El Cardenal del Kremlin, Tom Clancy

Ayer día 2 de octubre de 2013 falleció Tom Clancy. Recuperamos esta reseña como nuestro pequeño homenaje.

Bueno, una reseña sobre espías, sobre novelas de espías, sobre la guerra fría y sobre Tom Clancy. No está mal.

Lo primero. A mí no me gusta Tom Clancy. No me pareció mala EL OSO Y EL DRAGÓN, me entretuvo, tenía buenos momentos…Pero no me dejó ganas de leer más del Tom Clancy post-guerra fría. Ahora bien, el Tom Clancy Guerra Fría, me ha encantado siempre. Hay que reconocer que es una época con más encanto, más capaz de crear nostalgia, de envolvernos en la nube de los recuerdos de infancia.

Sus novelas de guerra fría son 3, al menos que yo sepa ( Por que no cuento la excelente “Tormenta Roja” que atribuyo más bien a Larry Bond). La caza del Octubre Rojo, El cardenal del Kremlim, y años después, Código Clave Red Rabbit. ( Faltaría “Sin remordimientos”, pero ni la he leído, ni entra tanto en el tema de la lucha secreta contra la URSS).

Dejo de lado la impresionante, maravillosa y soberbia “La caza del Submarino Ruso”, que fue su primera novela ( Y de lejos la mejor), luego popularizada en castellano gracias a una no menos fenomenal película, como “La caza del Octubre Rojo”. De una novela y una película tan impresionantes, y tan imprescindibles para los aficionados a la guerra fría, ya no os puedo contar nada que no sepaís.

Pero si os puedo hablar un poco de la secuela de dicha novela, EL CARDENAL DEL KREMLIM. Publicada 4 años después,  recupera a Jack Ryan y al capitan Ramius en plena guerra fría aún, para narrar una gran historia de espionaje entre EEUU y la URSS que se concentra en 3 tramas: Un topo soviético, un topo americano, y un guerrillero afgano. Todos unidos por el trasfondo de la Iniciativa de Defensa Estratégica ( La guerra de las Galaxias del Presidente Reagan).

La novela está muy influida por acontecimientos reales. El principal, la captura de Dimitri Polyakov, un general de la KGB que se había ofrecido voluntariamente para espiar a su propio país desde 1960 hasta su captura en 1986. Polyakov fue clasificado por los responsables de la C.I.A como “La joya de la corona”. Transmitió información de altísimo nivel, acorde con su rango, durante todo el periodo crítico de la guerra fría. Aunque los soviéticos lograron muchas cosas de sus topos en América, parece casi imposible pensar que pudiesen haber tenido nunca una fuente de información tan eficaz como esta. Posiblemente solo Kim Philby haya sido un espía de tanto nivel. ( Noruega y la República Democrática Alemana sufrieron también a los topos de alto nivel, pero no pueden compararse con el MI-5, la CIA y la KGB).

¿Cómo pudo un hombre que había sido héroe de guerra en la SGM y que había ascendido tanto en la estructura de poder soviética, hasta formar parte de la nomenklatura, traicionar a su país?. Pues por que opinaba que el comunismo le traicionó a él, siendo incapaz de curar a su hijo, y prohibiéndole que recibiese tratamiento en una clínica norteamericana. Para los que hayan leido La caza del Octubre Rojo, les sonará esta justificación. También a los que hayan leído El Cardenal del Kremlim.

En fin, aunque Polyakov fue traicionado por un traidor americano ( Traidor que traiciona a traidor tiene cien años de perdon, o cadena perpetua en este caso), la historia de Clancy varia notablemente, pero aprovecha el recurso dramático de un hombre que se convierte en espía por rencor, y que no acepta nunca compensación económica por sus actos. Polyakov jamás aceptó dinero por sus informaciones, y se negó a desertar a Occidente, a pesar de que conocía el peligro que le suponía seguir en la URSS. ( No en vano terminó ejecutado).

Una trama secundaria son los topos americanos. Parece difícil que Clancy conociese a Aldrich Ames ( El hombre que delató a Polyakov y a muchos otros por dinero) por que fue detenido en 1994, pero en todo caso si que acepta la posibilidad de la existencia de topos soviéticos en áreas sensibles de la defensa estadounidense. Esto no sería ninguna novedad, por que a pesar de los enormes gastos que suponía, el KGB se rentabilizada sobradamente con los robos de tecnología occidental, que luego la URSS duplicaba. En 1985 se hizo público que Jhon Anthony Walker, oficial de comunicaciones de la US Navy, había transmitido a los soviéticos entre 1967 y 1973 información altamente confidencial sobre los códigos secretos de la marina. Entre 1973 y 1985, cuando se le retiró la autorización de seguridad, mantuvo el flujo de información mediante contactos personales con miembros de la Navy, pero se puede suponer razonablemente que el material fue mucho menos valioso. En resumen: Los soviéticos sabían donde estaba cada buque americano en todo momento, y descifraban todas sus comunicaciones, al menos hasta finales de los 70.

En fin, todo este espionaje se mueve en torno a una cuestión por entonces muy en boga. La iniciativa de defensa estratégica, a la que los soviéticos trataron de responder con su propio programa de alta tecnología. Soviéticos y Americanos se encuentran en la novela enfrentados en su carrera armamentística espacial, para la cual ambos buscan atajos a través del espionaje. Sobre esto hay un libro interesantísimo de la editorial San Martín, La otra Guerra de las Galaxias, sobre el programa militar-espacial soviético.

Y, tal vez como moraleja de la historia, en el fondo de la trama aparece un guerrillero afgano, que decidido a librar su personal guerra contra los soviéticos, va a alterar todo el panorama. Al fin y al cabo también los pequeños protagonistas pueden alterar la historia, como el mono mascota que mató al rey de Grecia. ( Una de las anécdotas favoritas de Churchill para oponerse al determinismo histórico).

En fin, que es una excelente novela sobre la guerra fría, escrita en plena guerra fría, y que ahora puede leerse con un delicioso tono de nostalgia y de alivio, sobre todo al saber que EEUU y Rusia están negociando reducir de nuevo sus arsenales nucleares.

De CODIGO CLAVE RED RABBIT, muy poco que decir. Un intento fracasado de recuperar la épica de la guerra fría. Es una novela pasable, entretenida sin más, pero solo si de verdad te interesa el tema del espionaje KGB vs CIA.

Editorial: Plaza y Janes
ISBN: 84-01-49524-5
ISBN-13: 9788401495243
Materia: Libros de Literatura
 

14 comentarios en “El Cardenal del Kremlin, Tom Clancy

  1. Ohhh!!, un gran clásico, si señor. Lo bien que me lo he pasado yo con éste Señor y la mayoría de sus libros. Una gran reseña Urogallo. Y qué decir de «La caza del Octubre rojo», insuperable, mira que tiene años, pues de vez en cuando me la pongo de nuevo y la disfruto casi como si fuera la primera vez.

  2. La Guerra Fría y su incunable mitología sobre espías, topos y confidentes, toda una literatura de la que habría para hablar un buen rato, una pena que esté el tema ya de capa caída.

  3. Lo de Tormenta Roja fue uno de esos excesos que a veces se toman los editores, utilizar un nombre famoso como el de Tom Clancy para explotar una novela que ha escrito otro autor.

  4. Jo, lo de Tormenta Roja todavía tiene un pase, por que al parecer el Clancy tuvo «alguna» relación con el bueno de Larry Bond. Pero acordaos de aquella «cosa» sobre España que escribió tiempo después, y que tuvo que reconocer que ni había leído. La había firmado, y punto.

    La guerra fría no deja de tener su magia, pero si que es cierto que para muchos suena apolillado, aunque de vez en cuando todavia gotea alguna peli sobre el tema. Veáse «La guerra de Charlie Wilson».

    Pfff, «La caza del Octubre Rojo». Cuando me puse a leerla, aún después de haber visto varias veces la peli, no pude soltarla hasta terminarla. Pedazo de libro. Lástima que el tío ( En mi modestísima opinión) perdiese luego la magia.

  5. Si señor una de espías, que bueno Uro. A parte de La Caza… con lo que más he disfrutado de Tom Clancy es con «sus» videojuegos de la serie Ghost Recon y Rainbow Six. De espías lo mejor que visto, aunque trate otra época, es sin duda «El Ojo de la Aguja» basada en una novela de Ken Follet que por una vez en la vida supera la peli al libro.

  6. Me gustó mucho la peli, la verdad. Del libro si que me recomendaron no leerlo una vez vista la adaptación, aunque recuerdo que si me comentaban que mejoraba mucho la descripción del espía y su modus operandi. ( O modus asesinandi).

  7. Código Clave Red Rabbit, no pude con ella, la tuve que dejar por que me sonaba todo a refrito con los topicazos de la guerra fría, nada fresco y muy pesada.

  8. Hola Urogallo. Si me permites quisiera comentar lo siguiente, después de lo comentado:
    Bueno, el espionaje sigue ahí, más fuerte que nunca en un mundo politizado. La Guerra Fría como se le llamó, sigue estando ahí; aunque ahora no se le llame así. El mundo actual vive una «guerra fria encubierta», así es como un servidor la denomina; una guerra que sigue siendo de Bloques, (oriente-sur / occidente-norte). Aunque en el mundo el ‘bloque comunista’; si es que se le puede llamar así, no sea igual que cuando existía la URSS, sigue estando ahí el comunismo y, todavía hay países comunistas en el mundo que tienen ‘voz y voto’. Por otro lado el bloque democrático-capitalista, es más atroz que nunca; pero aunque no hubiese comunismo (ese no es el problema más importante…). El mundo, sigue dividido en dos ‘bloques’ y, culpa de eso lo siguen siendo países de los antiguos Bloques. Ahora, además, como añadidura a lo anterior, hay otros países que están ‘despuntando en la escena del mundo’; sí, el Mundo, «choca» (oriente-sur / occidente-norte), y aunque actualmente no se le quiera llamar ‘guerra fría’ (hipocresía, hasta en las palabras a utilizar); sigue siendo una -guerra fría-, con otros matices añadidos, pero de Bloques; por cultura, por religión, por nacionalismos, por economías políticas e incluso por la misma política causante de la Guerra Fría, como se le llamó en su momento.
    Muchas personas creen que la Guerra Fría comenzó, después de la Segunda Guerra Mundial; craso error si se piensa así. La Guerra Fría surgió, en la época de la Gran Guerra (habrá quien discrepe, al igual que ahora, en lo que estoy comentando), su origen estuvo en el miedo de la revolución bolchevique, el miedo al comunismo mundial y de ahí, hasta la caída de la URSS.
    El libro de Powaski, «La Guerra Fría, EE.UU. y la U.R.S.S. (1917-1991)», reflexiona sobre eso; aprovecho para recomendarlo si me lo permites a aquellas personas que no lo hayan leido.
    Creo que, (Novela Histórica e Historia pura y dura) sobre «guerra fría» vamos a tener unas cuantas todavía y películas también -continuará el caballo de batalla-; no será necesario quitar las «polillas» o ser nostálgicos; no lo digo con sarcasmo, es lo que creo.

    Un saludo.

  9. Bfff, «LA GUERRA FRIA» de Powasky es una maravilla. Palabras mayores. Yo aún no he podido terminar de leerlo, pero lo que he leído me ha encantado. Y lo único que le criticaría es precisamente el título, cuando empieza en 1917. De todas formas de esos temas tratará mi próxima reseña. ( ¿Hacerme propaganda a mí mismo?.¿Yo?). Nada más terminar la P.G.M los espias británicos consideraban el fascismo una cuestión menor, y se obsesionaban con la infiltración comunista.

    Bueno, todavia en los 90 han caido topos de Moscú en EEUU. La nueva Rusia, antes de empezar a nada en petroleo y gas, estaría en crisis, pero tenía para sus espias.Corea del Norte no tiene para pipas, y los Chinos, curiosamente, solo están interesados en el espionaje industrial ( Chicos listos). Como ya comentaré ( Más auto-bombo) en reseñas futuras, el espionaje le fué mal a Occidente en tiempos de la URSS, pero es que en tiempos actuales, ni siquiera nos va en la lucha contra el terrorismo islámico.

    Por avanzar una cosa, después de los ataques de Izboullá contra los estadounidenses en el Líbano, Reagan ordenó a la CIA que localizasen a varios cabecillas y se les «ejecutase». La CIA tuvo que reconocer que no podían poner encima de la mesa un solo nombre totalmente contrastado de un líder del grupo terrorista pro-iraní.

  10. Según el libro «VEIL», de Bob Woodward, el objetivo de las represalias de los norteamericanos sobre Hezbollah eran Ibrahim Fadlallah, uno de los líderes de la organización. Como técnicamente la CIA tiene prohibido el asesinato político, se subcontrató el servicio de un ex-oficial del SAS que hacía cosillas para los saudíes. El atentado organizado por este señor mató nada menos que a 80 inocentes y Fadlallah escapó. Se pueden encontrar detalles también en Soldado de la CIA, cuyo autor no recuerdo, y que sirvió como inspiración más o menos remota al personaje maravillosamente interpretado por George Clooney en Syriana.
    En otro orden de cosas, estoy completamente de acuerdo con JF: la guerra fría, que nunca fue nada fría, comenzó en 1917, y hasta si me apuráis, en 1848 («un fantasma recorre Europa») Yo creo que Wellington, Metternich o Talleyrand hubieran suscrito punto por punto la doctrina de «contención» de Churchill y Truman, etcétera. Un personaje como Sigmund Reilly aparece en 1918 para luchar contra la Revolución de Octubre. Nada menos que Lloyd George le entregó una maleta llena de libras para ir a convencer a Lenin de no negociar en Brest-Litovslk con los alemanes. Evidentemente, le dijeron que se largara de allí pitando, y hay quien cree que Reilly organizó el atentado contra Lenin. De todas formas, a mí las novelas de Tom Clancy ni me van ni me vienen. Demasiado yanquis para mi gusto; sólo falta el Capitán América salvando a Occidente de los chinos malvados; cada «guerra contra el XXX» que se ha sacado el Pentágono de la manga ha tenido su noveladel señor Clancy o de su taller literario (como Stephen King u otros, este señor es un negocio, no un escritor). Prefiero cosas más cultivadas, como Le Carré o una preciosa novela de John Banville llamada El intocable, sobre Anthony Blunt.

  11. Ciertamente, un «escritor» que usa su nombre como marca de ventas firmando libros que no ha escrito, y ya no digamos ni siquiera leído, me parece un fraude y para mi pierde toda su credibilidad, además de que la única novela que he leído suya no la pude terminar, aunque eso es otro tema aparte.

  12. Pronto tocará hablar de Blunt…

    Bueno, hay que tener en cuenta que, de modo harto curioso, Tom Clancy se opuso ( y se opone) a la guerra de Irak. Lo de firmar novelas que no son suyas todos sabemos que es bastante habitual, pero por lo menos este ha reconocido hasta ahora la no-autoría de las que no escribió, y de varias ha señalado que son algo así como el producto de un «taller de escritores» dirigido por él.

    «Soldado de la CIA» a mi me decepcionó completamente, para lo que me esperaba. Es cierto que es un libro directo y detallado sobre lo que supone la verdadera vida de un agente secreto americano ( Me quedo con su vida en la India, taladrando el blindaje de un T-72). Pero no se, no me llegó.

    El tema de los asesinatos es curioso, y se detalla en «La guerra de Charlie Brown» ( Sí, próxima reseña). En el periodo de Carter, las meteduras de pata sangrientas de la CIA habían cansado tanto al gobierno, que se dictó una prohibición tajante de cometer asesinatos. Naturalmente, como comentas en ese caso, para eso estaban los mercenarios. Sobre todo los ingleses, que tenían la ventaja, en palabras de Gust Avrakotos, «de tener un primer ministro a la derecha de Atila».

    Bueno, otra cita del mismo libro: Los agentes ingleses de los 90, eran los nietos de los agentes que habían rondado por la frontera del Noroestes ( Pakistan) jugando al «gran juego» con los rusos. Sus padres habían disfrutado de las glorias del Raj.

  13. Precisamente estoy ahora el el 4ºcapítulo de la serie The Americans,año 1981,una pareja de espías rusos que llevan 20 años viviendo una «feliz» vida de familia norteamericana con 2 hijos empiezan a temer por ser descubiertos por el FBI.

    Los tres capítulos que llevo son realmente buenos. Ya os contaré.

    Saludos.

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