En esta recensión voy a romper dos reglas de oro como son: no incorporar a la reseña la sinópsis del libro y comentar la lectura tanto desde el punto de vista narrativo como conceptual.
Y es que estamos ante un libro en el que sobran las palabras y los textos, del que poco hay que hablar, o incluso si se me permite leer, es un libro para VER, para DISFRUTAR de su belleza artística y para dejar de lado todo lo que tiene que ver con la narrativa. Sigue leyendo