Mons 1914, The BEF’s tactical triumph, David Lomas & Ed Dovey

En agosto de 1914 el más vasto movimiento militar jamás visto se había puesto en funcionamiento en la frontera de Alemania con Bélgica y Francia. Los ejércitos del kaiser se apoderaron de las fortalezas belgas de Lieja y Namur y, conforme a los dictados del meticuloso y atrevido Plan Schlieffen, se dispusieron a enfrentarse a los soldados franceses y británicos. Para el 21 de agosto, los franceses habían cosechado una serie de desastres en sus proyectos ofensivos en Alsacia-Lorena, sufriendo tremendas bajas a causa de sus tácticas de offensive à outrance basadas en ataques a la bayoneta contra las posiciones de ametralladoras de los alemanes. La confusión y el desacuerdo reinaban también entre los generales, entre Joffre, generalísimo francés, y Lanrezac, jefe del V Ejército, sobre el que iba a caer el ataque de los ejércitos alemanes que, en el ala derecha del avance, constituían la mandíbula que tenía que practicar el envolvimiento en torno a París. Los soldados de ambs bandos habían marchado durante días, bajo el calor de uno de los agostos más espléndidos que se recordaba, con equipos pesadísimos y uniformes que parecían haber sido diseñados para la guerra en el Ártico. De camino al norte, los británicos pasaron junto al monumento conmemorativo de la batalla de Malplaquet (1709). Estaba en marcha la batalla decisiva que uno y otro bando habían pensado que solucionaria la guerra europea antes de Navidad. La realidad, como sabemos, fue otra muy diferente.

A la izquierda de Lanrezac se había alineado, a partir del 22 de agosto, el Cuerpo Expedicionario Británico (BEF, en inglés), compuesto por 4 divisiones de infantería y una de caballería. A diferencia de los otros ejércitos europeos, el BEF estaba formado por profesionales y no por reclutas y eso creaba una fuerza eficaz y compacta  que Moltke, el generalísimo alemán, consideraba “una pequeña cosa aparte”. Estaba a las órdenes del mariscal sir John French, hombre de carácter dubitativo que no estaba preparado para las nuevas condiciones de la guerra europea. Sus dos subordinados inmediatos, jefes de cuerpo, sir Douglas Haig y Smith-Dorrien, lo consideraban más como un obstáculo que como un jefe serio. En las maniobras de 1913, la dirección de French había sido un auténtico desastre. Sus fuerzas fueron vencidas por territoriales Yeomanry. Haig no se detendría hasta que en diciembre de 1915 le fuera otorgado el mando del ejército británico en el Frente Occidental, después de que French, seriamente afectado anímicamente por la muerte de sus valientes soldados profesionales en las carnicerías de 1914-1915, fuera apartado del puesto. Haig era un cortesano hábil y trepa. El resultado fueron las ofensivas del Somme, Passchendale, etcétera, etcétera. Vamos, que los soldados no notaron demasiado la diferencia entre uno y otro genio de la guerra.

Mons 1914 es un volumen de la serie Campaign de la editorial Osprey que narra los primeros encuentros del BEF en suelo francés: la batalla de Mons propiamente dicha (23 de agosto); la gran retirada hasta el Sena, acompañando a todas las fuerzas francesas que peleaban en el flanco derecho (y que acabaría en la contraofensiva francesa en el Marne, entre el 3 y el 11 de septiembre) y la batalla de Le Cateau-Landrecies (26 de agosto), encuentro en el que los británicos sufrieron más bajas que en Waterloo, lo que da idea del tipo de combate letal al que se enfrentaban estos hombres. A igual que los franceses, los soldados alemanes avanzaron decididos contra la infantería británica, equipada con rifles SMLE Enfield, entrenada especialmente para aprovechar las capacidades brutales de este rifle con cargador de 10 disparos, una de las mejores armas de su género de todos los tiempos. En el llamado “minuto loco”, se esperaba que los soldados pudieran realizar 15 disparos con puntería a una distancia de 600 yardas. Algunos tiradores eran capaces de llegar a los 35 disparos. El capitán Walter Bloem, de los Fusileros de Brandemburgo, escribió después (The Advance from Mons) que el fuego era tan denso que sus soldados creían que les estaban disparando con ametralladoras (cada batallón británico tenía solo 2 MG Maxim o Vickers). De todas formas, el arma que más hombres mató en estos encuentros fue el cañón. La guerra iba a ser una matanza a distancia perpretada por la artillería, no una lucha de tiradores de élite. Sirvan estas cifras: 5.438.602 toneladas de municiones de artillería fueron transportadas desde Gran Bretaña a Francia durante la guerra (¡una cifra solo superada por el forraje para los caballos!).

Se trata de un volumen muy completo, con muchas fotografías con aquel sabor especial que tienen las imágenes del comienzo de la guerra de 1914, cuando los ejércitos aún no se habían enterrado en el barro y todavía había esperanzas de librar una batalla napoléonica comme il faut. También incluye los habituales desplegables en 3D y un capítulo final, que a mí siempre me ha parecido muy inspirador, titulado Wargaming Mons, sobre las posibles adaptaciones de la campaña para juegos de mesa con mapas o figuras.

Saludos y buenas lecturas

  • Paperback: 96 pages
  • Publisher: Osprey Publishing (September 15, 1997)
  • Language: English
  • ISBN-10: 1855325519
  • ISBN-13: 978-1855325517
  • Product Dimensions: 9.7 x 7 x 0.4 inches

24 comentarios en “Mons 1914, The BEF’s tactical triumph, David Lomas & Ed Dovey

  1. A ver cuando lo traducen. Yo tengo los tomos del ejercito britanico en 1916 y el de Verdun en el original ingles, pero claro, es un lectura dificultosa.

    Por cierto que Lanrezac fue el pagano de esta historia y Joffre lo arrojó a los leones de la opinión pública, atemorizada por el continuo avance alemán de finales de agosto. Mons y Le Cateau no detuvieron el avance alemán aunque lo debilitaron, y tal vez mas importante, decidió a los generales germanos a acortar su gigantesco movimiento envolvente, dejando expoesto su flanco derecho.

  2. Hola, von Scheer. Efectivamente, Lanrezac pagó el pato, aunque salvó al V Ejército francés y probablemente a todo el ala izquierda. Ahora estoy leyendo las memorias de Joffre y son terribles. Están escritas en 1932 y el hombre erre que erre en lo suyo. En cuanto al movimiento del ala derecha alemana, hay diversas teorías sobre los motivos de von Kluck de pasar al este y no al oeste de París. El mismo Kluck no lo deja demasiado claro.

  3. Creo que sería hora ( ya pronto es el Centenario ), que hiciesen una colección al Estilo SGM- Grecia y Roma sobre la Primera Guerra Mundial.

    Por otro lado creo que Moltke no ejecutó el Plan Schlieffen tal cual estaba concebido….o al menos eso recuerdo haberle leído a AJP Taylor.

    Saludos !!!

  4. Si Tuchman en sus Cañones de Agosto también deja mal parado a Joffre, colocado ahí por motivos políticos. Lástima que los franceses no hubieran mantenido en el puesto a alguién racional como Michel, que veía lo que iba a ocurrir y como evitarlo.
    Lanrezac tenía claro lo que se le venía encima y de haber seguido al pie de la letra las ordenes de Joffre el resultado sería el cerco y la rendición de su ejército en Sedán; suponiendo la destrucción total del ala izquierda.

    Por cierto como plantea el Osprey el papel inglés, ¿muy anglocéntrico? menciona que se querían largar del frente.

  5. El Osprey es «ligeramente» anglocéntrico. Explica sobre todo las acciones del BEF en su sector. En cuanto a que se querían largar del frente, era French el que al iniciarse la retirada, pensaba replegarse hacia Le Havre. Kitchener le había dado instrucciones precisas sobre no sacrificar a sus soldados.

  6. Ah, por cierto, el ejemplar que tengo es totalmente anglocéntrico en un aspecto: me lo compré en el National Army Museum de Londres, que me gustó más que el Imperial.

  7. French es un personaje trágico. Yo leí 1914, sus recuerdos de la campaña, y eran dramáticos. Grierson, uno de sus jefes de cuerpo, y antiguo Jefe de estado mayor en las maniobras de 1913, murió de un aneurisma y entonces destinaron a Smith-Dorrien al mando del II Cuerpo (todo esto puede leerse en el libro). El resto de tu comentario no sé si es una pregunta o una afirmación. Pero no les echan la culpa de nada a los franceses.

  8. Como siempre una gran reseña Leiva. Una lástima que en castellano se reediten y reediten siempre los mismos y trillados títulos y no se traduzcan y pongan a disposición de los interesados nuevas materias como esta. Ya lo habéis indicado antes, ojalá con el centenario de la PGM tengamos acceso a más material en castellano.

  9. Leiva, gracias por la nueva reseña sobre una batalla de la IGM. Nos traes una publicación de Osprey… creo que dijiste que trabajabas con ellos o que tienes contacto… sabes para cuando traduciran algo…, pues aunque leo inglés, lo prefiero en el idioma de Cervantes o por ejemplo en el de Pompeu Fabra, aunque seguro que va ha ser imposible.

    Si me permites comentaré lo siguiente (centrado en lo británico mayormente).

    La Batalla de Mons nos enseña dos puntos contrapuestos:

    1) Se demostró la eficacia y calidad de los soldados de la BEF.
    2) Se demostró una «imcompetencia» o precariedad en su Estado Mayor.

    Por otro lado quisiera comentar:

    > El 22 de agosto ningún bando sabía muy bien que haría el otro.
    > El 23 de agosto Smith-Dorrien advirtió que las tropas situadas donde la línea sobresalía al norte de Mons corría riesgo de quedar aislas se replegarían al sur por la tarde.
    > El día 24 el BEF empredió su largo repliegue hasta Marne.
    >Un hecho llamativo es el saber que desde Waterloo soldados británicos no habían combatido en la Europa occidental.
    >Los británicos tenían órdenes expresas de no operar bajo mando francés.

    Ya que mencionas datos en la reseña, que nos dice la publicación de las bajas por parte de la BEF en comparación con los alemanes. Las tropas británicas no fueron: ¿una división de caballería y dos cuerpos de los BEF? Qué nos dice la obra.

    Bueno no quiero extenderme más…

    Saludos y gracias.

  10. Gracias por tus comentarios y aclaraciones, JF. Todo lo que apuntas es cierto. Smith-Dorrien avisó de lo expuesto del flanco derecho británico en el saliente y no se le hizo caso. Ya hemos comentado los rifirrafes que tuvieron French y Smith-Dorrien y los de French con Lanrezac. Vamos, una olla de grillos. Los efectivos británicos que mencionas son, efectivamente los que había. Puedes consultarlos, por ejemplo, en el siguiente link:
    http://en.wikipedia.org/wiki/British_Expeditionary_Force_order_of_battle_%281914%29

    y el orden de batalla alemán más completo que he visto nunca, así como infinidad de datos, se encuentra en
    http://home.comcast.net/~jcviser/index.htm/page_9.htm

    Las bajas del BEF, según el libr, fueron, en Mons, de 1.642 muertos, heridos y desaparecidos. La mayor parte de las pérdidas fueron del cuerpo de Smith-Dorrien. Los Middlesex perdieron cerca de 400 hombres, los Royal Irish Fusiliers unos 300. Las pérdidas alemanas fueron bastante grandes, unos 5.000 (datos de Keegan). De todas formas, sobre esta batalla hay un libro polémico, del polémico Terence Zuber, que dice que las cosas no fueron así y que se ha exagerado el poder combativo de los fusileros ingleses, etcétera. Zuber tiene un libro apasionante, Inventing the Plan Schlieffen, que pone patas arriba la teoría de un plan de invasión de Francia preconcebido, etcétera.
    Debes haberte confundido, no tengo más contacto con Osprey que el de simple lector aficionado. No creo que traduzcan nada al castellano y mucho menos al catalán.

    Saludos

  11. Yo tengo un libro que complementa a éste que ha comentado Leiva. Se titula «Los Old Contemptibles (los viejos despreciables)», editado por Osprey y Ediciones del Prado en español y escrito por Michael Barthorp. En el se describen los orígenes y la formación del Cuerpo Expedicionario inglés (BEF) en 1902 hasta su bautismo de fuego en 1914. Lo de Old Contemptible les viene por una alusión despectiva hecha a ellos por parte del tullido Káiser Guillermo II que dijo a Von Kluck «extermine a los traicioneros inglese y arrase al despreciable y pequeño ejército del general French»; su jefe de Estado Mayor, von Moltke, la llamó «esa perfecta cosa aparte».
    Eran tropas profesionales y la mayoría de sus jefes y oficiales se habían curtido en las guerras coloniales contra los zulúes y el Mahdi: Smith-Dorrien era superviviente de Isandlwana, French participó en la expedición de socorro a Gordon comandada por Kitchener, Haldane había escapado con Churchill del campo de prisioneros de los bóers y Congreve, Gough así como Phipps-Hornby habían luchado en la guerra de los bóers. Asimismo dos jóvenes oficiales combatieron dentro de este ejército: Bernard Law Montgomery en el 1º de los Royal Warwicks y Brian Horrocks en el 1º de Middlesex.
    En un ejército clasista y conservador como el inglés se valoraba la tradición y se puso al mando de las mejores tropas al que se consideraba el mejor jefe: Sir John French había estado al mando de la Caballería en la Guerra de los Bóers y había sido, asimismo, Jefe del Estado Mayor Imperial. Haig era, directamente, un imbécil con mando en tropa y Smith-Dorrien un buen general enemistado con French debido a que había sido nombrado para el mando tras la muerte de Grierson por Kitchener, gurú militar inglés, sin pedirle permiso a French.

  12. Por cierto, a los interesados en la IGM las revistas Clio y BBC Historia dedican sendos artículos a la misma. El de Clio está muy vinculado a la novela de Follett «la Caída de los gigantes» y el de la BBC Historia está dedicado al último día de la guerra, el 11-11-1918 con fotos que yo no había visto antes editadas y testimonios de supervivientes.

  13. Lo de Old Contemtibles tiene su historia oculta. Según la leyenda, el 19 de agosto, irritado por la intervencion británica, el kaiser había ordenado a von Kluck que “exterminara a los traicioneros ingleses y arrasara al despreciable y pequeño ejercito del general French”. La traducción inglesa de la frase (French contemptible little army) gustó a los soldados del BEF y Old Contemptibles (Viejos Despreciables) pasó a ser el sobrenombre de los soldados regulares británicos de 1914. La supuesta carta del kaiser a von Kluck no ha sido encontrada jamás en los archivos alemanes. La primera noticia que tuvo el BEF fue en forma de un anexo en la Routine Orders del 24 de septiembre de 1914. El corresponsal militar del Times se refirió poco después al “estado de agitación y nerviosismo del kaiser” ante la posibilidad de que sus fuerzas tuvieran que enfrentarse a los soldados británicos. El término Contemptibles fue abundantemente utilizado por la propaganda británica y norteamericana durante toda la guerra, aprovechando la indignación que las palabras del kaiser habían producido en la población. No tardaron en aparecer poemas sobre los Old Contemptibles y Churchill utilizó el término en un vibrante discurso para el reclutamiento en la Opera House de Londres.
    Sin embargo, una investigación desveló en 1925 que las palabras del kaiser habían sido un invento de un oficial del War Office llamado Frederick Maurice. El CG del kaiser jamás había estado en Aquisgrán, sino en Coblenza. El 19 de agosto los alemanes desconocían aún que el BEF hubiera desembarcado en Francia. El mismo Guillermo II, que se encontraba en el exilio en Holanda, negó que hubiera dicho nunca algo semejante. Véase Arthur Ponsonby, Falsehood in War Time: Containing an Assortment of Lies Circulated Throughout the Nations During the Great War (Kessinger Publishing, 2005), págs. 85-87.

  14. Desgraciadamente para los jefes militares ingleses su experiencia era demasiado colonial, salvo los que habían aprendido algo de la guerra boer seguían despreciando los efectos de la potencia de fuego sobre todo de artillería.
    Así Kitchener soltó perlas como que la infantería inglesa debía poder tomar posiciones sin artillería,… y hubo muchos problemas por ejemplo en relación a los proyectiles HE.
    Por cierto que Haig se ganó a pulso el título de carnicero.

  15. Un defecto de los generales de la Primera Guerra Mundial es que venian de las guerras coloniales, donde la caballeria era importante por su capacidad de movimiento y las cargas a la bayoneta podían decidir un combate. Nada de ello servía contra las ametralladoras Spandau y los cañones Krupp.

    No sé si French era buen general o no, pero si le afectaba la masacre de sus hombres, ya era más humano que Haig, capaz de sacrificar 600.000 de ellos para avanzar sólo 10 millas sin que le pestañeara el alma. Para mí eso fue una negligencia criminal.

    Creo que en esta batalla salió también el mito del ángel de Mons, que ayudaba a los soldados ingleses heridos (creo)

  16. Efectivamente, fue en Mons donde se creo el mito del ángel, como en Lepanto lo del famoso Cristo que esquivaba las balas. Cada catástrofe, por su efecto de shock, crea sus mitos para limitar los miedos y aguzar las esperanzas. La religión es muy socorrida en estos casos.
    En cuanto a las opiniones que se han dado sobre la incapacidad de los generales entrenados en operaciones coloniales es cierto y no. Desde 1870 no se había librado una guerra en Europa, claro, y los franceses y los ingleses tenían experiencia en guerras coloniales, pero sólo unos cuantos habían participado. Los alemanes, por ejemplo, no tenían experiencia militar colonial y cometieron exactamente los mismos errores. Las bajas alemanas fueron descomunalaes y demostraron el mismo desprecio absoluto por la vida de su gente que los aliados.

  17. La imagen que tengo de la batalla de Mons no es solo la de la BEF cubriéndose de Victory’s Cross sino la de compañías de estudiantes alemanes muriendo en tropel contra las ametralladoras inglesas. Para mí lo que me impresiona de la IGM es el cambio de mentalidad que supone la potencia de fuego de las ametralladoras que mataban las cargas ofensivas de la infantería/caballería; es una guerra en la que ya impera la técnica sobre el hombre (avión, tanque, ametralladora, submarino, etc). En un solo día, 1 de julio en el Somme, murieron mas soldados ingleses que cualquier otro día de su historia (contando Normandía 1944 o El Alamein. Los jóvenes; franceses, ingleses o alemanes, se enfetraban a una guerra en la que no habían precedentes ya que ni en Sedán ni en Waterloo habían Vickers o Maxims segando decenas de vidas en minutos.
    Siempre me ha parecido la mejor película sobre esta guerra la de «Sin novedad en el frente» de Remarque con los estudiantes seducidos por los desfiles, las fanfarrias militares y el discurso del profesor sobre aquella frase de Horacio que habla del honor de morir por la patría.

  18. En Mons los batallones de infantería ingleses sólo tenían 2 ametralladoras cada uno.La mayor parte de las bajas fue causada por los Enfield y, sobre todo, por la artillería.

  19. Una excelente película sobre el tema es «Senderos de Gloria» donde un general inútil culpa de su sangriento fracaso a sus soldados por cobardía. Cobardía era no querer salir de la trinchera cuando la mayoría del regimiento ya lo hecho y ha caído muerto antes de llegar a la propia alambrada, no ya a la de la trinchera alemana.

  20. Bueno, lo que se refleja en Senderos de gloria es de 1917, los famosos motines del ejército francés, o sea algo bastante posterior. Uno de los «mitos» de la PGM es el de la sangría de las trincheras. Sin embargo, en los primeros meses de la guerra, la llamada «guerra de movimientos», la matanza fue aún más terrible. Entre agsto y finales de septiembre de 1914, es decir, entre el comienzo de las hostilidades y la batalla del Marne, las bajas en el Oeste se elevaron a más de medio millón de hombres, lo que significa un porcentaje elevadísimo del total de bajas de la guerra.

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