La Prórroga, vol 1, Gibrat

“Julien está muerto. Mejor dicho, le dan por muerto. Tras desertar del ejército y volver a su pueblo natal se refugia en una casa deshabitada. Desde allí se convertirá en testigo de excepción de la vida de un pueblecito francés durante la Segunda Guerra Mundial.”

Para aquellos que amamos este arte en particular, Gibrat nos es conocido, en un principio, por obras tan prescindibles como “Pinocha” o “Marea baja”, de temática erótico-festiva, y con la que se nos presenta sus cualidades de dibujante detallista (aunque siempre parece estar dibujando a las mismas personas). Sin embargo, desde hace un tiempo nos viene presentando una serie de trabajos que ofrecen historias con más trasfondo y con un dibujo que roza el Preciosismo.

De todos esos volúmenes comienzo, en esta ocasión, con la primera parte de “La prórroga”, cediendo gustosamente el derecho de reseña a mi camarada de armas JF para que nos traiga a NOVILIS otra magnífica pieza como es “Matteo”.

Gibrat, en “La prórroga”, nos transporta al pueblecito del Sur de Francia, no muy lejos de la frontera con España, donde disfrutó de largas temporadas de felicidad durante su infancia. Entres sus páginas se detallan los paisajes y las calles, así como diferentes personas que conoció, pero no nos lleva a esa etapa de su vida sino más atrás, y emplaza tal localidad como escenario perfecto para una historia que acontece en plena II Guerra mundial, bajo un gobierno colaboracionista y por unos territorios por los que tanto milicianos fascistas, nazis y maquis, además de la propia resistencia, se pasean como si en el fondo se evitaran.

El protagonista principal es uno bastante conocido ya en la trayectoria de las historias de Gibrat: el típico pícaro. Es Julien, un muchacho que fue llevado, supuestamente, a Alemania para trabajar en las fábricas como miles de civiles de los territorios ocupados. Pero esa vida no iba con él y, después de que algún espabilado le birlara los papeles sin que se diera cuenta, saltó del tren y huyó. Bueno, en realidad fue todo un golpe de suerte, ya que el convoy resulta ser objetivo de las fuerzas aliadas y totalmente destruido. El ladrón, con los papeles de Julien en los bolsillos, le ofrece una oportunidad de oro para nuestro amigo: ser un muerto.

Regresa a su pueblo para sorpresa de su tía, con la que se confabula para seguir con su secreto cuando toda la población hace luto por la muerte del joven. Resulta divertido y hasta patético ver tu propio cortejo fúnebre, y así lo puede contemplar desde lo alto de la vivienda cerrada del viejo profesor Thomassin, que fue detenido y objeto de un “truco de magia” como era desaparecer en la Francia ocupada por ser comunista y, bueno, también judío.

Desde el ático de la casa que encabeza la plaza del pueblo, puede observar la vida de su pueblo a través de un catalejo, además de contar con la única compañía de los libros del profesor y de Maginot, una especie de amigo mudo que crea con un perchero de pie que atesora las dos únicas prendas del señor Thomassin que, seguramente, conservó desde la Gran Guerra: un grueso chaquetón y su Adrián. Pasan las horas y los días en esa habitación en la que, empapándose con obras como las de Karl Marx, reniega del fascismo, pero tampoco es que el comunismo le compre, ya que también trata de imponerse por la fuerza.

Desde esa vista privilegiada no deja de contemplar, celoso por no estar a su lado, a su amada Cécile. Tanto ímpetu amoroso y sexual, junto con las ganas de libertad le podrían pasar una terrible factura, sin duda alguna.

Gibrat crea con Julien un personaje que reúne varias de las virtudes y defectos que el propio autor ha confesado que posee. Entre ellas está la cobardía. Julien es un cobarde que se esconde y no da la cara por nadie. Solo le interesa él mismo, aunque también se preocupa por Cécile. No quiere involucrarse por nada y por nadie. Está en medio de su pueblo, supuestamente lejos de la guerra, pero lo único que hace es esconderse. Lo mismo da cuando el famoso colaboracionista de la localidad resulta asesinado por un oficial nazi o cuando ve a los maquis robando. Lo ve todo desde la lejanía y la seguridad… Desde el silencio.

La historia que se nos relata es costumbrista, de a pie de callejuela de pueblo, con sus vecinos, con sus insignificancias y sus maravillas. A fin de cuentas es una historia de amor que culmina con el segundo tomo en el que Julien ya no estará tan seguro en su ático. Nadie lo está porque los secretos son difíciles de guardar entre las paredes de una pequeña aldea rural.

En la actualidad, esta obra de Gibrat la podéis adquirir en vuestra tienda de cómics o librería favoritas en un nuevo formato editado por NORMA en la que los dos volúmenes se presentan en uno sólo. Lo que viene siendo ya el conocido Integral. Solo lo he visto a través del cristal del escaparate, pero si su calidad es como la versión que poseo, merece la pena rascarse los duros. Mas lo mejor de todo es acercarse de nuevo a este mundo sea como sea.

Lengua: CASTELLANO
ISBN: 84-7904-654-6
Nº Edición: Tercera
Año de edición: 2003
Editorial: NORMA
Plaza edición: Barcelona
Páginas: 64

2 comentarios en “La Prórroga, vol 1, Gibrat

  1. Gracias Javier.

    Nos traes al «Gran Gibrat» ¡magnifico! Al ver el titulo «La Prórroga, vol.1» (que has reseñado) me acordé inmediatamente del integral que ha editado NORMA hace poco, ya veo que lo comentas al final de tu atractiva reseña.

    Leyéndote (al describirnos un poquito la obra) me venia a la memoria las atractivas imágenes y color de ese dibujo (viñetas), tan atrayente, cautivador que nos produce a los amantes del dibujo y en particular del preciosista. Recuerdo la página 41, donde siendo un «bandido escondido» je,je,je, nuestro Julien se alegra y anima que las tropas aliadas haya desembarcado en Italia:
    «¿se acabó la guerra amigo mio! podras volver a casa…»

    Aunque no soy aficionado a la II GM (ya lo he comentado aquí otras veces) con el cómic suelo hacer excepciones y, más con una historia tan humana como las que nos propone Gibrat en una guerra tan inhumana como fue la II GM.

    ¡Ahh! «Matteo» ¡Maravilloso! Te doy las gracias por que me cedas esa «pieza» (creo saber por que lo has hecho: la Gran Guerra que me atrae…), pero es igual, si la reseñas tú sería excelente… ¡Seguro! Tengo en mente reseñas de cómics que creo que son muy interesantes… Hablando de Matteo, imagino que sabrás que hace poquito nos deleitó con un segundo volumen (bien esperado en español) el Sr. Jean-Pierre Gibrat

    ¡Saludos! compi.

  2. Estimado amigo JF, la oferta sigue ahí, ya que lo has nombrado en varias ocasiones en NOVILIS, así que es todo tuyo los álbumes de Matteo.

    Sí, la verdad que sus monólogos con la leche.

    Sí, te veo más en Vietnam que persiguiendo esvásticas, pero ambas también tienen encanto para mí, la verdad qeu sí. Últimamente tengo los morros metidos en las junglas de Indochina más que en otros sitios. Siguiendo mil proyectos.

    Lo dicho, escribe sobre Matteo!

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