La batalla de Inglaterra fue la primera gran batalla exclusivamente aérea de la historia y pretendía doblegar a su adversaria la RAF como último bastión de la defensa británica. Las directrices para la neutralización de Gran Bretaña en una posible guerra ya habían sido objeto de estudio por la marina, el ejército y la fuerza aérea alemanas en fecha ten temprana como 1939. Fruto de este trabajo se puso sobre la mesa el Plan Noroeste. Aunque los tres estados mayores respectivos (OKM, OKH y OKL) no habían elaborado un documento coordinado, en términos generales se preveía aislar a Gran Bretaña con un bloqueo marítimo y la neutralización de elementos clave como la industria aeronáutica e instalaciones petrolíferas por parte de la Luftwaffe como elemento previo a una posible invasión terrestre que se antojaba difícil y distante en el tiempo. Las perspectivas no eran prometedoras y las operaciones estarían abocadas a una guerra de desgaste.
La campaña de Francia de 1940 y el fulgurante éxito de las tropas alemanas, que provocaron la rendición del gigante francés y la ocupación de la costa atlántica facilitaron en gran medida las cosas y pronto se desempolvaron los viejos planes de 1939. Ahora, tras la precipitada evacuación de Dunkerque, Gran Bretaña no contaba con un ejército que estuviese en disposición de defender el territorio británico ante una invasión alemana, y la RAF había resultado igualmente bastante tocada en las operaciones en el continente. En esta nueva coyuntura, la continuación de la presión podría concluir la guerra por el mero desfallecimiento y colapso moral del pueblo británico. Hitler veía esta última posibilidad como una excelente oportunidad de poner fin al conflicto y se mostró dispuesto a conceder a Gran Bretaña generosas condiciones.
La negativa del pueblo británico y de su primer ministro a la capitulación sorprendió a los lideres alemanes, que confiados en un buen suceso, habían dejado pasar las semanas hasta bien entrado el mes de julio de 1940 sin haberse puesto en serio a planificar una operación de invasión de las islas británicas. El tiempo empezaba a correr en contra de ellos y apenas dispondrían de unos meses de buen tiempo ante de que las condiciones meteorológicas en el canal impidiesen las operaciones navales y anfibias. Por su parte, Gran Bretaña tendría, que se reorganizaba a marchas forzadas, sería más fuerte cada semana y cada mes que pasase desde la debacle de junio.
A mediados de julio, el general Jodl, jefe del estado mayor del OKW presentó un plan apresurado de invasión anfibia que con los debidos cambios pasaría a conocerse como Seelowe (León Marino). Las 2.ª y 3.ª Flotas Aéreas de la Luftwaffe comenzaron a desplegarse en los aeródromos del canal en Calais y Normandía. Tripulaciones excelentes que habrían de enfrentarse a un adversario, que aunque debilitado, seguía gozando de gran pericia. Además, el Mando de Cazas británico contaba con una enorme ventaja que se demostraría casi decisiva en la batalla, un sistema defensivo integral con una red de radares de reconocimiento temprano que permitiría a la RAF maximizar sus exiguas fuerzas.
La campaña aérea fue iniciada el 10 de julio por la Luftwaffe, que en esta primera fase tenía por objetivo obtener una superioridad aérea en el canal. A primeros de agosto se inició la segunda fase con ataques masivos al despliegue del Mando de Cazas, encaminado a neutralizar a la RAF, paso previo para destruir los puntos claves defensivos de cara a una invasión anfibia. En septiembre se inició la fase de bombardeos sobre Londres, con la que se pensaba atraer a lo que se suponía que eran los últimos restos de la RAF y destruirlos en el aire. Las estimaciones resultaron ser erróneas, pues la RAF seguía desplegando casi 600 cazas, pero la campaña de bombardeo abriría la espita de un armagedón que se volvería contra los alemanes en los años siguientes. El 31 de octubre se renunció definitivamente a los objetivos de la Luftwaffe en suelo británico, se pospuso indefinidamente Seelowe y comenzó la Blitz, una campaña de bombardeo que duraría hasta el mes de mayo de 1941. Alemania comenzaba ya a mirar hacia el este y fue en aquellos pocos meses del verano de 1940 en los que los «pocos» cerraron la única ventana de oportunidad de que disfrutaría el enemigo en toda la guerra, para regocijo de los «muchos».
Contenido de la revista:
La estrategia alemana contra el Reino Unido por Ian Gooderson (King’s College London)
La batalla de Inglaterra por James S. Corum
Fighter Command por David Martin Stubbs
The Hardest Day por Andy Saunders
Radar: el arma de la victoria por Andy Saunders
La fuerza de bombarderos de la Luftwaffe por Dan Zamansky
Blitz. Londres bajo las bombas por Carol Harris
Y además, introduciendo el n.º 36, Las rebeliones anticoloniales en Filipinas durante el siglo XIX por Luis E. Togores (Universidad San Pablo-CEU)
- ISBN: 101042203
- Editorial: Desperta Ferro Ediciones
- Fecha de la edición: 2019
- Lugar de la edición: Madrid. España
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 30 cm
- Nº Pág.: 66
- Idiomas: Español