30 comentarios en “Novedades Diciembre 2009

  1. El libro de la batalla de Toro de Almena parece interesante. No es una batalla muy conocida y sin embargo más importante para la historia de España que Lepanto o la Armada Invencible o Rocroi. Nada menos que la liquidación de la otra opción dinástica castellana y el camino que conduce a la unión dinástica entre Aragón y Castilla. La dinastía Trastamara y su siglo y pico de luchas, tensiones y sueños es poco conocido por el público lector medio (no así por los estudiosos, que si no me engaño han descubierto no hace mucho esta época que culmina en cierta forma en la toma de Granda en 1492 -es nuestro Quatrocento, por decirlo de alguna manera). El libro de Almena podría ser un buen punto de partida para ver el punto de vista militar del asunto; yo veo los libros de Almena como unos Osprey españoles hechos por aficionados con muy buena voluntad.

  2. Leiva, estoy de acuerdo cuando comenta que los libros de Almena son los «Osprey españoles»; pero, es casi seguro, que los libros de Almena, en algunas épocas de la historia de España son mejores que los Osprey u otros anglosajones con prejuicios a ciertas épocas gloriosas de la historia de España, aunque hay que reconocer que las comparaciones son odiosas. En cuanto a lo que comenta: «por aficionados con muy buena voluntad», le comento; Herodoto, Tucídides o Gibbon, no eran doctores y, ahí están sus hechos… Bien, ¿qué quiero decir con ello?, pues, que tanto Almena , como cualquier entidad o incluso persona, puede estar bien estudiada(s), documentada(s) y ser honesta y; sin necesidad de historiadores académicos realizar una obra excelente. Muchas veces el problema se encuentra en el corporativismo de estos historiadores académicos hacia obras que no son realizadas por ellos mismos… es lo que pienso, pero, preguntémonos ¿cuántos libros cuya temática es la historia están realizados por personas que no son historiadores de carrera?, la respuesta es obvia, ¡cientos!, ejemplo: el típico periodista que escribe un libro sobre historia y es un éxito.
    Si, una de mis favoritas «aficionadas» a la historia, la cual en su época les produjo ‘dolores de cabeza’ a los historiadores por lo bien que lo hizo y, le importaba un bledo lo que pensaran ellos de ella, es: Barbara Tuchmann, con «Los cañones de agosto», obra que recomiendo para aquellos que no la conozca, donde se aprecia el buen hacer en la narración histórica, realizado por una persona «aficionada», que no es doctor o historiador académico de profesión.

    Saludos.

  3. Los cañones de Agosto, qué libro, aquí está la reseña que se hizo en su día: http://novilis.es/WordPress/?p=325

    Cuando alguien comenta que una obra está realizada por «aficionados» no suena muy bien, la verdad es que ese término se ha usado siempre como algo negativo y así ha quedado, aunque luego no sea la realidad.

  4. Hola. No quiero entrar en una discusión sobre aficionados, académicos, etcétera; no soy historiador; estudié Filosofía; no es mi estilo y no me preocupa la distinción si el producto final es de buena calidad. Puede que haya un cierto «corporativismo» entre los historiadores profesionales, pero hasta cierto punto es natural, porque es algo que ocurre en todos los gremios (¿dejaría usted que yo, sin saber ni jota de mecánica, le reparara el automóvil?). No he utilizado el término «aficionado» con ánimo de despreciar el trabajo de los autores de Almena, ni mucho menos. Sólo he leído tres libros de esta editorial. Los hay que escriben bastante bien, como Mario Díaz Glavier, el autor de Pavía 1525, y los hay que dan pena. Los libros de Osprey son de mejor calidad, sin lugar a dudas, a pesar de que es cierto que falta un buen libro de Osprey sobre los Tercios o sobre la Reconquista o batallas famosas: Navas de Tolosa, Sagrajas, Bailén, 2 de mayo, etc. Pero dudo mucho que Osprey esté interesada exclusivamente en el público español teniendo las ventas aseguradas en los países anglosajones: la industria del libro es eso, industria, cálculos, ventas, beneficios. Es lamentable, pero es así. Lo digo con conocimiento de causa porque trabajo hace cerca de veinte años en ella.
    En cuanto a Barbara Tuchman, tiene usted razón, el libro es magnífico; sin embargo, a pesar de no ser una historiadora profesional, su exquisita educación, sus relaciones familiares, sociales y su posición desahogada por su pertenencia a la clase dirigente de Estados Unidos, así como su labor de investigación en una ONG ligada al wilsonianismo en los años 1930 le permitieron desarrollar su indudable talento en eso que ahora llaman «periodismo de investigación». Eso da unas ciertas ventajas, hace que conozcas a determinadas personas que puedan orientar tus investigaciones y te ayuda a no cometer determinados errores; en definitiva, te enseña el oficio y te ahorra sobresaltos. Es algo que se parece mucho a la dirección de una tesis. Saludos.

  5. Es España tenemos suerte que está Almena para ocuparse de los temas patrios. Sale alguna noticia de Osprey y todo el mundo se vuelve medio loco y aunque su reputación le avala, igual que a Almena, los de Osprey tienen algún que otro bodrio. En Almena también hay algunos que son un poco de relleno. En fín, que en todos lados cuecen habas.

  6. Sí, en Osprey también hay bodrios, como en todos lados. Si me he pasado pontificando en la segunda intervención pido disculpas, JF y Navegante. El debate aficionados/académicos sale de vez en cuando en este foro (yo soy un recién llegado, pero me imagino que ha salido ya varias veces) y tiene muchos matices. Pero en fin, aquí lo que hay que hacer es recomendar libros y discutir sobre cada uno de ellos, no intentar hacer teoría de la Historia. Y para compensar, prometo que incluiré dentro de poco uno de los libros de Almena en mis comentarios. Buen fin de semana.

  7. Almena y Galland Books son dos editoriales que si no existieran habría que inventarlas ya que editan cosas que solo se puede leer en inglés/alemán/francés y aquí las tenemos traducidas y editadas. Yo soy ferviente lector de Almena y recibo por correo sus boletines bimensuales; lo único que tengo que decirles es que se podría imprimir todo la colección «guerreros y batallas» en color sin gran coste añadido y mejoraría mucho la edición. Por lo demás, enhorabuena y seguid editando las batallas de la Guerra de la Independencia en sus respectivos bicentenarios.

  8. Bueno toda editorial tiene tendencia a tirar para lo suyo sea la Osprey para los temas anglosajones, la Almena para lo español, Tribuna da Historia para lo portugués, Histoire et Collections para lo francés,…
    También tanto pueden ser academicos como aficionados siempre que el aficionado domine bien el tema que trata o incluso militares profesionales (como algún Osprey o de Tribuna da Historia).

  9. Voy a romper una lanza a favor del corporativismo.
    Muchos de los historiadores aficionados de los que vdes. hablan no son tales. La mayoria tienen una formación académica notable (Tuchman, por poner un ejemplo) o Beevor. Que no trabajen en instituciones académicas dice mas bien sobre el mercado laboral britanico o americano, mas que nada. Y recomendaría que alguien se mirara (parece que lo hacen pocos…) los agradecimientos que suelen dar inicio a los libros.
    Dicho de otra manera, los «aficionados» anglosajones no suelen ser tales, a diferencia de la mayoria de los españoles, que si lo son realmente.
    Y si los aficionados suelen hacer buena labor (especialmente los que tienen formacion de periodistas) en el aspecto narrativo, suelen ser deficitarios en el aspecto analitico (por desgracia, algo comun en la historiografia actual). Que la reedicion de libros como «El Estado Absolutista» de Perry Anderson haya pasado desapercibida dice muy poco del nivel al que nos vamos acostumbrando.
    Los aspectos teoricos no suelen ser plato de gusto del aficionado, lo que es comprensible. Pero lo que hace avanzar la historia como ciencia suelen ser esos libros justamente, aunque sean farragosos y dificiles.
    Hay libros muy bien escritos por aficionados-periodistas (David Solar, por ejemplo) y otros realmente deleznables (los de Felipe Quero o la colección de «El Mundo» dedicada a la IIGM). Y, realmente, no es exclusivo de este pais. Algun libro del tipo de «50 batallas decisivas» demuestran que la siembra es mucha.
    Los libros de la editorial Almena no son mi especialidad. Solo he leido un par y el tratamiento de las fuentes me parecio bastante deficitario y muy poco «profesional», pero igual tuve mala suerte en la elección.
    Y ahora el toque repelente final. En muchos de los aficionados veo que les faltan los elementos para tener un conocimiento realmente critico. Por ejemplo, no suelen saber la diferencia entre fuentes primarias y secundarias o pasan mortalmente del aparato bibliográfico y documental o no le prestan atención a las notas. El que tipos de la calaña de Cesar Vidal o Pio Moa tengan los exitos de ventas que tienen es una prueba fehaciente de ello.
    Un saludo a todos

  10. Hombre, no exageremos.

    Apreciar diferencia entre fuente primaria y secundaria, o mejor todavía, entre testimonio directo y refrito de fuentes secundarias está al alcance de cualquiera.

  11. Estimado urogallo,
    ojala estuviera vd. en lo cierto, pero lamentablemente no es asi. No suelo frecuentar los foros, pero cada vez que entro me veo en la obligación de recordarlo a tenor de lo que leo.
    Un saludo

  12. Senyor Montagut, habla Vd., de «calaña» y, se refiere a dos autores con una vertiente política definida… creo que, sería también apropiado para romper una lanza (utilizo su misma expresión), ahora a favor del «no parcial», pues, otros autores con vertientes políticas (no mencionare ninguno), bien distintas a estos que Vd. cita, también se encuentra en esa «calaña» de la que habla, cuyo corporativismo es evidente, como se dice en la expresión coloquial: barriendo para dentro. Sí, el «corpoativismo», del que habla un servidor y, me reitero en ello, es un mal que esta ahí, presente en varios sectores de la sociedad por desgracia; el que no quiera verlo, que no lo vea, es su problema. Bueno, nos encontramos en una página, para y por la reseña de libros de historia, creo que no es apropiado que empecemos con «otras historias» de corte político, pues entonces esto se convierte en otra cosa y al final llegamos a la fuente primaria, pasando de la secundaria o de las que se presten de la que Vd. habla…

    Molt amable per llegir-me i fins a una altra.

  13. Bueno yo creo que poco a poco vamos aprendiendo. Por aquí han pasado, (y siguen pasando), simples aficionados, estudiantes, escritores, periodistas, editores, profesores y académicos y podemos decir que el balance es de contínuo aprendizaje. Yo he notado que en las reseñas ya casi siempre se citan las fuentes, las secciones bibliográficas, las aportaciones extras como mapas, esquemas y diagramas y hasta pequeñas pinceladas sobre el autor, se nota una cierta evolución, yo al menos me fijo en muchas cosas y detalles que antes no, y eso es gracias a lo que aquí he ido aprendiendo.

  14. Jordi Montagut, creo que tu comentario merece la pena, pero al final lo has estropeado, con esa frase de «la calaña» te has puesto en evidencia, , se te ve el plumero, el plumero del sectarismo y la arrogancia del que no respeta a quienes piensan como el y se cree superior. Se ve claramente tus prejuicios ideológicos, todo eso invalida todas tus opiniones completamente, no eres ni objetivo ni neutral, solo otro aficionado, como los que tu criticas, y de los peores.

  15. No acabo de entender porqué se acusa de parcialidad al señor Montagut. Según los que le critican, sus comentarios son acertados hasta que dice que los dos pseudohstoriadores de extrema derecha más desacreditados de España aparecen en lo que escribe. Cualquier persona con unos mínimos conocimientos de historia sabe que sus obras no tienen el más mínimo rigor y que obedecen a una estrategia de descrédito de las ideas de izquierdas, orquestada por medios de comunicación, etcétera. Existen historiadores conservadores que merecen total respeto, como por ejemplo Stanley G. Payne (al que los otros dos copian profusamente, por cierto). No vale sacar el manido cliché de sectarismo y de no respetar las ideas de los demás, cuando no existen tales ideas, sino sólo la repetición ad nauseam de las mismas consignas contra la libertad de ideas.

  16. Sr. Leiva, con respecto a mis comentarios y lo que Vd., comenta, yo lo veo muy sencillo, me reitero en lo mismo:
    Si se cita a personas con nombres y apellidos de una determinada vertiente política (usted, tambien los menciona, además de citar ahora al conservadorl Sr. Payne) , a los que se les tílda de «aficionados». Creo, que sería también, muy apropiado citar, con nombres y apellidos a otros, que tienen otra vertiente política, distinta a estos que se ha mencionado y también se encuentran en el clíche de «aficionados»; pues los hay. Si hacemos eso, llegamos a conseguir la «imparcialidad» y todos ganamos.
    Vuelvo a comentar, esta página no es el lugar más apropiado , para estos temas, hay otros sitios y lugares. Pero, un servidor amante de la libertad, como creo que todos lo somos; debemos de tener como un ‘alto estandarte’, dentro de esa libertad el concepto: IMPARCIALIDAD.
    Saludos.

  17. ¿Alguien sabe cuando sale el 2º volumen de la Historia Militar de España que esté editanto Laberinto Ediorial?. Según dijeron sadría para antes de fin de año pero no veo síntomas del lanzamiento. Gracias.

  18. Luismi, ¿cuando hablas de reseñas te estas refiriendo a nuestras reseñas en Novilis?. Dudo que Jordi haga referencia a si nuestras reseñas caraecen de rigor o no, ¿verdad Sr.Montagut?.

  19. Hola, JF. Es probable que éste no sea el lugar para discutir sobre nuestras ideas políticas, como usted dice, de manera que doy por terminada la cuestión, salvo si usted quiere responder. Lo realmente extraño del asunto es que la cosa comenzó con el libro sobre la batalla de Toro (1476) para acabar hablando de cosas que pasan en la actualidad. No obstante, antes quisiera aclarar unas cuantas cuestiones:

    1. Este último comentario mío estaba más motivado por expresiones del tipo «se le ha visto el plumero», “estas opiniones quitan toda validez a lo que usted dice”, etcétera, que ha escrito otro participante en el foro, que no por sus opiniones. Estoy de acuerdo en que hay que citar a los autores aficionados de la otra “vertiente política” de los que se han citado arriba. Pero yo no he encontrado ninguno, así que le animo a que lo haga usted.

    2. Yo no digo que los dos autores a los que se refería Montagut sean «aficionados». Los dos tienen una obra extensa y son publicados con asiduidad por importantes editoriales, cuentan con gran número de lectores, etcétera. Un cierto oficio tienen. Sostienen una serie de tesis revisionistas sobre la Guerra Civil que yo no suscribo en absoluto, y su obra me parece más propagandística que histórica, más dependiente de la polémica que de la seriedad académica, pero qué se le va a hacer. Cuando he dicho que copian profusamente a Stanley G. Payne no quería decir que ellos no saben nada y todo lo copian; quería decir que mantienen todas las tesis oficiales de la historiografía conservadora española, en la que el señor Payne ocupa un lugar destacado y bien merecido. Y como son competentes y nada inexpertos, toman de lo mejor de que disponen.

    3. Tampoco estoy seguro, y aquí arriesgo un juicio quizás apresurado, que cuando el señor Montagut dijo más arriba que los autores citados eran esa palabreja que tanta indignación ha despertado, quisiera acusarles de aficionados. Yo creo que se refería a que con el método con el que estos señores confeccionan sus libros yo también llego, sin necesidad de forzar mucho la mano, a la conclusión de que el hundimiento del Maine fue obra de los servicios secretos marroquíes o que Isabel la Católica era una feminista probada. O mucho me equivoco, o una persona que, como el señor Montagut lee a Perry Anderson, está en las antípodas ideológicas de los dos autores citados. Pero eso deberíamos dejar que lo diga él.

    4. No creo en absoluto que aficionado y parcial sean la misma cosa. Hasta creo, si vamos a ser sinceros, que los aficionados se esfuerzan más en ser imparciales que los profesionales, y más si los profesionales lo son de la propaganda, la difamación y la calumnia. De hecho, no creo que exista un sólo historiador o intelectual, ya sea un aficionado o profesional, de izquierdas o derechas, que pueda mantenerse neutral e imparcial ante un asunto, a excepción, claro está, de los que hablan de los tintes en Fenicia o de la forja de metales en el Neolítico, asuntos que están ya tan alejados de nuestra forma de vida que no pueden dar lugar a más polémicas que las estrictamente académicas. Dicho esto, no niego que existan historiadores de izquierdas que barran para su casa, y que algunos de los hechos que los arriba mencionados “denuncian” en sus obras sean, lamentablemente, ciertos. Pero, ay, yo prefiero a los que barren –desde el punto de vista exclusivamente histórico, claro está- con la escoba roja que no a los que lo hacen con la azul.

    Un saludo cordial

  20. Julián, eso es lo que estaba programado, que saldría el segundo tomo antes de fin de año. Intentaré averiguar con la editorial si hay novedad en el frente y si me dicen algo lo pondré aquí.

    Respecto a la discursión que estan teniendo vuestras mercedes, por favor, os pido si puede ser no entrar en temas políticos y por supuesto que el tono sea siempre de respeto con los demás. De momento todo bien, quizás no me guste demasiado el tono del amigo Alexis que creo que se ha pasado un pelín bordeando la descalificación personal. Aquí hablamos de libros, autores y visiones personales, pero siempre con respeto y no hay que ir más allá de eso. Continúen vuestras mercedes y espero que si hay que batirse escogan pistola, que es lo más rápido y cómodo.

  21. Sr. Leiva, empiezo por su final, aunque usted, prefiera un color de «la escoba»; yo, un servidor, no me encuentro con la escoba roja comunista o con la escoba azul fascista o lo que se quiera… (soy neutral), pero amante de la libertad, eso SÍ y como tal, cuando se habla, escribe, se afirma, etc., hay que hacerlo, con toda la libertad del mundo, pero con conocimiento de causa… como neutral, y discrepo de su comentarios, en este mundo tan polítizado, sí que hay personas neutrales y organizaciones; no he indicado ningún nombre, ni pienso hacerlo, apelo a mis principios. Pero los «aficionados» y las «calañas», se encuentran tanto en partidos de izquierdas como de derechas, eso esta claro; y en el mundo del :»autor», «historiador», «editorial» -hay nombres y apellidos-; es muy evidente, el que no quiera verlo que no lo vea, es su problema.
    Por mi parte queda zanjado el asunto.
    Saludos.

  22. He estado una semana fuera del foro y veo que ha estado animado a cuenta de la Guerra Civil. Es un tema que todavía no se ha asentado ya que se tiende a hacer ideología (visión del mundo desde una arquitectura de ideas mas o menos coherente) y a disparar desde la propia trinchera. Animo a los que están interesados en esta época a que lean estas navidades el último libro de Antonio Muñoz Molina (La noche de los tiempos, edit. Seix Barral) que habla de un intelectual de izquierdas que tuvo que emigrar a Estados Unidos porque los milicianos no se acababan de fiar de un arquitecto aburguesado. Lo peor de la II República fue que al final no quedaban casi republicanos, todos querían utilizar la República para sus propios fines (carlistas, falangistas, militares, monárquicos, sindicalistas, socialistas, comunistas o anarquistas.) y la República les daba un ardite. Ganó Franco porque logró mas apoyo exterior y porqué logro mantener a sus seguidores unidos mientras que los republicanos contaron con menos apoyo externo y tenía una debilidad crónica: la lucha entre ellos mismos (Poum vs PCE vs FAI; nacionalistas periféricos contra nacionalistas centralistas, etc.). Los bandos exhibieron una horrible falta de generosidad y si la guerra la hubieran ganado Negrín y los estalinistas no nos hubiera ido mejor que a los demás países pertenecientes al Pacto de Varsovia si es que no nos hubiera invadido antes el ejército alemán de Hitler con lo cual hubiéramos empalmado dos guerras civiles.
    Respecto a Montagut no estoy de acuerdo con él respecto «al repelente final», toda su aportación es repelente con su clásica distinción entre el
    gran escritor aficionado inglés y el mayoritariamente impresentable aficionado español. También su falta de generosidad a la hora de leer al otro (Vidal, Moa) es lo que lleva al enfrentamiento y lo que llevó a la Guerra Civil en su momento.

  23. Como no he tenido aun acceso a la nueva novela de Inédita no puedo comparar. De todas formas, el libro de Pablo Victoria es un ensayo muy vivo. Está sacado directamente del diario del propio Lezo, de la correspondencia del gobernador de Cartagena, de los papeles oficiales de la Corona y también de fuentes inglesas sobre lo ocurrido desde el punto de vista de Vernon. Independientemente que la novela de Mediohombre sea buena, el libro de Pablo Victoria, para mí, es básico sobre este episodio.

  24. Hasta que no leamos «Mediohombre», es dificil decidirse. La obra «El día en que España derrotó a Inglaterra», es ‘harto’ conocido aquí y, con buenas referencias. La opinión que tengo de la obra es muy buena y, aún más, si te gusta el periodo de esa época como a un servidor; pero, volviendo a la cuestión que planteas, te aconsejaría si me lo permites, que no solo te quedes con uno cuando decidas; pues, no hay que olvidarse de la publicación: «La conjura de la mentira», de Ribas Narváez, otra novela histórica que trata el mismo asunto. Lo ideal, bajo mi punto de vista, es tener los libros: «El día en que España derrotó a Inglaterra», «La conjura de la mentira» y, ahora «Mediohombre», para poder comparar las publicaciones. Por otro lado, si tenemos a mano la obra: «Victoria de los españoles por mar» y, nos vamos al periodo o época que tratan las novelas históricas, nos puede ser de una ayuda extra. Sí, son cuatro libros, pero seguro que si los tenemos, tendremos, varias ideas, opiniones, de distintos autores, sobre un tema concreto; en sí, estaremos más, ilustrados y documentados.

    Un saludo.

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