El Club Dante, Matthew Pearl

En una entrevista que concedió a ABC, Santiago Posteguillo, que hace poco ha publicado otra de sus novelas sobre Roma, explicaba que su visión de la novela histórica iba por otro camino que lo que ahora se practica y demanda la industria editorial. Según Posteguillo, ahora abundaban las novelas que, bajo una ligera pátina de historia, eran en realidad thrillers en los que el recurso al pasado era más una excusa o una manera de realzar la trama que no una voluntad de mostrar otras épocas a los lectores.

Cojo al vuelo esta afirmación de Posteguillo, que yo creo acertada (tampoco es el primero que la ha formulado), porque precisamente la novela que vengo a reseñar pudiera parecer en un comienzo que peca de este desacierto, es decir, que es en realidad una novela de lladres i serenos (como se dice en catalán), y no una verdadera novela histórica, aunque lleve esa etiqueta. Yo mismo, que desconfío de los best-sellers, me resistía a leerla, hasta que alguien de cuyo criterio me fío, y no solo en cuestiones literarias, me aconsejó que lo hiciera. El Club Dante no era lo que yo creía: un éxito editorial prefabricado, uno de esos tostones de templarios y maldiciones eternas con Grial y asesino tremebundo incluido. Todo lo contrario: la novela de Mathew Pearl (como las otras dos novelas publicadas en castellano de este autor, La sombra de Poe y El último Dickens) es una buena novela de intriga y de literatura y no menos buena novela de historia, concretamente de la historia de Estados Unidos en el siglo xix. Son novelas perfectas para pasar unos días arrimado a un libro de buena factura, con una trama deliciosa y unos personajes atractivos y bien construidos.

A los lectores de novelas clásicas no les decepcionará, porque Pearl, que es profesor de literatura en Cambridge (Massachussets), donde trascurre buena parte de la acción de sus obras, conoce la tradición y la historia. Pearl consigue, por ejemplo, una de las cosas más difíciles que existen cuando se ambienta una novela: que los personajes actúen, hablen y existan, en definitiva, como personas de esa época. Resulta patético leer novelas en las que los personajes o bien hablan como en los peplums más insulsos o aquellas en que, por mor a lo políticamente correcto, aparecen mujeres completamente ajenas a las normas sociales de la época, que para ellas eran absolutamente castrantes hasta no hace mucho. De heroinas victorianas están las novelas llenas, pero lamentablemente las mujeres no contaban en la época ni un pimiento. El mérito de Pearl es que sus heroinas femeninas son creibles, coherentes con la época y además participan en la novela, sin necesidad de ser esgrimistas, princesas o putillas de arrabal. Por eso quizás a los lectores capaces de tragarse lo que les echen con tal de que haya mamporros a cada página y personajes de cartón piedra El Club Dante les decepcionará un poco, les parecerá aburrida. Pero no es mi problema, ni el de Pearl, por supuesto, sino el de ellos.

Y después de tanto rollo, ¿cuál es la intriga de El Club Dante? Bueno, pues es muy sencillo. En Boston, poco después del final de la Guerra Civil americana, alguien comienza a asesinar a personajes notables de la ciudad con métodos terribles y sádicos. Por otra parte, una serie de intelectuales de la ciudad, capitaneados por Longfellow, el poeta laureado del romanticismo norteamericano, está preparando la traducción de La Divina Comedia, de Dante, al inglés. Aunque pueda parecer increible, la traducción tampoco va a ser miel sobre hojuelas. Hay quien cree que traducir a Dante –un autor italiano, después de todo- puede ser nocivo para los altos ideales de las letras anglosajonas. Los integrantes del Club Dante, nombre informal para designar a los voluntariosos traductores de la obra, se darán cuenta de que, sin quererlo ni beberlo, se encuentran en el ojo del huracán. Estas dos tramas van a converger en la novela de forma inteligentísima. Naturalmente, no voy a contar el qué, el cómo y el porqué. Hay que leer la novela para saberlo. El final es de infarto, lo prometo.

El trasfondo histórico de la novela no es menos interesante. La América que ha salido de la Guerra entre los estados del Sur y del Norte no es en la novela precisamente un lugar idílico. Los veteranos desmovilizados y sin trabajo se cuentan a miles; los negros siguen siendo, a pesar de todos los discursos de los bienpensantes, ciudadanos de segunda fila; la guerra ha hecho más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Boston es el epicentro de todas estas tensiones, que además se complican con los enfrentamientos entre irlandeses e italianos, entre la “aristocracia” antigua del Norte y la nueva burguesía salida de la guerra. En la novela veremos desfilar todo este paisaje urbano de miseria y poder, desde los barrios bajos, donde se hacinan miles de seres humanos sin futuro, hasta el ayuntamiento, las comisarías y la universidad. De paso, la novela incluye una de las descripciones más brutales y a mi entender verosímiles de la guerra, con una gran influencia de otro gran narrador norteamericano actual, E. L. Doctorow, cuya La gran marcha, también ambientada en la Guerra Civil americana, aprovecho para recomendar también.

En definitiva, una buena novela, recomendable por muchos motivos.

Saludos y buenas lecturas

Nº páginas: 472 pags
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788432296321
Nº Edición:1ª Seix Barral
Año de edición:2004
Plaza edición: BARCELONA

4 comentarios en “El Club Dante, Matthew Pearl

  1. Gran reseña Leiva,y gran lección para muchos de nosotros que huimos muchas veces cuando vemos la etiqueta best-seller,o vemos dicho libro encaramado a lo alto de las listas.Como en tu caso,El Club Dante,lo debo haber visto unas cuantas veces,y seguro que en más de una o dos ocasiones le habré dado un vistazo.
    Quizás el próximo dia que lo vea sea para llevarmelo.
    Un par de preguntas: ¿Que tal La Gran Marcha de Doctorow?,es un libro que tengo en la lista de futuribles desde hace tiempo.
    ¿No creéis que a veces,puede que como en El Club Dante,hacen más mal que bien las frases publicitarias en las tapas de los libros,o la inclusión de comentarios de prestigiosos periodistas (casi siempre americanos) que no tenemos ni puñetera idea de quien son,alabando sin límites al autor y al libro?
    Saludos!

  2. Excelente reseña y parece interesante esta novela. La verdad, no conocía a este autor y si es de los que escriben novelas históricas de verdad, mejor que mejor. Desde luego que hay novelas que dicen ser históricas y luego te decepcionan. La pondré en la lista de pendientes. Saludos.

  3. Para mí este autor, Matthew Pearl, fue un descubrimiento y esta novela lo lanzó al «estrellato literario» hace ya algunos años. El libro es redondo ya que cultiva la trama detectivesca, la novela histórica y la metaliteratura ya que todos sus protagonistas son célebres literatos/intelectuales que existieron en la realidad como el venerable Longfellow. Es erudita, entretiene y está muy bien documentada sin llegar a las 1000 páginas de Posteguillo. Hay que dice Leiva y es que la novela histórica es, a veces, un cajón de sastre donde llega el autor y planta su tesis por encima de los hechos históricos. No se si os acordáis con el libro que hizo Pérez Reverte sobre Trafalgar todo lleno de palabrotas actuales y referencias a reinas de la copla actuales. Yo hace tiempo que paso de leer libros de novela histórica escrito por mujeres ya que sus protagonistas femeninas sobreactúan como si detrás de un gran hombre histórico tuviera que haber una gran mujer histórica y el libro se convierte en una excusa para plantar un feminismo en épocas en las que las mujeres tenían el papel y el protagonismo que tenían. Esta bien que las mujeres planteen el tema de la igualdad en los Moros y Cristianos o en las recreaciones napoleónica (aunque chirríe una mujer dragona o granadera) pero no existieron históricamente ni mariscalas, ni papisas, ni conquistadoras de América ni verdugas.

Responder a Xavi www.lorenzosanchezvidal.com Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *