“- (…) No señor, que vamos a la guerra por la plata y nada más, y no porque ellos sean herejes, ingleses o adoradores del demonio, sino porque nos roban a espuertas y ante nuestras propias narices. Por eso nos han declarado la guerra, por eso han atacado Portobelo y el Chagre, por eso su almirante Vernon ya ha visitado esta heroica ciudad un par de veces, dejando como recuerdo lindos agujeros en el tejado de la catedral, y por eso quieren derrotarnos, para echarnos de la Indias, hacerse con estas riquezas, imponer su credo y hacernos parlar su lengua. ¡Y yo digo que por encima de mi cadáver, señores! Que los españoles no somos unas putas carcaveras que se dejen poner la mano en la horcajadura por cuatro cuartos abrochados, y que, si el inglés quiere pelea, ¡la va a encontrar!” (Palabras del nostramo Quintana en una taberna cartagenera, pág. 31)
“¿El aventurero Vivar?“ –se preguntarán secamente algunos. “¡Vaya título más desconcertante, me recuerda a Mío Cid!” –dirán otros. “Seguro que se trata de otro endeble folletín de aventurillas o de una lectura destinada al periodo estival –prejuzgarán los menos. Pues, no; ni esto ni eso ni aquello.
Sergi Vivar y Ferrer es un joven mallorquín que ejerce de “aventurero”, esto es, de aspirante a alférez sin sueldo ni uniforme, que alterna a bordo con los guardiamarinas de la Real Armada, aunque esta “patente” era más frecuente durante el siglo XVII y en las aguas del Mediterráneo. También ejerce de segundo piloto. Sin embargo, nuestro protagonista pertenece a la primera mitad del siglo XVIII y sirve a la Corona española como espía y asesino a lo largo y ancho de todo el Caribe. Pero es que además siente un odio desmesurado y atroz por los ingleses. Motivos tiene sobrados…
Tampoco tolera ni un ápice la felonía:
“(…) Que tal cosa sucediera en un mundo ordenado se le antojaba especialmente odioso, no ya por todo lo que se traicionaba, sino por lo que se decidía apoyar. Que hubiera en España gentes a las que la patria, la verdadera religión, el rey Felipe V y la voz activa del verbo ser se les dieran un comino, podía ser hasta común. Él mismo podría encajar en tal grupo. Pero que apoyaran a una hueste de herejes y piratas como los ingleses era algo que al Aventurero no le entraba en las entendederas, por más que lo intentara.”
Y es que en la indiana Cartagena hay un agente enemigo que trata de allanar el camino de la conquista a la Pérfida comprando voluntades y socavando la moral de los combatientes, antes y durante el asedio anfibio. Y el cometido de eliminarlo que se le encarga al balear alimentará, sin duda, las ansias de venganza del Aventurero.
La estructura narrativa muestra una elaborada urdimbre que aviva el interés del lector. La novela presenta una acción doble que se va alternando por capítulos; por un lado se encuentra el presente del protagonista, es decir, los meses del asedio británico a Cartagena durante el año 1741; y por el otro, el narrador nos retrotrae a unos hechos acaecidos en La Española diez años antes, en 1730, hechos que marcaron la existencia de Vivar para siempre. De este modo la intriga y el afán de progresar en la lectura que se despierta en uno es asimismo doble y, así, ambos acicates nos fustigan hasta llegar al desenlace.
Los capítulos se encuentran, a su vez, divididos en subcapítulos lo cual favorece una lectura dinámica o, si el guión de nuestras vidas lo exige, una lectura con “intermedios”. Además una acción paralela que protagoniza el joven teniente de la Real Armada, Guillén, ameniza más, aun si cabe, la acción principal del año 1741.
La labor de documentación por parte del autor, David López, es encomiable, por no mencionar su inventiva narrativa. Historia y ficción corretean por las páginas de esta novela, pues el autor inserta, de cuando en cuando y relacionados con el argumento, “episodios” de La Gaceta de Madrid, noticiario oficial que resulta una suerte de antepasado del BOE. Con ello se confiere mayor verosimilitud a la narración. Y por otra parte, las expresiones empleadas y el léxico, sin ser ortodoxamente dieciochescos, resultan muy adecuados al contexto en el que se nos pretende introducir.
En fin, toda una gozosa, recomendable y original sorpresa literaria con un tenue regusto pérez-revertiano.
Ficha
Autor | David López |
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Editor | Roca |
Fecha de lanzamiento | abril 2013 |
ISBN | 9788499180762 |
Es bueno que un autor joven español escriba acerca de épocas que están poco tratados como esta de la que hablamos y que es tan poco conocido por el gran público que pasa de la Guerra Sucesión a la Guerra de la Independencia.En aquella época el mundo era mas pequeño y la Corona de España mas grande y es una época que conozco poco mas allá del mundo pirático y Blas de Lezo o la guerra con el título mas sugestivo de la historia: la Guerra de la oreja de Jenkins. Parece buen libro, Tassos.
En efecto, no te falta razón, Viçent, «el gran público pasa de la Guerra Sucesión a la Guerra de la Independencia» y de esta a la del 98 o directamente a la Guerra Civil del 36.
Y sí, sinceramente, me gustó mucho esta novela de un autor joven pero con experiencia.
Gracias, Viçent.
Amena reseña de un período,que como bien comentáis,no está tan trillado de buenas novelas como pueda ser la guerra civil o la de Independencia.Yo de esta época solo he leído una novela de Blas de Lezo y nada más.
Aunque el período es un siglo después ahora tengo pendiente la novela «El mar dels traïdors»,no sé si esta ya traducida al castellano,y que narra la trata de esclavos en el siglo XIX,como comenta su autor se trata de una novela puramente de aventuras (con trasfondo histórico,evidentemente.Me la han recomendado varios amigos,y en Catalunya esta teniendo muy buena prensa.
Os dejo enlace: http://www.europapress.es/catalunya/noticia-jordi-tomas-reproduce-trata-esclavista-indianos-catalanes-1864-mar-dels-traidors-20130314165931.html
Gracias por la reseña Tasos.
Saludos,
¡Gracias, Tasos!
Tan sólo espero que la lectura te haya sido amena y de provecho, que para eso trabaja uno.
Un saludo
Menudo lujazo tenerte por aquí, David López; gracias a ti por leer la reseña; espero que te haya parecido apropiada.
¿Qué si he disfrutado con la lectura? — No sabes cuánto…
Aunque menuda labor de documentación, galdosiana, diría yo. Eso se nota en los trabajos bien hechos y bien hilvanados.
Nuevamente, gracias a ti.
Muy amable, Xavi. Pues ya que Viçent y tú mencionáis a Blas de Lezo debo descubriros que el general de la Armada sí aparece varias veces en la novela. Y ya que Xavi comenta el asunto de la esclavitud, en esta obra también tiene un peso específico.
Apropósito, Xavi, el tema de los negreros del XIX ya lo trataron en la literatura de entre siglos Pío Baroja y Blasco Ibáñez.