Los asesinos, W.B. Bartlett

La palabra asesino es una de las mas famosas de la semántica castellana (y europea ya que es muy parecida en francés, italiano, alemán o inglés). El origen de esta palabra está en las crónicas medievales de las Cruzadas que describían una secta dirigida por el llamado «Señor de la montaña» que se dedicaba a matar líderes políticos cristianos de manera sigilosa e inevitable. Como en ese episodio de Sherlock Holmes donde un taimado y drogado hindú mataba ingleses con una cerbatana minúscula o como el asesino de la Rue La Morgue de Poe.

El autor, médico y especialista en el mundo de las cruzadas, deconstruye esta historia y nos lleva a la realidad de la que fue la secta nizarí a lo largo de toda su historia. En los primeros capítulos nos describe el origen y desarrollo del Islam con las primeras herejías chiíes respecto a la gran mayoría suní. A su vez los chííes se fueron escindiendo entre ismailíes, duodecimanos, fatimíes y nizaríes. Todas estas sectas chíies se originan por la fuente de legitimidad en la dinastías de imanes (caudillos) descendientes del yerno de Mahoma, Alí. Según los chíitas el Islam debía ser gobernado por el nieto de Mahoma Hussein, asesinado por los suníes, y su línea geneaológica que tenía que permanecer oculta hasta mejor oportunidad. Llegado el momento el Imán oculto reaparecería y gobernaría el Islam. Este momento sería predicado por un enviado de Alá al que denominaba Mahdi.

Para los nizaríes era muy importante la figura del Imán que tenía poderes religiosos, militares y políticos. Los nizaríes surguieron de una escisión chíi como fueron los ismailíes que gobernaban en Egipto. Un descendiente del Imán ismailí, Nizar, fue muerto y los nizaríes surgieron desde esta legitimidad que se origina en la figura del Profeta. El primer líder Nizarí fue Hasan-i-Sabah que se estableció al norte de Persia, en la ribera sur del mar Caspio, en las fortalezas de Alamut y Lamassar. Desde estas fortalezas inexpugnables luchó contra los turcos selyúcidas y se extendió por Siria. Era una secta proselitista que enviaba misioneros (da’i) y asesinos silenciosos a matar a sus enemigos mas recalcitrantes (mataron a Conrado de Montferrato e intentaron matar a Saladino o a distinos líderes mongoles), su estrategia de establecerse en lugares alejados e inaccesibles en las montañas se debía a su pequeñez ya que no podían luchar en igualdad de condiciones con la mayoría suní o con los turcos selyúcidas en las grandes urbes de la épocas o en valles extensos. Con el tiempo se establecieron en Siria y se aliaron con los francos en su lucha contra el común enemigo suní. Mataron pocos francos pero todos les temían debido a la implacabilidad de sus asesinatos selectivos (como una especie de Mossad de la época).

Su final territorial y político vino con las invasiones mongoles del siglo XIII. En 1258 los mongoles tomaron Alamut y exterminaron a todos los nizaríes que pudieron. Esto provocó su diáspora por el Medio Oriente y la India donde en 1842 ayudaron a los ingleses contra los suníes afganos y se ganaron el reconocimiento de éstos que les permitieron prosperar en la India y en el Africa dominada por éstos.

Hoy en día los nizaríes están liderados por el Aga Khan IV y están muy implantados en la India y en todo lo que fue el imperio inglés. Ya han abandonado sus prácticas criminales pero mantienen la fama que les llegó gracias a los cronistas medievales como Guillermo de Tiro, Jean de Joinville, Marco Polo, Burchard de Estrasburgo o Benjamín de Tudela.
El origen de la palabra asesino como consumidor de hashisch también la deconstruye Bartlett que afirme que el origen de la palabra hasshisini se la pusieron sus enemigos no porque consumieran hachís sino porque el consumidor de hachís estaba muy mal considerado en el mundo musulmán y éste calificativo insultante se les hacía porque se considera a estos sectarios como de poca categoría moral. Para el fida’a nizarí el asesino era un mártir pero para sus enemigos era «chusma de clase baja» (pag. 256). 

Colección BBC Ariel
Páginas 328
Edición 1
Formato 12 x 19,5 cm
Encuadernación Rústica
Código 968047
ISBN 978-84-9892-029-1

8 comentarios en “Los asesinos, W.B. Bartlett

  1. Interesante libro vicent, yo tengo pendiente desde hace ya un par de años el de Alamut, sobre la secta de los hassasin. Me imagino que este que reseñas es ensayo, ¿verdad?. Lo que no dejas claro vicent es si te ha gustado o no el libro, y si nos lo recomiendas.

  2. ¿Cúal es el de Alamut?, no lo conozco. Este es un muy buen ensayo que hace un recorrido por el paso de esta organización por la historia, casi siempe centrada en la época de las cruzadas. Muy mitifacada con el intento de asesinato de Saladino. Es un libro que salió hace algunos años, yo lo tengo de 2006.

  3. Es un libro interesante porque habla de una época y un mundo (el islámico de la Edad Media) que no se suele conocer por estos lares ya que estamos habituados mas a la versión latina o cristiana de las Cruzadas. Yo me hice un lío con los nombres y las subdivisiones religiosas de los islámicos pero el el libro es ameno de leer y la historia de la secta de los nizaríes, asesinos, es interesante porque es un submundo islámico fronterizo y un poco subversivo de lo que era la ortodoxia suní o chíi.

  4. Ignacio, el de Alamut es una obra maestra que escribió Vladimir Bartol hace más de 70 años!!!, y que narra como convertían en autenticos fanáticos asesinos a unos seres humanos mediante múltiples engaños. Yo la tengo pendiente pero según comentarios lo más grande de la novela es que el transfondo psicologico es totalmente aplicable a nuestros días, a pesar de que la novela, como comentaba antes, esta escrita en el 1938. Saludos (intentaré en breve reseñarla por estos lares).

  5. Hola Vicent. Si me permites quisiera apuntar unos matices para mayor perspicacia con respecto al Islam y tu reseña; por cierto interesante.

    «Asesino», etimológicamente procede del árabe (hassasí) ‘bebedor de (Hassis), bebida narcótica de hojas de cañamo’ (año 1256), nombre aplicado a los secuaces del sectario musulmán conocido por el:»Viejo de la Montaña». Daba (hassis) a sus hombres para que cometieran sangrientas venganzas…
    «Diccionario etimológico de la lengua castellana» de Joan Corominas.

    Con respecto a la palabra : «Imán». Bueno, no exactamente es un (caudillo), tal y como lo entendemos los occidentales; un imán es: ‘el que dirige la oración entre los mahometanos’; o sea, es algo más que un caudillo político; es un (jefe espiritual). El Imán, en la actualidad sigue teniendo esa facultad.

    Mahoma, murió sin dejar hijo varón y designar claramente un sucesor. La cuestión de quienes eran los verdaderos sucesores de Mahoma se convirtió en división y derramamiento de sangre en el Islam. Las dos principales divisiones son la de los Sunníes y Chiítas. Los Sunníes aceptan el principio de puesto electivo mas bien que la descendencia del Profeta. Los Chiítas (partidarios), creen que el verdadero liderato viene por medio del linaje de Mahoma mediante su «primo» y yerno Alí Ibn abu Tabib, el primer Imán (sucesor y jefe espiritual), quien se caso con Fátima, la hija favorita de Mahoma. Del matrimonio vendrian los nietos Hassán y Husseín. Alí, durante su gobernación como califa surge una lucha por la jefatura entre él y Muawiya, gobernador de Siria. Para evitar más sangre, se sometió la disputa a arbitraje. El que Alí hiciese eso causó más división, muchos se apartaron de él (Jaridjitas) fue una rama que se separo; al igual que los Suniíes, eligieron un líder entre los Omeyas de La Meca. Para los Chiítas Hassán, el primogénito era el sucesor; pero abdicó y fue asesinado. Su hermano Husseín, llegó a ser el nuevo Imán, pero murió a manos de los soldados omeyas. Su martirio (como lo consideran los Chiítas) ha tenido un efecto que llega hasta nuestros días.

    Los Chiítas, creen que solo ha habido 12 imanes, el último Mahomet Al-Muntazar, desapareció sin dejar prole en el año 878. Así «llegó a ser el Imán esperado (muntazar)… al debido tiempo aparecerá como Mahdi (guiado divinamente), para restablecer el Islam Verdadero, conquistar el mundo e introducir un milenio antes del fin de todas las cosas»
    (Histoy of the Arabs).

    Al Hassan Ibn as-Sabbah, procede de los fatimidas de Egipto, el cual gobernaba un grupo de herejes Chiítas llamados (Ismailiyas).

    Al Hassan era el llamado: Viejo de la Montaña, así con ese nombre pasó o se le denominó en la Europa cristiana.
    En el mundo musulmán, se denominan (Batiniyah), derivado del nombre de los creyentes en el Batin; doctrina esotérica de algunos grupos chiítas o (Fidawiyah), que significa :’aquellos que dan la vida como rescate de su alma’ (fide), se le llegó a conocer popularmente por (Hashishiyin).

    Al Hassan murió en 1124, su sucesor Al Hassan II, a su vez fue sucedido por Al Hassan III, el cual abrazó la ortodoxia sunnita debilitando el poder de la secta.
    Su último Jefe fue Rukn ad-din, prisionero por los mongoles y ejecutado.
    También fue victima de «La secta de los Asesinos», Raimundo, conde de Trípoli.

    Un saludo.

  6. Sobre los naziríes o «asesinos» recomiendo también en clave literaria, «samarcanda» de Amin Malouf y del mismo autor, «Las cruzadas vistas por los árabes».
    Un tema interesante por su misterio y exotismo

  7. JF, gracias por las aclaraciones que enriquecen la información del debate y la formación de los compañeros. Sigo pensando que es un galimatías el mundo de la heterodoxia musulmana y que llega un momento en que te lías con la grafía y el lugar de la subdivisión que se da en en el universo chíi.
    Respecto a la semántica/etimología de la palabra «asesino» que tu citas de Corominas (catalán y experto en la lengua castellana) el sentido que daís es el canónico lo que afirme este libro es que la palabra árabe «haschichin» no solo significa fumador de hachís sino que por extensión es una palabra peyorativa que describe a la gente de baja estofa o poca categoría social. Lo que el autor quiere decir es que los sectarios nizarías no eran una especie de yonquies abducidos sino mártires convencidos de la causa al estilo de los palestinos que actualmente se inmolan contra los judíos.

  8. Gracias a ti, efectivamente, Vicent; es un galimatías.
    Fijate, los chiíes que son aproximadamente entre el 15% al 20% del islam y lo divididos que se encuentran, y mas si lo comparamos con el resto de musulmanes que son un 80%.
    La clave de la división de los chiíes se encuentra: en la identidad del Imán descendiente directo de Alí que optó por ocultarse para esperar vivo el momento adecuado para surgir y cumplir su misión; -es el tema que divide a los chiíes en varias ramas-.
    De los Ismaelíes o septimanos; de éstos se ramificaron en varias sectas como los «asesinos» – aniquilada en Alamunt en el año 1164-; y los actuales seguidores de Aga Khan.

    Veamos algunas divisiones y subdivisiones más importantes del Islam:

    Abangans (sectarios).
    Alawíes.
    Alevíes.
    Chiíes: duodecimanos, imanies, Ismailíes o septimanos.
    Jareyíes.
    Musulmanes Negros (sectarios).
    Sufíes.
    Sunníes.
    Wahabíes.
    Zaydíes.

    Por otro lado; sí, el ‘canónico’ como tú dices; pero sabes lo que ocurre con ello, pues que los etimólogos son muy reacios a las interpretaciones ( pasa cómo con los históriadores, qué no les gusta el típico periodista que escribe una obra de historia), sobre todo, de gente que no es filóloga o entendida en la materia, rechazando: falsas etimogías, etimologías populares, interpretaciones anecdóticas o fantasias varias. Los etimólogos quieren: estudios, ensayos histórico-etimológico- filológico; o sea, buscar el «étimo» (origen de una palabra y pertenencia a una determinada lengua).

    Saludos.

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