Resulta curioso que el fenómeno gladiatorio de la antigua Roma evolucionase desde una costumbre religiosa inicialmente funeraria a un movimiento de masas que desataba las pasiones del respetable y que, por tanto, como lo puede ser hoy en día el fenómeno del fútbol, estuviese avocado a ser un instrumento político del poder y un inmenso negocio para sus promotores.
«Rastrear el origen del fenómeno de los gladiadores en Roma es a la vez sencillo y casi imposible», afirma el profesor Quesada Sanz el artículo que abre el número y en el que aborda los orígenes del fenómeno gladiatorio, rastreando a través de restos arqueológicos, combates del siglo VI a.C. que representan parejas de luchadores armados, quizá una evolución de los sacrificios humanos en ceremonias funerarias durante los primeros siglos de existencia de Roma. Sigue leyendo