Quinta entrega ya del esperado especial Panzer de Desperta Ferro. Como todo septiembre desde hace unos años, la editorial nos sumerge a los aficionados en el fascinante mundo de la maquinaria de guerra acorazada alemana. Vamos ya por 1944 y el subtítulo no creo que deje a nadie indiferente: «El año del Tiger». Y es que pese a lo avanzado de la guerra y las malas perspectivas para el Reich alemán, el año 1944 fue quizá el de la madurez de la maquinaria blindada de la Panzerwaffe. Los modelos del Panther estaban cada vez más mejorados, el Tiger I se producía en serie y estaba bregado en combate desde hacía muchos meses, demostrándose mortíferos sus batallones de carros pesados (schwere Panzerabteilung), y aparecía por primera vez el que sería uno de los carros icónicos de la contienda: el Tiger II, apodado Königstiger.

El carro resultó todo un desafío por su tamaño, su peso y su poder de pegada. Solo la torreta, imponente siempre en todas las fotografías, pesaba 30 toneladas, y su blindaje frontal lo hacía prácticamente impenetrable a las armas contracarro aliadas. Las fallas mecánicas persiguieron al diseño durante toda la guerra, pero su desempeño en combate fue brillante. Quizá empezase mal, siendo las primeras unidades enviadas al combate en el frente de Normandía como batallón pesado agregado a la 21.ª División Panzer.

El terrorífico bombardeo en alfombra que precedió a la operación Goodwood los destruyó en su práctica totalidad. Sin embargo, se desempeñaron muy bien en el frente oriental, cada vez mas cerca de las fronteras alemanas, en la llanura húngara, donde con espacio de maniobra lograron romper el frente soviético, enfrentarse a los temidos Iósif Stalin con cañón de 122mm y salir airosos del encuentro. También hubiese sido un enemigo temible en las Ardenas de haber habido combustible disponible y una mayor coordinación en las distintas fases de la ofensiva.

Y aquí no queda la cosa, pues tratándose de 1944, el año de ponerse a la defensiva, el número incluye también un interesante artículo del coronel Wolfgang Schneider sobre tácticas defensivas panzer. También recibe atención la división Panzer Lehr y un análisis de las últimas versiones del Panzer IV, el caballo de batalla de la Panzerwaffe. Resulta interesante, por lo poco tratado, el artículo dedicado a los transportes acorazados de tropas SdKfz 250 y 251 en todos los modelos y desarrollos.

Otras cuestiones interesantes propias de 1944 son la problemática de reabastecer a las unidades de combustible y la fabricación de combustible sintético, y la reseña de un as panzer, esos carristas que navegan entre el mito y la leyenda, como Michael Wittmann, el héroe de Villers-Bocage, Carius o Knispel a manos del prestigioso autor Roman Töppel, que analiza sin ambages la figura del as y las intoxicaciones generadas en esta cuestión por autores como Kurowski. Sin duda, 1944 es un año de buena cosecha.