Resulta curioso que el fenómeno gladiatorio de la antigua Roma evolucionase desde una costumbre religiosa inicialmente funeraria a un movimiento de masas que desataba las pasiones del respetable y que, por tanto, como lo puede ser hoy en día el fenómeno del fútbol, estuviese avocado a ser un instrumento político del poder y un inmenso negocio para sus promotores.
«Rastrear el origen del fenómeno de los gladiadores en Roma es a la vez sencillo y casi imposible», afirma el profesor Quesada Sanz el artículo que abre el número y en el que aborda los orígenes del fenómeno gladiatorio, rastreando a través de restos arqueológicos, combates del siglo VI a.C. que representan parejas de luchadores armados, quizá una evolución de los sacrificios humanos en ceremonias funerarias durante los primeros siglos de existencia de Roma.
El primer combate realizado en público citado como tal en las fuentes data, según Tito Livio, del año 264 a.C., cuando dos hermanos lo organizaron para honrar a su padre fallecido. El fenómeno debió calar tanto en los gustos sociales como en la carrera por la demostración de poder, ya que la organización de juegos gladiatorios se expandió de forma exponencial con el devenir de los años y todavía en época republicada existen eventos de proporciones escandalosas organizados por Sila o por César.
El auge de este fenómeno vino inevitablemente acompañado de su desarrollo: múltiples escenarios, con múltiples luchadores y múltiples panoplias, materia que trata David Vivó en el artículo Equipados para la arena. Los gladiadores y sus armas.
Además el negocio es el negocio, y los combates de gladiadores fueron un auténtico espectáculo de masas, en el que las hazañas de sus estrellas eran seguidas por la multitud, que ya entonces conocía sus estadísticas de combates ganados y perdidos, y veces que habían sido perdonados, seguro que con el objeto de animar las charlas de taberna o hacer sus apuestas. En este sentido, es muy interesante el artículo Un día en el anfiteatro. El punto de vista público de Fernando Lillo.
Los combates de gladiadores, aparte de otros espectáculos, ayudaron a conformar un recinto apropiado para su ejecución: los anfiteatros. Estas edificaciones son uno de los emblemas arquitectónicos más característicos del mundo romano y en el artículo Anphi-theatrum. El origen de los anfiteatros en la Urbs y el anfiteatro de los Césares de Joaquín Ruíz se hace un recorrido por el origen y desarrollo, y la localización de estos edificios por todo el mundo romano.
Un recorrido muy interesante por un fenómeno que desató las pasiones de la sociedad que forjó el imperio más longevo de la historia.
- ISBN: 101007867
- Editorial: Desperta Ferro Ediciones
- Fecha de la edición: 2017
- Lugar de la edición: Madrid. España
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 29 cm
- Nº Pág.: 65
- Idiomas: Español