Royal Armed Forces, Fascist Regime, and the War of 1940-1943
“Mentalidad localista, frágiles tradiciones militares, falta de habilidades técnicas claves, dependencia energética y de materias primas, la torpeza del régimen para movilizar los recursos del país, la incompetencia y venalidad de la industria, las deficiencias en la cultura militar, que hacían difícil pensar, y mucho menos prepararse para la guerra moderna, miopía estratégica , disipación de esfuerzo, pasividad, inefectividad logística…”
Desde que estoy interesado en la Segunda Guerra Mundial he venido escuchando el mantra de la absoluta ineficacia italiana en la guerra. Muchas veces me pregunté si no se trataría de un tópico, y con el tiempo mi punto de vista personal, alimentado por las lecturas, no pudo deshacer esa imagen, sencillamente porque pienso que no es una imagen que esté lejos de la realidad.
En este libro Macgregor Knox trata de explicar por qué Italia combatió tan mal en la Segunda Guerra Mundial. Para ello ha adoptado una estructura, en mi opinión, muy acertada: un par de capítulos iniciales para contextualizar la Italia de 1940: para hablar sobre el Ejército y la guerra moderna – o su incapacidad de adaptación a ella-, y más tarde tres capítulos dedicados respectivamente a Estrategia, Operaciones y Tácticas. En cada uno de estos tres capítulos Knox explica las principales deficiencias de cada uno de los cuerpos ( Regio Esercito, Regia Marina y Regia Aeronautica) aplicadas a la estrategia, táctica y al ámbito operacional.
A partir de aquí, esta reseña la voy a dedicar a transcribir algunos de los ejemplos que más me han llamado la atención, o que me han escandalizado, y que son por sí mismos explicaciones al porqué del desempeño italiano en la guerra.
Para comenzar, Knox hace especial hincapié en que casi toda la industria pesada y relacionada con el armamento está en manos del Estado después de la Gran Depresión. Esta coyuntura, según Knox, es muy perjudicial para la industria ya que no son competitivos ni productivos. Para agravar esta situación, el gobierno fascista obstruye repetidamente la inversión extranjera, poniendo como ejemplo el caso de Ford, que intenta fabricar en Italia durante los años 30, pero Mussolini, lo impide, para favorecer a su FIAT, reforzando así la situación tan mala de no competencia. El tema de la industria ha sido uno de los más llamativos para mí. Con esta frase Knox resume su exposición: “lo que está más allá de cualquier disputa es que las armas italianas eran las menos efectivas, las menos numerosas, y LAS MÁS CARAS producidas por un combatiente mayor en la Segunda Guerra Mundial.” Más ejemplos: Italia construye en toda la Segunda Guerra Mundial 535 tanques con cañones de 75 mm. En la página 53 explica Knox la carrera de obstáculos que tenía que atravesar un arma para que finalmente fuese aprobada para la cadena de producción. Y el ejemplo es maravilloso: se tiran 6 meses para aprobar la fabricación de un cóctel molotov. De tanques o aviones ya ni hablemos. Hablando de la burocracia, existía, siempre según Knox, un oficial en una oficina por cada 13 combatientes. Todo esto sumado a la no estrategia de Mussolini, que tan dolorosamente tiene que pasar de su Guerra Paralela a su Guerra subalterna, cuando ya tiene que estar a las órdenes de Hitler por completo, tan pronto como en 1941, y siempre con una dispersión de recursos que Italia no se podía permitir. Los ejemplos son inacabables: La marina aceptó un intolerable 1% de variabilidad en el peso de los proyectiles de las naves de la Regia Marina. ¿Para qué sirven entonces las ópticas y los cálculos de puntería? En Matapán, El Vittorio Veneto dispara 636 proyectiles, sin conseguir un solo impacto. En África, donde la Regia aeronáutica llevaba volando desde 1911, los aviones en la Segunda Guerra Mundial aún no contaban con un filtro de arena, y ni siquiera usaban gasolina de alto octanaje, sino aceite de ricino. Knox toca muchos aspectos que rozan el ridículo para los italianos, y todo esto basándose casi exclusivamente en fuentes italianas. Creo que es un libro bien trabajado. Un aspecto de ellos es cuando habla del fiasco ridículo del Ejército italiano en Albania en abril del 39, cuando están ¡en ausencia de enemigo alguno!: ni siquiera sin enemigo: La desorganización campando a sus anchas. Dada la lamentable organización de la logística italiana, Knox concluye “que las restricciones logísticas decisivas del Eje no fueron ni Malta ni Túnez, sino capacidad portuaria, organización, protección antiaérea, ausencia de naves italianas de desembarco en playas, petróleo, etc…”
Creo que ya es suficiente para que el lector de la reseña se haga una idea de por dónde van los tiros en este libro de apenas 200 páginas, escrito en un inglés muy poco académico, lo que ha hecho que la lectura a veces se me haga un poco cuesta arriba, si bien ha merecido la pena con creces.
Para terminar tenía pensado escribir aquí cuál era la teoría táctica de los cazas de la Regia Aeronautica al comienzo de la guerra: Así, en español como lo transcribo aparece en el libro: ¡ Suerte, vista… y al toro!
- Paperback: 224 pages
- Publisher: Cambridge University Press; 1 edition (February 2, 2009)
- Language: English
- ISBN-10: 0521747139
- ISBN-13: 978-0521747134
- Product Dimensions: 0.6 x 5.8 x 8.7 inches
Interesante reseña, Isidoro.
Sabemos – en castellano, al menos – muy pocas cosas de los ejércitos aliados de Hitler (italianos, rumanos, húngaros…), salvo pequeñas pinceladas en obras dedicadas al Frente del Este y al Norte de África donde la lupa se centra en las fuerzas de la Whermacht. Por tanto, bienvenido sea una aportación exhaustiva aunque me duela – según comentas – confirmar tópicos. El principal problema, a mi entender, era que estos países no estaban preparados para entrar en guerra pero a sus codiciosos líderes les cegó el fulgor de la «Blitzkrieg» y temieron quedarse sin las migajas del pastel. Flaco favor a sus soldados y a sus pueblos.
Saludos
Bueno, no estoy de acuerdo en esa miopía estratégica, fueron los primeros en intentar la blitzkrieg en Europa, ya en 1937 con su particular «guerra celere»; lo que pasó es que no tenían los medios ni los oficiales adecuados para aplicarla.
¡Pero Bueno! ¡Que haces tu en el Mediterráneo! ¿Ein? ¿Me meto yo con el frente ruso? 🙂
Dicho esto, el libro tiene buena pinta, y me lo apunto.
Y por si os interesa, otro libro sobre este mismo tema es «Iron Arm, The Mecanization of Mussolini´s Army 1920 – 1940», que se mete bastante en el tema de los carros y la «Guerra Celere»
Un saludo.
Interesante síntesis, Isidoro. Por lo que veo hay tópicos que tienen una firme base real. La palabrería fascista y las ínfulas de grandeza cegaron a muchos italianos.
Está claro que lo de Guadalajara no fue un hecho aislado, y ya presagiaba las grandes carencias y la falta de interés de los italianos en cuestiones bélicas y expansionistas. Muy buen aporte Isidoro.
Hola,
el libro tiene apenas 200 páginas de texto, que además, al menos en mi edición, tiene un interlineado amplio, lo que hace más apetecible el libro. Lo digo porque normalmente lo que solemos leer los aficionados a la 2GM son tochos de 400 páginas para arriba.
Teiter, ciertamente no soy un experto en el tema italiano. Mis lecturas sobre los italianos no alcanzan a poder contestarte con autoridad alguna. Sin embargo se me ocurren las siguientes cosas: Obviamente buenas ideas hay en todos los países. Para no irnos más lejos, Giulio Douhet, el teórico y escritor de «El dominio del aire”, donde se preconiza la potencial capacidad destructora de las fuerzas aéreas de un ejército para quebrar la resistencia del enemigo. Era italiano, y escribe el libro a principios de los años 20. Empujado por mi arriesgada ignorancia, podría decir que esas “fabulosas e innovadoras ideas” de Douhet, para los italianos se traducen 20 años después, ya en la Segunda Guerra Mundial, en la consigna táctica de “¡Suerte, vista… y al toro!”
¿Qué pasa en el caso de la “guerra Celere”?. Yo creo que pasa tres cuartos de lo mismo, Las ideas por sí solas no bastan. Hay que implementarlas, o tratar de implementarlas lo mejor posible. Por supuesto.
En cuanto a la estrategia, ya por entonces, no era un asunto neta y puramente militar, sino que ya por entonces es un concepto que alcanza, se fundamenta y afecta a todos los instrumentos de fuerza de una nación: política, economía, alianzas, industria, propaganda, comunicaciones, población y, por supuesto, fuerzas armadas. Todo esto se podría afirmar que son elementos que conforman el campo estratégico, y que si un gobierno sólo se ciñe a uno o dos aspectos, quizás, se me ocurre, esté pecando de cierta miopía estratégica.
Saludos.
Por cierto, ni he leído ni tengo el libro que recomienda Koenig. Pero sí que parece apetecible: está publicado en Stackpole por 14 o 15 dólares, y tiene 240 páginas.
Éste de Knox es muy útil: tiene mucha información muy curiosa y reveladora.
Saludos.