Los monjes guerreros en los reinos hispánicos, Enrique Rodríguez-Picavea

 

El libro del Dr. Rodrí­guez -Picavea, es  un trabajo de investigación de los más completos que he leído acerca de las órdenes militares. Yo voy a centrarme en el análisis de las Ordenes Militares Españolas. 

Las órdenes militares españolas se hacen necesarias e indispensables en la reconquista peninsular en un momento en que las monarquí­as hispanas estaban asentándose por lo que fueron vitales por su experiencia y permanencia. Fuerza de intervención rápida por su permanente disponibilidad y eficacia

Las Ordenes Militares fueron utilizadas por la monarquá­a como: fuerza militar voluntaria y en servicio permanente, en una época en que los ejércitos eran mercenarios y ocasionales

Hacia el 1250, los Maestres se transforman en reyes dentro de un reino. Llegando su influencia hasta la misma corona, como fue el caso del Maestre Pedro Girón, que pudo llegar a casarse con Isabel la Católica.

Los maestres llegaron a hacer hereditarios sus Maestrazgos: primero se dió en la Orden de Santiago y en menor número en Calatrava.

Su participación  en los ejércitos reales alcanzaba en España, aproximadamente al 10% del total de los mismos. Mientras que en Tierra Santa llegaban al 50% de los efectivos. Y su función termina, en la práctica, con la conquista de Granada a los moros. Después serán utilizadas, en menor manera, en las diversas guerras posteriores que los Austrias Mayores sostienen. Pero con la posibilidad de poder sustituir esta participaciónn, mediante el pago de una cantidad dada a otra persona, acaba realmente su participaciónn. Después se irán diluyendo hasta convertirse en entidades de nobles, pasando por ser dados sus cargos como recompensas a servicios militares y otros prestados a la corona y finalizando como tales Ordenes sus cometidos originales. Los Trastámaras comienzan con su polí­tica de dar mercedes y empiezan a colocar en al frente de los Maestrazgos a representantes de las familias más nobles del paí­s, Juan I mediante una argucia engañó en 1.383  al Papa Clemente VII. Mediante ésta conseguiría nombrar Maestres, algo que solo era  potestativo del Papa. Este engaño consistiía en solicitar el Papa poder designar provisionalmente, en caso de fallecimiento o enfermedad grave, un  sustituto del Maestre. Pero una vez nombrado este sustituto dilataba este periodo hasta lograr que quedara nombrado de forma definitiva. Esta argucia la seguirían utilizando otros monarcas mas tarde.

Los reyes se apropiarían en la practica de las órdenes militares. Para ello, los reyes lograrían ser nombrados Administradores de las de Calatrava, Santiago y Alcántara.

Carlos I, consigue de su amigo Adriano de Utrech, Papa Alejandro VI, que le nombre Maestre de las Ordenes Militares y Administrador perpetuo de las mismas, con lo que se consuma el traspaso efectivo de las Ordenes a la Corona. Después de este nombramiento, Carlos I comienza a enajenar bienes de las tres Ordenes Militares: En el caso de Calatrava llegará a enajenar un tercio de sus propiedades para pagar sus deudas de las guerras en  Europa.

Después los reyes irán colocando como Maestres a sus herederos y familiares en las Ordenes, incrementándose esto con los Borbones. Con las grandes desamortizaciones del siglo XIX, principalmente la del 1835, con la expropiación de los bienes de las órdenes militares, se acaba su presencia, quedando solo la testimonial como cuerpo nobiliario.

He seguido con especial interés lo escrito acerca de la Orden de Calatrava , ya que por haber nacido en un  pueblo que fue Encomienda Mayor de la Orden de Calatrava, he leí­do y seguido su desarrollo y evolución, desde hace mucho tiempo. He visitado muchos de sus cenobios y he estado viendo constantes vestigios de la misma. He comprobado como mudo testigo de su abandono, saqueo y expolio. Cuando leo en este libro como era el templo de Calatrava la Nueva y los enterramientos existentes y recordando las veces que he visitado el Sacro Convento de Calatrava, a pesar de su obras de rehabilitación emprendidas, hay que tener mucha imaginación para pensar que allá existiera algo de lo que aquá­ se recuerda.

Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788497347587
Nº Edición:1ª, La Esfera de los Libros
Año de edición:2008
Plaza edición: MADRID
 

15 comentarios en “Los monjes guerreros en los reinos hispánicos, Enrique Rodríguez-Picavea

  1. Un muy buen estudio de las órdenes militares en la península ibérica. Es exhaustivo históricamente hablando y es un estudio serio de las órdenes, Calatrava, Santiago, El Temple, Los Hospitalarios y como ha apuntado Juan en todo lo relativo a las relaciones con las Coronas, el Papado y por supuesto en el ámbito Militar. Es un gran estudio de su idiosincrasia, evolución y desarrollo y por supuesto quedan fuera de este estudio todo lo relativo en materia esotérica, griálica y mística……

  2. Buenisima la reseña Juan. Este libro lo tengo en la lista de futuras compras pero es que estoy saturado de libros pendientes para leer.Esperaremos a mi santo el 3 de diciembre. Por cierto Juan, ¿ eres de Alcañiz?, lo digo por lo de que has nacido en un pueblo que fue Encomienda Mayor de la Orden de Calatrava.Yo tengo un cliente en Alcañiz que visito cada tres meses y siempre paro a comer en el Parador que hay en el castillo de los Calatravos. ¡ Es increíble!.

  3. El título del libro hace referencia a los monjes guerreros en los reínos hispánicos, pero también trata de las órdenes militares de las rábitas de los reínos musulmanes o solo las de los critianos?. Me interesa el libro pero si tratase todas, tanto las de unos como las de otros mucho más, hay que tener en cuenta que el origen de las órdenes militares cristianas fue copiado de las musulmanas que ya existían con anterioridad.

  4. – A Xavi: » No soy de Alcañiz, sino de un pueblo ahora perteneciente a la provincia de Ciudad Real, llamado Agudo, que juntamente con otro llamado Abenojar, formaban la Encomienda Mayor de la Orden de Calatrava. Alcañiz perteneció, asimismo, a la Orden de Calatrava. Me alegro de que te haya interesado el Libro que, insisto, es el más completo de los que he leido sobre Ordenes Militares Hispánicas».

    – A Juanfran: «En esta obra, se estudian las Ordenes Militares en su conjunto: las de Tierra Santa y las Peninsulares. Se hace de forma exhaustiva. Entre las Peninsulares se describen: las diez especificamente españolas y las tres portuguesas. No se hace alusión a las musulmanas. Queda claro la intención del autor , cuando dice que va a hacer un estudio de las ordenes militares como creación original de la cristiandad medieval».

  5. Gracias Juan por la aclaración. Ayer estuve ojeando el libro y ya me quedó claro igualmente el contenido. Creo que al final me haré con el.

  6. Es una obra con rigor… en las Órdenes Mayores. Es decir, Temple, Hospital, Calatrava, Montesa, etc…
    Como entenderéis la de Montegaudio es de sobra conocida por mí, así como estudiada, tras publicar «Deus Vult». Bien, pues esta orden, pasa sin pena ni gloria y la única información que trata es la que se puede conseguir por la red.

  7. Bueno, una vez leído el libro, sobre este útlimo comentario creo que una orden que no llega a consolidarse, que dura apenas 22 años desde su fundación en 1174 hasta que es fusionada con el Temple en 1196 es normal que pase sin pena ni gloria. Parece más un intento, un proyecto de orden que si bien consigue hacerse ocn algunas propiedas incluso en Tierra Santa no termina de cuajar en los ámbitos políticos y religiosos y sufre varios cismas hasta que muere su fundador y acaba integrándose en el Temple.

  8. Estimado Justo, es errónea esa informción. O al menos incompleta.
    ¿Como es que no habla de las donaciones que a ella se hicieron en Tierra Santa? Por ejemplo la Torre de las Puncelles en Ascalón o la Iglesia-monasterio del Monte Gaudio. En Tierra Santa se conocio con Montjoie.
    El hecho de ser la única orden española que intentó irse a Tierra Santa, debería haber merecido algo más de rigor. Incluso de interés, pues a pesar de varios intentos por trasladar destacamento de órdenes militares tipo Santiago a Tierra Santa, todos fracasaron. Estos monjes españoles furon de los pocos que estuviron en Hattin, por ejemplo. ¿No merece eso una mayor profundidad en su estudio?
    Por otra parte no hubo cismas, sino que se los crearon al pasarla al Temple. ¿Por que no se habla de frey Lino de Luca, o frey Pedro de Cilis…?
    Para terminar, hay libros, incluso simples enlaces en Internet, en donde se profundiza mucho más en esta orden, que, insisto, era española cien por cien e intentó estar en Tiera Santa. Esa era su originalidad.
    ¿Por ser pequeña no merece atención? Permítame discrepar, estimado Justo.

  9. Estimado Alberto he de rectificar sobre mi comentario pues tienes razón al hablar de las donaciones y del establecimiento de la orden en Tierra Santa, de todo eso si se habla en el libro y no reseñé nada en mi comentario anterior. Quizás no con la profundidad que debiera pero si se menciona todo eso, incluso las posesiones y territorios que recibieron en Tierra Santa. De la batalla del Haittin no se menciona nada, ni de la defensa de Jerusalén.

  10. Posiblemente en la defensa de Jerusalén no consta que hubiera ningún monteguadio, pero sí parece que hubo un escuadrón de ellos en Hatin.
    Un saludo cordial.

  11. El libro trata de las órdenes militares en la península ibérica y no de sus posesiones en otros territorios. Al tratarse de una visión de conjunto, lógicamente se centra en lo fundamental. Hay otros trabajos más específicos sobre la orden de Montegaudio, pero en el libro se recoge lo fundamental de la trayectoria de la orden. Se mencionan las donaciones en Tierra Santa, pero no se profundiza sobre ellas porque no es un libro sobre Tierra Santa, para eso ya hay otros estudios. Se analiza la orden de Montegaudio desde la perspectiva de la monarquía aragonesa, que es la que la fundó y desde ese punto de vista fue un proyecto fracasado. En cuanto a la información que figura en internet sobre la orden, en muchos casos no es correcta. Por ejemplo, no está en absoluto demostrado que caballeros de la orden participaran en Hattin.

  12. Vamos a ver. No es así, estimado Javier. El libro son las órdenes Hispánicas y la de Monteguadio, que es una más, pasa de puntillas, de refilón y con datos muy vagos y superficiales.
    Y claro que hay informaci´n en Internet ue no es correcta… como ora que sí que o es. Por ejemplo las actas y bulas del papado sobre las orden, sus donaciones, la regla, etc…
    Las donaciones son importantes, puesto que es a partir de ese momento desde que se desplazan a Terra Santa. Tanto el monasterio de Monte Gaudio, así como la torre de las Puncelles (o Doncellas) en Ascalón o diversas posesiones allá, fueron otorgadas por Reinaldo de Châtillon, Miles de Plancy así como el mismo Balduino o su hermana Sybilla. Por lo tanto, es importante hacer mención de ellas. Solo mención, no profundizar. En el libro, apenas se detallan.
    Por otra parte, si se trataba sólo de las tierras hispánicas, su fusión con el Temple, así como las maquinaciones habidas, hubieran podido comentarse mucho más en rofundidad, ya que de hecho fue el rey de Aragón quien dispuso que pasaran al Hospital de Santo Redentor y posteriormente al Temple. Pero hubo la rama castellana que se negó, así como la encomienda de Motalbán, si mal no recuerdo. Una parte pasó al Temple, y la otra se quedó como orden de Monfragüe (si mal no recuerdo tampoco)
    De todas formas tuvieron bastates encomiendas en Teruel, entonces zona de frontera de la Corona de Aragón, pues los moros de Valencia subían hasta allí haciendo algaras. Algo podía haberse comentado.
    De la misma forma que detallar algo más su fundación, que no es ni mucho menos en Aragón, sino por el conde Rodrigo Álvarez, antiguo caballero y comendador de la Orden de Santiago. Su mujer se metió a un cnvento beneictino y él a esa orden de caballería, pero se salió de ella para fundar la de Monte Gaudio. Parece ser que estuvo en la Segunda Cruzada y de allí salió la idea de partir a Tierra Santa.
    Tuvieron que salir de León (el condado de Sarria, que no Sarriá) es de Lugo y en aquella época, leonés. Pero tuvieron que irse a Aragón por celos y rencor de la Orden de Santiago. Fueron acogios en Alfambra, pero antes tuvieron donaciones en lo que hoy es Portugal y León.
    Eso, por ejemplo, sí se podía haber comentado mucho más en profundidad, pues hay datos.
    Incluso haber investigado la fecha efectiva de la regla (Císter, es decir, San benito, o San Basilio) concedida por el Papa, pues hay variaciones entre los que opinan sobre el tema.
    Y sobre Hattin, pues no, no está demostrado que formaran parte, como tampoco que no estuvieran o no lo hicieran. (Fíjate, yo digo, parece ser que…) Pero, al parecer, habiendo allí caballeros de la orden en la época, lo más normal es que entraran en batalla, pues furon todas las órdenes. De hecho hay quien dice que el fundador murió en Jerusalén defendiéndolo.
    Un cordial saludo.

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