Hace algunos meses se reseñó en este Blog un libro titulado «60 minutos en el infierno«. Era la segunda parte de una trilogía que narra desde el punto de vista británico y desde los ojos de un protagonista el papel de la Royal Navy durante la Gran Guerra. No me quedó más remedio que apuntarme el autor y los títulos publicados de esta saga para hacerme con ellos. Bautismo de fuego es el primero y con el que da comienzo la serie, ambientado en la gran batalla de Jutlandia en 1916 donde las flotas británicas y alemanas protagonizaron una de las más grandes batallas navales de la historia.
Al igual que en 60 minustos en el infierno, la acción es trepidante desde el comienzo hasta el final. La gran batalla de Jutlandia, una de las más grandes batallas navales de toda la historia la tenemos perfectamente recreada en esta novela naval.
Se nota el dominio del autor de todo lo relativo a la vida a bordo de un navío de guerra. Se nota igualmente la parte de estudio y documentación sobre la batalla. Aunque el libro es una novela, los hechos recreados en la misma, los movimientos de las flotas tanto alemana como británica, las acciones de ataque y defensa, las huídas y persecuciones y todo lo relativo a las largas horas que duró esta batalla, están recreados con exactitud a como sucedió.
Todo visto desde los ojos del protagonista de la serie, Nicholas Everad, a bordo del destructor Lanyard. Hay que decir que este destructor es un barco inventado por el autor, al igual que otros dos, necesarios para encajar a los personajes y a la trama pero que no interfieren en el desarrollo de la batalla tal y como se produjo. Haciendo un símil, es como el barco que se inventa Pérez-Reverte en Cabo Trafalgar y desde el que se nos narra toda la acción de la batalla.
El libro, al final tiene una nota histórica donde a groso modo se detalla incuso con unos gráficos el desarrollo de la batalla y los movimientos de las flotas. También viene un apéndice con los barcos que integraban las flotas de la Royal Navy durante la batalla.
Un libro muy completo que deja con ganas de seguir leyendo y para eso afortunadamente tenemos la continuación, «60 minutos en el infierno» y esperemos que en breve el tercer volumen.
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788408072157
Nº Edición:1ª , Militaria Editorial
Año de edición:2007
Plaza edición: BARCELONA
Hola Navegante,
Me alegro que te haya gustado la serie, yo me lo he pasado en grande leyendo los dos libros. A mí me gustó, bueno, más que gustar, me impactó mucho más 60 minutos en el infierno, no se, me resultó más emocionante y bibrante toda la acción en el mar. Esperando la tercera entrega, que por lo que se no le queda mucho, es más, puedo anticipar que el título será «Misión en el cuerno de oro». Saludos.
Excelente reseña Navegante.
Aunque, ¿se corresponde la imagen con el periodo histórico en el que está ambientado el libro?
Parecen torretas muy potentes.
No, no , que va Capitán, si que corresponde. Generalmente se piensa que los grandes cruceros de batalla y destructores datan de la 2º G.M., pero estos colosos de acero ya surcaban los mares a principios de siglo.
La mayoría de los barcos de la flota británica poseía torretas con cañones de 13,5 pulgadas (343 milímetros) o de 15 pulgadas (381 milímetros). La flota del Kaiser tenía menos potencia de fuego, cañones de 305 milímetros pero sin embargo más armadura por lo que aguantaron mucho mejor la batalla. De hecho, el triunfo táctico fue alemán ya que hundieron más barcos contrarios aunque la victoria estratégica fue británica pues tras la batalla quedaron los ingleses dueños de la superficie.
El Iron Duke, el buque insignia de la glota británica disponía de 10 cañones de 343 mm (13.5″) en 5 torres dobles; 12 de 152 mm (6″); 2 de 76 mm AA y 4 Tubos Lanzatorpedos siendo este un acorazado. Los barcos en la Gran Guerra podían ser Acorazados, Crucero de batalla, Crucero y Destructores básicamente. Ya existían los Portaaviones aunque aún en un formato muy básico, luego se convertirán en las Almas de cualquier flota relegando al desguace a los grandes acorazados. Ya por aquella época existían Armadas muy potentes.
Buen apunte ese Navegante que tras la batalla se quedaron dueños de la superficie, solo de la superficie. Los alemanes se retiraron con los barcos pero sacaron los submarinos que ya en esta guerra les dieron buenos quebraderos de cabeza a la Royal Navy.