¿Cómo se puede sentir uno cuando invaden tú país?. ¿Qué reacciones tendríamos ante un enemigo invencible hasta el momento?. ¿Qué clase de enemigo es ese que nadie ha sido capaz de vencer, que ataca por todas partes, en el momento menos esperado?. ¿Qué clase de miedo genera ese enemigo que hace que los hombres huyan en desvandada solo con oir hablar de ellos?.
La guerra genera el miedo más racional de todos los miedos. La muerte planea por delante de todos en todo momento, en todas las esquinas del frente, trincheras y pozos de tirador pero, si a ese miedo racional se le suma el miedo irracional de un enemigo invencible, de un enemigo fantasma que ataca sin que se le vea, huela o sienta, la moral de cualquier soldado antes de la batalla, antes si quiera de llegar al frente es totalmente nula.
Estamos ante un libro que nos habla de todo esto, de como poder vencer el miedo irracional. Desde dentro del mismo corazón del ejército Rojo, de un batallón que debe prepararse para la defensa de Moscú en uno de los anillos de defensa para impedir que los alemanes, con su áurea de invencibilidad con casi toda Europa bajo sus piés y habiendo avanzando desde Junio por toda Rusia sin pausa, alcancen la capital.
Hay que preparar la defensa de una de las vitales carreteras que podrían abrir el paso hasta Moscú, pero hay otras defensas que hay que preparar y superar antes de entrar en combate; el miedo, la tensión, la espera, las deserciones. El propio Jefe de Batallón es el que nos narra todo lo que acontece, el cómo insufla fuerzas y moral entre su tropa, como ha de tratar a los desertores y cobardes, como va consiguiendo poco a poco que se crean que los nazis son vencibles y que se les puede ganar. En general es una visión amplia de los engranajes del ejército Rojo y su idiosincrasia castrense, con sus comisarios políticos y su oficiales, los soldados, las órdenes, los preparativos y por supuesto el detotante pratiótico de la defensa de la Madre Patria.
«Al fin llegó nuestro turno de hacer lo que estábamos esperando, para lo que habíamos aprendido a disparar, para lo que nos habíamos hecho soldados, por lo cual un hombre permanece en posición de firmes ante su jefe obedeciéndole sin rechistar… Llegó nuestro turno de entrar en combate»
Y por fín las primeras escaramuzas donde los alemanes salen corriendo y los sorprendidos soldados rusos comienzan a creer en sus posibilidades. Las descargas de artillería, las emboscadas y la batalla por el dominio de la carretera de Volokolamsk.
Es algo más que un novela bélica, tiene mucha esencia intimista y reflexiva sobre el trato y humanidad entre los soldados, todo contado por el Camarada Jefe del Batallón al que sus obligaciones le dictaban una forma de actuar y su conciencia y corazón otra.
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788492400430
Nº Edición:1ª , Inédita
Año de edición:2009
Plaza edición: BARCELONA
Hay!!, esos Comisarios Políticos, que buena gente!!, siempre velando por el bien de la patria y dispuestos a fusilar al que se diera la vuelta. No está mal tener una visión desde dentro de su propia casa.
Pinta bien. Casi todo lo que tenemos son novelas desde la perspectiva alemana, las de Sven Hassel por ejemplo o la Cruz de Hierro de Heinrich o todo lo escrito sobre Stalingrado desde el lado alemán.
es la segunda vez que expongo mi opinión, es que el libro es la leche!! jeje
este libro me lo estoy leyendo yo, que soy un super friki de la segunda guerra mundial y mi conclusión sobre su lectura ya la tengo sin haberlo acabado:
Considero que es un tostón, falso, donde su protagonista, un homosexual con muy mala leche no hace nada más que rayarse sobre cuestiones de la guerra que no interesan a un lector fascinado por lo que sucedió en aquella época. En conclusión por segunda vez y con el debido respeto, es una mierda.
¿Razones? Pues miren, la situación es la siguiente, las fechas en que transcurren los hechos de la novela son sobre los meses de otoño y entrado el invierno. Dado que fue el invierno más crudo y frío en 50 anteriores, ¿700 soldados rusos pueden dormir a la intemperie sobre unas ramitas de pino? ¿Los alemanes eran tan gilipollas de ocupar los pueblos y pasar la noche si un programa riguroso de turnos de centinelas? si eran la ostia de disciplinados! O cómo coño pusieron en jaque a toda Europa!! Por cierto, yo no simpatizo con los nazis, pero no me creo que los tíos lo estuviesen pasando bien por allí como dice Momish-ulí, si no, mírense las cifras de muertes por congelación e inanición.
¿De las divisiones siberianas apostadas en reserva por una posible invasión japonesa, que acudieron bien preparadas para solucionar el embrollo del avance alemán el prota no sabía nada?
Del parón de los Panzers por falta de combustible, exceso de fango, mala indumentaria para el frío del soldado alemán, falta de camuflaje, encasquillamiento de sus ametralladoras congeladas, malas botas y demás percances no se habla en absoluto, ni siquiera del desgaste, por lo tanto, desde mi punto de vista la historia pierde mucho.
Por último decir que la parte del ejército alemán contra la que lucha momish ulí eran todos unos auténticos capullos, y cuando lo lean, se daran cuenta de estos detalles. Va a darles la misma impresión de una película americana donde cada americano se cepilla 200 alemanes y vuelven vivos para celebrarlo.
Para el de arriba: pos bien, debes saber que existe un fuerte grado de oralidad en el libro; momish ully se lo cuenta a alexanber bek y este es mero escribano. no estamos, con este libro, ante una novela descriptiva o realista, antes con una épica en prosa. evidentemente mucho de lo que se escribe esta fuera de lugar y parece más imaginado, pues el autor perdió el primer borrador que hizo del libro y tuvo que hacer memoria de las lineas