Sartine y el Caballero del punto fijo, Juan Granados

SARTINE Y EL CABALLERO DEL PUNTO FIJO. HOMBRE DE MAR, INTENDENTE DEL REY

 “En un momento clave en la historia europea, cuando empieza a agriarse el enfrentamiento entre Francia e Inglaterra que culminará en las guerras napoleónicas, España no se resigna a perder protagonismo. Nicolás Sartine, intendente de la Marina Real de oscuro y un tanto accidentado pasado, recibe órdenes de Fernando VI de trasladarse a Galicia con una misión más arriesgada de lo que parece: proteger la construcción de un arsenal que ponga freno a las ambiciones británicas. (Sinopsis de la contraportada).” .

Resulta harto complicado esgrimir el bolígrafo, abrir el cuaderno de notas hasta llegar a la primera hoja en blanco y “poner la quilla” esperando y deseando ver cómo un artículo dedicado a la primera novela de un amigo va creciendo hasta su “botadura” y “puesta en servicio”. De un buen amigo con el que, aunque no nos conozcamos en persona, sobre todo por cuestiones de tiempo, distancia, trabajo, etc., siempre he mantenido una correspondencia de honor y lealtad.
Este libro fue un regalo de mi superior en la cena de Navidad del pasado año 2007. Regalo que, para variar, seguramente fue adquirido aquella misma tarde deprisa y corriendo, dejándose llevar por el buen criterio de Mari Carmen, una de las propietarias de la ya desaparecida librería pontevedresa “Sen Verbas”. Tal y como me comentaron, ella se guiaba por el sentimiento a la hora de asesorarte al elegir un volumen para obsequiar y, gracias a ese don, acabé teniendo entre mis manos la obra de Juan.

Desde la primera página me engulló la trama y aprovechaba las tardes desapacibles de invierno en tan agradable lectura a la luz de la lámpara y, aunque no concordara el momento histórico, bajo el sonido que emitían los altavoces reproduciendo los discos que tengo que reúnen las composiciones que aparecen en el interior de las miles de páginas que forjan la saga de Patrick O´Brian dedicada a Jack Aubrey y a Stephen Maturin. Leía y leía hasta que me lloraban los ojos. Hasta me retaba a seguir. Era como si formara parte de un excitante juego que girase en torno a la frase “¿cómo sigue todo esto?”. Solo el dolor en mi visión, el paso de las horas u otros inconvenientes que dominan nuestro cuerpo, mente y razón, conseguían dejar aparcado el placer de esta lectura.

A raíz de esta sensación, aún sin terminar de “devorar” páginas, quise dejar constancia de todo esto que me sucedía en esos océanos que conforman la Red y, para mi sorpresa y gracias a esas líneas virtuales arrojadas a las inmensidades, Juan contactó conmigo para agradecerme el apoyo. Dudo mucho que cualquier otro escritor se hubiese molestado, si quiera, en buscar referencias de sus lectores.

Debido a esta “conspiración del universo” a lo Coelho se podría decir, nació nuestra amistad, la cual me ha brindado mucho apoyo en los momentos (demasiado comunes) de crisis, debilidad e incertidumbre sobre mi futuro. Nunca es fácil.
Ya le hice una crítica a esta primera entrega de la saga de Sartine (quizás para cuando se publiquen mis garabatos pasados a ordenador, la segunda esté a la venta o en vías de estarlo), la cual se difundió en el Navegante del Mar de Papel, pero no me puedo resistir a ofrecérosla corregida y reescrita desde el sosiego y la mejor perspectiva que aporta el paso del tiempo:

El coruñés Juan Granados inicia, con esta novela, una saga dedicada a la Marina Real española en el s. XVIII y de la mano de su protagonista estrella, el brigadier Nicolás Sartine, intendente del Rey, de carácter cambiante e impredecible como un gato siamés, que siempre anda añorando el mar y la Italia heredera del Renacimiento, además de estar perseguido por la figura de su rencorosa amante, Catalina Lassaletta, tanto en su imaginación como en persona, y que ahora es mujer de Juan José Navarro, Marqués de la Victoria, con el cual no tiene muy buenas relaciones el bueno de Nicolás.
Por encargo real, mejor dicho, del Marqués de la Ensenada, Nicolás Sartine es destinado a una misión, al parecer, un tanto rutinaria que es la de echarle un ojo a las obras del nuevo arsenal en Ferrol, impulsándolas, e investigar la extraña muerte del ingeniero encargado, un tal Salomón, que falleció al despeñarse en compañía de un sirviente de nombre Petruccio, el cual trae desagradables recuerdos al propio Sartine.

El poderío naval de España, con arcas casi agotadas tras las guerras de Flandes y con un basto territorio colonial, ha de resurgir siguiendo las directrices y anhelos del ya fallecido Patiño, pero hay muchos intereses contradictorios en la propia Corte del pacífico rey Fernando VI. Si Ensenada, seguido de muchos como Sartine, aboga por la creación de arsenales y la construcción de un gran número de navíos de guerra, otros consejeros reales abogan por una alianza con el Inglés (que igual, a la larga y viendo lo que han recogido los libros de Historia, quizás habría sido mejor), y preparar un ejército poderoso para repeler a Francia.

Acompañado por sus comisarios, de entre los cuales destaca el comisario ordenador Felipe O´Conry (cuya boca le puede causar mas de algún malentendido y problemas varios, aunque se gana la simpatía del lector desde el primer momento), parte de la Corte para recoger al nuevo ingeniero, Cosme Ábalos, que desde el principio se muestra tan eficaz en sus cometidos, como sabio y petardo en palabras del propio O´Conry. Aunque su físico no se parezca en nada, en alguna de sus intervenciones, Ábalos se deja confundir con el propio doctor Stephen Maturin, ganándose también la estima y aprecio del lector.

El camino por Castilla rumbo a Galicia se hace tortuoso, lleno de trampas creadas por los pasajeros de un carro de posta negro, llegando incluso a ser atacados por una banda de ladrones, aunque no consiguen frenar a los decididos oficiales de Intendencia.

Durante el viaje se nos enseña la geografía, tanto de la zona como de los personajes que, poco a poco, van aumentando en número como con la inclusión María Falcón, una joven rescatada por los protagonistas principales de su asqueroso tío y que termina siendo apadrinada por Sartine y Ábalos. Incluso sacan de la cárcel a Melchor Macanaz (la parte en la que conversa con el brigadier sobre su estudio sobre los impuestos de Castilla y demás es la mas lenta de todo el libro, suspiré de alivio cuando lo pasé (siempre queriendo saber en qué aventuras se meterán nuestros amigos a continuación), al igual que el propio Sartine).

Los días y semanas pasan en Ferrol lentamente y en rutina para Nicolás, con alguna escapada a una famosa mancebía del lugar, acabando siempre en los brazos de Betsy, y con la tortura de tener cerca a su aún amada Catalina y a su despreciable marido que no para de poner trabas a la voluntad real. Sin embargo, la trama no cae y hasta se enriquece con la captura de un barco pirata y con la intervención del capitán (gourmet) de las Cuevas, una personaje divertido y entrañable que tendrá su protagonismo en el futuro de la trama.

Sin embargo, la parte mas importante es cuando tienen que poner rumbo a Inglaterra para contactar con el mas que célebre Jorge Juan de Santacilia, uno de nuestros Ilustres que está de misión secreta en la isla para reclutar personas cualificadas para los nuevos arsenales. Llegar a donde él y volver será tarea más que ardua y peligrosa.

A muy grandes rasgos os he hecho un resumen de la novela, aportando algunas impresiones. A mi me ha enganchado desde el primer momento, dedicándome a leerla durante horas sin descanso. Es una literatura muy agradable y con sabor de novelas de otros autores con salitre, pólvora y ruido de sables. Está bien construida y posee un hilo lógico y claro. El único momento donde se aburre uno es en la parte donde Melchor Macanaz suelta todo su conocimiento tributario y es que, damas y caballeros, seamos sinceros, a mí el Derecho tributario nunca ha sido de mi agrado (de ahí esas notas en la facultad), sin embargo, dicha parte no sobra en la novela. Es un libro muy recomendable para los aficionados al género histórico centrado en la Armada.

Lengua: CASTELLANO
ISBN: 84-350-60770-5
Nº Edición: Primera
Año de edición: 2003
Editorial: EDHASA, NARRATIVAS HISTÓRICAS
Plaza edición: Barcelona
Páginas: 502

16 comentarios en “Sartine y el Caballero del punto fijo, Juan Granados

  1. Estimado Comandante, ,e he quedado prendado de su gusto por el mar, por un buena lectura, por trasmitirnos esos sentimientos tan especiales y que tan familiares suenan sobre una tarde desapacible y del disfrute de una buena singladura através de las páginas. Desde luego tenga usted por seguro que este Navegante compartirá la Proa con el interesante Sartine.

  2. Una gran reseña, en todos los sentidos si señor, enhorabuena Comandante. El libro es de 2003 y por lo que se desprende de la reseña es un intento de crear una saga, pero hay más libros editados?.

  3. Muy buena Comandante. El libro lo leí hace ya unos añitos y me he quedado con las ganas de leer más y que la saga continuase, pero hasta la fecha no hay noticias. Si el autor es amigo suyo y le puede adelantar si habrán más títulos se lo agradecería enórmemente.

  4. Yo de este autor conocía el libro que escribió sobre El Gran Capitán en Edhasa pero este no lo conocía y la época, siglo XVIII, no está muy tratada por lo que intentaré pillarlo en Iberlibros. Macanaz, Jorge Juan, el Marqués de la Ensenada y el resto de la estirpe de marinos ilustrados que acabarán muriendo en la batalla de Trafalgar son un tema interesante para una novela histórica escrita por un autor español. ¿no me digáis que la vida de Jorge Juan no merecería una novela histórica mezcla de Cicerón y el capitán Hornblower? Y el tío era de Novelda.

  5. Buena reseña Javier, yo como comenta Vicent tengo pendiente en casa por leer El Gran Capitán del mismo autor, ¿la has leído Javier?, ¿que tal está?, me gustaría hacer la reseña un día de estos (si no es que la quieres hacer tu Javier).

  6. Pingback: “Sartineando” « Sartine’s Coffee

  7. Vayamos por partes.

    Navegante, estate seguro de que no te va a decepcionar el libro en las tardes desapacibles.

    Luismi y Nacho, la segunda entrega acaba de terminarse y está ahora bajo los ojos críticos de la editorial, así que igual dentro de nada tenemos noticias.

    Vicent, ya creo que Jorge Juan se merecería más de un libro, pero la cuestión no es fácil.

    Vicent y Xavi, pues no, no he leído el segundo libro de Juan, así que no puedo comentaros nada, lo único que ha sido un éxito de crítica por lo que he oído, cosa que me alegra mucho.

    Un saludo y gracias por vuestras palabras!

  8. Saludos a todos.
    Yo leí la novela y no me gustó, demasiado pesada en algunos puntos.
    El comandante Javier es amigo del autor, y entiendo que lo defienda, pero desde mi punto de vista demasiado denso.
    Más que un mar de agua es un mar de aceite.

  9. Desde luego un punto de vista muy contundente Capitán, ¿tendrá algo que ver la influencia Obraniana en sus lecturas de otros autores?, pregunto sin acritud eh!, solo por curiosidad. Un saludo.

  10. Tornado, me sorprende esa acusación la cual, no obstante, no significa que esté carente de razón, pero sí he leído a otros autores como Forester que sí me han gustado.
    Reconozco totalmente, insisto, que siento devoción por O’Brian, por lo que quizás tenga algo que ver con que no termine de valorar por entero la obra de Granados.

  11. Esta reseña, al menos en su primera parte, la escrito especialmente para Novilis y cierto que ha sido posterior al contacto, la reseña original, que es la que aparece en cursiva, fue publicada en el Navegante del Mar de Papel el pasado día 19 de Febrero de 2008. Pero ya hablé de esta obra en el mismo blog con las siguientes palabras: «Tardes en las que he ido devorando páginas de un gran libro como es «Sartine y el caballero del punto fijo». Sin duda, todo un placer.» En entrada de 29 de Enero de 2008, a raíz de la cual el autor contactó conmigo, exactamente, e 17 de Febrero de 2008, cuando la reseña ya estaba lista y programada para su publicación.

    Tampoco es una cuestión para andar incidiendo.

  12. Me temo que sea un craso error poner el Sartine a competir con Aubrey, son dos personajes muy distintos. Quizás el hecho de que se trate el tema del espionaje, tanto en Sartine como en El Gran Capitán, pueda llevar a confusión, pero en mi modesta opinión Granados tiene un estilo narrativo y un nervio para construir personajes que es muy suyo y que en muy poco se asemeja ni al de O´Brian, ni al de Forester, ni al de Kent, ni al de Pérez Reverte… Habrá que seguirle la pista, desde luego.

  13. Para poner un poco de paz en esta discusión: recomendamos el nº11 de La novela antihistórica y también el 12. Ambos están dedicados a las dos novelas de Sartine. En esas páginas se resumen -o se trata de resumir al menos- las virtudes -que haberlas haylas- de esas obras de Granados, pero no se perdona ninguno de sus fallos. Sobre todo desde el punto de vista histórico. Que haberlos haylos también.

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