«Cada segundo que pasáis en el aire hay alguien intentando mataros. Si lo hace de forma adecuada ni siquiera os enteraéis. Tenéis que buscar a ese enemigo por que siempre está ahí. ¡Sois asesinos a la caza de asesinos!».
Cualquiera diría que este extracto de conversación desde luego no pertenece a una novela ambientada en la guerra aérea de la primera guerra mundial, esa guerra de duelos aéreos, llena de caballerosidad y héroes. El desastre de la primera guerra mundial, una guerra encasquillada durante años en las trincheras triturando miles y miles de vidas en cargas sin sentido, generó la necesidad de crear leyendas, de crear héroes y de dar algo de esperanza a un pueblo cansado de perder generaciones enteras en el barro. Les tocó dicho «honor» a los pilotos de ambos bandos, tanto a los aliados como a los alemanes. Sigue leyendo