se pintan colores. Al principio también se me atragantaba un poquillo, demasiadas descripciones, densa en contenido pero atrayente porque realmente te transporta a la época de los faraones y en eso Waltari es un maestro. Igual que la dejaste, alguna vez podrás volver a intentarlo y si no, pues a otra cosa, mariposa, porque lo que sobra son buenos libros para leer y si uno hace caso a los colegas reseñistas haría falta otra reencarnación para abarcarlo todo. Saludos.

  10. vicent, tienes razón. Yo vi Tierra de Faraones. Buena película. La de Sinuhé, sin embargo, no la vi. Por lo que veo parece que te gusta el cine clásico. Te recomiendo un blog que se llama Cinema Genovés, pues en él habla, sobre todo, de películas clásicas. Creo que podría interesante. Yo lo suelo visitar y opinar algunas veces sobre lo que escribe. Saludos.

  11. Recuerdo esa película, el papel de Sinuhé lo hacía Edmond Purdom, Victor Mature era Horenheb, el poderoso general que se quedó con el trono, y Peter Ustinov hizo muy bien el papel de Kaptah, el pícaro sirviente.
    Pero la película es solo eso, una película, vale la pena leer el libro, al igual que los otros de Waltari: El aventurero, Michel el renegado y El ángel sombrío. Debo reconocer que El etrusco y El romano no me gustaron tanto como los otros.
    Creo que a muchos lectores los abruma un poco el carácter desilusionado y pesimista de Sinuhé. La historia original, en la que se basó Waltari, data de la 12° dinastía, es decir del siglo XX antes de Cristo, pero el autor plantea claramente que 40 siglos después el hombre sigue siendo el mismo…

    Saludos a todos…

  12. El personaje de Sinuhé desde luego que llega a abrumar, como bien dices, Ulises, por su pesimismo y desilusión, pero esta manera de ser viene dada por los continuos «palos» que le da la vida aunque esta desilusión está compensada por el carácter alegre de su criado y amigo Kaptah, que vela por él y lo aconseja, por eso digo que es como si fueran D. Quijote y Sancho: uno no puede vivir sin el otro porque Kaptah vela por las actuaciones de su señor. Y desde, luego, el pensamiento de Sinuhé, a lo largo de toda la novela, puede adaptarse a cualquier persona de hoy día, sin lugar a dudas. Como Waltari pone en boca del personaje: «No hay nada nuevo bajo el sol». Y esta expresión, sin lugar a dudas, se sigue usando mucho tiempo después de que lo hizo Sinuhé. Saludos.

  13. A mi la novela me gusta porque además de estar muy bien escrita, me transportó a esos lejanos tiempos de lo que llamamos la antigüedad.
    Creo que eso de que nos dividieran la historia en un antes y un después nos lleva a creer, equivocadamente, que en realidad hubo un año cero y que de ahí en adelante existe la historia. El hecho que estudiemos a los griegos y a los romanos, en los pocos años «antes de» no modifica mayormente esa impresión.
    De ahi que se nos haga dificil entender que en fecha tan lejana como la en que fue escrita La Historia de Sinuhé (Waltari la traslada de la XII Dinastía a la XVIII Dinastia seguramente porque Tutankamón es más conocido para el público que Sesostris) la vida transcurría de la misma manera que trancurre hoy, con sus instituciones públicas, servicios, impuestos, escuelas, universidades, un comercio de intercambio a nivel mundial y muy activo, medicina, literatura, anhelos, esperanzas, triunfos y fracasos.
    Cuando conocemos algo de lo que existia entonces nos invade el mismo asombro que dejó perplejo a Heródoto cuando, queriendo comparar la historia de los griegos con la de los egipcios, mostró su pequeña lista de generaciones solo para que los sacerdotes egipcios lo abrumaran con la suya de más de trescientas.
    Así, Sinuhé nos lleva, al contarnos su vida, a mostrarnos que la nuestra no es tan diferente y que su desilusión, que lo lleva a decir: «y cuanto ha sido escrito lo ha sido por orden de los reyes, para halagar a los dioses o para inducir fraudulentamente a los hombres a creer en lo que ha ocurrido. O bien para pensar que todo ha ocurrido de manera diferente de la verdad.» puede muy bien ser también nuestra propia desilusión, frente a nuestros actuales «reyes» y «dioses».
    Saludos

  14. La Historia se debería de empezar a contrar desde que el hombre es hombre, pues todo él es historia desde su aparición sobre la Tierra. Me parece, desde luego, un error contarnos la Historia «antes de» o «después de» ya sea en papel, en celuloide, en otros medios de comunicación. Ese «a.c.» o «d.c.» lo considero anacrónico. ¿Por qué tiene que ser antes de Cristo o después de Cristo?. Eso dejémoslo para las Sagradas Escrituras y los Cristianos creyentes. Las demás religiones tienen sus fechas de referencia también. Tomando como referencia un año Cero nos confunden pues habrá ingenuos que, incluso, pensarán que los años en la época de los romanos, por ejemplo, se contaban hacia atrás y no era así. ¿Qué dirán de esto los expertos historiadores?. Saludos.

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