La Columna de Hierro, Taylor Caldwer

Cicerón hoy es poco conocido. Para los que estudiamos latín, recordamos el comienzo de las Catilinarias, con la celebre frase de :” Quousque tandem Catilina abutere, etc…. y poco mas. Pero Cicerón es una  de las personas mas integras, perspicaces, amén de uno de los mas  brillantes oradores y escritores latínos que existió en Roma.

Como todos los que querían destacar en el campo de las letras, se educó también con preceptores griegos. Cuando el jefe de la Academia de Atenas visitó Roma, Cicerón  se impregnó de la filosofía platónica. Lo que más admiraba en Platón era su seriedad moral y política  Posteriormente, se embarcó rumbo a Grecia con el objetivo de continuar su formación filosófica y política. Consecuente con su apertura a todas las tendencias, fue discípulo del epicúreo Fedro y del estoico Diodoto. Tomó lecciones en la Academia de Atenas. Y desde allí  fue a Rodas para encontrarse con el maestro de la oratoria: Molón de Rodas, y con el estoico Posidonio. Casi todos sus trabajos filosóficos deben mucho a fuentes griegas, a las que trata con familiaridad y enriquece con su propio juicio; por lo que fue  un gran divulgador y preservador de la filosofía helénica.

Poseía cualidades, que en todos los tiempos han sido consideradas: amor a la libertad y defensa de la justicia. Además fue un luchador por  los derechos y las libertades del pueblo de Roma. Como político alcanzó los mas altos puestos de su nación. Sus pasiones fueron: la religión, la politica y el amor a su pais. Sus pensamientos podrían extrapolarse a la sociedad actual en donde seguirían siendo vigentes. Sus ideas sobre religión, expresadas en su obra: “Sobre la naturaleza de los dioses”, revela sus creencias y su apoyo al libre albedrío. Destacan sus opiniones acerca de  un  Dios único y la situación con respecto  al panteón de la  mitología imperante que estaba siendo cuestionado por el pueblo. Fue insistentemente buscado por los políticos de su tiempo, que temían sus declaraciones y deseaban  se uniera a ellos. Pero Cicerón siempre permaneció al margen, defendiendo la verdad por encima de todo. Su pensamiento hacia los malos servidores del Estado- tema tan actual,-que tanto pululaban por Roma, lo ,manifiesta en una carta a su amigo Atico, cuando dice: :”Un burócrata es el mas despreciable de los hombres, aunque es necesario, al igual que los buitres son necesarios, pero uno no puede admirar a los buitres, a los que de modo extraño tanto se parecen los burócratas. No me he encontrado con un burócrata que no sea mezquino, aburrido, casi necio, taimado o estúpido, opresor o ladrón…¿Quien podría confiar en semejantes criaturas?.”

Puede decirse que fue un pacifista que odiaba el militarismo de su tiempo.  Y por mantener esta actitud integra y consecuente, sin importarle las consecuencias de su crítica y defensa de la verdad, obtuvo como respuesta el ser descuartizado por orden de estos políticos y militares a los que fustigó. Sus manos  y su cabeza fueron separadas de su cuerpo y llevadas a Roma para exponerlas al populacho. Su cabeza fue arrojada al suelo por un soldadote que con una patada la arrojo al vacio de la historia. Esto quedará como baldón eterno de esos decadentes militares romanos que así trataban  a sus próceres. Su cuerpo, fue enterrado en el lugar ignoto en donde le mataron. Así acabó la vida de un gran hombre que siempre lucho por los demás y defendió la verdad y la justicia.

 

Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788496231085
Nº Edición:1ª, Maeva 
Año de edición:2004
Plaza edición: MADRID
  

   

 

 

 

Un comentario en «La Columna de Hierro, Taylor Caldwer»

  1. Parece una biografía en toda regla. Yo leí hace algún tiempo Sangre Romana de Steven Saylor. Es un thriller histórico, una especie de novela de detectives ambientada en la antigua Roma y con Cicerón como uno de los personajes centrales de la trama. Muy buena.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *