Contada por ellos mismos, por sus víctimas y sus perseguidores.
Intersante libro que muestra la vida de los piratas contada por ellos mismos. Usando fuentes primarias como libros escritos por ex-bucaneros, diarios, relatos o actas de juicios tenemos de primera mano el día a día de estos proscritos que disfrutaban de una vida corta pero intensa. Lejos del arquetipo romántico que nos ha trasladado la literatura del siglo XIX y principios del XX y posteriormente el cine, estamos ante hombres que disfrutaban haciendo el mal, torturando y violando a sus prisioneros, matando y destuyendo con excesiva crueldad.
El libro está construido de una forma muy curiosa. Sigue un hilo común contando historias de los principales bucaneros de la llamada Edad Dorada de los piratas, cuando atacaban el floreciente comercio que de las Indias iba a Europa cargado de mercancías y a veces de dinero, allá por los siglos XVII y XVIII, ese relato está salpicado de cuadros explicativos, concisos y concretos sobre curiosidades, usos y costumbres de esta comunidad y también de ilustraciones.
En la parte que nos toca como españoles y al leer parte de los relatos escritos por los propios piratas, hay muchas «hazañas» que yo al menos pongo en tela de juicio. Como siempre, los españoles son medio «lelos» y se dejan caer en las tretas más absurdas, o dejan escapar a los piratas capturados…., en fin, no hay que olvidar que estos relatos están escritos por los propios pirtatas. Echo de menos por parte del autor una labor de investigación sobre esas historias para posteriormente confirmar si entraban dentro de la fantasía del narrador o por el contrario fueron verdad.
No solo los españoles sufrieron el azote bucanero, en realidad casi todas las naciones que tenían comercio sufruieron con esta lacra; ingleses, franceses, holandeses, italianos, americanos y como digo todo tipo de comerciantes que se atreviese a andar por el Caribe y sus adelaños.
Es curioso ver algunos casos de famosos filibusteros que posteriormente fueron contratados para limpiar la zona precisamente de piratas, algunos como el caso de Morgan, uno de los más despiadados piratas que se cambió de chaqueta y fue nombrado ayudante del gobernador de Jamaica para perseguir los que hasta entonces habían sido sus camaradas de correrías.
El ron, las leyes internas, el reparto del botín o ajusticiar a un camarada como el famoso abandono en una isla desierta con un poco de agua y una pistola con 6 balas, son cosas que nos explica el libro con todo detalle. También su comportamiento en puerto gastando el botín y disfrutando al máximo a sabiendas que en cualquier momento llegaría su final. En otra parte tenemos relatados varios juicios y ajusticiamientos de los piratas capturados exponiendolos públicamente, a veces se les colgaba y se dejaba su cuerpo colgado durante años, las autoridades intentaban que eso sirviera para disuadir a los demás de seguir con los asaltos. Hubieron hasta indultos generales, como el perdón proclamado por Jorge I y al que muchos aprovecharon para dejarlo sin que se le pasara factura por todo lo que habían hecho anteriormente, aunque en muchos casos tras un tiempo volvían a las andadas.
En definitiva, un libro curioso para tener una visión propia de la pirateria, contada y relatada por ellos mismos, os pongo un extracto que ilustra un poco el contenido y la esencia del libro:
Sobre el Capitán Ned Low:
«La primera presa con la que se encontraron tras su huida era un pequeño balandro del puerto de Nantucket, un ballenero, a unas ochenta millas de la costa; el capitán, un tal Tathan Skiff, un joven lleno de energía y eficiente en su puesto, hubo de sufrir desnudo en la cubierta los crueles azotes de la banda pirata, que hizo de aquella tortura una diversión; y una vez terminaron de azotarlo, le cortaron las orejas y por último le dispararon en la cabeza y hundieron su nave«.
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788498920598
Colección: TIEMPO DE HISTORIA
Nº Edición:1ª Crítica
Año de edición:2010
Plaza edición: BARCELONA
Bufff, !qué mala pata tiene el pirata!. Para que luego los pinten como los Robin Hood del mar.
Hay otros libros como «La república de los piratas» de Colin Woodard tambien publicado no hace mucho por Crítica que va en el mismo sentido, un ensayo tirando de fuentes propias de los piratas y que intenta desmitificar el icono de la piratería , algo a veces visto como hasta bueno incluso.
Bueno, atención. Los piratas eran buenos y románticos cuando saqueaban Cartagena de Indias ( La saquearon dos veces los franceses), cuando masacraban inocentes en los pueblos españoles,o cuando torturaban por el gusto de hacerlo a los prisioneros españoles.
Luego, cuando decidieron poner proa al norte y saquear las ricas mercancías británicas ya se convirtieron en algo perverso y brutal, digno de ser exterminado.
Es curiosos lo que ocurre con el paso del tiempo y la historia y sobre todo desde que tenemos los medios de comunicación masivos. Ahora, a base de machacar algo nos queda metido en la cabeza, nos entra por la retina y ya está, nos lo tragamos como verdad irrefutable. Las películas y la bibliografía de finales del XIX y principios del XX han convertido a la piratería en un mito, hasta para los cuentos infantiles donde los piratas son los buenos y los gobernadores y autoriadades los malos. Pues si pudieran preguntar a los que vivían en aquella época, a los ciudadanos normales que vivían en pleno siglo XVII y XVIII lo que opinaban de los piratas, la respuesta sería unánime; ¡A la horca con esa panda de asesinos! y eso de verlos desde el lado «bueno», nos tomarían de locos.
El «como siempre» ¿es el como siempre ‘anglosajón’? ¡seguro que si!. Hay una mayoría que no se quiere dar cuenta… pero muchos autores anglosajones, y sobre todo cuando se trata de temas españoles (incluido la piratería -como el presente caso en parte) siglos XVI a XIX muestran una total falta de rigor histórico, que su propia miopía no le dejan ver. Unos de los mayores focos de piratería que lo demuestra la propia historia (no es que lo diga un servidor): Inglaterra. Muchos de estos ‘chicos’ auspiciados por el propio gobierno. Un ejemplo: Francis Drake.
Por supuesto que había piratas de otras nacionalidades: holandeses, franceses, españoles… y -malos- de los malos, pero eran en menor medida. Sí, efectivamente, como dice Urogallo, cuando se tocaba las mercancía británica; entonces si era digno de ser eliminado la lacra de la piratería…
Saludos.
Muy interesante Navegante, felicidades por la reseña. ¿De donde es el autor, Navegante?, ¿no sera inglés?, sinceramente estoy harto de la prepotencia de esta gente que lo único que sienten es envidia de que España junto con Roma hayan sido los dos mayores Imperios que ha conocido el hombre en toda su historia. Eso sí, es de alabar que el autor refleje en su libro la crueldad de los piratas y se deje de romanticismos y puñetas que tanto han engañado al público en general mediante libros, y sobretodo peliculas (ya os podéis imaginar la peli). Siendo un poco extremista, y tirando para mi país, los españoles sufrimos el ataque cobarde y cruel de los tan venerados Drake, Morgan y compañía, a territorios que habíamos conquistados en el Nuevo Mundo (eso sí cruelmente), y siempre como aves de rapiña contra fuerzas que no fuesen superiores a ellos.
Ya me quedao a gusto. (Necesitamos más «Revertes»).
Saludos.
Pues fíjate Xavi que del autor no viene nada en el libro y he mirado en la web de la editorial y nada tampoco. A mi me da que es británico, al menos las fuentes usadas son la mayoría inglesas, puede ser una pista.
No creas, Xavi, que siempre fue así (también hay mucha leyenda negra, y mucha de ella procede de fuentes anglosajonas), en el Nuevo Mundo. En el caso español también fue a la inversa, hubo cruedad de los amerindios hacia los españoles… Y de las naciones que conquistaron y colonizaron América, España fue la menos cruel, en el trato al amerindio (España no exterminó a ninguna nación aborigen, cosa que si hicieron otras naciones, el Tratado de Indias español, -único de las naciones que colonizaron América-, entre otras cosas protegía al indio, algo que no hicieron otras naciones, incluso el español creía en el mestizaje cosa que jamás hizo un inglés y su gobierno jamás lo reconoció institucionalmente), en comparación con Inglaterra, Francia y más tarde los incipientes EE.UU., ellos llevaron siempre la delantera a España.
Con esto, no excuso a España, pero tenemos que dejarnos de miopías históricas y propagandas extranjeras históricas hacia lo español y sus hechos.
Saludos.
Puntualizo para que no haya malos entendidos:
El caso particular de mestizaje de ingleses con amerindios, fue eso, «particular» nunca institucional .
Un saludo.
No me gustan nada los piratas. Lo único que me ha gustado de ellos es que tienen un barco debajo.
Gracias por la reseña Navegante, como siempre bien redactada y clara.
Hombre Capitán, pensaba que le habían aborado y secuestrado una banda de piratas berberiscos y que lo tenían encerrado. Veo que sigue a bordo y con buen viento. Gracias por los comentarios. Los piratas no tienen nada de bueno, ni en su versión más «infantil».