Un ensayo serio y pormenorizado, no solo de la campaña llevada a cabo por Napoleón en Egipto, sino de la personalidad del Emperador. El sueño de conquistar las lejanas tierras de Egipto de donde procedían informaciones sobre yacimientos y grandes descubrimientos arqueológicos se unía al deseo de llegar a ser como Alejandro Magno. Todo un sueño que desde muy temprana edad persiguió al Emperador a lo largo de su vida y que en esta campaña intentó hacer realidad. Un estudio apoyado en las principales fuentes de información como cartas, diarios, notas y memorias de los protagonistas y por supuesto, de Napoleón.
Las amistades del jovén Napoleón dentro del Directorio y los acontecimientos políticos propiciaron después de varias negativas la autorización de la expedición para la conquista de Egipto. Todos los pormenores de la expedición, desde su embrión ideológico hasta el logístico, la partida, la toma de Malta y el cruce con la flota de Nelsón, el desembarco en Alejandría y las primeras escaramuzas con los mamelucos, todo está recogido en este libro con profusión y profundidad. Tirando de fuentes primarias, el autor hace un recorrido por los pensamientos de Napoleón, su forma de actuar y de ser, tanto dentro como fuera del campo de batalla.
En el libro se recoge toda la campaña, desde la llegada a Alejandría en Julio de 1798 hasta la partida de Napoleón a Francia en Ocdtubre de 1799. Por supuesto, todas las batallas, como la de las Pirámides, la del Nilo o la de Abukir contra los turcos. Las consecuencias de la ocupación, los problemas sociales y políticos a los que Napoleón intentó dar solución introduciendo conceptos revolucionarios y reformas legales en Egipto. Ejerciendo ya como un Emperador, aunque no tenía ni poder ni autoridad, el siempre iba un paso por delante.
Esta no es una campaña militar más en la historia. Fue también una campaña científica en toda regla. Más de 150 científicos y estudiosos acompañaron a Napoleón para llegar a Egipto y estudiar el maravilloso mundo que se estaba descubriendo. Ciudades legendarias como Alejandría o El Cairo fueron su base de operaciones y sentaron las bases y fundamentos de la egiptología.
La campaña terminó en fracaso, aunque Napoleón nunca lo vió como tal. Lo cierto es que no se cumplieron sus expectativas, no pudo establecer en Egipto una colonia francesa con la que tener controlados a los ingleses llegando hasta la India o controlando el Mediterráneo Oriental. Napoleón tuvo que salir precipitadamente hacia Francia dejando a su ejército abandonado, le traspasó el poder al General Kléber por carta, sin siquiera entrevistarse con él y aunque no es lo mismo, el resultado tiene ciertos paralelismos con lo que en el futuro sería la campaña de Rusia.
Me ha parecido un gran libro.
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788408085171
Nº Edición:1ª ; Militaria Editorial
Año de edición:2009
Plaza edición: BARCELONA
Gran libro sin lugar a dudas, donde nos muestra el fracaso de la operación que costó miles de francos y que ha nivel estratégico aportó poco a la Grande Armée de Bonaparte.
Dicha situación fue rotunda tras la derrota naval en Aboukir (Nilo, 1 de Agosto 1798), y eso que Napoleón salió victorioso tras la Batalla de las Pirámides (21 de Junio 1798) que puso fin a 800 años de dominio mameluco.
Suerte que tan sólo quedaban 7 años para Austerlitz, olvidemos pues Egipto y estudiemos con devoción la citada Austerlitz, Marengo, Ulm, Wagram, Jena, Borodino… 🙂
Vive l’Empereur!
http://vivelempereur.blogspot.com/
Alguien sabe que pasa con la editorial militaria?
A penas publica titulos y además a dejado colgadas series como la de Sahara o la de Pearl Harbour?
Pues ni idea, y mira que son del grupo Planeta. Supongo que tendrá que ver con estrategias comerciales, si los libros de Shaara no se vendieron bien igual no han continuado. Sobre el de Pearl Harbor creo que no es una serie. La de Alexander Fullerton si la terminaron.
Tiene muy buena pinta, yo le ehcé el ojo cuando lo vi en las novedades anunciado. Gracias por la reseña Rodrigo.
El libro contagia el espíritu aventurero/científico de la campaña, lejos del dramatismo que encarna una guerra de ocupación. Casi como si de un juego de estrategia de mesa se tratara, se ponen y quitan piezas y se embarca toda una expedición a la conquista de una ficha del tablero.
La bibliografía usada en el libro es extensísima y las fuentes de primera mano, un gran trabajo de documentación y selección.
Esta es una campaña que se puede ver como una maravillosa expedición científica en la que se descubrió la egiptología y la criptografía jeroglífica así como la magnífica estampa militar de Napoleón en las Pirámides con el grito: ¡20 siglos de historia os contemplan! pero también se puede ver como una campaña fracasada desde el momento en que la flota bonapartista es derrotada por Nelson en Aboukir y el pequeño corso tiene que huir hacia adelante como en una cruzada medieval: a Jerusalem. La peste y la geografía lo derrotan y tiene que huir con el rabo entre las piernas dejando a su gente allí abandonada. Si hubiera muerto en Jaffa nos habríamos ahorrado la carga de Eylau o la de Guadarrama pero también nos hubiéramos ahorrado la campaña de Rusia o la campaña de España tan estúpidas por innecesarias.
Esta no es una campaña, es una aventura, la gran aventura de Bonaparte.
Nada de lo que vuelva a hacer será tan exótico, tan aventurero ni tan mítico. En Europa será un genio de la guerra y el demonio que arrasará las naciones, pero en Egipto aún podría haber sido un Dios.
Solo que se aburrió muy rápido. Napoleón decía tener la cabeza llena de sueños, pero solo queria ser otro dinasta más en la pequeña Europa.
Despachado hace unos días.
En realidad al Directorio no le costó nada la campaña, ya que se sufragó a través de un saqueo exhaustivo de las nuevas provincias.
El libro es fantástico, sobre todo por lo que tiene de desmitificador sobre la campaña y sus condiciones, pero sin ningún interés especial en otra cosa que relatar la expedición tal y como fué huyendo de la mitificación o de la condena.
Desde el primer momento la expedición empieza a apestar a fracaso, y la gloria se muestra esquiva.
Impresionante cuando comenta de la campaña de Desaix que era la primera vez desde los tiempos de Roma que una fuerza europea avanzaba tan al sur en Africa.
El libro parece muy interesante si hace un buen análisis de la Campaña de Egipto. Si es más importante como fracaso militar y político o como exitosa expedición científica, cada uno lo puede ver desde su propio punto de vista. La campaña puede ser usada tanto para ensalzar a Napoleón destacando sus cualidades o para denostarlo por sus errores, según las preferencias de cada uno. Habrá quienes juzguen que la campaña de Egipto fue innecesaria, puede ser, como también la campaña de España puede haber sido innecesaria desde el punto de vista de los españoles, pero si no hubiera sido por ella, quizás cuantos años más habríamos tenido que soportar los americanos el pesado yugo de la metrópolis.
Importante observación. Aunque lo que se pretendía era que soportaseís durante muchos siglos un yugo mucho más pesado y Bonapartista.
En todo caso, esto nos lleva a reflexionar una vez más entre los objetivos y los resultados.
Muy interesante, ¿por qué muchos siglos?, además creo que Napoleón dejó una huella bastante más grande que el simple recuerdo de sus batallas. Por otra parte el hecho que los Borbones siguieran gobernando en España en lugar de un Bonaparte ¿les hizo la vida más feliz a los españoles?.
España ya era una potencia en cierta decadencia, aplastada por el peso de una guerra cruel. Francia en cambio aún era la nación más poblada y rica de Europa, y seguiría siendo un poder militar a tener en cuenta hasta el día de hoy.
¿Nos habría hecho la vida más féliz un Bonaparte?. Como decía Pérez Reverte, parafraseándo al General Kleber: «Cada gesto de gloria de Napoleón le cuesta a Francia 10.000 muertos».
De todas formas, no todas las ramas del mismo tronco fueron igualmente capaces.
Claro que sí, amigo mío, la gloria es una mercancía que cuesta cara, por lo que solo las grandes naciones pueden pagarla. Francia tuvo la suya, y toda Europa ayudó de grado o por fuerza a pagarla, a eso se refiere la cita que puse en el Foro:
«Ahora todo el universo está en contra nuestra, todos los pueblos piden nuestro exterminio…: ¡están hartos de nuestra gloria!»
Erckmann-Chatrian, Un recluta de 1813
España también tuvo su gloria, y también la pagó cara. Puede España lamentar lo perdido, pero no puede arrepentirse de haber conquistado un Imperio donde no se ponía el sol, por mucha sangre que le haya costado.
(¿Y todo esto salió de la Campaña a Egipto?, vaya, esto es lo que me gusta de este Sitio, la conversación).
Bueno, Napoleón tenía otra mejor: «¿De qué se quejan los franceses?. He ganado mis batallas a costa de reclutas italianos y alemanes.?». Ya era un tácito reconocimiento de que sus batallas tenían un precio. ( Creo que el lo estimaba en 100.000 hombres nuevos al año).
Todos los argumentos secundarios/pararelos son divertidos.
Está buena, pero tiene que ser apócrifa porque ¿los reclutas italianos ayudando a ganar batallas…?
Se parece a algo que dijo Metternich que le dijo Napoleón: «Los franceses no pueden quejarse de mi: para protegerlos, sacrifiqué a los alemanes y polacos», pero Metternich dice que le dijeron…
Es más o menos la misma cuestión. Incluso en Austerlitz ya llevaba consigo a la Guardia Real Italiana ( También llevaba la corona de Hierro de los Lombardos) y a las tropas aliadas de Baviera y Wuttemberg ( Que no dejarían de aumentar).
Sería intersante comprovar qué opinan los egipcios de la excursión del general Bonaparte por su tierra. Hubo por lo menos dos sublevaciones contra los franceses.
Un aspecto a considerar es que tras la aventura surgió en Egipto el régimen de Mohammad Alí, que llevó el país a la modernidad inspirándose en el modelo napoleónico. Esto se cuenta en un libro titulado «El último faraón», cuyo autor no recuerdo.
Gracias por la reseña Rodrigo. Estoy a la mitad y la verdad que merece la pena. Muy recomendable.