Desperta Ferro Contemporánea nº38 , Berlín (I), la ofensiva soviética

En marzo de 1945 el mundo ya había cambiado y en Alemania no se habían dado cuenta. Los restos de cuerpos y ejércitos del maltrecho Heer seguían levantándose y volviéndose a caer ante la imparable máquina soviética. Sin embargo, las reglas del juego habían cambiado y Berlin pudo sobrevivir otro mes. Los líderes mundiales estaban pensando en el mundo de posguerra y Stalin, tras la conferencia de Yalta vio la posibilidad de plantarse en Praga y en Viena y lo declaró de máxima prioridad, dirigiendo hacia estos territorios y los Balcanes las siguientes ofensivas. En Berlín, el OKW y el OKH seguían librando la campaña del frente oriental, el Ejército Rojo tomaba posiciones en lo que acabaría siendo el mundo de la Guerra Fría.

Hubo además más tragedias, las de la población alemana de Prusia Oriental y las etnias germanas de países como Checoslovaquia o Polonia tratando de huir hacia el oeste, la de los nazis fanáticos ejecutando y ahorcando a cualquiera que pudiese ser sospechoso de derrotismo o de falta de lealtad al Führer.

El otrora poderoso ejército alemán se componía de restos, de nuevas reclutas de adolescentes y hombres de hasta sesenta años y de todos los cuadros, instructores y hombres de la administración que quedaban, todos enviados al frente en un batiburrillo de unidades de la Volksturm y de Kampfgruppen de tamaño batallón encuadrados en unidades superiores que se consumían rápidamente ante el avance de las tropas soviéticas.

Tras la toma de la fortaleza de Kustrin, la última gran barrera natural antes de llegar a Berlín, el río Óder, escenario de las batallas de Federico el Grande, la última esperanza en la Cancillería, debía ser defendida a toda costa en los Altos de Seelow. Los aliados occidentales habían cruzado el Rin, habían rendido a los ejércitos alemanes del Ruhr y se acercaban al Elba. Stalin, que estaba diseñando su área de influencia de posguerra se puso nervioso, ¿llegarían antes los aliados occidentales a Berlín? La presión sobre sus mariscales fue brutal.

El general Heinrici había planificado una defensa elástica con tres cinturones defensivos entre el Óder y Müncheberg con una profundidad de 40 km, apenas los suficientes para llegar a Berlín. La última gran batalla de la guerra, la de los Altos de Seelow estaba servida.

Otra catástrofe, menos conocida, se gestaba al sur, entre el Óder y Berlín. El Noveno Ejército y otras tropas supervivientes de Seelow quedarían embolsadas por el avance de la pinza sur del Primer Frente de Ucrania. Llegar órdenes de Berlín de que se dirijan a Berlín a defender la capital, pero los mandos alemanes deciden avanzar hacia el Elba para salvar a sus hombres y a los civiles que los acompañaban. Toda la operación queda muy bien expuesta en un artículo muy ilustrativo de Peter Lieb.

En fechas próximas, Desperta Ferro publicará Berlín (II), donde se abordarán los últimos combates a vida o muerte por la capital.

Artículos incluidos en el número:

Entre el Óder y el Rin. Berlín 1945: El asalto aliado al Reich por Richard W. Harrison

El ocaso del Ejército alemán por Gregory Liedtke (Laurier University)

La carrera por Berlín por Harold J. Goldberg (Sewanee, the University of the South)

“Sé práctico: regala un ataúd”. La vida cotidiana en Berlín por Roberto Muñoz Bolaños (Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado-UNED)

El ataque a los altos de Seelow por Adrian Wettstein (Militärakademie an der ETH Zürich)

El Ejército Rojo en 1945 por Alexéi Isaev

El Kessel de Halbe por Peter Lieb (Zentrum für Militärgeschichte und Sozialwissenschaften der Bundeswehr)

Y además, introduciendo el n.º 39, Voluntarios suecos en las Waffen-SS por Lennart Westberg

  • ISBN: 101050935
  • Editorial: Desperta Ferro Ediciones
  • Fecha de la edición: 2020
  • Lugar de la edición: Madrid. España
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 30 cm
  • Nº Pág.: 65
  • Idiomas: Español

3 comentarios en “Desperta Ferro Contemporánea nº38 , Berlín (I), la ofensiva soviética

  1. Muy interesantes los artículos sobre los voluntarios suecos, el Ejército Rojo y los altos de Seelow.

    A la espera de poder comprar el próximo lunes la segunda parte. Seguro que será igual de bueno… o mejor.

    Bien por DF.

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