El Imperio grecorromano, Paul Veyne

En primer lugar, decir que éste no es un libro de divulgación ni de introducción a Roma y su mundo, sino que supone que el lector tiene unos ciertos conocimientos, o por lo menos cree tenerlos, porque los del autor son tan apabullantes y extraordinarios que yo me atrevería a afirmar que quien no ha leído nada de Veyne no ha leído nada sobre Roma. Éste es un libro que crea afición. Éste es un libro para digerir poco a poco, para no atragantarse y para no desesperarse pensando porqué demonios nadie en España se ha atrevido a publicar TODO lo que ha escrito Veyne. Por qué además la edición española vale un pastón y la edición de Seuil vale sólo 26,35 euros y es de la misma calidad (por no hablar de que está mejor editada y en la lengua natal del autor) es algo que ya pertenece a los arcanos editoriales y no me veo capaz de responder.

Paul Veyne es uno de los historiadores de la antigüedad clásica más importantes del mundo. Sus trabajos siempre están impregnados de sugerencias imaginativas, de una profunda erudición, de una prosa magnífica y de una capacidad para iluminar aspectos de lo tratado que raramente se encuentran en otros autores. El filósofo y sociólogo John Elster dijo de su libro El pan y el circo que leyéndolo había tenido la experiencia intelectual más excitante de su vida. Yo comparto las sensaciones de Elster y de tantos otros: éste hombre que procede de un ambiente humilde, que lo mismo habla de la poesía de René Char como de Foucault, de los mecanismos del patronazgo en la Roma antigua como del concepto de civilización, de la conversión de Constantino o de las ruinas de Palmira, es una mina, un goce intelectual, uno de los pocos sabios que quedan en un mundo dominado por los profesores.

El Imperio grecorromano está compuesto por una serie de trabajos de diversa extensión y profundidad. Me permito trascribir algunos de los títulos: “¿Qué era un emperador romano?” (que por cierto, incluye entre sus agradecimientos al actor Michel Piccoli); “Los presupuestos de la ciudad griega, o porqué Sócrates no quiso escaparse”; “Paganos y caridad cristiana ante los gladiadores”; “Los problemas religiosos de un pagano inteligente, Plutarco”, etcétera. Muchos de los artículos están guiados por el intento de explicar la singularidad nacida de la conjunción de las culturas griega y romana, ya que “la cultura material y moral de Roma nace de un proceso de asimilación de esta civilización helénica que, de Afganistán a Marruecos, era la cultura mundial de su época y de este rincón del mundo”. Roma era un pueblo que tenía por cultura la de otro pueblo, la Hélade. Ahora bien, Veyne nos dice que esta asimilación tenía sus propios rasgos, un cierto aire macarrónico, kitsch si se quiere: “el Occidente latino era griego de la misma forma que el Japón actual es un pais occidental, con sus derechos humanos, democracia, ordenadores, premios Nobel, arte internacional y Novena Sinfonía”. La suma de la cultura griega y el pode romano, junto con el cristianismo, son el origen de nuestra civilización. O casi, y ahí también Veyne tiene cosas que decir.

Y para acabar, una pregunta: ¿Si los relieves de la columna Trajana se ven difícilmente desde el suelo, quién se supone que debía admirarlos?

Saludos y buenas lecturas.

Editorial:Akal
Colección: Universitaria
Traductora: Elena Del Amo
Materia: Historia antigua
ISBN:978-84-460-2465-1
Dimensiones:13,5x22N.°
páginas:816
Año edición: 2009

11 comentarios en “El Imperio grecorromano, Paul Veyne

  1. Solo he leido referencias a este libro, sobre todo respecto a los planteamientos que hace y que tienen que ver con el título de este libro, es decir que el Imperio Romano estaba profundamente asentado sobre sus raices griegas, bueno, de hecho la parte oriental del Imperio jamás dejó de ser griega y no olvidemos que esa parte duró mil años más que la parte occidental y latina.
    ¿Lo del precio?, si pareciera que alguien conspira para evitar que se lean ese tipo de libros. vi cuanto cuesta, 60 euros. Si por casualidad estuviese aquí, que no está, vendría a costar el equivalente a 50 kilos de pan, ya se que no solo de pan vive el hombre, pero …

  2. Si, a mi me ha sorprendido el elevado precio del libro. Parece un libro más didáctico que divulgativo, más universitario pero aun así es un precio, bajo mi punto de vista claro está, desorbitado.

  3. Muchas gracias por esta interesantísima recensión, para todos los amantes del mundo antiguo nunca viene de más el tener conocimiento de autores como Veyne.
    La pregunta final que planteas es algo que descubre el autor en su libro con alguna teoría es una pregunta así a bote pronto que se te ha ocurrido a tí?.
    Yo creo que una magna obra como La columna trajana se hacía más pensando en la posteridad que en el momento presente de su creación.

  4. Hola, Julio:

    Lo de la columna trajana es una cuestión que plantea Veyne a lo largo de sus comentarios sobre la ideología del mundo clásico. Él sostiene que los relieves estaban destinados a ser contemplados por los dioses (para los paganos, el tiempo de las divinidades equivaldría más o menos a esa posteridad a la que tú aludes, a pesar de que en la Antigüedad no había una noción temporal-histórica igual a la que nosotros hemos heredado del hegelianismo y del positivismo del siglo XIX). Por cierto que hay una posibilidad de leer a Veyne en el primer volumen de Historia de la Vida Privada, de editorial Taurus, una obra exquisita. En el primer volumen, además, la antigüedad tardía corre a cargo de otro «monstruo» de los estudios clásicos como es Peter Brown. A disfrutarlo.

  5. Algo parecido es lo que estaba por poner, que muchas de las inscripciones y relieves que dejaron las civilizaciones antiguas fueron hechas, tal vez para las divinidades, pero también como una manera de perpetuar los hechos asociados a una persona. Algo así como que no importa que las personas no puedan leerlas, pero se sabe que están ahí, son eternos…

  6. Yo edito e imprimo libros por mor de mi oficio y se que poner un libro a mas de 20 € espanta al común de los mortales, si lo ponemos a mas de 30€ espanta a los fanáticos y a los funcionarios y a mas de 40 € lo compran tan solo los snobs que se leen libros en los momentos de calma chica en el yate. Se que es un autor de la categoría de Duby o de Ariès pero con ese precio prefiero comprar los Episodios Nacionales de Galdós en edición de tapa dura.
    He leído en google que su primer y mas famoso libro es «el pan y el circo», ¿está editado en español?

  7. Pero, ¿qué determina que un libro sea traducido a un idioma determinado?, ¿quién lo decide?. ¿Que determina que un libro de Paul Veyne (o de cualquier otro autor) sea traducido al árabe, pero no al castellano? , ¿El mercado?, pero no imagino mercado más complicado que el de los libros de historia, salvo tal vez el de la poesía. Pero así es el asunto, a eso me refería cuando por ahí hice la observación de la necesidad que sentimos a veces de ser políglotas, es mejor no saber cuantos libros buenos se habrán escrito en idiomas que no están al alcance de nuestro entendimiento…

  8. Yo leo con desenvoltura en francés y en inglés (quizás en este último libros técnicos, no podría leer a Dickens o Martin Amis, por ejemplo, pero leo libros de historia), además claro de el catalán y el castellano, por ser de Barcelona, y el italiano, porque creo que a un catalán le es más fácil leer en este idioma, que por cierto es bellísimo. ¡Pero no entiendo ni jota en alemán! Y ahi, claro, me dejo otras lenguas, como el manchú o el farsi, en los que hay verdaderos monumentos. O sea que, yo también tengo el deseo de ser poliglota, como Kafka tenía el de ser piel roja. En cuanto a a quién decide traducir esto o aquello, hay que tener en cuenta que la industria editorial es un negocio, cada vez más concentrado. Esto es una perogrullada, claro, que hasta mi sobrino de tres años sabe, pero a veces se pierde de vista. En literatura, por ejemplo, las únicas capaces de competir en los anticipos son las grandes (aquí en España, Planeta, Seix-Barral, Tusquets y para de contar). El libro de historia es minoritario: ahora se publica mucha cosa superficial aprovechando el boom, pero pasará y entonces quedará el libro de fondo, el manual de Universidad; de hecho, creo que la novela negra desbancará en cuestión de pocos años a la histórica, aunque esto es una opinión mía y, como siempre, seguro que me equivoco.

  9. He estado repasando la página web de Akal y he visto que tienen los precios en función, mas o menos, del número de páginas. Este de Veyne vale 60 €, el que anuncia en esta web entre las novedades de abril,» la guerra en la edad media», vale 45 € y otra novedad de la editorial: «el mundo de los druídas» de Miranda Green vale 29’50 y tiene doscientas y pico páginas. Es una editorial cara y no creo que los derechos de autor justifique el precio que les ponen de venta al público. Como empresa están en su derecho a vender al precio que les interese por mor del beneficio y el lector está en su derecho a pagar ese precio o no.
    Otro tema es el de porqué se publica este tomazo de Veyne y no otro que parece que es su libro principal, «Pan y circo», no se edita. Si no se trata de un autor superventas y con caros derechos de autor ¿qué criterios editoriales maneja el editor a la hora de editar uno u otros libros del mismo autor. A lo mejor gana mas dinero editando 3 libros a 20 € que vendiendo 1 a 60 €. Y vendiendo mas crece la difusión cultural y la industria del libro.

  10. La razón de que se haya publicado en castellano este libro de Veyne y no el otro es que Akal, que es una editorial universitaria, ha preferido publicar esta serie de ensayos más diversificados de Veyne que no el de El pan y el circo, un ensayo sobre la ideología del evergetismo romano. No trata de gladiadores ni nada de eso; de hecho, los espectáculos de gladiadores sólo ocupaban un mínimo porcentaje en los juegos romanos, cuya crueldad es espantosa: Tito hizo asesinar a cerca de 20.000 personas en una marea de sangre inaudita después de su conquista de Jerusalén, pero los gladiadores simplemente se limitaron a degollarlos; la principal pregunta de Veyne es, ¿hasta qué punto es cierto que, como decía Marcial, con el pan y el circo, la plebs romana había quedado despolitizada? ¿Qué significaba entonces «política» para un romano? ¿Qué papel cumplía la munificencia en las sociedades clásicas? Pero, repito, el que quiera leer ahí historias de gladiadores o de cosas así no encontrará nada. Veyne, como Grimal o Vidal-Naquet, estudian las mentalidades. El libro que comentamos es más diverso, como ya dije en la reseña. Como también indiqué, si no se puede leer en francés, también podéis comprar el primr volumen de la Historia de la vida privada, en la que Veyne es el autor que trata la Roma imperial. Como complemento, tenéis a Peter Brown, otro gran autor, que habla de la época del primer «humanismo» Antonino y de la transformación del paganismo.

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