Entre los días 31 de mayo y 1 de junio de 1916 se libró la última gran batalla naval librada por navíos de superficie artillados. Era el primer gran encuentro naval de la Primera Guerra Mundial, y también fue el último. La guerra llevaba ya rugiendo casi dos años y Alemania comenzaba a sentir el impacto del bloqueo marítimo impuesto por la Marina Real británica. Por su parte, en Gran Bretaña había cierta urgencia por neutralizar una fuerza naval como la alemana, que si bien seguía siendo inferior a la Marina Real, suponía una amenaza constante para el Mar del Norte.
Los británicos tenían apostada su Grand Fleet al norte de las islas, en Scapa Flow, al mando del almirante Jellicoe, y desplegaban la Flota de Cruceros de Batalla, su unidad de exploración, compuesto por cruceros de batalla y cuatro acorazados, un poco más al sur, en Edimburgo, al mando del vicealmirante Beatty. Los alemanes, por su parte, habían hecho una división similar con la Marina Imperial. El grueso de las unidades estaba integrada en la Hochseeflotte o Flota de Alta Mar, al mando del vicealmirante Scheer, mientras que un contingente de cruceros de batalla con funciones de reconocimiento había sido puesto al mando del vicealmirante Hipper. A ello había que añadir por ambas partes decenas de destructores y navíos más pequeños de escolta, y submarinos.
El objetivo estratégico británico era neutralizar la flota alemana, bien destruyéndola bien dejándola confinada en sus puertos, mientras que el objetivo alemán era el de levantar de modo efectivo el bloqueo marítimo que comenzaban a sufrir las potencias del Eje. Para ello debían infligir el daño suficiente a las unidades de la Marina Real como para ponerla a la defensiva y lograr el acceso a alta mar.
Los planes de batalla de ambos contendientes eran también parecidos. Tratarían de presentar un objetivo suculento, los escuadrones de cruceros, para atraer al grueso de la fuerza principal. Hipper sería el cebo alemán para atraer a los cruceros de Beatty hasta la posición de la Flota de Alta Mar alemana, donde esta debía destruirlos. Por su parte, Beatty tenía las mismas órdenes de buscar y encontrar a la flota alemana y retirarse, tratando de atraerla hacia el Mar del Norte, donde navegaba la Grand Fleet de Jellicoe.
Alemania nunca había sido una potencia marítima pero había hecho un gran esfuerzo por construir una flota que estuviese a la altura, tanto desde el punto de vista tecnológico como desde la dimensión profesional de sus hombres y oficiales. Los británicos, por su parte, gozaban de una supremacía naval absoluta desde hacía más de 100 años y habían liderado la carrera tecnológica del siglo XIX y principios del XX que había culminado con el desarrollo del Dreadnought. Sin embargo, llevaban más de un siglo sin librar una gran batalla, en concreto desde Trafalgar, lo que hacía que las tácticas y los conceptos doctrinales llevasen mucho tiempo anclados más en la especulación que en la experiencia de combate.
Esta batalla habría de poner a ambos contendientes a prueba. Una serie de fintas y engaños iniciales, la pérdida inesperada de las unidades británicas de Beatty, las elefantiásicas maniobras navales que se sucedieron a continuación durante el día 31 de mayo y la madrugada del 1 de junio, quedan extraordinariamente detalladas en tres artículos, el combate de los cruceros, el combate de las flotas y las maniobras nocturnas, con un despliegue gráfico muy trabajado en mi opinión. Es la guinda del número, que además viene aderezado por artículos que abordan algunas de las cuestiones anteriormente comentadas, como la creación de la Marina Imperial alemana o el estado de la Marina Real británica y el desarrollo del Dreadnoght, con una interesante recopilación de perfiles de las distintas unidades que tomarían lugar en la batalla (aunque el calibre de los cañones británicos se mide en libras, me hubiera gustado que apareciese, si quiera de forma aproximada, en milímetros, al objeto de poder compararlos con los que montaban las unidades alemanas). En definitiva, un número muy esperado y muy trabajado que deja un buen sabor de boca.
Artículos incluídos en el número:
La Kaiserliche Marine. Alemania y la búsqueda del poder mundial 1898-1914 por Michael Epkenhans (Zentrum für Militärgeschichte und Sozialwissenschaften der Bundeswehr)
La Royal Navy en guerra por Andrew Lambert (King’s College London)
El HMS Dreadnought y la evolución del arma naval por Tobias Philbin
La batalla de Jutlandia I: Beatty contra Hipper. El combate entre cruceros de batalla por Christian Jentzsch (Zentrum für Militärgeschichte und Sozialwissenschaften der Bundeswehr)
La batalla de Jutlandia II: Las flotas frente a frente por Nicholas Jellicoe
La batalla de Jutlandia III: El desenlace nocturno por Agustín Ramón Rodríguez González (Real Academia de la Historia)
Der Tag. El enfrentamiento definitivo por Keith Bird (Kentucky Community & Technical College System)
Y además, introduciendo el n.º 33, La resistencia frente al Día D por Marc Laurenceau
- ISBN: 101034258
- Editorial: Desperta Ferro Ediciones
- Fecha de la edición: 2019
- Lugar de la edición: Madrid. España
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 28 cm
- Nº Pág.: 65
- Idiomas: Español