Desperta Ferro: Los Tercios (VI): 1660-1704

Siempre nos han hecho creer que después de la batalla de Rocroi España se derrumbó y pasó de ser la potencia hegemónica que dictaba la política europea en 1620 a un país de tercera ignorado por sus antiguos adversarios y mermado en todas sus capacidades. Una reputación supuestamente jalonada por una innumerable serie de derrotas a lo largo de las décadas finales del siglo XVII. La realidad, sin embargo, es muy distinta y este especial de Desperta Ferro viene a confirmarlo. Si bien es cierto que la España de la segunda mitad del siglo XVII es una potencia en retroceso, también lo es que logró aguantar sus posesiones europeas hasta 1715, perdiéndolas únicamente después una guerra civil y unos arreglos dinámicos entre antiguos adversarios.

Quizá haya que echar un vistazo a la situación estratégica de la Monarquía española para darse cuenta de que frisó la proeza el que sus ejércitos lograsen mantener las posesiones del rey Católico ante tamaña adversidad. Ya a finales de la Guerra de los Treinta Años tenía tres grandes heridas abiertas: el levantamiento de Portugal, que obligaba a tener ejércitos desplegados en las fronteras lusas, la guerra del francés en Cataluña y el norte de Italia, que obligaba a tener un ejército de maniobra sometido a mucha presión en Lombardía, y la guerra en dos frentes en Flandes, con Francia al sur y los Países Bajos neerlandeses al norte. A simple vista la situación es espantosa. España tiene que atender a cinco frentes diferentes en una posición de líneas exteriores y con el camino español cortado.

Esta situación siendo mala, no hará más que empeorar con las revueltas en Italia, sobre todo en Sicilia, y con la reactivación del frente mediterráneo, donde las plazas de soberanía de la costa africana van a sufrir sucesivos asaltos a lo largo de los años, siendo el asedio del Ceuta el que ostentará el honor de ser el asedio más largo de la historia con treinta y tres años de duración. Estos nuevos frentes y su extensión obligaron a la Monarquía a dispersar los escasos y preciosos recursos para la salvaguarda de las regiones y plazas amenazadas, lo que impidió siempre concentrar las fuerzas en objetivos estratégicos concretos y cediendo siempre la iniciativa al enemigo. Esta precaria situación explica las ganancias de Francia en el norte a costa de los Países Bajos españoles y de Luxemburgo. Operando desde una posición interior podía llevar sus vastos recursos y efectivos a los distintos frentes de Países Bajos, norte de Italia o Cataluña con una facilidad mucho mayor que sus adversarios hispánicos.

Aún con todo, los ejércitos de la Monarquía Hispánica siguieron desempeñándose bien y a pesar de la crónica de escasez y recursos, cumplieron con creces su misión.

Al contrario de lo que se cree, el ejército español siguió manteniendo su capacidad combativa y su liderazgo en muchas áreas, como la caballería, la artillería o la fortificación, siendo testigos de ello las escuelas militares creadas y la producción de los tratadistas militares. Debido a la prolongada guerra de Flandes con las provincias rebeldes, el arte de la fortificación había logrado un gran desarrollo en la región, llegando el propio Vauban a copiar fortificaciones defensivas como el reducto de Luxemburgo atribuido al conde de Monterrey.

De igual forma, y aunque pueda parecer una contradicción por los errores cometidos en batallas como la de las Dunas de 1600 o la de Rocroi de 1643, en la segunda mitad del siglo XVII la caballería hispánica será netamente superior a la francesa y una de las mejores de Europa. Las compañías de dragones creadas en Flandes obtuvieron resonantes éxitos y llegaron incluso a incursionar en territorio francés en varias ocasiones. En definitiva, una época mucho más apasionante de lo que nos habían contado, con multitud de hechos de armas en los que los ejércitos españoles ocuparon el ala derecha de honor en las batallas y se hicieron respetar pese a la adversidad, las dificultades estratégicas y la escasez de recursos.

Artículos:

Una epopeya olvidada. Las guerras de Carlos II por Davide Maffi – Università degli Studi di Pavia

El ocaso de la maquinaria bélica hispánica por Antonio Espino López – Universidad Autónoma de Barcelona

Portugal. El conflicto inacabable por María José Rodríguez Trejo

El estatus social de la profesión militar por Agustín Jiménez Moreno

Los tercios en combate (III). Organización y tácticas de los ejércitos de la Monarquía Hispánica (1660-1700) por Eduardo de Mesa Gallego – Fundación Carlos de Amberes

La financiación de la guerra en el reinado de Carlos II por Juan A. Sánchez Belén – Universidad Nacional de Educación a Distancia

La caballería hispánica. Un arma al alza por Antonio José Rodríguez Hernández – Universidad Nacional de Educación a Distancia

Saint-Denis y Casteau. Los dragones españoles en acción por Àlex Claramunt Soto

Armas y pólvora para los soldados del rey por Antonio José Rodríguez Hernández – Universidad Nacional de Educación a Distancia

La artillería, entre la tradición y la innovación por M.ª Dolores Herrero Fernández-Quesada – Universidad Complutense de Madrid

Sebastián Fernández de Medrano y la Real y Militar Academia de los Países Bajos por Juan Navarro Loidi – Universidad del País Vasco/EHU

De tercios a regimientos por Aitor Díaz Paredes – Universidad de Navarra

  • ISBN: 101038563
  • Editorial: Desperta Ferro Ediciones
  • Fecha de la edición: 2019
  • Lugar de la edición: Madrid. España
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 28 cm
  • Nº Pág.: 81
  • Idiomas: Español

 

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