La guerra de la infantería alemana 1941-1944, Jeff Rutherford

Combate y genocidio en el Frente del Este.

No cabe duda que las últimas corrientes historiográficas en Alemania sobre el papel de las Fuerzas Armadas (Werhmacht) durante la Segunda Guerra Mundial en el Frente del Este está siendo revisado totalmente. Con la distancia temporal que permite el tratar los temas desde una óptica más equilibrada y alejados de los consabidos libros de postguerra tan basados en las memorias con tendencia «autojustificativas», las nuevas corrientes de historiadores, sobre todo en Alemania, están más por la investigación en cuanto a la involucración del ejército alemán en todo lo que correspondió a crímenes de guerra, políticas de ocupación y represalias antipartisana. El trabajo de Rutherford es uno de estos ensayos que con el estudio de tres divisiones del Heer (la 121ª, 123ª y 126ª)  integradas en el Grupo de Ejércitos Norte, sirve como base para el estudio de cómo fue el papel del soldado de infantería alemán en el Este más allá del mero combate.

Y quizás ahí es donde radica la diferencia con respecto a los ensayos a los que estamos acostumbrados. Por un lado tenemos los libros «de batallas» donde estamos en el frente analizando movimientos y ofensivas, y donde la retaguardia solo es nombrada casi exclusivamente a la hora de hacer recuentos de bajas y heridos. Y por otro lado el que esté interesado en los aspectos más políticos de la época nazi tiene que recurrir a otros libros donde son tratados estos temas de forma más específica.

Ahora estamos en otro momento, en investigaciones como ésta donde en el mismo libro te encuentras a soldados de infantería pertenecientes a una división de infantería (perdón por la redundancia) que tiene que hacer de todo. El autor ha escogido a tres divisiones «rasas», por llamarlas de alguna manera, con soldados de levas civiles de ámbitos culturales y sociales «normales» del corazón de Alemania. Casi como si de un estudio estadístico se tratase, el autor ha escogido estas tres divisiones que no son ni de las SS, ni de las consideradas de élite y con un nivel de integración social heterogéneo para demostrar el papel del soldado de infantería durante su estancia en el Ostfront, las tareas a las que se tuvo que someter, algunas nada relacionadas con el combate en primera línea y las luchas y presiones a las que se tuvieron que enfrentar; ocupación de poblaciones civíles, organización en la retaguardia, conficación de bienes, tareas de represalia e integración con las poblaciones locales, etc… «personas normales» que una vez llevadas al Este tuvieron que transformarse. Esta transformación sufrió varias fases, desde las iniciales de la Operación Barbarroja más propias del invasor que se ve «vencedor», pasando posteriormente por la de «venganza» antipartisana a raiz de los primeros reveses en el invierno 1941-42 o la de conciliación con la población civil al querer luchar contra las ofensivas del Ejército Rojo con todos los recursos al alcance, incluída la población civil a la que antes tenían rígidamente sometida. Todo esto basado en el concepto de «imperativo militar», es decir, la acción-racción de los soldados de las divisiones de infantería no se movían por razones políticas, sino por las órdenes militares cuyo último objetivo era salir victorioso del campo de batalla.

Obviamente es un tema muy complejo y es complicado resumir en unas cuantas líneas. No todo es blanco o negro,  el autor contrasta varios puntos de vista de corrientes y autores, desde los que están más en el lado de que la Werhmacht estuvo involucrada a grandes niveles en las políticas raciales y de ocupación hasta los que indican que solo un exiguo 5% de la Werhmacht participó de crímenes de guerra. El autor pone de relieve cantidad de argumentos y estudios basados no solo en las fases de adoctrinamiento del nazismo y el Tercer Reich y cómo influyeron en la manera de pensar y actuar de los soldados, sino yendo más atrás en las costumbres heredadas del ejército prusiano y el «imperativo militar» y sobre todo, lo que más peso tiene es la historia de estas tres divisiones de infantería directamente sobre el terreno, apoyado en todo momento por testimonios directos, cartas, diarios, etc… Toda una gama de «colores» a tener en cuenta para que el lector saque sus conclusiones, siendo como es un tema complejo y difícil de abordar.

Fecha de publicación: 03/05/2017
Páginas: 597 + 16 ilustraciones
ISBN: 9788491640004
Formato: 16×24 Rústica
Colección: Historia del Siglo XX
Precio: 29,90 €

5 comentarios en “La guerra de la infantería alemana 1941-1944, Jeff Rutherford

  1. Gracias por la recensión, a mi estas diatribas teóricas me aburren un poco, y por 30 euros de vellón prefiero buscar otras opciones más entretenidas.

  2. Buena y concisa reseña Luismi. Un libro sin duda interesante pero a un precio elevado. Aunque son casi 600 páginas y con ilustraciones. A tener en cuenta.

  3. Bueno, a mi no me ha aburrido, pero es verdad que es un tema del que hay que tener ganas de leer ya que es algo denso, aunque no llega a los niveles de densidad de Glantz, ¡Dios mediante!.

  4. Muy bueno el resumen. Estoy terminando el libro y , a diferencia del de Glantz, que trata de estrategias y maniobras, o de los meramente militares etc este se encuadra dentro de los que tratan de «comportamientos y actitudes», de la explicación de la brutalización de la guerra. Se parece más a los de Omer Bartov. Se ha escrito mucho de la guerra pero poco sobre las causas del comportamiento que tuvieron los soldados. El libro analiza 3 divisiones de infantería en el Frente Norte, la zona de Leningrado, e incluso menciona a la 250 ª División de infantería (La Divisón Azul).
    Creo que el libro es muy interesante y que el resumen de Luismi tb lo es.

  5. Pues a mí me ha encantado, me ha resultado muy interesante el concepto de “imperativo militar” y, sobre todo, la conexión que realiza el autor entre la tradición prusiana de rápidas campañas a nivel operacional y la consiguiente influencia en la Wehrmacht . Omer Bartov nos mostró al soldado alemán en el frente del Este como un infante que acaba radicalizándose conforme transcurre la campaña en Rusia debido principalmente a una ideología perversa absorbida durante toda la vida del Tercer Reich y que acaba explosionando con su contacto directo con el pueblo soviético. Rutherford aporta una teoría que no está reñida con la ofrecida por Bartov, pero matiza que esta radicalización era en ocasiones motivada no solamente por el contenido ideológico del nacionalsocialismo, sino como arma ya utilizada anteriormente por el ejército alemán o prusiano desde Bismarck y que conllevaba golpear con toda la dureza posible a la población civil si esto resultaba determinante para derrotar al enemigo lo más rápidamente posible. De ahí que estas oscilaciones entre periodos pacíficos de convivencia y episodios de violencia generaliza alternaran según las circunstancias. Además basa su hipótesis siguiendo los pasos de tres divisiones con un origen regional diferente, demostrando sus semejanzas y sus diferencias y de esta manera demostrando que la radicalización no fue algo homogéneo en todas las unidades participantes.

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