«Verdún fue el bastión inexpugnable que se opuso a la riada alemana en el 14, inexpugnable incluso cuando los ejércitos del Kaiser se hallaban ya a muy poco de París. Desde entonces, Verdún, estático, como un perro de presa que gruñe a los rateros y los mantiene a distancia sólo con su actitud amenazadora, siguió conteniendo el empuje alemán sobre aquel semicírculo que se alzaba ante él al norte y al este. ¿Sería algún nuevo invento estratégico atacar en el punto más fuerte?. Todos los oficiales, incluso los que se reservaban su opinión, preveían pérdidas enormes, una verdadera sangría»
Esta es una simple y rápida descripición que hace el autor en un pasaje del libro sobre el concepto de Verdún. Más que un lugar geográfico era un concepto psicológico, un emblema, un bastión, para unos y para otros. Este símbolo marcó la guerra y dió lugar a una batalla sin precedentes tanto en lo material como en las pérdidas humanas. Sigue leyendo