Sin capítulo final, General Wladyslaw Anders

Polonia. País bisagra entre Oriente y Occidente en Europa. País ubicado en medio de dos gigantes antagónicos primero y de dos sistemas posteriormente. País que sirvió de excusa, de juguete roto para dar comienzo a la guerra en Europa, por segunda vez en 25 años. Antes de comenzar la guerra, ya se la habían repartido entre Alemania y la URSS. Pero no solo sufrió su fatídica posición geopolítica para el comienzo de la guerra,sino que al final de la misma tambien se usó como moneda de cambio y quedó olvidada por sus aliados occidentales, después de tanta lucha y sufrimiento acabó como un territorio secuestrado tras el telón de acero y sin la tan ansiada libertad por la que tanto habían luchado durante la guerra.

El libro comienza con la invasión alemana el famoso 1 de Septiembre de 1939. Con el General Wladyslaw asisitiendo a la eliminación de su estado. Boquiabierto, sin nada que poder hacer, aún consiguiendo contener a las fuerzas alemanas en algunas ciudades, cuando se enteran que los rusos han entrado desde el este ya saben que están sentenciados. La puñalada ha sido mortal. Una visión de esta campaña que nunca antes había leído, desde el lado Polaco. Capturado por los rusos, no pierde nunca la esperanza, eso es de las cosas que más me han gustado del libro, el espíritu del General, sin perder el espíritu en ningún momento, ni cuando estuvo al borde de la muerte, herido y maltratado por los rusos en  prisión. Siempre manteniendo la fortaleza y la esperanza de poder hacer algo más por su país, por su abducida Polonia.

Pasados los años y con la invasión ya de Alemania en rusia, finalmente es liberado. Es llevado a un campo donde encuentra a 17.000 almas en pena, polacos como él, mal nutridos y mal vestidos, pero consigue organizarlos y hacer un ejército de ellos para ayudar a los rusos contra los alemanes. Una de las cosas más importantes que muestra el General en sus memorias, al margen de temas puramente bélicos, son los temas políticos. El General se movió entre las altas esferas del gobierno exiliado polaco y el Kremlin, asistiendo a las conferencias que se produjeron como testigo de excepción, detallando e incluso transcribiendo algunas de estas conferencias en el libro sobre las cuestiones polaco-rusas, de suma importancia. La mñas importante en la que se decidió el envío de los soldados polacos a Oriente Medio a formarse y donde lucharían al lado de los británicos. No tiene desperdicio la transcripción de dicha conferencia, donde se muestra por ejemplo a un Stalin autoritario, irritante e incluso irónico.

Al frente del II cuerpo de ejército polaco se va moviendo por el extenso teatro de operaciones de la segunda guerra mundial. En el norte de África, integrado en el 8º ejército británico. En Italia, con un destacado papel en Monte Cassino donde se luchó con enconada determinación. Especial mención hago a esta parte del libro pues se narra con toda emoción y detalle esta dura batalla en Italia.

Al final la desilusión, la sensación de traición por parte de los aliados occidentales al dejar Polonia en la zona de influencia soviética. Una vez más, un país sin patria. Tuvo que exiliarse a Inglaterra donde falleció en 1970.

Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788496803121
Nº Edición:1ª , Malabar
Año de edición:2008
Plaza edición: BARCELONA
 

24 comentarios en “Sin capítulo final, General Wladyslaw Anders

  1. Muy interesante. La campaña de Polonia contada por un General Polaco, debió ser bastante desesperante. Una duda que siempre he tenido es por qué Inglaterra declara la guerra el 3 de septiembre a Alemania por invadir Polonia, su aliada a muerte, y cuando los rusos invaden su parte de Polonia no pasa nada??.

  2. Hola Kaiser, pues por lo que yo se realmente los rusos lo que hicieron fue ocupar una parte de Polonia que históricamente siempre habían reclamado, creo que no rebasaron una línea llamada Cruzon o algo así por lo que Inglaterra no podía intervenir. Aparte, el tratado de alianza de Polonia con Inglaterra no lo establecía literalmente, pero establecía intervención en caso de ser atacado por una potencia europea, y se estaban refiriendo a Alemania. Lo que parece claro es que la invasión de Polonia por los Rusos fue toda una puñalada y éstos vieron como nadie hizo nada para ayudarles. Hay que recordar que la guerra en el 39 y 40 en Occidente no existió hasta que Hitler decidió mirar hacia allí. Si alguien puede aportar algo más. Saludos.

  3. Hola Javi.
    Acerca de la Línea Curzon. Esta es una típica falacia, una mentira con aspecto de verdad.
    En 1920, durante el conflicto que enfrentó a Polonia con la Unión Soviética, el diplomático británico Nathaniel Curzon propuso una línea, bastante arbitraria, como línea de demarcación de un cese de las hostilidades. Como en ese momento los soviéticos iban ganando, no aceptaron la Línea (los Polacos tampoco). Después de esta tentativa de paz, la guerra se volcó claramente en favor de Polonia, por lo tanto la frontera final quedó establecida unos 200 km al Este de la Línea Curzon.
    Después de la derrota de Polonia, en 1939, la Unión Soviética se anexó limpiamente los territorios al Este de la Línea Curzon (Pacto Ribbentrop-Molotov). Esta frontera desapareció con la invasión alemana de la Unión soviética.
    Después, durante la guerra, cuando se realizaron las reuniones de Teherán y Yalta, los soviéticos defendieron, al discutirse las hipotéticas nuevas fronteras, que la Línea Curzon debía ser su frontera con la Polonia liberada, con el argumento de que esa Línea habia sido propuesta por los británicos.

    O sea que la Unión Soviética (léase Stalin) validó en 1945 una Línea que había rechazado cuando fue propuesta por los británicos en 1920 y peor aún, validó en 1945 una Línea que Stalin aceptó cuando acordó con Hitler (ahora enemigo suyo y de Gran Bretaña) el reparto de Polonia en 1939.

    Entonces, no se trata de que Gran Bretaña (y menos aún los Aliados) estuviese obligada a respetar una Línea Curzon que le habían rechazado, se trata simplemente de que Stalin manejó habilmente la situación, con un argumento que no hubiera usado ni Talleyrand y que Machiavello no hubiese puesto en «El Príncipe» por demasiado increíble, pero que los señores Roosevelt y Churchill se tragaron, comulgando con una rueda de carreta del tamaño de Polonia.

    Y esa no fue la última de las traiciones que sufrió Polonia, puesto que cuando en Nuremberg, donde los soviéticos tuvieron la desfachatez de acusar a los alemanes de la matanza de Katyn, y los defensores alemanes comenzaron a demostrar fehacientemente que el crimen había sido cometido por los soviéticos, éstos, con la aprobación y complicidad de sus nuevos aliados, retiraron los cargos e hicieron desaparecer del Proceso todo rastro de cualquier investigación acerca los desdichados oficiales polacos asesinados.
    Saco esto a colación porque cuando el general Anders estaba formando su ejército, preguntó por los oficiales que suponía prisioneros de los soviéticos y que necesitaba para establecer los mandos, y le respondieron con evasivas sobre evasivas.

  4. Efectivamente, Ulises lo ha descrito perfectamente. Es así y así se refleja en el libro. A lo largo de todo el libro el sentimiento de impotencia, ingnominia, rabia y de estar constantemente traicionados por unos y por otros es constante. Se refleja en las conferencias a las que asisitió y donde tuvo que comprobar la prepotencia de los Stalin en primera persona. Los rusos primero invadieron Polonia, luego para defenderse de los alemanes los usaron y posteriormente, en el reparto de los vencedores fueron nuevamente traicionados y mal vendidos.
    Todo lo que cuenta Ulises sobre la linea Cruzon está perfectamente detallado en el libro y el Epílogo final, a modo de reflexión sobre los acontecimientos políticos del final de la guerra no tienen desperdicio.

  5. Pues muchas gracias por vuestras aportaciones. No pienso quedarme con ninguna duda más, así da gusto preguntar. Seguramente me haré con el libro en breve, me ha llamado mucho la curiosidad, al menos es una parte poco conocida y sin embargo muy importante.

  6. El libro debe ser muy interesante y será necesario de leer, sobre todo porque presenta un punto de vista distinto y poco conocido. Contra lo que muchos piensan no se puede estudiar historia viendo películas norteamericanas o el Discovery Channel, es necesario documentarse leyendo fuentes distintas.

    Lloyd George dijo ya en 1919 que el Corredor de Danzig conduciría inevitablemente a una guerra en el Este. Es asombroso que gente que se supone inteligente haya pensado que se puede dividir un país, cualquiera que sea, en dos partes, mediante un territorio perteneciente a otro, sin que se produzcan consecuencias a corto o largo plazo, ¿quede dar alguien algún ejemplo?. No lo hay, porque es ridículo.

    Luego, Polonia es cómplice de consentir tal atentado a la razón (aunque lo comprendamos, independencia como sea…). Polonia también ha sido muy idealizada en la literatura posterior, pero no está libre de responsabilidades. Chamberlain propuso a Polonia una alianza de Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética para defender Polonia en el caso que Alemania se mostrase agresiva. ¿Por qué el gobierno de Varsovia desechó esa posibilidad de sujetar de alguna manera a los soviéticos? (Churchill dijo: sin la Unión Soviética, nuestras garantías a Polonia, Rumania y Grecia no tienen valor).
    Hay indicios de que Polonia tenía comprometido, o creía tenerlo, el respaldo de los Estados Unidos, por lo menos así lo afirmó W. Bullitt, embajador de ese país en Francia, al gobierno Polaco.
    Por otra parte había en Polonia, no faltando algo de soberbia, una sobrevaloración de su potencial militar (muchos pensaban que podían detener a los alemanes por ¡un año!) y una subestimación de las fuerzas alemanas. La sobreestimación de la potencia francesa es distinta, puesto que era una creencia compartida mundialmente (el error se descubrió después).

    Polonia, innegablemente una nación muy valiente, no siempre fue una víctima de sus vecinos como la presenta la historia que conocemos, en sus tiempos fue también una nación fuertemente imperialista y nada pacífica (véase un mapa de Polonia en el siglo XVI). Después de recuperar su independencia en 1919, no tuvo reparos en apropiarse de territorios claramente ucranianos y bielorusos (¿entonces los soviéticos sí tenían algo de razón, al reivindicar algo de esos territorios?). Además, cuando Hitler desarticuló a Checoslovaquia ¿que hicieron los Polacos?, ¿protestar?, no, se anexaron limpiamente un territorio checo (con una minoria polaca), la Silesia de Cieszyn. También los polacos aprobaron expresamente la agresión abusiva de Italia a Etiopía, O sea que justificaron la agresión de una nación más grande a una más pequeña, lo que les pasó después a ellos, y eso que en Etiopía no había un Danzig que lo justificara.

    En resumen, no se piense que estoy justificando la guerra, la desmembración de Polonia y las traiciones que sufrió, pero creo que es necesaria una visión amplia para entender las raíces del problema, que no es tan simple como decir: Alemania ataca a Polonia – Rusia ataca a Polonia – Gran Bretaña y Francia no la defienden, no, no es tan «estos son los buenos y estos son los malos» y, buscando el origen, uno llega a la Primera Guerra Mundial, las Guerras Napoleónicas, la Guerra de los Treinta Años, la Edad Media, y un poquito más abajo a veces…, y las responsabilidades son compartidas, con todos los ingredientes usuales, soberbia nacionalista, ceguera política, miopía militar e intereses económicos.

    Volviendo al libro, cuéntenme los que lo leyeron, ¿como se plantean los conflictos del general Sikorski con los soviéticos?, Sikorski había querido formar un ejército polaco en la Unión Soviética en 1941, encontrando oposición en todos los ámbitos, pero en 1943, con el asunto de Katyn, Stalin rompió abruptamente con el gobierno polaco en el exilio en Londres, y los británicos de nuevo miraron hacia otro lado.

    Saludos.

  7. Bueno, sobre Sikorski el General Anders lo tilda de un excelente político y militar. Es reconocida su mutua amistad y Sikorski considera a Anders su hombre fuerte y en quien deposita su confianza para todo el asunto militar, para la preparación del ejército polaco. El problema según Anders es que Sikorski es un hábil político y conocedor de los entresijos de la Europa Occidental y desconoce, como Anders cita en el libro, «la perfidia soviética». Sale de las conferencias con Stalin con gran ánimo y optimismo pero los rusos no son trigo limpio y de lo prometido no cumnpken ni la mitad. Las tropas polacas en rusia lo pasan bastante mal por mucha promesa de Stalin en sentido contrario. Con esto surgen ciertas diferencias y algo de distanciamiento entre Sikorski y Anders, ya que Anders está más que escarmentado con los rusos y Sikorski cae en las confabulaciones de altos mandos soviéticos para desacreditar a Anders. Con todo, al final consiguen de Stalin lo suficiente para armar al ejército polaco pero en Oriente. Sikorski es recibido en Teherán con grandes aclamaciones y por el Shah de Persia.
    Os pondré un poco de una conferencia entre Sikorski y Stalin, la verdad es que no tiene desperdicio.

  8. Vaya, al releer esta reseña y sus comentarios al hilo de la reseña publicada por Jordimon sobre la guerra ruso-polaca de 1920 me he dado cuenta que os prometí unas transcripciones de las conferencias entre Sikorsky y Stalin y al final no he puesto nada. Tanto libro le hace a uno perder el hilo de sus compromisos. Mañana os la pongo, para los que esten interesados.

  9. Bueno chicos, iba a ponerme a transcribir algunos pasajes de la conferencia pero la verdad es que es muy larga y si os pongo trozos sueltos no se va a entender por que va todo hilado. Además hay varios participantes, no están solo Sikorsky y Stalin, además está Molotov, el propio Anders y algún que otro embajador y secretario que participan. Lo que si os puedo trasladar es que son muy gráficas, Anders va indicando cuando Stalin se irrita, cuando usa la ironía o cuando bosteza y está ausente aunque los demás hablen. Es muy interesante y a lo mejor os quedáis esperando, pero de verdad que es muy muy larga como para transcribirla aquí y que tenga algo de sentido, lo siento.

  10. Vamos Antonio, ¿que excusa es esa?, si hasta «La guerra y la paz» se publicó por entregas. No puedes quitar el pan de la boca a un hambriento, vamos, lanza aunque sea una migajas…

  11. Si lo pides así, no puedo negarme:

    Conferencia entre Sikorski y Stalin.
    El 2 de diciembre (1941) fuimos por vía aérea a Moscú con el general Sikorski. Dije al comandante en jefe que las tropas seguían muy mal instaladas, que los víveres eran detestables, y que la exigencia soviética de reducir el ejército a 30.000 hombres significaría la muerte por inanición de los demás. Entonces fue cuando por primera vez, sugerí la idea de llevar el ejército y las masas de refugiados a Oriente Medio.
    —————————————————————————————

    La primera ocnferencia con Stalin se celebró el 3 de diciembre de 1941, los reunidos fueron general Sikorski; Stalin, presidente del Soviet de Comisiarios del pueblo de la URSS; profesor Kot, embajador polaco, Molotvo, en claidad de intérprete. Pero en el curso de la conferencia fui yo (Anders) quién actué de tal y también compartí con el embajador Kot la tarea de tomar notas.
    —————————————————————————————-
    Sikorski: Me congratulo de conocer a uno de los estadistas que han hecho efectivamente la historia moderna, y de tener ocasión de felicitarle por la valentía del Ejército ruso en su lucha contra los alemanes………
    Stalin: Le agradezco sus palabras, señor primer ministro, y me satisface mucho verle en Moscú.

    —————sigén las palabras de protocolo y peloteo mutuo, paso al meollo de la cuestión———————————————————–

    Sikorski: Pero vuelvo a nuestro problema. He de manifestar, señor presidente, que la declaración de amnistía no se cumple. Un gran número de nuestros compatriotas más valiosos siguen aún en campos de trabajo y en cárceles.
    Stalin (tomando notas): Es imposible, pues la amnistía afectaba a todos los polacos, y todos fueron puestos en libertad. (Las últimas palabras se dirigieron a Molotod quien asintió con el gesto).

    —-Se le dan detalles a Stalin de listas de nombres y números de presos, sigen negando la mayor————————————.

    Stalin: Usted comprenderá que el Gobierno soviético no tiene motivos para retener a un solo polaco. Incluso dejé en libertad a agentes de Sosnkowski, que nos atacaron y dieron muerte a nuestros hombres.
    —————————————————————————————
    Sikorski: En Kuybyshev vi un convoy de hombres nuestros que me causó una impresión horrible. Hay que procurar ayuda rápida. Yo los divido en dos grupos: el de los que pueden trabajar, y a esos deb dárseles empleo en condiciones decentes…
    Stalin:Las mismas que para los ciudadanos soviéticos.
    ——————————————————————————————
    Molotov: Considero muy difícil que haya todavía compatriotas de ustedes en campos.
    Anders: Pues yo afirmo con toda seguridad que los hay, y repito que se retiene a los más aptos por que andan ustedes escasos de personal- Y reteniéndolos no sirven a nuestra causa común como debieran.
    Stalin: Eso se arreglará. Se darán instrucciones especiales a los funcionarios ejecutivos. Perdo deben comprender ustesdes que estamos en guerra.
    ————————————————————————————-

    Próxima entrega sobre el trato y ubicaciñon del ejército polaco.

  12. Es muy interesante, pero no se puede dejar de pensar cuan grande sería después el sentimiento de los polacos al saber, no solo que habían sido engañados, sino el haberlo sido de manera tan descarada, atroz y vil.

    Molotov: Considero muy difícil que haya todavía compatriotas de ustedes en campos.

    Claro que no habían polacos en los campos, estaban simplemente muertos, ni el Oráculo de Delfos hubiera podido dar una respuesta más ambigua, pero en ese momento los polacos no lo sabían.

    Gracias, Antonio.

  13. Sobre la situación y formación del ejército polaco:

    …..

    Stalin (después de pedir algunos detalles sobre material de artillería): Rusia entró en guerra con divisiones de 15.000 hombres, pero en la práctica estas divisiones resultaron sumamente difíciles de manejar, por lo que hemos pasado a un tipo más ligero, de 11.000 hombres.

    Sikorski: Las condiciones en que ahora se está organizando el ejército polaco son del todo inadecuadas. Los soldados se hielan en tiendas ligeras, están mal alimentados, en suma, se hallan condenados a una lenata extinción. Propongo, pues, que todo el ejército y los hombres aptos para el servicio sean trasladados, por ejemplo a Persia, donde el clima y la ayuda que han prometido Gran Bretaña y Norteamércia les permitirá reestablecerse en un plazo corto, y así podría formarse un ejército fuerte, que volvería a Rusia para ocupar en el frente su propio sector……

    Anders (al exponer la situacióm del ejército que se está formando, dice que con las actuales condiciones de alimentación, acomodo y material sanitario, en un clima tan difícil, la organización de unidades aptas para combatir es sencillamente inconcedible)…..

    Sikirski: Me complacería ver que el gobierno soviético tiene confianza en mis proposiociones. Soy hombre que cuando dice «si», es que lo piensa, y lo mismo si dice «no»; pero si nada digo, es porque no puedo o no quiero decir la verdad.

    Stalin (visiblemente molesto y contrariado): Soy hombre viejo y con experiencia. Sé que si ustedes van a Persia nunca volverán. Veo que Inglaterra tiene demasiado que hacer y necesita soldados polacos.

    Sikorski: Estamos aliados con Gran Bretaña, y ellos cumplen lealmente con sus compropmisos. Tenemos en ran Bretaña soberanía efectiva. Puedo incluso traer aquí a mi cuerpo de ejército de Escocia y en Inglaterra nadie se opondría. También puedo hacer que mis tropas estacionadas en Tobruk se unan a mi ejército aquí.

    Kot: Los polacos luchan bien especialmente cuando están cerca de su propio país.

    Stalin: El Irán no está muy lejos. Pero los ingleses pueden hacer que luchen ustedes contra los alemanes en Turquía, y mañana acaso entre el Japón en escena. (Parece que lo presagiaba, faltaban 4 días para el ataque a Pearl Harbor, esto lo digo yo).

    …………………………………………………………………………………

  14. Algo más acerca de los oficiales polacos:

    Después de la invasión germano-rusa de Polonia, en el año 1939, dejó de existir el Ejército polaco, pues sus miembros habían caído prisioneros de guerra. Entre Moscú y el Gobierno polaco en el exilio en Londres se reanudaron las relaciones diplomáticas y poco después intentaron los soldados en Londres que fueran puestos en libertad los soldados polacos hechos prisioneros de guerra por los rusos. En efecto, la Unión Soviética puso en libertad a miles de prisioneros de guerra polacos. En Londres poseían unas listas muy extensas y las cifras facilitadas por los rusos no concordaban. Figuraban como desaparecidos miles de oficiales. El embajador polaco en Moscú, Jan Kot, visitó, el 6 de octubre de 1941, al ministro de Asuntos Exteriores soviético Andrej Wyschinski. Esta entrevista nos ha relatada por Kot:

    Kot: «Deseo mencionar las siguientes cifras. Un total nueve mil quinientos oficiales fueron hechos prisioneros de guerra en Polonia y fueron deportados a varias regiones de Rusia. Hoy contamos con solamente dos mil oficiales en nuestro Ejército. ¿Qué ha sido de los siete mil quinientos oficiales restantes? Más de cuatro mil oficiales fueron deportados de los campamentos de Starobielsk y Kozielsk. Existe un muro impenetrable entre nosotros y estos hombres deportados que nos separa de ellos. Les rogamos nos permitan escalar este muro».
    Wyschinski: «Señor embajador, debe usted tener en cuenta que desde el año 1939 han sucedido grandes cambios. La gente ha ido de un lado a otro. Muchos han sido puestos en libertad, otros han encontrado un puesto de trabajo y varios han vuelto a sus casas»
    Kot: «Si uno de los hombres a que hago referencia hubiera sido puesto, realmente, en libertad, no cabe la menor duda de que, en el acto, se hubiera puesto en contacto con nosotros. Esos hombres no son chiquillos, No pueden permanecer ocultos. Si uno de ellos ha fallecido, le ruego nos lo comunique. No puedo creer que no se encuentren aquí».
    Wyschinski puso fin a la entrevista después de dar una respuesta evasiva, pero el embajador polaco no se dio por vencido. El 14 de noviembre de 1941, logró llegar hasta Stalin y preguntarle directamente al dictador:

  15. Kot: «Señor presidente, he abusado ya mucho de su valioso tiempo, pero si usted me lo permite, hay otro punto sobre el que desearía hablar con usted».
    Stalin: «Desde luego, señor embajador»,
    Kot: «Supongo, señor presidente, que usted es el autor de la amnistía concedida a los ciudadanos polacos en territorio soviético. Me permito preguntarle si su noble gesto ha sido llevado a la práctica en su totalidad.
    Stalin: «¿Quiere usted decir, con estas palabras, que todavía hay polacos que no han sido puestos en libertad?»
    Kot: «No hemos vuelto a saber de los hombres internados en el campamento de Starobielsk que fue disuelto en la primavera del año 1940».
    Stalin: «Ordenaré hacer las averiguaciones necesarias. Pero en estos casos, suelen ocurrir las cosas más increíbles.
    Kot: «Le ruego, señor presidente, ordene que sean puestos en libertad todos los oficiales necesarios nuestro Ejército. Tenemos pruebas fidedignas de esos oficiales fueron deportados».
    Stalin: «¿Tiene usted listas exactas en su poder?»
    Kot: «Tenemos todos los nombres, pues los comandantes del campamento pasaban diariamente revista a todos los oficiales. Además, el NKVD llevaba expedientes independientes para cada uno de los oficiales, Ni un solo oficial del Estado Mayor del Ejército, a las órdenes del general Anders, ha dado señales de vida».
    Stalin cogió el teléfono y mandó que le pusieran en comunicación con la central del NKVD, la policía secreta soviética.
    —Aquí Stalin —dijo por el aparato—. ¿Han sido puestos en libertad todos los polacos que se encontraban en las cárceles?
    Colgó el auricular, se volvió hacia Kot y empezó a hablar de temas muy distintos. Ocho minutos más volvió a sonar el teléfono. Kot sospecha en sus Memorias que fue la respuesta del NKVD. Stalin escuchó en silencio, volvió a colgar el auricular y no mencionó más el tema. El enigma de los oficiales que habían desaparecido quedaba sin resolver.

  16. También los generales polacos Wladyslaw Sikorsky y Wladyslaw Anders trataron de averiguar la suerte que habían podido correr sus compatriotas. El 3 de diciembre de 1941 ambos se presentaron a Stalin.
    Sikorski: «Tengo en mi poder la lista de unos cuatro mil oficiales que fueron deportados a la fuerza y que en la actualidad se encuentran en las cárceles o campos de trabajos forzados. Esta lista no es completa pues sólo figuran en la misma los nombres de aquellos que sabemos de memoria. He ordenado se realice una investigación en Polonia y el resultado ha sido negativo. Ninguno de nuestros oficiales se encuentra en Polonia y tampoco en los campos de prisioneros de guerra en Alemania. Estos hombres se encuentran aquí pues no ha regresado ninguno».
    Stalin: «Esto es del todo imposible. Han huido.
    Anders: «¿Y adonde pueden haber huido?»
    Stalin: «Pues, por ejemplo, a Manchuria».
    Sikorski: «Es completamente imposible que todos ellos pudieran huir, sobre todo teniendo en cuenta que toda correspondencia entre ellos y sus familiares terminó en el momento en que fueron deportados de los campos de prisioneros de guerra a los campos de trabajo forzado y a las cárceles».
    Esto fue todo lo que lograron averiguar los dos generales polacos. El Gobierno polaco en el exilio entregó al Kremlin unas cuarenta y nueve notas en que se pedían explicaciones sobre el paradero de los oficiales polacos desaparecidos y todas estas notas revelan que en Londres creían que los oficiales estaban todavía vivos. Hasta el 13 de abril de 1943.

  17. El 25 de abril de 1943 el presidente Roosevelt escribió una carta a Stalin en la que le decía: «Confío que Churchill logrará convencer a Sikorsky para que en el futuro tenga más sentido común.»
    Sikorsky y su hija fallecieron en un accidente de aviación. Mientras se dirigían desde El Cairo a Londres, el avión se estrelló el 5 de julio de 1943, en Gibraltar. Las causas no fueron aclaradas.
    Al parecer los polacos no fueron traicionados solamente por Stalin. La pregunta queda en el aire: ¿Murió Sikorsky debido a una grave falta de sentido común?

  18. Ulises, ¿has conseguido el libro?.
    Stalin: «Esto es del todo imposible. Han huido.
    Anders: «¿Y adonde pueden haber huido?»
    Stalin: «Pues, por ejemplo, a Manchuria».
    Sikorski: «Es completamente ……. esto coincide palabra por palabra con el libro de Anders, es un trozo que no puse pero es exactamente igual.

    Sobre la muerte de Sikorski recuerdo en el libro que es objeto de una gran contrariedad, de todas formas lo respasaré y lo aclararo.

  19. No, Antonio, no conseguí el libro, es imposible, este fragmento lo saqué de un libro acerca de Nürenberg. Es como una introducción a la parte del juicio cuando los soviéticos pretendieron juzgar a los alemanes por el asunto de Katyn y tuvieron que retirar los cargos, porque el caso dió un giro muy embarazoso.
    En mi opinión, si Stalin les hubiese dado una bofetada a los polacos, hubiese sido más delicado, pero eso de «por ejemplo, a Manchuria» es una broma sangrienta y macabra, podría haber dicho «por ejemplo, a la luna»…
    Sobre la muerte de Sikorsky leí hace algún tiempo el libro «Accidente, la muerte del general Sikorsky» de David Irving.

  20. Ah. Bueno, en cualquier caso es gratificante comprobar como en distintas fuentes la transcripción es exactamente la misma. Seguiré poniendo partes de la conferencia.
    A mi me cohocó tambien lo de » por ejemplo, a Manchuria», todo menos admitir su responsabilidad, pero el era el fuerte y los polacos los débiles y todo eso se palpa muy mucho a lo largo de toda la conferencia.

  21. Seguimos a lo nuestro Ulises:

    Continua la conferencia:
    Anders expone las dificultades de organizar el ejército tal como se vive en Koltubanda, Tatischev y Totskoie, dado del retraso con que se reciben los víveres y forrajes, las herramientas y el equipo prometidos, etc…

    Stalin (irritado): Si los polacos no quieren combatir, que se vayan. No podemos retenerlos, si quieren irse, pueden hacerlo.

    Sikorski: Si hubiermaos podido organizar el ejército ya estaríamos en el frente. Pero se haperdido mucho tiempo y no por culpa nuestra. En la zona donde estamos situados ahora no tenemos facilidades para instruir a la tropa. Dénos usted otra solución.

    Stalin: Si los polacos no quieren luchar aquí, que lo digan: sí o no. Tengo sesenta y dos años, y sé que donde se forma un ejército es donde se queda.

    Sikorski (con vehemencia): Entonces deme otra solución por que aquí no hay condiciones apropiadas para organizar nuestro ejército…..

    Sikorski (con firmeza): Me duele su observación, señor presidente, de que los polacos no quieren combatir.

    Stalin: Soy franco, y quiero saber de cierto si se proponen ustedes luchar o no.

    Sikorski(resuelto): Los hechos, y no las palabras, prueban que sí queremos.
    …..Anders pide hombres y material…..

    Stalin (a Sikorsky):Como usted quiera.

    Sikorsky:No es mi deseo que el problema se plantee así. Sigo confiado en una nueva fórmula, y estoy dispuesto a a ceptar cualquier solución razonable.
    Stalin (en tono sarcástico): Ya veo que los ingleses necesitan buenas tropas.

    Sikorski: Esa opinión no es justa. En Inglaterra se nos aprecia, sin explotarnos. Conozco además muy bien a Churchill y sé que quiere hacer cuanto pueda por ayudar a Rusia.

    Anders: Un 60% de los hombres que tengo aquí son reservistas. Los voluntaros llegan en deplorable estado y hay que intruirlos. Todo ello requie tiempo y ambiente propicio.

    Stalin(irritado): Esto quiere decir que somos salvajes y que nada podemos mejorar. Quiere decir que un ruso puede oprimir a un polaco, pero no hacer por él nada bueno. Bien, nos pasaremos sin ustedes. Podemos darles a todos sus hombres, y venceremos solos. Conquistaremos Polonia y se la devolveremos. Pero ¿qué dirá la gente?. Se reirán al oir que no sabemos hacer nada aquí.

    La conferencia continúa y continúa en un toma y daca, como niños peleando por un caramelo. Stalin estaba ya algo mayor y era bastante terco y dificil, se ve claramente que no se le podía llevar la contraria.

  22. Todo es muy , los polacos deben mendigar ayuda a sus enemigos seculares, los rusos, y Stalin hace sentir a cada momento la superioridad de su posición.
    «Los polacos no quieren luchar» es una frase destinada a anular cualquier intento de los polacos.
    ¿Que clase de argumento es «tengo sesenta y dos años»?, Sikorski tenía solo tres años menos, y a los cuarenta y uno ya había sido Primer Ministro de Polonia.
    El general Sikorski era un hombre inteligente y sabía perfectamente que podía esperar de los rusos, a fines de 1942 sentía que las amenazas rusas a la soberanía de Polonia eran cada vez más concretas. Me parece realmente pasmoso el que Stalin (y por otra parte Churchill y Roosevelt) actue como si la Unión Soviética jamás hubiese invadido, arteramente, a Polonia en 1939. A mi entender, las conferencias entre los soviéticos y los polacos se asemejaban más bien a una cruel burla.

  23. He encontrado un artículo muy interesante en el blog Es la Guerra! sobre el tema de la muerte de Sikorski. Parece que ahora los polacos quieres averiguar la verdad:

    La decisión de las autoridades polacas de exhumar los restos del general Wladislaw Sikorski, jefe de las Fuerzas Armadas de Polonia y primer ministro en el exilio durante la Segunda Guerra Mundial, puede ayudar resolver uno de los últimos misterios de esa contienda.

    Su muerte en accidente de aviación está envuelta en la polémica. El 4 de julio de 1943, su avión, un B-24 Liberator, sufrió un accidente cuando trataba de despegar del aeropuerto de Gibraltar. Allí había hecho escala procedente de El Cairo, después de visitar a las tropas polacas destinadas en Oriente Medio. El aeroplano, con 17 pasajeros, tomó altura con normalidad, pero de repente se precipitó al mar. Sólo se pudieron recuperar tres cuerpos, entre ellos el de Sikorski.
    La Fuerza Aérea británica, la RAF, envió una comisión investigadora a Gibraltar para establecer las causas del accidente. Después de entrevistar a los testigos, se elaboró un informe en el que se responsabilizó del accidente a un fallo humano del piloto, descartando un sabotaje. De todos modos, eran numerosos los puntos oscuros, como la identidad de algunos de los pasajeros, de los que no se consiguió saber su nombre. Además, de los restos del Liberator enviados a Inglaterra para su análisis tampoco se volvió a saber nada, ni tan siquiera es seguro que llegasen a las islas británicas, lo que hizo imposible confirmar las conclusiones de los expertos de la RAF. El hecho de que todavía hoy esos informes continúan clasificados como alto secreto no han ayudado a descubrir lo que sucedió realmente.

    La muerte del general Sikorski no sería objeto de mayor transcendencia si no fuera porque los más beneficiados por su desaparición eran precisamente los aliados de su gobierno. Esta paradoja se explica porque tanto británicos como soviéticos consideraban a Sikorski un obstáculo en sus relaciones. El descubrimiento por parte de los alemanes de la matanza de oficiales polacos en Katyn a manos de los rusos hizo tambalear la alianza entre éstos y los británicos.

    El general Sikorski no se conformó con la versión aceptada por Londres de que los polacos habían sido asesinados por los alemanes y este deseo de conocer la verdad le ganó la antipatía de las autoridades británicas, además del odio de las soviéticas.
    El general Sikorski se reunió con el primer ministro británico, Winston Churchill (ambos en la imagen superior), para intentar recabar su apoyo en el contencioso que mantenía con Moscú. El polaco le manifestó que las evidencias encontradas apuntaban, irrefutablemente, a los soviéticos como los culpables de ese horrendo crimen. No obstante, el pragmático Churchill le manifestó que lo mejor que podía hacer era olvidar ese episodio y pasar página, en vista que nada le devolvería la vida a los oficiales asesinados.

    Pero Sikorski no se dio por vencido y continuó luchando por descubrir la verdad, convirtiéndose en una figura muy incómoda para los Aliados, hasta que llegó el «oportuno» accidente mortal.
    La realidad es que, a partir de la muerte de Sikorski, la relación entre los aliados occidentales y la Unión Soviética fue más fluida, evitando así que peligrase la alianza entre las potencias que luchaban contra la Alemania nazi. Si la desaparición de ese elemento perturbardor fue debida a un providencial accidente o, por el contrario, forzada por la acción de los servicios secretos británicos o soviéticos, es algo que la exhumación de su cadáver puede ayudar a solventar.

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