Las Cruzadas vistas por los árabes, Amin Maalouf

“Este libro cuenta la historia de las cruzadas tal como las vivieron y relataron en “el tro campo”. La narración es accesible a todo el mundo, ya que, más que un nuevo libro de historia, AMIN MAALOUF ha escrito, partiendo desde un punto de vista olvidado hasta ahora, “la auténtica novela” de las cruzadas; de esos dos agitados siglos –de la caíada de Jerusalén, en 1099, hasta la toma de Acre, por el sultán Jalil, en 1291- que dieron forma a Occidente y al mundo árabe.”(Sinopsis de la contraportada).

No os dejéis convencer por la sinopsis de la contraportada que acabáis de leer, ya que esta obra no corresponde al género de la novela histórica, sino al del ensayo, ya que es un completo -pero ameno- estudio sobre este prolongado enfrentamiento o choque entre culturas que configuró Occidente y Oriente, aunque contado desde un punto de vista al que no estamos acostumbrados. Igual alguien podría pensar que en las páginas, notas, mapas y cronología, hay un alegato contra nuestra civilización, pero no es así, ya que esta monografía es crítica y objetiva a todos los niveles.

En las primeras páginas nos situamos en el sultanato de Kiliy Arslan, tan al oeste que cuenta con una importante población cristiana (a la que se la denomina rum) y que cuyas fronteras ven pasar un numeroso contingente de andrajosos guerreros francos con sus familias, el cual se instala en un fuerte desafiando el poder establecido, pero Arslan es un tanto pusilánime y duda hasta que la presión interna le obliga a actuar por la fuerza, logrando una victoria aplastante gracias a la poca visión táctica de los frany. Este hecho supone el inicio de tan turbulentos, sangrientos y apasionantes siglos en los que grandes hombres abrieron sus ojos al mundo para fundar el Krak de los Caballeros, el reino cristiano de Jerusalén… O para enfrentarse a ellos, ofreciéndosenos en este volumen parte de sus biografías, cómo les veían sus hombres y sus enemigos, sus virtudes y defectos…

Escudriñar este tema desde el prisma árabe deja un cierto sabor diferente y exótico sobre las cruzadas y nos muestra el abandono del Islam hacia la defensa de sus propias fronteras, sin darle la más mínima importancia, en un principio, a unos crecientes ejércitos invasores hasta que fue demasiado tarde. Claro, las disputas internas eran más interesantes.

Resulta no poco curioso observar que los frany se les antojaban a los árabes ridículos y atrasados; que consideraban despreciable que muchos guerreros se unieran a las órdenes de los Hospitalarios y de los Templarios con el único fin de lucrarse; la pertenencia a etnias musulmanas odiadas actualmente (y desde hace mucho) de muchos de los héroes del Islam como Al-Nāsir Salāh ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb (Saladino); la fragilidad de las alianzas entre reinos cristianos que se atacaban entre sí, llegando a unirse a los árabes para determinadas cuestiones…

Sin embargo, el  autor deja una cosa bien clara y no se corta un pelo al decirlo: el Islam venció militarmente en las cruzadas, pero Occidente salió reforzado culturalmente, recogiendo la “Luz” del mundo. Al contrario que los árabes, los mal llamados frany (entraban todos los europeos no bizantinos en el mismo saco) fueron absorbiendo todo el conocimiento que, con el paso del tiempo y del estudio, fueron recopilando de la Antigüedad (sobre todo Grecia) las escuelas y universidades del mundo islámico, desde filosofía hasta matemáticas, pasando por arquitectura e industria a bellas artes. El propio Maalouf se “aterra” (a mí me sorprendió bastante) al descubrirnos cómo los emisarios occidentales hablaban árabe como si hubieran sido criados entre las dunas del desierto,  sobrepasando a muchos nativos, siendo ésta una muestra del deseo de una civilización que llevaba muchos años en la oscuridad por alcanzar la sabiduría.

Las cruzadas supusieron la transformación de dos bloques, siendo el nuestro el beneficiado con un avance notable y el islámico el perjudicado, paralizándose, cuestión por la que aún nos consideran sus enemigos, agriando su carácter hasta volverlo intolerante, xenófobo y contrario al progreso. Coletazos de una guerra que estamos sufriendo aún y que, por lo que se ve, tardarán mucho en desaparecer.

Considero interesante hablaros un poco del autor, nacido en Beirut (Líbano) en 1949 y exiliado en París desde la guerra civil libanesa de 1975, habiendo trabajado, hasta entonces, de corresponsal en las guerras de Vietnam y Etiopía.

Todas sus obras han sido escritas con pluma francesa y traducidas a gran cantidad de idiomas, recibiendo el Premio Goncourt por su novela La Roca de Tanios (en 1993) y gustando fusionar las culturas occidental y oriental.

 

Lengua: CASTELLANO
ISBN: 84-487-0636-6
Nº Edición: Primera
Año de edición: 1996
Editorial: ALTAYA (Colección Grandes Obras de la Historia)
Plaza edición: Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona)
Páginas: 297 (notas incluidas), más índice de cronología

15 comentarios en “Las Cruzadas vistas por los árabes, Amin Maalouf

  1. Maravilla de maravillas este libro.

    Pero no estoy de acuerdo contigo. Yo no saco esa conclusión de un occidente derrotado militarmente y enriquecido culturalmente.

    Es una libro bastante descriptivo, y a mí al menos no me dejó esa sensación de mensaje.

    Es la narración del otro, del enemigo. Ver la historía desde el otro punto de vista.

    Fantastico. Imprescindible. Genial.

  2. Los Cristianos fueron derrotados por su debilidad frente a la unidad, igual que llegaron hasta Jerusalén por que se aprovecharon de la debilidad interna del Islam frente a la unidad de la expedición Cristiana.
    Luego se dividieron en reinos, condados y señoríos y se debilitaron política, social y militarmente. El fenómeno de las cruzadas no se puede estudiar como un «todo», generalizando. Maalouf narra con brillantez sus tesis, pero intenta condensar demasiadas cosas en este volumen, a mi me dejó la sensación de pecar un poco de generalista, con demasiada alegría pasan los años y se reduce todo a las campañas militares cuando durante todo ese tiempo hubieron muchas más cosas, incluídos tiempos de paz, de comercio y de entendimiento.

  3. La historia de las cruzadas siempre estará marcada por un aliciente que no han tenido otras guerras, es el estímulo de la «fé». Aunque se usara como medio y no como fín, pero ahí está y ahí sigue. Es un periodo complejo a la vez que apasionante.
    Yo aun sigo perplejo cada vez que leo sobre la primera cruzada como todo fue confuyendo para terminar conquistando Jerusalén, cuando lo más normal es que esa primera, rústica y mal planeada expedición acabase en un rotundo fracaso.

  4. De las cruzadas he leído bastante, pero hace tiempo que tengo pendiente la visión del conflicto desde el bando árabe.Seguramente sea este el libro, me has convecido con la reseña. Totalmente de acuerdo con Javi en que las cruzadas se perdieron por la falta de unidad y sobretodo creo yo por la ambición de muchos de conseguir tierras y dinero, y no porque militarmente fuesen superiores, todo lo contrario, y respetando siempre a magníficos generales como Saladino, creo que los cristianos estaban muchísimo mejor preparados para la guerra, tanto en asedio como en campo abierto pero tenia el handicap de luchar en un terreno desconocido, a muchísimos kilometros de sus hogares, de que los musulmanes tenia una capacidad extraordinaria para regenerar sus ejércitos y sobretodo una superioridad númerica frente al bando crsitiano.
    Tengo pendiente en casa el pedazo tocho de Las Guerras de Dios, si no lo reseña nadie antes haré reseña en novilis.

  5. Seguramente para explicar la razón del fracaso de las Cruzadas haya que fijarse en más de una razón, no siendo la capacidad militar la única. Hace poco tuve oportunidad de leer un trabajo de Josep Torró, de la Universidad de Valencia, en el que contrastaba lo ocurrido en España con la Reconquista con lo que pasó en Tierra Santa, y en el que hablaba de la capacidad de nuestros reinos cristianos para dotar de cuerpo social a los territorios conquistados a los sarracenos (inmigración campesina) que permitió una sustitución de poblaciones, lo que a su vez condujo a la extinción de al-Andalus. Esta sustitución social no se dio en Tierra Santa. Por otra parte apuntaba a un hecho característico de Oriente, que fue la entrada en juego del factor turco, muy militarizante y hasta cierto punto «feudalizante», y que permitió sostener castas guerreras de las que careció al-Andalus tras los periodos almorávide y almohade.
    De poco sirve la superioridad militar si un reino latino de oriente tiene que recurrir a «cruzadas» (es decir, a llamamientos a cristianos que viven lejísimos y cuyo interés por el problema siempre es limitado) y no puede fiarse de las estructuras sociales establecidas, básicamente porque no existen. Es algo así como que esos reinos latinos eran superestructuras cristianas (y algo virtuales, diríamos hoy) sostenidas sobre estructuras musulmanas, lo que a largo plazo obligatoriamente fracasa.
    Y gracias a las órdenes militares, que si no en la mitad de tiempo fuera de allí.

  6. Amin Maalouf es un escritor libanés de cultura francófona que se hizo famoso en España por un libro que cobró un enorme éxito: León el Africano. Practica el diálogo entre las culturas occidental y musulmana sin caer en estereotipos de buenos y malos como hacen los fundamentalistas de ambos bandos. Este libro debe ser un libro interesante puesto que, como libanés y como musulmán, da la versión contraria a la que estamos acostumbrados a leer. Las Cruzadas, palabra que ha hecho historia en España gracias a la Guerra Civil, son una mezcla de fe y de necesidad social ya que la iglesia logró encauzar hacia un «fin sagrado» la belicosidad de la clase noble del siglo XI que no se lograba parar ni con las treguas de Dios ni con la excomunión. Gracias a las Cruzadas muchos segundones como Bohemundo de Tarento lograron unas tierras que regentar pero es cierto lo que dice Roa, no lograron insertarse en la economía y demografía local; eran una casta colonialista ajena religiosa y culturalmente a la sociedad de Tierra Santa. Pero también es cierto que fue beneficiosa esta aventura para Occidente sobre todo desde el punto de vista comercial y cultural como lo fue el Califato de Córdoba para la Hispania postvisigótica. Y es que cuando se quiere escuchar al otro siempre se aprende algo.

  7. Bueno, tenemos reseña aquí de la biografía de Bohemundo. No era segundón, aunque su padre le perjudicó en la herencia. Pero si que es el ejemplo del sueño de tierra de la época.

  8. Yo hice la reseña de Bohemundo y te puedo decir que dicho personaje era hijo segundón de Roberto Guiscardo, Duque de Apulia, y acabó siendo el gobernador de Antioquía cuando la cruzada pasó por esa ciudad antes de llegar a Jerusalen, objetivo final de la Iª Cruzada. Este es un buen ejemplo de alguno de los líderes de la Cruzada: gente aguerrida y heroica pero algo buscavidas y trepa.

  9. Bueno, la primera cruzada hay que estudiarla como un fenómeno aislado ya que ni siquiera los cruzados, (aun ni ellos mismos se llamaban así) tenían claro los objetivos y la planificación de la expedición. La misma expedición, totalmente novedosa para la época tras el llamamiento de Urbano II hizo que cada casa mandase lo que tenía «de sobra». Señríos y nobles menores, algún Duque y Conde pero ningún Rey importante. Luego ya en la 2º cruzada si hubo más implicación de reínos como Francia o el propio Emperador Contado III y a partir de ahí y en los sucesivos llamamientos si actuaron otros reyes importantes como en la tercera tras la caída de Jerusalén con Ricardo Corazón de León, Felipe II de Francia o el Emperador del Sacro Imperio Federico I Barbaroja.
    Lo que me vengo a referir es que la primera era como una aventura, una «excursión» a ver dónde llegaban y que es lo que conseguían, así que fueron los aburridos, los segundones, los que no tenían notoriedad en un feudalismo inamovible, al margen ya de todo tipo de gente, buscavidas, mercenarios y gentuza en general.
    Por otro lado, es imposible establecder paralelismos entre lo ocurrido en la Península y Tierra Santa, pienso. Las circunstancias son totalmente distintas, no es lo mismo colonizar un territorio conquistado simplemente cruzando un río que hace de frontera que enviar a colonos a miles de kilómetros prácticamente en otro continente con otro clima, costumbres, enfermedades, alimentación etc… El crear una estructura social en aquella tierra a base de colonos europeaos se antojó poco menos que imposible, quizás las órdenes militares fueron las únicas que consiguieron entablar unas raices a base de encomiendas y castillos, pero siempre de caracter militar y usando a las gentes del lugar para sus trabajos.

  10. A efectos prácticos Bohemundo era el segundo en los afectos y en la herencia de su padre el Duque, tuvo que convertirse en soldado de fortuna fuera de su país porque en su casa iba a tener el camino cerrado por su hermanastro Roger Borsa, como soldado de fortuna se alistó en la cruzada y como soldado de fortuna prefirió quedarse en el dominio de Antioquía antes que ir a Jerusalén y como señor de Antioquía se casó con la hija del rey de Francia y luchó contra Alejo Commeno. Si hubiera sido el heredero del Ducado de Apulia se hubiera quedado guerreando contra los otros señores feudales de la zona pero como segundón tuvo que emigrar y crearse un dominio político allende los mares que luego heredó su sobrino Tancredo.

  11. Hombre, y aunque hubiese sido el primogénito habría seguido intentándo ocupar territorios bizántinos o expanderse en alguna otra dirección posible, como había hecho su hermano.

    La sangre normanda ardía demasiado.

  12. Qué interesante la polémica que se entabló a raíz de la visión árabe de las cruzadas planteada por Amin Maalouf. Hoy tuve oportunidad de conocer varios párrafos de la obra a través del programa «Recortes» en radio Andrés Bello de Santiago de Chile y me han impresionado los relatos acerca de la barbarie cometida por los cruzados al tomar Jerusalén, asesinando hombres, mujeres y niños, árabes y judíos, que vivían en «su» teritorio. Y también los actos de canibalismo cometidos en la persona de los muertos del bando contrario que, según el autor, están reconocidos por los propios cruzados.
    Esto es una nueva demostración de lo dañina que ha sido la iglesia católica a través de los siglos, además de la abominable Inquisición y la masacre Iberoamericana.

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