El gran miedo de 1936, Gabriele Ranzato

Cómo España se precipitó en la Guerra Civil

Gabriele Ranzato es un experto italiano en Historia Contemporánea, profesor de la Universidad de Pisa y que ha escrito varios libros sobre la Guerra Civil Española (GCE).

En este libro Ranzato analiza la España del Frente Popular que ganó las elecciones de febrero de 1936 y la tesis que afirma en el libro es que Franco y sus conmilitones dieron un golpe militar contra un gobierno que no era ni liberal ni democrático. En palabras del propio Ranzato: Es discutible, en cambio, la perpetuación de la imagen de una España de anteguerra básicamente liberal y democrática, con un gobierno capaz de garantizar la continuidad de su régimen político-económico sin ningún peligro concreto de subversión revolucionaria, que habría sido arrastrada a la guerra civil solo por un golpe militar reaccionario y fascista. (pag. 369).

Es decir que, frente al tradicional relato de izquierdas de que Franco dio un golpe de estado contra un estado democrático al estilo de los países anglosajones, Ranzato afirma que el gobierno del Frente Popular gobernó contra la España católica, propietaria, tradicional y liberar que no la había votado. El gobierno del Frente Popular fue siempre un gobierno sectario asediado por las importantes fuerzas políticas de derechas y por sus propios aliados revolucionarios que se adueñaron de las calles de la España de 1936.

En el libro se relatan los hechos que van configurando el día a día del gobierno del Frente Popular desde febrero hasta julio del 1936. Un gobierno que no representaba la amalgama electoral que le había dado la victoria ya que siempre gobernaron Azaña y sus fuerzas republicanas mientras que el PSOE andaba escindido entre el caballerismo y el centrismo de Prieto mientras que los comunistas-anarquistas quedaban fuera del gobierno. La tragedia de esta época de Azaña es que nadie quería a su gobierno: ni las derechas contras los que iba en su legislación y en su descontrol del orden público ni la parte mas importante del PSOE/UGT representada por Largo Caballero que, desatado en su delirio revolucionario, esperó que con sus desórdenes callejeros y su alianza revolucionaria con los comunistas pudieran derribar el Estado liberal-burgués para instalar su propia democracia proletario-comunista. La única alianza que le quedó a Azaña fue la que hubiera podido hacer con el PSOE de Prieto pero Largo Caballero tampoco le dejó esta opción como alternativa viable.

Con este panorama, España se despeñó por el abismo de la bipolaridad y la Guerra Civil y si hubo Guerra Civil fue porque ni toda España estaba con Franco ni toda España estaba con Azaña/Largo Caballero pero había una España franquista y una España republicana. El golpe de estado de julio de 1936 no fue la charlotada de Sanjurjo en 1932 en la que Franco no participó porque valoraba demasiado su carrera militar.

Huelgas, pistolerismo callejero de unos y otros, huelgas, ocupaciones de fincas, quema de iglesias, desprecio por el otro y afán de poder absoluto del bando propio hicieron inviable la convivencia y ni Franco fue tan golpista ni los republicanos tan inocentes. Tras lo de Calvo Sotelo era vencer o morir.

Otro tema fue la represión de post-guerra y otro tema también pero contrafáctico es la represión de post-guerra que hubieran hecho los estalinistas y los socialistas de Negrín si hubieran ganado la guerra pero nos podemos hacer una idea con lo que pasó en la propia URSS o en sus países satélites hasta 1989. Pero esta es… otra historia.

  • Tapa blanda: 376 páginas
  • Editor: LA ESFERA DE LOS LIBROS, S.L. (11 de febrero de 2014)
  • Colección: Historia
  • Idioma: Español
  • ISBN-10: 8490600228
  • ISBN-13: 978-8490600221

26 comentarios en “El gran miedo de 1936, Gabriele Ranzato

  1. Me llama la atención que despues de otras reseñas de Vicent siempre hay agradecimientos, réplicas, comentarios, etcetc…..pero en este no. Curioso. Y yo si que voy a hacerlos. Lo primero es que el análisis de Vicent es más que bueno, muy interesante el desglose de las reflexiones del escritor.
    Lo segundo son las causas de la ausencia de comentarios y ahí tengo dos teorías, la primera es que es un libro de la GCE….tema delicado donde los haya y que como españoles nos duele tratar. Personalmente siempre me resulta muy duro leer sobre el mismo y asimilar lo que sucedió antes, durante y después.
    La segunda razón es , quizás, el sesgo partidista del Sr Ranzato. Independiente de la libertad de expresión y de ideas, lo que no es correcto es la manipulación….las elecciones de 1936 en las que gana el Frente Popular son legítimas y libres pese a que no gustan a todo el mundo, pero de ahí a intentar justificar el golpe de estado de unos conmilitones (apoyados por los poderes económicos, terratenientes agrarios, sectores más reaacionarios de la sociedad eapñola y su querida Iglesia Católica) hay un trecho largo. Es cierto que fueron años turbulentos pero entre la caida de Primo de Rivera y el golpe de Estado con el gobierno legal fruto de unas elecciones libres hubo democracia y libertad , con sus problemas, pero la hubo. Intentar decir que desde el 34 ya no la hay forma parte del revisionismo de la algunos pseudo historiadores de la derecha para decir que el alzamiento no fue contra un gobierno legalmente constituido al que habían jurado fidelidad y con el cual incumplieron su palabra, si no que se trataba de otro sistema y por lo tanto era lícito dicho alzamiento. Recomendaría en lugar de este libro otros, como los de Julian casanova, o Santos Julia, o Paul Preston, Angel Viñas, Enrique Moradiellos, Francisco Moreno, Francisco Espinosa, Conchita Mir, etcetc….
    Esta editorial edita entre otras «perlas» las de D. Pio Moa, lo que hace que , personalmente, la mire siempre con cuidado.
    Así pues , a la vista del interesante análisis de Vicent, descardo por falso, sectario y revisionista este libro y escribo un comentario contra este libro de la GCE.

  2. En España hablar de la Guerra Civil es hablar desde una trinchera: si criticas a Azaña eres un fascistas y si criticas a Jose Antonio Primo de Rivera o a Franco eres un rojo. Yo he leído a la mayoría de autores que cita Couperin ( a Pío Moa no pero por ser un antigua terrorista, son manías de cada uno y a Conchita Mir no conozco su obra) y a Andrés Trapiello y a Anthony Beevor y a Stanley Payne y Ian Gibson y a… Siempre me ha parecido que hay una indulgente consideración con las fuerzas de izquierda y una descalificación a priori de Franco y los demás militares que ganaron la guerra y siempre me ha parecido el periodo mas interesante el que va de febrero de 1936 a julio de 1936 porque lo que intenta Franco en julio le sale «mejor» que lo que le salió a Sanjurjo en 1932 y lo que le salió a los revolucionarios de 1934. Ambos son golpes de estados contra gobiernos elegidos democráticamente que fallan porque la sociedad todavía no estaba «suficientemente» polarizada en aquellas fechas. En febrero de 1936 ganan las izquierdas agrupadas y emprenden una acción de gobierno totalmente sectaria con el problema añadido del «ala revolucionaria» de PSOE que no quiso saber nada del gobierno de Azaña hasta que la GCE llevaba ya varios meses y Azaña había fracasado. La GCE tal vez se hubiera podido evitar si Prieto y Azaña se hubieran coaligado y hubieran logrado detener la furia desatada de los aprendices de revolucionario del Lenin español y hubieran practicado una política de gobierno mas reformistas que revolucionaria. El libro de Trapiello sobre los intelectuales y la guerra civil habla de la «3ª España» que era la España liberal, culta y democrática que tuvo que sufrir a los militarotes o a los revolucionarios matacuras según en la zona en la que le tocó vivir a partir del 18 de julio; Ortega, Baroja, Cernuda, Guillén o Arturo Barea emigraron de esas dos españas en la Guerra Civil que empezó, formalmente, el 18 de julio.

  3. Bueno, yo sí te agradezco que reseñes una obra de la GCE, este tema junto a la IIGM ocupa la mayoría de biblioteca personal, mi afición viene desde que era prácticamente un niño. El tema sigue siendo muy peliagudo, una guerra civil no cierra sus heridas tan fácilmente.

    Entrando ya de lleno en el libro de Renzato, creo que afirma demasiado alegremente que el gobierno salido de las elecciones de febrero de 1936 no era democrático ni liberal. Hombre, creo que políticos como Azaña, Casares Quiroga o Martínez Barrio no pueden ser calificados de antidemocráticos, no niego que hombres como el mencionado Azaña no aceptara de buen grado una República conservadora, pero eso no significa que no creyese en la democracia. En cuanto a los socialistas, y ya que se ha nombrado a Largo Caballero, me gustaría comentar que este último siempre fue un hombre pragmático, se fue adaptando según el momento político que le toco vivir y en la primavera de 1936 tal vez su oratoria fuese demasiado agresiva hecho que no benefició precisamente a una mínima concordia con las derechas…¡pero lo que servía en 1931 ya no era efectivo en 1936! De ahí que se sirviese de unos discursos incendiarios que, sinceramente, no sé hasta qué punto estaba dispuesto a llevarlos adelante hasta sus últimas consecuencias. De todas formas eso de dar golpes preventivos nunca me ha terminado de convencer, la conflictividad era alta en las calles, pero al final el remedio fue peor que la enfermedad. El golpe de 1936 fracturó una sociedad que no estaba pasando su mejor momento, pero desde luego lo que se resquebrajo y fue determinante para que el conflicto se extendiera en el tiempo fue la ruptura en el seno del propio Ejército español, demasiado politizado.

    Renzato tiene razón en que el gobierno de Casares Quiroga y de Azaña estaba más preocupado por la deriva revolucionaria de la CNT y de una parte de la UGT que de una asonada militar de corte conservador. No creo que tuviesen miedo a que una revolución pudiese triunfar en España, pero sí lo suficiente como para saber que la inestabilidad en las calles podría poner en un aprieto a una República que necesitaba más que nunca estabilidad tras la revolución de octubre de 1934 y la complicada llegada de las izquierdas al poder.

    Un saludo.

  4. He leído en Ranzato y en otros autores ¿Payne? que los gobernantes republicanos de 1936, los centristas y los caballeristas, conocían la asonada militar pero querían que se produjera para poder aplastar el poder imitar ya que creían que sería una asonada como la de Sanjurjo en 1932. Pero las cosas en 1936 no eran como en 1932 y había una gran cantidad de españoles ¿de orden? que se sentían agredidos por la falta de orden público y el violento anticlericalismo de muchos votantes del Frente Popular ahora en el gobierno. A Franco y a sus conmilitones lo apoyaron muchos españoles en 1936 y en las elecciones de febrero se vió claro que había dos grandes bloques sociales irreversiblemente enfrentados.
    Incluso Indalecio Prieto, el mas sensato y práctico de los socialistas, estuvo enredado en la muerte del diputado nacional Calvo Sotelo que no fue investigada por el gobierno de Casares Quiroga porque ya era tarde para todo. Creo que si no se hubieran sublevado los militares, los revolucionarios que acompañaron el gobierno del Frente Popular hubieran acabado por levantarse contra un «gobierno repúblicano y burgués» que era el de Azaña. La IIª República , liberal y democrática, fue asesinada por las dos españas: la decimonónica y la revolucionaria.

  5. El gobierno republicano conocía muchas de las reuniones que se estaban celebrando en cuarteles o en otros lugares donde parecía que existía cierto movimiento entre algunos jerarcas militares no muy de fiar para el mencionado gobierno, pero sí es verdad que pecaron de ingenuidad y siempre pensaron que conseguirían mantener la calma y el orden entre las fuerzas militares. Si te fijas, hasta el mismo día en que Casares Quiroga recibe la noticia del levantamiento en Marruecos la pasividad del gobierno fue determinante para que la rebelión fuera adquiriendo cada vez más auge, por lo tanto, en mi opinión, no había un plan predeterminado que incitase a los militares sublevados a llevar tal acción para después aplastarla, si hubiese sido así el mismo día 17 de julio se hubiese puesto en marcha la maquinaria gubernamental para eliminarla…..y no fue así….porque prácticamente desconocían el grado de rebelión que se estaba gestando en esas horas cruciales.

    La muerte de Calvo Sotelo siempre se ha mencionado como uno de las causas por las que los militares decidieron definitivamente dar el golpe, no es del todo falso, pero tampoco es del todo cierto. La operación ya estaba en marcha mucho antes del asesinato del diputado del Bloque Nacional, Sr Calvo Sotelo, desde luego sí influyó en acelerar la asonada ya que la presión de falangistas y, sobre todo, de carlistas estaba ya empezando a dar sus frutos, pero el plan ya estaba preconcebido mucho antes del asesinato.

    Los revolucionarios de la CNT y la corriente más a la izquierda del socialismo no tenían la suficiente fuerza como para derrocar al gobierno, como tampoco la tuvieron los militares sublevados…y por eso hubo una Guerra Civil que duró casi 3 años .

    Un saludo.

  6. ¿Es que a estas alturas alguien duda de que Franco fue un golpista, un asesino y un dictador? Tampoco creo en los golpes preventivos (así vendió Pinochet su asonada de 1973). Como señala Almudena Grandes el fin de la guerra no supuso la paz sino la celebración de la victoria con una feroz represión: campos de concentración, miles de exiliados, procesos sumarísimos que acababan envel paredón, colegios-presidios para huérfanos del bando perdedor, etc.

    Saludos

  7. A mí tampoco me acaba de convencer la tesis de Ranzato; estoy con Couperin, David L. y José Sebastián. Uno de los grandes fallos de la República fue querer reformar un país bastante analfabeto en diez años, cuestión que en las democracias occidentales llevó casi cien.

    Y eso de ver el golpe fascista como «el mal menor», «un golpe preventivo», vamos… ni en broma.
    O aquello otro de que Stalin deseaba crear un república soviética en España, puf, ni que decir tiene.

    Y los millones de españoles que se vieron envueltos en la vorágine de la guerra, sin ser «ni azules ni rojos», obligados a combatir a la fuerza ¿qué?

    Y me gustaría saber si cuando el autor habla de «democracia liberal» ¿quiere decir democracia universal, representativa, igualitaria y solidaria o se refiere a una democracia burguesa, aristocratizante, mercantilista y excluyente?

    Estoy seguro de que autores como Julián Casanova presentan una visión más objetiva y equilibrada.

    Por cierto, Viçent, no me digas a mí que esta es una bitácora solo para la SGM., ¡qué me frustro! 😉

    Saludos

  8. No me importa ser minoría en un tema tan importante como es la GCE. El libro trata de una época muy concreta: desde febrero de 1936 al 18 de julio de 1936. No habla ni de la posguerra ni de la revolución de Asturias.
    En esa época gana las elecciones una amalgama de partidos de izquierda, el Frente Popular, por un margen muy pequeño contra la CEDA y los partidos republicanos de centro que no están integrados en el Frente Popular «se húnden». A partir de ese momento el gobierno de la IIª República gobierna a favor de sus votantes y contra sus oponentes políticos: desórdenes públicos, ocupaciones de fincas y quema de iglesias y conventos. La situación entra en una espiral de violencia y con dos movimientos agazapados esperando su momento: los militares-oligarquía y los revolucionarios del PSOE/POUM/PCE/CNT que esperan que los militares se levanten para declarar una huelga general y tomar el poder para los proletarios (UHP) liquidando la república liberal y burguesa.
    La situación explota y ni unos ni otros ganan en todos los sitios por lo que se inicia una guerra civil.
    El libro describe, con textos y declaraciones políticas de la época, el clima de violencia y de revancha que dominaba la vida española en esa primavera previa a la Guerra Civil.
    Y si Franco fue un dictador y un asesino ¿qué hablar del Carrillo de 1936 y de Stalin? Si la guerra civil la hubieran ganado Stalin y Negrín nos hubiéramos aliado con Stalin para tomar Polonia junto a Hitler?¿hubiéramos entrado en la SGM?¿por qué no apoyaron las democracias liberales a la IIª República en la GCE? ¿? Y si mi abuela tuviera cojones ¿sería mi abuelo?
    Me citáis a Casanova y a Almudena Grandes pero yo os diría que leyerais también a Stanley Payne y a Manuel Chaves Nogales. O a Beevor o el libro de Preston sobre la violencia como arma política en la GCE. En esto, como en todo, lo peor es ir con ideas previas e intentar ajustar los hechos históricos a las ideas previas.
    Democracia liberal se contrapone a democracia popular. Liberal quiere decir que es un libre juego de mayorías y minorías que se respetan y se alternan según las elecciones mientras que popular quiere decir que un sector amplio del pueblo soberano, los proletarios o los desposeídos, son la base de la soberanía y la base moral indiscutible de la acción política que se ejerce sobre los contrincantes políticos (propietarios y dueños de los medios de producción).

  9. Apreciado Viçent,

    Que Stalin fue un asesino nadie lo pone en duda (Salvo nostálgicos recalcitrantes). Que Franco fue un asesino, tampoco (salvo, igualmente, nostálgicos recalcitrantes).

    Si Franco creía en la democracia liberal, ¿Por qué se perpetuó en el poder durante 40 años? Claro, lo olvidaba: habían «elecciones», la famosa «democracia orgánica» de los vencedores.

    Como solicitó Julia Conesa (una de las «trece rosas» ejecutadas al alba del 5 de agosto de 1939 en las tapias del Cementerio del Este) en su última carta a su familia: «Que mi nombre no se borre en la Historia».

  10. Los meses de febrero a julio de 1936 fueron interesantes.

    Pero también hay que matizar que retoricas a parte era difícil que tras lo de 1934 se intentase una nueva revolución.
    Un gobierno soviético era también difícil: la CNT, la FAI y el POUM tenían mucha influencia; y a la URSS no le interesaba con los problemas internos que tenía, la creciente tensión con Alemania y la preocupación en China, como para meterse a instalar un gobierno en el 5º pino rodeado de las potencias occidentales.

    De todas formas hubiese sido complicado al Frente Popular mantenerse y habría nuevas elecciones a medio plazo.

  11. Yo no digo que Franco era un defensor de la democracia liberal, era contrario al libre juego de partidos y su aspiración fue crear un partido único, FET de las JONS, y una democracia orgánica apoyada en las instituciones de la familia, el sindicato vertical y los ayuntamientos. Lo que tiene de interesante este libros de Ranzato es que está centrado en la época concreta previa a la Guerra Civil e intenta explicar como había dos españas antagónicas que excluyeron a una tercera España liberal y demócrata. Si la GCE la hubieran ganado los partidos revolucionados no les hubiera ido mejor a los integrantes de esta tercera España como tampoco les fue bien a los Maiakovskii o los Pasternak en la URSS o a Dubcek en Checoslovaquia de 1969 o a Polanski en la Polonia comunista.
    Franco era tan demócrata como lo era el Carrillo (Santiago) o el Largo Caballero de 1936. En el libro de Ranzato se pueden ver las soflamas de Lenin español y ponen los pelos de punta.

  12. Hay un libro que he mencionado antes de Andrés Trapiello, los intelectuales y la Guerra Civil, en el que narra las andanzas y las interacciones de los intelectuales en los tiempos previos e inmediatos a la GCE en el que se puede comprender el trauma que supuso a la España culta la GCE. Muchos de esos intelectuales a los que Trapiello llama «tercera España» se exiliaron de los dos españas, de los hunos y los otros que decía Unamuno. Los dos bandos fusilaron intelectuales aunque no todos eran tan notorios como García Lorca.

  13. Completamente de acuerdo Viçent. Ejemplo paradigmático de los intelectuales que debieron exiliarse fue el brillante Manuel Chaves Nogales al que citas en uno de tus comentarios.

    Saludos

  14. Hombre, el plantear futuribles o ucronías no deja de ser un esfuerzo vano; no obstante a «la victoriosa España de Negrín» Polonia le hubiera quedado un poco a desmano; en la SGM los españoles participaron en los dos bandos; las democracias liberales no apoyaron a la República porque bastante tenían con apacentar a los totalitarismos fascistas y a «las derechas» internas -EEUU. estaba muy lejos- y como bien se ha indicado aquí, la pasividad del Gobierno republicano dejo hacer mucho y muy bien a la diplomacia «española» que en gran medida se inclinó por los presupuestos de los golpistas.

    Y en esa «tercera España» ¿no habría que incluir también a los cientos de miles que se vieron arrastrados a la vorágine fratricida?

  15. Ya me parecía ami que había demasiado silencio y lo que sucedía es que nadie quería tratar del tema. Se han comentado muchas cosas, una de las más intersantes es la que se refiera a la celeridad con la que se quisieron realizar grandes cambios de tipo social, religioso y laboral. Creo que Vicent olvida que la España del 36 tenía un inmensísimo déficit de justicia social, y que del 34 al 36 se había retrocedido enormemente respecto a las mejoras que se había hecho con la llegada de la República el 14 de abril del 31. En ese periodo se vuelven atrás los grandes cambios del reparto de tierras y el tema de jornales y jornaleros, los terratenientes vuelven a maltratar a sus jornaleros , apoyados por la burguesia más conservadora y la iglesia, que ve perder su poder….El frente popular intenta reponer los avances sociales que se habían aniquilado y el ejército, los terratenientes y la gente con dinero ven perder su status. Existe un gran descontento de las masas pobres y maltratadas, y mucho miedo y desconfianza de las adineradas y de la iglesia. Y en ese caldo de cultivo los incendiarios de la falange siembran la semilla de la discordia ejerciendo de agitadores, de instigadores de la violencia con el fin de conseguir apoyos, generar miedo y alterar el orden público. Es cierto que la situación era muy difícil pero hubo muchos, generalmente progolpistas, que la hicieron más difícil. El inicio de la GCE se debe a los militares, apoyados por terratenientes y adinerados, con el beneplácito de la iglesia. Lo que hubiera podido o no suceder, si hubiera existido o no una dictadura de izdas, o si hubiera existido una matanza por parte de esa hipotética dictadura leninista-estalinista-marxista-judeo-masónica entra dentro de la pura especulación. Es muy interesante comparar las violencias ejercidas en ambos bandos durante los periodos «calientes», sus circunstancias, responsables, duraciones, etc y recomiento encarecidamente dos libros, uno de Víctimas de la guerra civil (Historia Selección) de Santos Juliá,etc y Holocausto Español de Paul Preston.
    El responsable de la GCE fue Francisco Franco y los que lo apoyaron, el Frente Popular y sus políticos y sus políticas fueron poco acertadas, malas, o como queramos decirlo, pero la responsabilidad fue de los golpistas. El hecho de que el Sr. Ranzato quiera «revisar» ese periodo con el fin de justificar en cierta medida una guerra (y sus consecuencias que perduran 75 años tras su terminación) no lo convierten en una verdad. Dicho sea esto desde el respeto a la diversidad de opiniones de los comentaristas.

  16. Da la sensación que en la 2ª República había unos que querían ir demasiado deprisa y otros demasiado lentamente y que se funcionaba a tirones con acelerones y retrocesos (bienio rojo vs bienio negro). En ese contexto es demasiado unilineal hablar de violencia falangista tan solo sin olvidar la violencia anarquista o la violencia revolucionaria desplegada en Asturias en 1934. Cada vez la apuesta se hacía mas alta y se dejaban menos concesiones al contrario ideológico con incendiarios en ambos bandos.
    Lo que no es pura especulación es que entre los meses de verano y noviembre de 1936 hubo violencia política por toda España; en la zona republicana mas descontrolada y en la zona nacional mas organizada por el poder insurgente. El tono de burla de la frase «hipotética…especulación.» me parece fuera de tono en un diálogo desapasionado sobre hechos históricos. El libro de Santos Juliá no lo conozco pero el Preston es recomendable y en él no deja en buena lugar a Santiago Carrillo respecto a la mayor masacre organizada en la GCE pro parte de los dos bandos: Paracuellos del Jarama.
    Respecto a que el general Franco y los que lo apoyaron son los únicos responsables de la GCE solo diré dos cosas: Franco era una general de prestigio antes de 1936 y no se adhirió al golpe militar hasta el último momento pues valoraba mas su carrera militar que una asonada aventurera como la que tenían organizada Mola y los demás. Respecto a que solo los militares fueron los responsables de la GCE me plantea el mismo dilema de si la Alemania del Káiser es el único responsable de la PGM o las cosas son mas complejas como se puede comprobar leyendo el libro Sonámbulos.
    Tachar a Ranzato de revisionista me parece injusto ya que se trata de un historiador reputado y no un personaje turbio como Pío Moa. La historia de la IIª República y la Guerra Civil es mas compleja que la que puede aportar un metarrelato unívoco con republicanos victimizados y nacionales victimarios. Hubo guerra porque hubo, al menos, dos españas enfrentadas y faltó tolerancia y generosidad por ambas partes. Ganó Franco y a media España le fue mal pero si hubiera ganado Negrín le hubiera ido mal a otra media España. Desde febrero a julio de 1936 les fue mal a las dos españas y a la tercera españa que se encontraba entre medias.
    Leyendo estos días una biografía de Suárez me doy cuenta de que profunda estaba instalada la lección de la GCE en los dirigentes de todos los partidos a lo largo de la Transición, Carrillo incluído.

  17. Es extraordinario lo que ha cambiado este país. Antes en medio de una conversación de este tipo nos hubiéramos puesto a parir. Ahora por lo menos hay consenso es que, independientemente de lo que pensemos cada uno, hay que ver los matices de los pinceles más que los brochazos gruesos. Felicidades al autor de la reseña y a los participantes en la charla.

  18. Tu reflexión y puntualización me parecen muy correctas Vicent. Sin duda estoy de acuerdo contigo en muchas de las cosas que dices, y por supuesto mi intención no era la burla cuando digo que es una especulación lo que podría o no haber sucedido, sólo que al no haber sucedido en la realidad no hay forma de poder saber a ciencia cierto que podría haber, o no, sucedido. Está claro que en estos comentarios se simplifica mucho una situación extraordinariamente compleja y que sería ridículo y maniqueo hablar de culpables y victimas de forma absoluta. Claro que se ejerció la violencia por parte de anarquistas, socialistas y comunistas. Y claro que hubo muchos, además de Franco, que fueron corresponsables de la GCE, entre ellos el propio gobierno por no darse cuenta de que iba demasiado rápido y pretender satisfacer, demasiado rotundamente, las reclamaciones, a mi entender legítimas, de los sectores más desfavorecidos, oprimidos, reprimidos y más pobres de la sociedad española. También la Iglesía tuvo una enorme parte de responsabilidad al no ser sensible con la situación de muchos españoles, casi siempre del lado del poder, lo que generó rencores y odios, además de mucha desafección ( recomiendo leer el libro del padre Gumersindo de Estella Fusilados en Zaragoza). Los caciques y latifundistas agrarios que no fueron conscientes de las condiciones de vida de sus asalariados y no fueron menos avaros también polarizó y generó mucho rencor.
    ¿Carrillo?. Sin duda alguna responsable de los asesinatos de Paracuellos de Jarama (recomiendo el libro de Paul Preston El Holocausto español). Pero no olvidemos a Queipo en Sevilla, ni a Yague y la plaza de toros de Badajoz, ni las matanzas de civiles en la ctra de Almería…. Que duda cabe que se cometieron barbaridades en la zona republicana , que no bajo en control del gobierno de la República. En ambos lados .
    Estoy de acuerdo que señalar como únicos responsables a los militares y como víctimas a los republicanos y a la República es reducionista, simplista y estúpido. Y que a la tercera España le fue mal, creo que peor con Franco que con la República ( especulación e hipótesis mía). No estoy totalmente de acuerdo que con Negrín le hubiera ido mal a la «otra España», la que apoyó al bando nacional. Si que es cierto que hubiera visto recortados sus inmensos privilegios, que hubiera tenido que ceder parta de sus ilimitado poder y pagar unos salarios dignos, mejorar las condiciones de vida, no ejercer la violencia física con los aparceros y , en general, permitir que se mejorara la vida a «esa otra España» pobre y represariada. Cualquier posición excluyente es mala, y cualquier nacionalismo radical lo es. Blanco -negro, rojo-nacional, etctetc generó ,y genera, análisis poco acertados.
    Y que conste, a Vicent y otros, que mi intención NO es, ni ha sido, entrar en el tema del insulto-desprecio-menosprecio respecto a sus opiniones. Soy consciente, pese a que los políticos nos quieren vender lo contrario, que la GCE NO es un tema pasado, este mismo foro lo demuestra, y que sigue generando posturas encontradas, por eso mismo me parece muy interesante, y arriesgada, reseñar un libro sobre la GCE.
    Lamento si te he ofendido con alguno de mis comentarios, he leido mucho sobre la GCE como para no ser consciente de que la realidad fue mucho más complicada y confusa como para poder reducir la GCE, causas y efectos, en un breve comentario.

  19. Abundando en lo anterior y dando bibliografía en la que poder «bucear» acerca de este polémico tema indicar que autores de la reputación y solidez de Angel Viñas, en el libro «El honor de la República. Entre el acoso fascista, la hostilidad británica y la política de Stalin» de la editorial Crítica (2009) se opone a la tesis indicada anteriormente y referida al sometimiento total a Moscú que propugnan Payne, Beevor y otros. Además de reivindicar «el honor» de Negrín y desecha el tópico de que fuera una marioneta de intereses soviéticos. El enfoque de Ranzato de intentar justificar el golpe de estado ha sido descalificado por otros historiadores como Paul Preston, Javier Tusell, Franscisco Espinosa, Enrique Moradiellos, Helen Grahan, Santos Juliá y otros.
    Animo a que cada cual saque sus conclusiones despues de leer a los autores de las diversas corrientes historiográficas.

  20. Para mí, Ranzato no intenta «justificar» el golpe militar en el sentido de dar justificación moral sino que intenta explicar (en base a datos públicos como son estadísticas, declaraciones, publicaciones en prensa o libros de protagonistas, documentos oficiales) el porqué histórico de un golpe de estado militar que tuvo mucho seguimiento en 1936 y tan poco seguimiento en 1932. Entre esos años habían pasado el bienio rojo y el bienio negro, Casas Viejas, el golpe de estado obrero de Asturias, los vaivenes de la Reforma agraria, la violencia política generalizada, la Falange, la UHP, el trasvase de las juventudes socialistas al PCE, huelgas y unas elecciones en febrero de 1936 muy dicotomizadas que emplazaron a dos españas con discursos verbales muy enconados y con dos ideas de España incompatibles en el horizonte.
    Creo que si no se hubieran sublevado el ejército, y esto es una hipótesis contrafráctica, el PSOE de Largo y los partidos mas obreristas hubieran intentado una revolución transformadora que la hubiera enfrentado a la España de los propietarios, de muchos militares y a la España de los católicos que en la Semana Santa de ese año 1936 se había humillado gratuitamente impidiéndoles la pública celebración de dichas fiestas religiosas.

  21. Creo que lo mejor para el interesado en el tema y que no tenga demasiados prejuicios es que lea el libro o cualquiera de los que ha citado Couperin y que se atreva a conocer. Sapere aude! que decía Kant.

  22. Que hubiera pasado es muy difícil de predecir.

    La idea de revolución sonaba bien pero en la práctica no estaba tan clara: lo de 1934 había mostrado las limitaciones, los propios partidos estaban en la práctica fragmentados y enemistados basta ver la que montaron entre sí durante y tras la guerra), y finalmente la URSS no quería una revolución cuando trataba de dar lograr apoyo de las naciones occidentales y respaldar gobiernos frentepopulares.

    Y finalmente una cosa es hablar de revoluciones y otra el gobernar día a día, donde probablemente se desgastaría el gobierno (quizás un nuevo bienio y elecciones).

    A la larga todo duraría lo que tardase la inevitable nueva guerra en Europa.

  23. La cosa estaba muy clara, y lo decían unos y otros. No hablaban con disimulos. La izquierda quería aniquilar a la derecha, y me refiero a aniquilar en sentido literal. Los socialistas, comunistas, etc.,querían un Estado bolchevique. Estaban convencidísimos que el triunfo estaba a la vuelta de la esquina. en realidad, tenían todas las de ganar. Y la derecha, como es lógico, no estaba dispuesta a dejar este mundo, así como así. En cuanto a Azaña, era un demócrata poco demócrata: sus discursos no eran nada pacíficos y llamaba a las masas a la acción.
    El orden le preocupaba poco y se reía y acusaba de cobarde a la derecha cuando ésta exigía que se cumpliera la ley. Después cuando le fueron mal las cosas, se arrepintió.

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