Memorias de Omar Bradley

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Si cuando tuve la ocasión de poder leer las memorias de Rommel me parecieron que eran como subirse a un  monoplaza de la Formula 1, en el caso de Omar Bradley es todo lo contrario, sus memorias son una muestra de prudencia aderezadas con una personalidad muy sencilla, además desprenden la sensación de estar escritas bajo un punto de vista muy realista, en definitiva, creo que muestran muy a las claras el temperamento de este conocido militar norteamericano.

Bradley participó en la IIGM desde los combates en África del Norte, pasando por la invasión de Sicilia y acabando en el desembarco de Normandía hasta la llegada al Elba, es decir, la segunda mitad de la contienda en Europa lo tuvieron como uno de sus principales protagonistas. El libro comienza con un breve apunte sobre su acceso a la carrera militar y seguidamente ya nos encontramos de lleno con su destino al frente africano. Omar Bradley nos acerca con una prosa muy amena a todas las vicisitudes por las que tuvo que pasar un general al mando de grandes contingentes de tropas. No olvidemos que Bradley llegó a mandar al XII Grupo de Ejércitos desde la invasión de Normandía, y como tal, su responsabilidad en el desarrollo de las operaciones militares de los norteamericanos a partir del 6 de junio de 1944 queda de manifiesto en sus memorias de manera evidente. La problemática de la logística, la plasmación sobre el campo de batalla de las cuestiones tácticas y estratégicas en consenso con sus superiores y, en ocasiones, sus diferencias con ellos quedan muy bien reflejadas en este libro de memorias. Habría muchas cosas que comentar sobre su trayectoria y sus vivencias durante la guerra, algunas de ellas han pasado a la historia, como su complicada convivencia con el general Patton, el caso de las bofetadas que este último dio a un soldado en un hospital militar durante la campaña de Italia es uno de esos momentos difíciles por los que tuvo que pasar. Además, como he aludido anteriormente, estas memorias  nos presentan las complejas relaciones que surgen entre los altos mandos y las repercusiones que estas tienen después en el planteamiento de las operaciones militares. Su contacto con Eisenhower es constante, son infinidad de veces las que vemos a Bradley compartir con “Ike” sus preocupaciones y el relato pormenorizado  de las decisiones que debían ser tomadas para acelerar la derrota de Alemania. La intrincada relación con Montgomery, sobre todo a partir de la batalla de las Ardenas, es otro de esos temas que se narra con sumo detalle, hay una admiración por Monty, pero  en una gran parte de estas memorias reflejan de alguna manera algo de resquemor hacia la figura del viejo militar británico, esa independencia de criterio y el egocentrismo que caracterizaba a este último parece difícil de digerir para Bradley…creo que no era el único.

Bradley también nos ofrece su lado humano cuando nos narra su tristeza por la muerte de uno de sus mejores amigos durante la guerra, el corresponsal de guerra Ernie Pyle, además mi sensación tras leer las memorias es que Bradley fue de esos militares que intentaron, a veces sin éxito, minimizar las bajas, aunque eso supusiera una cierta discrepancia táctica y estratégica que conllevó más de una crítica. También me ha llamado la atención la humildad con la que acepta su error al no prever el ataque alemán en las Ardenas en diciembre de 1944, no duda al  admitir su equivocada valoración de la situación en ese momento.

En fin, las memorias siempre son un género complejo de analizar, seguro que hubo críticos y aduladores de Bradley por partes iguales, es lo que conlleva el ser responsable de tantas vidas humanas a su cargo.

Nº de páginas: 762 págs.
Editoral: AHR
Lengua: CASTELLANO
Año: 1956
Lugar: Barcelona

2 comentarios en “Memorias de Omar Bradley

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