Memorias de Guerra, Mariscal B. Montgomery

No quise dejar pasar la oportunidad nada más ver anunciado que se editaban las memorias de Monty de leer con atención su relato. He leído varios libros sobre este hombre, el más cercano quizás haya sido el de Moorehead, aunque quizás el menos objetivo ya que el amor que procesaba este periodista por Monty llegaba a la idolatría. Tenía muchas ganas de leer de primera mano, del puño y letra del Mariscal su punto de vista sobre temas tan discutidos como su relación con Ike, con Bradley, con Patton o su visión de Rommel,  y sobre todo su opinión sobre Market Garden.

He de decir que encontré lo que esperaba, ni más ni menos. La palabra chauvinista quizás se queda corta para lo que este hombre se quería a sí mismo. El libro es un recorrido por su vida, antes de la guerra, durante la guerra y posterior a la guerra. Obviamente la parte central del libro es la dedicada al conflicto.  El libro se lee rápido y tiene un lenguaje claro y muy conciso, ya sabemos, los militares en la mayoría de los casos no son precisamente Cervantes a la hora de escribir y van al grano y sin muchos rodeos ni florituras linguisticas.

Vamos al grano nosotros igualmente. Primero de todo me fui directo a la que quizás es la parte que más me interesaba,  Market Garden. Aquí sale a relucir el caracter británico de manual con respecto a su historia. Hasta de las derrotas hacen una victoria, la carta que le manda Monty a Urquhart, único general superviviente, no tiene desperdicio, me recordó mucho a lo sucedido por Vernon en Cartagena de Indias, aun con una de las mayores derrotas inglesas de todos los tiempo, en el epitafio de Vernon reza «…hasta donde pudo llegar». Aquí lo mismo, llegaron hasta donde pudieron pero ojo, no se lo toman como una derrota, simplemente es que no pudieron avanzar más y tuvieron que retirarse. ¡¡Ahí es nada!!.

En cuanto a las responsabilidades de la operación fallida, Monty echa balones fuera uno detrás de otro, estos son sus argumentos escritos por él:

Primero: El Cuartel General Supremo no veía la operación como la punta de lanza de un gran movimiento aliado por el flanco norte, […].  Sabemos por el libro de Bradley, (Historia de un soldado), página 412,  que a mediados de septiembre había igualdad de recursos logísticos entre el I Ejército americano y el III en ell XII Grupo de ejércitos.[…]. Vamos, viene a decir que si hubiera tenido los recursos necesarios otro gallo hubiera cantado.

Segundo: Las fuerzas aerotransportadas se lanzaron demasiado lejos del objetivo vital: el puente de Arnhem. […]

Tercero. El tiempo. […]

Cuarto: EL II Cuerpo Panzer de las SS se estaba reorganizando en las inmediaciones de Arnhem […]

En fin, no se mencionan en ningún momento la mala planificación, los fallos de inteligencia, las bajas sufridadas,…., no hay por ningún rincón un mínimo de autocrítica y la culpa la tuvo el tiempo, el enemigo que también jugaba el partido o la mala puntería de los pilotos a la hora de pulsar el botón verde para el lanzamiento de los paracaidistas.

En general, el Mariscal, para él mismo es un saco sin fondo de virtudes, usa cartas de aduladores como Moorehead o Cherter Wilmot, incluso de Churchill como pruebas de su buen hacer y de su gran capacidad. Churchill le llega a decir que desde El Alamein hasta Berlín, no ha perdido ni una sola batalla, ¿?, aquí Market-Garden ya ha sido borrada de la historia o las operaciones Perch y Goodwood, ambas sonoros fracasos en Normandía.

Otros aspectos que me interesaban era ver su punto de vista del desastre de Francia en 1940 y la evacuación de Dunkerque:

«La historia de la retirada de las BEF, de la lucha desesperada que tuvo lugar allí y de la evacuación final desde las playas de Dunkerque se ha contado muchas veces. Mi división hizo cuanto se le exigió; era como un barco con todas las velas desplegadas con mar gruesa, que capea el temporal fácilmente y responde al más ligero toque de timón. Así era la 3º División. […]» . No debía saber Monty que en pleno temporal un barco ha de navegar con las velas plegadas por que sino lo normal es que se vaya a pique, como sucedió con las BEF en el continente, pero una vez más, él hizo todo lo posible y no tuvo nada que ver, simplemente pasaba por allí. Y es que cuando algo no le interesa pasa rápidamente de puntillas y en repetidas ocasiones esboza el «…esto ya se ha contado en multitud de ocasiones».

Otro aspecto que tenía muchas ganas de leer de su puño y letra era la campaña del Norte de África y su pelea con Rommel. La verdad, esperaba mucho más de esta parte. De Rommel no habla, no dice nada, pero de él mismo si habla, y mucho.  Cuando llegó a África, sin haber estado nunca en el desierto tuvo rápidamente la visión del problema del VIII Ejército y le fue fácil poner solución. Visualizó rápidamente los problemas de la tropa, los problemas de la moral y él mismo decidió, por el bien de su nuevo ejército, convertirse en un mito, en un gran lider para que sus muchachos se sintieran con ganas de luchar. En el aspecto táctico, ganar a Rommel iba a ser fácil, como cita en repetidas ocasiones. Tan fácil como crear el X Cuerpo Acorazado, a imagen del Afrika Korps de Rommel, eso sí, con la ayuda de 300 carros americanos que desembarcaron en Egipto y permanecer inmóvil hasta que Rommel atacase. Esto a nadie se le había ocurrido hasta que el llegó, claro que tampoco ninguno de los comandantes anteriores tuvo los refuerzos que el consiguió.

Es un libro interesante por el personaje, no deja de ser un testigo de excepción de la contienda desde El Alamein hasta Berlín, pasando por Sicilia, Normandía, Holanda, Bélgica o Alemania. Recomiendo su lectura, aunque hay que estar preparado para encontrarnos todo un ejemplo de rectitud, honestidad, inteligencia, maestría, etc, etc….

Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788492567331
Nº Edición:1ª, Tempus
Año de edición:2010
Plaza edición: BARCELONA


9 comentarios en “Memorias de Guerra, Mariscal B. Montgomery

  1. Estoy con él ahora mismo. Quitando la típica flema británica egocentrista del «todo está mal organizado, necesitamos más disciplina», he de decir que me está gustando bastante para ser un inglés.

    En muchas ocasiones escurre el bulto de Market-Garden, habiendo sido éste su gran mancha negra militar.

    Cordiales saludos,

    Europa Napoleónica
    http://europanapoleonica.blogspot.com/

  2. Para ser más exacto, muchos de sus capítulos se pueden resumir en el famoso «Veni, vidi, vici» adaptado a Monty como «Llegué de novato, vi todos los problemas y los solucioné (casi) todos»; eso sí, Rommel sale y de milagro.

  3. El libro no tiene desperdicio, como ya habéis comentado. Lo de Market Garden si llega a decir que no se cumplió el objetivo de conquistar el puente de Arnhem, pero lo dice en una frase de forma telegráfica y totalmente altanera, vamos, viene a decir: «No conseguimos el puente de Arnhem, y???, pasa algo??, esto ya se ha contado muchas veces, realmente los problemas fueron……

  4. Muy buen documento, intentaré hacerme con el. Vienen fotografías de sus campañas o como en el caso de las memorias de Rommel extractos de su correspondencia de campaña y de sus allegados?.

  5. Me ha gustado mucho la reseña con ese leve grado de acidez. ¿Este hombre no tuvo abuelos? ¿Se fue a la tumba convencido de su absoluto buen hacer? ¡¡¡Increíble!!!

  6. Yo tengo una relación bastante curiosa acerca de este libro ya que, en mi época de vagabundeo por la India sin internet, me quedé sin lectura en inglés y en un mercadillo perdido en un pueblo perdido vi una edición de este libro ajada y muy manoseada pero era lo único que tenía a mano y estuve un mes leyéndolo en mi pobre inglés.
    Con el tiempo he llegado a despreciar al tipo por su carácter y lo sobrevalorado que ha estado su figura militar y las memorias de un ególatra insufrible como este no creo que sean la mejor prueba de contraste de su valor real como militar. Para memorias las de Rommel de la PGM.

  7. De este personaje me parece sumament interesante la escasa objetividad que provoca. Al menos yo no he tenido la ocasión de leer nada así sobre su persona.

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