Lectura simultánea: Tank Men, Robert Kershaw

A partir del lunes 9 de enero de 2012 comienza la lectura simultánea de Tank Men. Podrás dejar tus comentarios junto al resto de lectores e ir comentando los aspectos que consideres más interesantes sobre la lectura. El ritmo de lectura se marcará en general entre todos los participantes, siendo más o menos de una 50 páginas a la semana, al igual que ya se ha hecho en lecturas simultáneas anteriores. Esperamos tu participación y que resulte tan interesante como las anteriores que henos realizado en Novilis,.

33 comentarios en “Lectura simultánea: Tank Men, Robert Kershaw

  1. Lo leí en un pis pas y necesito volver a leerlo con calma, digiriendo todo lo que cuenta que es mucho. Lo tenía pensado pero ahora me viene de lujo esta lectura simultánea. Preparado estoy.

  2. No es mi medio habitual, pero desde que leí el primer capítulo me llamó la atención estos «Acorazados» terrestres y estoy dispuesto con mi ejemplar en la mano.

  3. Tank men lo estoy leyendo y me ha apasionado.Un libro basico para entender lo que se sentia dentro de esos tanques (el sentimiento a quedar ahicharrado etc). Hoy le terminare y tengo pensado empezar Alemanes en Normandia.
    De todas formas no me importaria volver a leer algun que otro capitulo de Tank men. Lo hare a medida que se haga la lectura simultanea. Yo me incorporare despues de las experiencias en la IGM, ya que este conflicto en general siempre lo he seguido de pasada. Toda mi biblioteca se centra en la IIGM.
    Esperando con ganas el de Tiger en el barro de Otto Carius.
    Saludos y Feliz año

  4. Ya he leído los dos primeros capítulos que tratan de la IGM y la época de entreguerras. Si bien empezaron los ingleses a usar este arma (al estilo del antiguo elefante del mundo clásico que rompía líneas de defensa) fueron los rusos y los alemanes los que adelantaron a los ingleses en el estudio táctico del arma y en su evolución como arma móvil, blindada y de potencia de fuego. El próximo capítulo va a ser el «Aldershot» de los rusos y los alemanes que fue la Guerra Civil Española. Veremos.

  5. Lo que más destaco de los primeros capítulo es cómo lo que en principio se ideó para conseguir romper la guerra estancada de las trincheras se va desarrollando poco a poco como arma de futuro. Unos lo ven claro mientras que otros son totalmente retrógrados y no admiten que a esos ingenios se les llame o se integre en diviiones de caballería, incluso algunos se alegran al acabar la PGM y piensan que porfin se van a librar de los tanques y que van a ser desguazados todos y la vuelta de la caballería tradicional. Lo que realmente hizo la aparición de tanque es que cambió por completo el panorama de la guerra moderna, aunque claro, aun muchos no lo sabía, no lo veían y otros no lo querían ver en absoluto.

  6. El primer capítulo es interesantísimo, tratando un tema que muchos desconocíamos: el origen y primer desarrollo de los tanques. Quiero destacar la categoría narradora del autor, muy descriptivo pero sin recargar. Los próximos capítulos prometen mucho.

  7. Llevo leídos ya varios capítulos y el autor, inglés, se basa en testimonios ingleses pero también hay testimonios alemanes (von Luck y Carius, entre otros) así como rusos, italianos, franceses aunque en menor cuantía. El escenarios es, siempre, el campo de batalla europeo mas el Norte de Africa.

  8. Bueno, entrando ya en materia. Esta noche comenzaré el capítulo 4º con el comienzo de la 2ºGM.
    Hasta ahora me ha gustado mucho conocer cómo evolucionó el desarrollo del carro durante el periodo de entre guerras. Como los alemanes supieron sacar mayor provecho de todo lo aprendido durante la Gran Guerra y dedicar sus esfuerzos al estudio de la ergonomía y comodidad de la tripulación. Mientras las otras potencias volvían a sus viejas y clásicas costumbres e ignoraban lo que el carro de combate podía darles. Sus teóricos como Fuller o Hart fueron más estudiados en Alemania que en su propio país.

    Me encantan las notas al pie, muchas aclaratorias que sirven perfectamente para allanar el terreno a la lectura con tantas siglas de regimientos y temas técnicos.

  9. Hay una crítica del autor a Fuller o a Liddell-Hart en que los acusa de ser unos «puristas» del arma acorazada en el sentido de que este arma debía ser autónoma de la infantería o la artillería; en Africa del Norte los alemanes atacaban con carros, artillería del 88 y batería contracarros que hacían mas daños a los carros ingleses que los propios carros alemanes (III y IV) que eran parecidos en potencia, movilidad y protección acorazada a los carros ingleses. El autor dice una cosa muy interesante en que los alemanes aventajaban a los ingleses: aquellos habían previsto salidas laterales del vehículo además de la torreta lo que hacía que las posibilidades de escape, dependientes de la rapidez, aumentasen en el caso de las tripulaciones alemanas mas que en las inglesas.
    Otra característica que comenta el autor es que la práctica en batalla de los carristas alemanes era disparar parados mientras que los ingleses disparaban en movimiento por lo que su tasa de aciertos era menor que las de los alemanes.
    Muy interesante este libro, cierto.

  10. Cierto eso que comentas Vicent, me dejó impresionado cuando lo leí Hoy en día si es fácil tener asumido que con la tecnología que manejan los carros son capaces de disparar en movimiento, pero nunca se me pasó por la cabeza pensar que en la Segunda Guerra Mundial era práctica habitual esto, pensaba que todos, al ser el sistema de tiro totalmente manual, todos sin excepción disparaban con el carro parado.Me quedé bastante perplejo al leer esto en Tank Men, es increíble, pero si solo en las prácticas de tiro ya se tendrían que dar cuenta que así es prácticamente imposible acertar a ningún objetivo!!. Los alemanes parece que solo aplicaban en todo el desarrollo del carro algo tan básico como es EL SENTIDO COMÚN y parece tan ilógico las posturas contrarias de los británicos sobre todo, que cuesta mucho trabajo creerlo.

  11. Lo que es sorprendente es que, siendo los ingleses los inventores de los tanques y teniendo los franceses los mejores carros de la época, fueran los alemanes los que derrotaron a ambos ejércitos en Francia en 1940 y en el Norte de Africa en 1941,

  12. No lo estoy leyendo pero si se me permite… Parece ser que los carros soviéticos también disparaban en marcha ¿no?

    Se me están poniendo los dientes largos.

  13. Todavía no he llegado a ese capítulo. Hasta ahora lo único que dice de los carros rusos es que colaboraban con la Alemania de Weimar en ejercicios conjuntos y que en la Guerra Civil Española les dieron un buen repaso a los italianos o que los franquistas recuperaban carros soviéticos para ponerlos operativos en sus filas.

  14. Hola amigos,

    Llevo leídas unas 150 páginas. Estoy acabando la campaña de Francia. Muy bueno; una vez que se ha entrado en combate el libro ha ganado bastante, según mi parecer. Lo de los duelos de los Pz III con los Char-B franceses, espectacular.

    Saludos.

  15. Bua!!, menuda paliza les dieron los franceses cuando realmente se enfrentaron cara a cara, carro contra carro. Los Char-B eran 100 veces mejor que los Pz II y los PzIII, lo que pasa que no iban tan bien coordinados como los alemanes y sin apoyo aéreo o artillero.

  16. Tampoco lo estoy leyendo, pero recuerdo que en un combate, un B1 o Somua 35 destruyo casi 20 tanques alemanes. No se si el libro trata de ese combate…

  17. Si está ese pasaje, en el capítulo «Blitzkrieg en Francia», pongo un extracto:

    «El 16 de mayo un solitario Char-B atacó a una columna acorazada alemana en Stonne, al sur de Sedán, dejando fuera de combate a trece panzer y dos cañones anticarro. Un examen posterior de su coraza reveló que había sido alcanzada 140 veces sin que ni un solo proyectil la atravesara . «Los carros franceses no eran malos, todo lo contrario», comentó C.C. Christophé, un reportero de guerra «insertado» en la 2ª División Panzer. Rolf Hertenstein, comandante de un Panzer IV en la misma unidad, lo calificó de «monstruo enorme, el tanque más grande que habíamos visto nunca. El blindaje era muy grueso, nuestros cañones simplemente no podían penetrarlo» . Por fortuna para los alemanes la precisión del fuego francés se veía comprometida por su propensión a disparar en movimiento.
    El mismo diseño de los carros franceses, que transmitía autosuficiencia, resumía la visión francesa del carro de combate. Mientras que los panzer se dividían entre ligeros, medios y pesados, el Char-B montaba tanto un obús de 75 mm como un cañón anticarro de 47 mm: el armamento de dos carros alemanes. La ergonomía de la tripulación en el interior del coloso francés era cuestionable. El comandante hacía de artillero y de cargador en la torreta individual, supervisaba al resto de la tripulación y, tal vez, hasta dirigía una sección o un escuadrón de carros. El conductor estaba igualmente sobrecargado de trabajo. Tenía que apuntar el cañón fijo de 75 mm, el cual solo podía disparar hacia delante, elevándolo mediante una manivela. Para apuntarlo a una orden del comandante tenía que hacer girar todo el vehículo. Mientras tanto el operador de radio y el cargador, que se sentaban en el centro, no podían ver nada. Un avanzado diferencial de giro hidrostático generaba el giro con la precisión requerida para apuntar el obús pero necesitaba ser atendido por tripulaciones altamente preparadas. Esa poca eficiente distribución de misiones ralentizaba su actuación, tenían que multiplicarse para coordinar sus tareas. Como eran carros de apoyo a la infantería y no estaba previsto que avanzaran grandes distancias, su radio de acción entre cada reabastecimiento de combustible era corto y suponía un impedimento.
    El combate carro contra carro contra el Char-B acabó siendo una especie de «caza del oso» con panzer, en el que los mal armados tanques alemanes cazaban en manadas o en equipo para «morderles» por los flancos o por la retaguardia. En la localidad de Mortiers, el 17 de mayo, seis Panzer III del 1er Regimiento Panzer tuvieron que coordinarse contra un solitario Char-B que les sobrepasó mientras les disparaba, y que era inmune al fuego que le llegaba. Tres de los panzer consiguieron finalmente maniobrar hasta situarse a 300 metros por detrás del carro francés mientras éste destruía un auto blindado. Un panzer disparó directamente a su retaguardia mientras que los otros dos acribillaban la torreta con un proyectil tras otro, hasta hacer que la tripulación abandonase el carro, con sus rostros sangrando a causa de las esquirlas de metralla que saltaban en su interior; ese era el único efecto que habían tenido los repetidos impactos. Aunque «completamente cubierto de impactos», se leía en el informe posterior, «ninguno de los proyectiles de 75 mm, 37 mm, 20 mm y munición especial fue eficaz en la penetración» . El tanque solo pudo ser detenido cuando un proyectil de 37 mmm penetró en el compartimento del motor, dejándolo fuera de servicio.»

    Vienen otros pasajes de un Hotchkinss H-39 y de otras acciones pero creo que a la que te refieres es la que he extraído del libro.

    Ciertamente, la tan famosa caída de Francia no fue tan fácil como se ha comentado en infinidad de ocasiones.

    Ahora ya voy a comenzar con el desierto, otro frente ideal para las batallas de carros.

  18. La verdad es que el libro es una pasada. Es crudo y real, creía imaginar cómo es estar en un carro de combate, nada más lejos de la realidad, este libro te pone en tu sitio al respecto y si ya lo tenía claro antes, ahora desde luego sigo prefiriendo los navíos de línea a los carros de combate. Lo bueno es que entre tanta crudeza y sufrimiento, de vez en cuando las anécdotas de los veteranos nos traen gotas de buen humor y pasajes increíbles:

    «Había un motociclista alemán justo ante mí que estaba dando patadas a su moto para hacerla arrancar, pero no arrancaba y se le hinchaba una vena en la frente; mi artillero se reía tanto que no podía apuntar el cañón para dispararle.»

  19. También se cuenta otra anécdota en el libro sobre un motociclista alemán que se cruzó ante una línea de blindados alemanes cuando se le metió la moto en un socavón y al conductor no le dio tiempo a parar por lo que les pasó por encima al motorista y a la moto dejándolos hechos una galleta a los dos.
    También eso se cuenta en el libro.

  20. Ya estoy en pleno desierto. Es el escenario ideal, casi lunar, para la guerra acorazada. Lo malo son las bestiales y extremas condiciones ambientales que tienen que soportar los carristas. Cada vez tengo más claro que esta gente está hecha de otra pasta, vaya sufrimiento de vida aunque no entren en combate.

    «Por encima de todo esto brillaba el sol, con su «duro y brillante calor golpeando la tierra, duramente, de lleno», según el tanquista Peter Roach. Las temperaturas en aquel lugar eran inimaginables para la mayoría de europeos. Durante los meses más cálidos de junio, julio y agosto el calor del mediodía podía alcanzar los 60º C y desplomarse a los -15ºC por la noche. Raramente llovía, y solo en invierno. Durante todo el año, aproximadamente cada cuatro semanas había tormentas de arena, llamadas «ghiblis», que reducían la visibilidad a tres metros y paralizaban por completo las operaciones. Como concluyó Peter Roach, «un hombre estaba allí fuera de lugar, y así era como nos sentíamos».»

  21. A mí me está gustando, pero voy muy lento. Sólo echo de menos en el periodo entre guerras no se habla de la preparación para las tripulaciones en Rusia. Pero por lo demás muy bueno.

  22. Si se le puede poner un pero al libro es que se centra demasiado en el ejército británico y no toca para nada el escenario del Pacífico o la campaña de Italia pero es un libro del que sales sabiendo mas que cuando empezastes a leerlo.

  23. Yo ahora estoy empezando por Normandía, y se mantiene el interés por la lectura uniformemente.

    Comentario de un tanquista británico ante los carros de combate anfibios, usados en Normandía: » Ser un maldito marinero en un maldito carro de combate era llevar un poco lejos el patriotismo».

    Ese tipo de anécdotas sólo las cuentas los anglosajones.

  24. No dije nada pero lo terminé. Magnífico. Un sabor de boca muy bueno el que te deja este libro, en general.
    Lo mejor sin duda las descripciones del miedo de los tripulantes a ser alcanzados/mutilados/achicharrados en cualquier momento. Muy conseguido.

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