Anatomía del Tercer Reich, Álvaro Lozano

El debate de los historiadores.

La historia no es como las matemáticas. Lo estamos viendo, leyendo y escuchando durante los últimos años en España con los Moa, Vidal por un lado y los Viñas, Espinosa por otro. Me consta que hay gente que reniega de su “España” por tener que estar tragando este tipo de desagradables diatribas. En todos los sitios se cuecen habas.

¿Cómo afrontar el estudio y análisis de los aspectos más polémicos de la Alemania del Tercer Reich? ¿Qué es lo que hay escrito en la calle? Ese es el trabajo que se ha propuesto resumir Álvaro Lozano en su libro. Y, según mi humilde parecer, lo ha hecho muy bien.

Se trata de un resumen historiográfico sobre el Tercer Reich que reúne dos características básicas de lo que debe ser un buen libro: claridad y sencillez. Y muy didáctico. Es una sencilla “taxonomía” de los estudios sobre el Tercer Reich, donde Lozano, demostrando un gran bagaje de lecturas sobre el tema, muestra las distintas respuestas que los especialistas han dado a grandes preguntas sobre el Tercer Reich en sí y sobre el Holocausto. En esas dos partes se divide el libro, la mitad de páginas para cada una. Preguntas del tipo: ¿Fue el Tercer Reich un estado moderno? ¿Qué peso tuvieron respectivamente la figura de Hitler y el contexto histórico en el que éste se desenvolvió? ¿En qué se diferenciaba el Tercer Reich del régimen comunista de Stalin? Con respecto al Holocausto ¿cuándo empieza el Holocausto? ¿Qué responsabilidad tienen los alemanes de a pie en ello? ¿Cuando se empieza a estudiar a fondo el Holocausto? ¿Qué responsabilidades se le pueden atribuir a Polonia, Alemania o a  la URSS? No hay unanimidad en las respuestas en casi a ninguna de estas preguntas, y la forma en que los historiadores más importantes explican las respuestas es el objeto de estudio del libro.

En la primera parte hay dos temas que me han parecido muy interesantes, quizás porque ya los venía siguiendo desde hace algún tiempo: la teoría del Sonderweg alemán y la Historikerstreit , o disputa de los historiadores. Ciertamente se trata de los temas más jugosos, aunque la longitud del libro no da para más que nombrarlos, citar a los principales protagonistas ( aquí  son los historiadores), y poco más que alguna deriva ulterior del tema. Y Fritz Fischer y su “Germany’s aims in the First World War”, completamente ignorado u olvidado, o quizás las dos cosas, en España.¿Qué valor tiene esto? El principal valor que yo le veo es que es la primera vez que yo he leido algo sobre estos temas en español. No digo que no haya nada, sí que digo que no hay nada que yo sepa en español, teniendo también en cuenta que no formo parte de los círculos académicos españoles. Por fín alguien lo explica en nuestro idioma para el gran público.

En la segunda parte, la historiografía del Holocausto, el tema más interesante ha sido la “disputa” entre Goldhagen y los demás, Kershaw, Browning. Con  “Los verdugos voluntarios de Hitler “  Goldhagen pone encima de la mesa la teoría de que el pueblo alemán en general es culpable del Holocausto. Así, en la página 224 dice Lozano:

La conclusión de Goldhagen era que los miembros del batallón 101 [se trata del batallón de la Policía que Browning estudia en su “Aquellos hombres grises”] eran tan representativos de la sociedad alemana que la mayoría de los alemanes habría servido también como verdugos voluntarios de Hitler …. Para Goldhagen existió un camino directo hacia Auschwitz que era el resultado inevitable de un antiguo deseo de Hitler y de la mayor parte de la población alemana de eliminar a los judíos de Alemania.”

Existen muchos más puntos interesantes, que a la vez que hacer pensar, sirven para “situar en el mapa de la historiografía ” a muchos historiadores, cuyas teorías y formas de afrontar el estudio de la Historia del Tercer Reich  a veces no tenemos claro.

No es aceptable que un libro de este tipo no tenga un índice de nombres. No lo entiendo. ¿Eso denota un pobre trabajo editorial? ¿De quién es la culpa? Porque eso es un fallo. De hecho para hacer esta reseña, ya lo he echado en falta. Por lo demás, el formato me parece muy bueno, por ser versátil y manejable.

  • Edición: 1
  • Encuadernación: Rústica
  • Dimensiones: 21 x 14 cm
  • Idiomas: Castellano
  • Editorial: Melusina

13 comentarios en “Anatomía del Tercer Reich, Álvaro Lozano

  1. Hola, Isidoro, reseña muy acertada. Álvaro Lozano es un escritor divulgador muy meritorio. No es fácil resumir las polémicas de la historiografía alemana posterior a la guerra, como tampoco las preguntas sobre Hitler y el nazismo. El libro es una buena introducción a todos estos problemas.
    Como tú dices, aquí esto importa un pepino, como casi todo, excepto el fútbol. En cuanto a la obra de Fritz Fischer, podemos esperar sentados o acostados a que la traduzcan. Ni con una peregrinación especial a Lourdes, vamos.
    Libros recomendados (además de el de Goldhagen y el de Browning, que de todas formas a mí me parecieron bastante erráticos y un poco cortos de miras, a pesar de sus méritos evidentes) son Los orígenes del totalitarimo, de Hannah Arendt y El Hitler de la Historia, de John Lukacs. Otro libro extraordinario en ese sentido es La guerra civil europea, de Enzo Traverso, que matiza muchas de las teorías de Furet y demás.
    El antisemitismo y el fascismo son problemas filosóficos, porque el fascismo es un proyecto utópico para salvar las contradicciones del capitalismo, de la desaparición del mundo tradicional, etcétera. Esto es algo que -por razones comprensivas- ha olvidado la izquierda, que no ha conseguido movilizar el componente irracional que el fascismo, en cambio, si que entiende. Pero en todo caso, su comprensión necesita el examen de un humanista, de ahí que cite a ensayistas más “filosóficos” y no tanto a historiadores más comunes.
    Ora cuestión sobre el exterminio de los judíos: el nacionalismo alemán previo a la Gran Guerra ya contenía muchos elementos de antisemitismo y de teorías del espacio vital. El peligro eslavo fue el elemento esencial para que Alemania desencadenara la primera guerra mundial. Si esto se tiene en cuenta, Auschwitz no aparece al final de una secuencia al comienzo de la cual está Hitler o Versalles, sino el Romanticismo alemán, el imperialismo y la peligrosa conjunción entre nacionalismo-medicina-higiene, tal como sostiene Foucault.

    En fin, muy buena reseña.

    Saludos

  2. Hola Leiva, te echaba ya de menos!!

    Es lo primero que leía de Lozano, pero ahora me han entrado ganas de leer el de la Italia de Mussolini. En fin, ya veremos. El Hitler de la Historia de Lukacs lo tengo pendiente; me gustó su «mini-hagiografía» Cinco días en Londres. Creo recordar que el de Enzo Traverso ya me lo has recomendado antes, pero se me escapa eso de «las teorías de Furet».

    Me parece muy acertada tu reflexión sobre el fascismo y, por lo que veo, eres un defensor de la teoría del Sonderweg. Yo la verdad es que sigo como espectador, quizás me falten lecturas del siglo XIX alemán. Tengo a 10 centímetros «The German Empire 1871-1918» de Hans-Ulrich Wehler.

    Muy inteligentes apreciaciones, Leiva. Gracias.

  3. Coincido con la apreciación de Leiva sobre la reseña y me uno a la felicitación de Isidoro. Estamos ante un libro muy interesante que si bien es introductorio y divulgativo no es aconsejable para los no iniciados del nazimo y el genocidio judio. En lo que si que quiero matizar la reseña es para decir que si existe un libro traducido al español que trata el mismo tema con cierta profundidad, es el libro «Hitler , los alemanes y la solución final» del gran especialista en nazismo Ian Kershaw, libro que consta de tres partes: Hitler y la solución final, la opinion popular y los judidos en la alemania nazi, y la solución final en la historiegrafia. Son 603 páginasen formato grande, por lo que el tema se aborda con más profundidad y detalle que en el de Alvaro Lozano, si bien reconozco que el de éste es más didáctico y sistemático. Hace años el tema del Holocausto era desconocido para los editores españoles, pero en los últimos años se han publicado libros rigurosos y de cierta profundidad que exceden de lo divulgativo, cual es el caso de «La destrucción de los judios europeos» de Hilberg, un clásico en la literatura del Holocausto, y el «Tercer Reich y los judios» de Friedländer, posiblemente el mejor libro general sobre el tema. También es muy recomendable la biografía de Himmler escrita por Longerich, en la que se estudia con detalle todo el entramado sobre de la máquina nazi del exterminio. En todo caso me temo que cada vez será más inusual la publicación en castellano de libros especializados, sea sobre éste o cualquier otro tema de Historia que no sea española. La razón es muy sencilla, cada vez hay mas lectores que acceden directamente a la bibliografia inglesa que es la mayoritiaria, y dado que son libros que por lo general tienen una tirada reducida, no compensa su traducción y publicación en lengua castellana. Por cierto Isidoro, no puedo dejar de hacerte una pregunta. Como especialista que eres en la guerra del germano- soviética (los libros que lees y reseñas lo demuestran), que opinión te merece la tesis que trata de relacionar el Holocausto con el fracaso de las ofensivas alemanas en el Este, o dicho de otra forma tiene fundamento la tesis que afirma que el fracaso de Barbarroja determinó la decisión de un Holocausto sistemático y general para todos los judios de Europa.

  4. Un momento, me he hecho un lío on tanto nombre: no quería decir las teorías de Furet sino la de Nolte, Ernst Nolte. François Furet es un especialista en la Revolución Francesa que nada tiene que ver con esto.
    Creo, efectivamente, que en la historia alemana (mejor dicho, en la ideología de la nacion alemana) así como en su cultura romántica, existen elementos que señalan un cierto camino hacia lo que luego pasó. Que este camino fuera inevitable, lo dudo; que estas mismas condiciones se dieron en otras naciones, seguro. Basta ver a los demagogos franceses tipo Maurras, Barres, etcétera, para ver que había ideas del mismo tipo allí, o en Londres: ¿no es Kipling, tan admirado por el káiser, un bardo del Imperio colonial británico? Sin embargo, en estos otros países se dio de manera menor acelerada, menos histérica, por decirlo así. Así que quizás yo no hablaría de «camino especial» de manera tan radical. Sí que creo, y esto se que va a despertar extrañeza, que los alemanes no son una nación europea, como podría serlo España, Francia, Italia, Austria y otros muchos que me dejo. Y creo que, como sostenía Erich Fromm, incluso este «desvío» no europeo puede rastreare en la Reforma protestante. Eso no quita que durante dos siglos, la cultura alemana fuera de lo mejor de Europa, especialmente en el campo de las ciencias.
    Y como no, puestos a aprender de los tremendos errores que se cometieron en el pasado, Alemania ha demostrado que es capaz de aprender mucho más rápido que sus vecinos, y por eso son (los alemanes, más que Alemania) un lugar que admiro, especialmente Berlín (Munich siempre me ha parecido un muermo).

  5. Hola José Ignacio,

    Efectivamente las 4 obras que citas son faros, cada uno en su materia del estudio del Holocausto. Hilberg o la visión de los perpetradores, Friedlander y la visión de las víctimas, Kershaw y la barroca biografía de Longerich. No soy un especialista en la materia por la cual me preguntas. No he leido ninguno de los libros que citas, a pesar de los tengo todos, los cuales pueden dar respuestas más claras a esa pregunta. Pero tratando de responder a tu pregunta, estoy en la creencia de que esa relación causa-efecto no es lo que piensan actualmente los historiadores. Lo que es no óbice para estar de acuerdo, como estoy en esto que dice Michael Wildt, en las conclusiones de su libro “An uncompromising Generation”, libro que por cierto es de los mejores ensayos que he leido en mi vida:

    “Dificultades, cuellos de botella, obstáculos, nada de esto llevó a renunciar ni incluso a posponer los objetivos del RSHA hasta después de la guerra. Al contrario, el fallo de un plan provocaba una solución incluso más radical. ..La ideología exigía una práctica específica, y cuando esta práctica se encontraba atrapada entre sus propias contradicciones, los perpetradores no revisaban sus asunciones ideológicas, sino que radicalizaban sus prácticas. La disolución de los límites como rasgo característico del RSHA incluye no sólo la expansión del territorio y la inmensa expansión de los oponentes, también la radicalización de las prácticas que llevaron de la persecución y expulsión al exterminio”.

    Hasta hace poco los especialistas han discutido sobre si los Einsatzgruppen antes de Barbarroja tenían ya la orden de asesinar a todos los judíos. Las respuesta actual es que no. Esta tesis, entre otros, la defiende Alex J. Kay Exploitation, Ressetlement, Mass Muder: Political and Economic Planning for German Occupation Policy in the Soviet Union 1940-1941.

    Hace dos años participé (aportando datos sacados fundamentalmente del libro de citado de Wildt) en una discusión en el forosegundaguerra sobre este motivo en particular, la matanza de los judíos soviéticos:
    http://forosegundaguerra.com/viewtopic.php?f=68&t=12356&p=155121#p155121

    Resumo la parte que trata de dar respuesta a lo que me preguntas Jose Ignacio, que no es sacada de una intervención mía, sino del forero José Luis:

    ¿Cuándo se pasa de matar sólo a “ciertos judíos soviéticos” a matar a “todos los judíos soviéticos”? Alex J. Kay trata de dar con la respuesta citando a tres historiadores que ya se la han hecho:

    1. Longerich en su The Unwritten Order donde coloca el motivo de ese cambio en un intento de Himmler de ampliar por propia iniciativa la autoridad y jurisdicción que ya poseía en los territorios soviéticos ocupados. Kay razona que esto es perfectamente posible, pero, sin embargo, casi con toda seguridad el paso de Himmler habría requerido previamente del consentimiento de Hitler. La pregunta (¿por qué Hitler dio este paso?) permanece en Longerich sin respuesta.

    2. Según Browning, los éxitos militares en la campaña militar a mediados de julio convencieron a Hitler de que la URSS estaba casi acabada, por lo que, embargado por un sentimiento de “euforia de victoria”, dio instrucciones para acelerar la matanza o “limpieza racial” en preparación para una colonización final del Este. Pero Kay dice que aunque esta teoría parece a primera vista plausible, no está bajo ningún concepto claro que Hitler y su círculo íntimo estuvieran a esas alturas en un estado de “euforia de victoria”.

    3. Kay cita, finalmente, la explicación dada por un tercer historiador, Ludolf Herbst (Das Nationalsozialistische Deutschland), quien en su obra citada concluye que el liderazgo nazi expandió el alcance de la matanza porque, efectivamente, podía. Las experiencias de las primeras semanas de la campaña demostraron a quienes estaban al mando de las tareas criminales que se encontraron con poca oposición, bien de la población nativa no-judía, o bien, más importante, de la Wehrmacht. Esta explicación vendría a significar que el liderazgo nazi contempló antes de la invasión la intención de eliminar a toda la judería soviética, pero se abstuvo de dar orden alguna a tal fin por su propia incertidumbre con respecto a la viabilidad práctica de esa idea. Pero una vez que comprobaron, tras las primeras semanas de asesinatos, la viabilidad de los mismos, entonces decidieron llevarla a la práctica ordenando el asesinato masivo de todos los judíos soviéticos.

  6. Ok, Leiva. Furet me ha pillado fuera de juego.

    Bueno, cuando puedas te explayas un poco más en eso de que Alemania no es Europa. Por cierto, ¿has leido la obra de Wehler?

  7. En cuanto al asunto especifico del exterminio relacionado con Barbarroja, yo olvidaría cualquier iniciativa particular que no contara con la autorización específica de Hitler. El antisemitismo de Hitler -como su concienciación política- es posterior a 1918, y nunca ha quedado muy claro si era capaz de discernir, en su retórica siempre favorable a las hipérboles, entre los rusos, los polacos, los judíos, los cartagineses o demás.
    Esto me recuerda lo que Guillermo II escribió en el margen en el informe del embajador austro-húngaro en Berlín cuando éste se mostró partidario de llegar a un acuerdo con los serbios a propósito del ultimátum enviado por los halcones de Viena (y refrendado por Berlín) después del atentado de Sarajevo. Cualquier persona cabal sabía que era la mayor bajada de pantalones que se le había propuesto a un país soberano en años (luego vinieron más de estas bajadas, por eso somos hijos todos de aquel julio de 1914) y así lo hacía saber el embajador austro-húngaro. Guillermo II escribió que eso era lo que se merecía «un atajo de ladrones y bandidos como aquellos». Cuando el embajador indicaba que Rusia no se cruzaría de brazos y eso probablemente llevaría a la guerra, Guillermo anotó «pues entonces los rusos no son mejores». Todo esto me indica que las cosas venían de muy lejos y que ceñir el problema al RSHA es olvidar el corazón del asunto: los judíos eran piojos y había que desinfectar cuanto antes. Cualquier persona que vive en las favelas brasileñas o en las chabolas de DF sabe a qué me estoy refiriendo.
    La matanza en la URSS es consecuencia de las medidas anteriores tomadas en todo el territorio controlado por los alemanes. No hay que olvidar que se había aprobado el asesinato de deficientes mentales en Alemania el mismo día 1 de septiembre de 1939 (Joachim Fest), o de la clase intelectual polaca (animalada que compartían con los verdugos de la NKVD) de manera que esta gente no estaba por disquisiciones burocráticas o filosóficas; simplemente pasaron de una cosa a otra cuando se les ordenó por Hitler. Técnicamente, yo creo que está acertado Ludolf Herbst con la reserva que se tenía al comienzo y que, cuando vieron la poca oposición que tenía la matanza (Rusia siempre había sido un paraiso antisemita), la siguieron con toda naturalidad. La Wehrmacht se entregó con verdadero entusiasmo. Ni siquiera Jünger, maestro del disimulo, puede llegar a ocultar la colaboración del estado mayor en estas cosas, ni siquiera en su versión expurgada de sus diarios.
    En cuanto a lo de Alemania nación no europea, buf, más después de la publicidad.

  8. Otro componente en esa «Anatomía del Tercer Reich» (muy importante) que no hay que olvidar: es el religioso [ (von Papen, cardenales, obispos, etc.) no sé que nos dirá el autor]. La Cristiandad es muy culpable (Pio XII, etc.). El Holocausto si se produjo es porque miembros prominentes de la Cristiandad y el pueblo en general calló y apoyó el regimen (dentro y fuera de Alemania). Hay ejemplos, obras, una de ellas la tenemos aquí. La obra de Judenhass (un cómic) sin grandes prentensiones sino todo lo contrario, nos muestra claramente que el odio al judío en Alemania (Europa en su extensión) viene de lejos. Un problema ancestral mucho más allá del antisemitismo (término del siglo XIX), de hecho en alemán hay una expresión muy antigua: «judenhass». Lo que pasó en la Alemania nazi y como derivó y llevó a unos hechos atroces e inhumanos (que todos conocemos) parte de ello viene de lo -religioso-. El que niegue eso, y se centre sólo y exclusivamente en lo político: miente.

  9. Con la frase que he transcrito del RSHA no quería fijar ahí el origen de la Solución Final. Lo que sí quería mostrar es el ambiente dominante por entonces. Y ya sabemos que (dejando de lado enfoques estructuralistas o intencionalistas) el ambiente, la sociedad, el «aire que se respira» hace su parte.
    Más bien coincido con el tercer punto, efectivamente, Leiva, el que razona Ludolf Herbst.

    JF, no estoy puesto en el tema de la Iglesia, pero afirmar que el Holocausto se produjo porque la Iglesia calló, me parece que es dar más responsabilidad de la que tiene a la Iglesia.

    Por cierto, hay que ver con la manía de Kershaw en saber cuándo nace el antisemitismo en Hitler, si antes o después de la Gran Guerra, o en los años 20…. Yo lo veo absolutamente un problema irresoluble.

  10. Cada día tengo más ganas de leer el libro de Álvaro Lozano, muy buena reseña y excelentes los comentarios que le siguen.

    Por supuesto, las matanzas en la URSS no dejan de ser una consecuencia de la manera de “hacer política” de los nacionalsocialistas con Hitler a la cabeza, pero cuando hablamos de la Solución Final estamos ya hablando de una política exclusiva de aniquilación indiscriminada, ahora ya no existían medias tintas ni excepciones: todo aquel Judío que fuese detenido acabaría siendo exterminado. Todo esto se fue gestando desde las primeras medidas antisemitas de los nazis en Alemania hasta las iniciales matanzas de Judíos y polacos en septiembre de 1939, pero no fue hasta Barbarroja cuando se abrió un amplio abanico de posibilidades de poder llevar a la práctica algo que siempre rondó en el imaginario nazi: la destrucción del judaísmo como raza.

    Hay un libro muy bueno, creo que solamente está publicado en alemán y en francés, «LES EINSATZGRUPPEN. Les groupes d’intervention et la «genèse de la solution finale».
    Autor: Ralf Ogorreck, donde se llega a la conclusión de que no fue hasta agosto de 1941 cuando se decide por “orden del Führer”la aniquilación de los Judíos.

    Un saludo.

  11. Isidoro, perdona, pero no te confundas con mi comentario (mi intención no es «satanizar» a nadie en particular) va enfocado a la Cristiandad -no a una Iglesia- (sé muy bien a cual te refieres). Y sí, ya que hablas de iglesias, una de ella muy prominente también calló. Tanto protestantes como católicos (no individuos en particular) en general fueron responsables del Tercer Reich y del Holocausto y eso es un hecho que hay que reconocer y denunciar con la misma Historia.
    En el libro «Satan in Top Hat, Tibor Koeves nos dice muchas cosas, una de ella es:
    «El concordato fue una gran victoria para Hitler. Le dio el primer apoyo moral que había recibido del mundo, y de la fuente más ensalzada».
    El concordato requeria que el Vaticano dejara de apoyar al Partido Central Católico, y así aprobaba el «estado totalitario» de un solo partido de Hitler. El 20 de julio de 1933 se firmaría en Roma el concordato entre la Alemania nazi y el Vaticano, von Papen firmaría el documento como representante de Hitler y Pacelli (después Pio XII) del Vaticano… Bueno hay mucho más, otros autores, y nunca mejor dicho: la polémica esta servida (mi intención no es polemizar), pero lo que esta claro que una «anatomía» tiene que ser completa y como digo el factor religioso también es «culpable» de esta historia.

  12. Buena reseña sobre intrigantes temas que parece bien expuesto; gracias Isidoro.
    A mí se me escapan toda estos asuntos y autores pero he ojeado en algún sitio no hace mucho que un autor pone en duda el concepto étnico de judío en lo referente a Europa, sostiene que en la Edad Media numerosos «pueblos» no semitas de Europea del Este abrazaron el judaísmo como religión; creo recordar que los kázaros, entre otros; de ahí la abundancia de judíos por esas tierras.
    ¿Sabéis algo del asunto?

    Leiva; ¿en qué sentido Alemania no es Europa?

    Saludos

  13. Hola a todos.Estoy terminando de leer el libro y ojala tuviera 1000 páginas más y profundizara en todos los temas que toca con brillantez y claridad aunque de forma breve por el formato. Si duda es un libro didáctico y recomendable a aquellos interesados en el nazismo y el Holocausto, auqnue no lo calificaría de ligero ni aprtopara todos los públicos.
    Lo compañeros ya han mencionado varios temas y desde luego la reseña de Isidoro es inmejorable. Desde luego a mi el libro me parece soberbio en su planteamiento y abre el tema para que se profundice. El hecho de poner en un solo contexto la información super resumida de la historiografía del nazismo y del Holocausto me parece muy interesante. Se mencionan libros , en inglés algunos, pero otros en castellano, para continuar profundizando. Y si bien es cierto que los estudios más importantes están en inglés y sin traducir todos ellos, otros si que se pueden encontrar. En Crítica hay varios de ellos, en Paidos y en algún otro sitio. Lo de Godhagen, Browning, Gotz Aly, Kershaw, Friedlander se puede adquirir aquí. Y que decir del soberbio libro de Peter Frizsche Vida y muerte en el Tercer Reich , en Crítica, o el de Wette en la misma editorial. Cosas hay para leer sobre estos temas.
    Ya había leido cosas de Lozano y que he comentado aquí, su libro de la Operacón barbarroja y el de Kursk me parecieron brillantes, con unas introducciones magníficas en su síntesis y claridad. Y ya tengo 2 libros más del autor, La Alemania nazi y El Holocausto y la cultura de masas.
    Indicar que es inexplicable un índice, y que en próximas reediciones se debería incluir.
    Por lo demás la reseña de Isidoro está a la altura del libro.
    Un saludo

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