1914: de la paz a la guerra, Margareth MacMillan

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Dentro de la reciente bibliografía publicada en castellano sobre la PGM el año pasado y éste del centenario se van consolidando algunos libros como clásico del tema. Sonámbulos de Christopher Clark o este de MacMillan son ejemplos de esta bibliografía renovada y de calidad.

Tanto el libro de Clark como éste de MacMillan como el ya añejo de Barbara Tuchman, Los cañones de agosto, intentan explicar la gran pregunta ¿porqué en 1914?¿porqué tras el asesinato de Francisco Fernando en Sarajevo y no en otro momento?¿Quien o qué país fueron culpables máximos de la guerra?

El extenso libro de MacMillan comienza con una serie de capítulos en los que se describen la vida cotidiana de la época prebélica, las relaciones internacionales y las alianzas estratégicas entre las grandes potencias europeas de la época.
Las grandes naciones que marcaban el día a día del mundo en 1914 eran: Inglaterra, Francia, Alemania, Austria-Hungría y Rusia. Luego habían países menores como Italia, Serbia, Turquía, Bélgica, Grecia, Rumania o Bulgaría que jugaron un papel secundario en el desarrollo de los hechos y en la propia guerra. Inglaterra era la capital financiera del mundo y tenía la mejor armada porque estaba destinada a proteger una economía basada en el comercio intraimperial; tenía contenciosos históricos con Rusia, Francia, protegía a Italia o a Turquía y su política estratégica era buscar el equilibrio en Europa y tener controlados los puertos del Canal de la Mancha de Bélgica y Holanda. Francia tenía contenciosos con Alemania y con Inglaterrra pero buscaba la alianza con Rusia porque se sabía más débil militar y demográficamente que Alemania. Alemania tenía contenciosos con Francia y deseaba mejorar su estatus colonial para tener un imperio global al estilo de Francia o Inglaterra; este deseo imperial le hizo desarrollar una marina de guerra que alejó a Inglaterra de su esfera de influencia y que llevó a esta última a aliarse con Francia (y Rusia). Austria era aliada de Alemania y tenía como enemigos históricos a Italia, Serbia y Turquía con los que lindaba. Rusia competía con Austria por la influencia en los Balcanes y por aprehender los despojos de Turquía que dominaba la salida hacia el Mediterráneo y el Canal de Suez desde el Mar Negro.

MacMillan establece la relación sincrónica con la relación diacrónica de estas relaciones internaciones. Una diacronía que establece dos alianzas consolidadas y opuestas entre sí ya en 1914: la Entente Cordiale formada por Francia, Rusia e Inglaterra contra los Imperios Centrales compuestos por Alemania, Austria-Hungría e Italia. Estas dos alianzas se van construyendo y se van consolidando a lo largo de varios conflictos regionales que tienen lugar en la Europa de la Belle Epoque: Marruecos, las campañas imperiales de Italia en el Norte de Africa, Marruecos, la anexión de Bosnia y las dos guerras balcánicas que destrozan a Turquía/ Bulgaria y elevan a categoría de potencia regional a Serbia.

Todos estos conflictos crean alianzas, resentimientos, doctrinas nacionalistas y una teoría que afirmaba que una guerra rápida era, en ocasiones, la mejor manera de resolver un conflicto. El libro de MacMillan describe no solo los hechos políticos o militares sino la cosmovisión intelectual que dominaba a los europeos de la época: el nacionalismo, el pacifismo, el socialismo, el imperialismo, el honor, el militarismo y demás ideas que llevaron a pensar que una guerra rápida no era una mala solución como habían demostrado los alemanes en 1866 contra Austria-Hungría o en 1870 contra Francia. El miedo a la revolución internacionalista también hacía ver a las élites que una buena dosis de nacionalismo interclasista vendría bien al propio país de turno.

La última parte del libro desde el asesinato de Francisco Fernando el 28 de junio de 1914 hasta la declaración de guerra de Austria-Hungría a Serbia por este asesinato el 28 de julio de 1914. Primero fueron Austria-Hungría y Serbia, luego Rusia y Alemania para, finalmente, unirse Francia, Bélgica y Gran Bretaña.

¿Hay un único culpable?¿quien es mas culpable?¿porque no se resolvió como otras crisis anteriores o se limitó su alcance a nivel regional?

Lean el libro, vale la pena.

Y luego lean el del Asesinato del Orient Express de Agatha Christie.

DATOS DEL LIBRO

  • Nº de páginas: 864 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editoral: TURNER
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788415832089

7 comentarios en “1914: de la paz a la guerra, Margareth MacMillan

  1. Estoy en plena lectura de este libro. Alcanzando los dos tercios de su extensión, creo que la reseña refleja muy bien tanto su contenido como su enfoque. Ciertamente, es un trabajo espléndido el que hace Margaret MacMillan en orden a desenrollar la madeja de circunstancias que condujeron a la guerra; trabajo presidido siempre por la idea de que su estallido debió menos a las (presuntas) fatalidades que a la imprevisión, la irresponsabilidad y la estrechez de miras de los líderes políticos y militares de la época. Me han gustado mucho los capítulos relativos a lo que en la reseña se alude como la cosmovisión intelectual dominante por entonces. Se agradece la provechosa lectura que ha hecho la autora de libros tan excelentes como “La torre del orgullo”, de Barbara Tuchman, y “Años de vértigo”, de Philip Blom.

    Suscribo lo dicho por Vicent: es un libro que vale la pena.

  2. Siento disentir. El libro no me gustó nada. Comparado con el de Clark, que le da la vuelta a la tortilla a muchas cosas, el de MacMillan solo un resumen de lo que ya se sabe y resabe. Claro que comparado con las obviedades un poco prejuicios de Barbara Tuchman, cualquier cosa es gloria.
    Es una pena que aprovechando el centenario no se hayan traducido obras más esenciales y más académicas, como las de Annika Mombauer sobre Moltke, Fischer (que causó gran revuelo en Alemania… en los años 1960) y otros.

  3. Barbara Tuchman era tan dueña del arte de narrar Historia, manejaba con tanta soltura las técnicas y recursos de este arte, que hacía que escribir libros como “Los cañones de agosto” y “La torre del orgullo” pareciese la cosa más sencilla del mundo. Por supuesto, pocos se le equiparan en semejante maestría.

    Sobre el tramo final de “1914”, no me queda sino reafirmar lo dicho: el libro es una estupenda panorámica del camino hacia la guerra, plasmada con garbo y con estilo. Una gozada de lectura.

  4. Por supuesto, Leiva, no estoy de acuerdo contigo aunque el concepto de «sonámbulos» para referirse a los políticos/militares/ciudadanos de la época que utiliza Clark esta consiguiendo adeptos porque es una imagen muy sugerente.
    Me parece que no eres justo con McMillan ya que para libros de tópicos manidos tenemos los de Eslava Galán o los de Jesús Hernández. McMillan no juega en esa división.

  5. No, claro, McMillan es mucho mejor que estos autores que mencionas, por supuesto. Yo mismo reseñé el de la conferencia de Versalles que publicó Tusquets hace tiempo. Pero este de 1914 no añade nada nuevo al estudio de la crisis, absolutamente nada. Y Barbara Tuchman, efectivamente, escribía muy bien, pero sus libros se han quedado anticuados, además de manejar fuentes que son en muchos casos sesgadas, manipuladas y parciales. Creedme, se de lo que hablo. Es buena literatura de entretenimiento (a mí me encanta leer cosas así), pero hay estudios serios sobre el periodo.
    En cuanto a Clark, el libro presenta nuevas tesis sobre el estallido del conflicto. No va tan allá como Fischer en su radicalidad pero, en el sentido contrario, hace notar que tanto Serbia como Francia y Rusia tuvieron tanta o más responsabilidad en el estallido de la guerra como Austria-Hungría o Alemania. La postura adoptada por Gran Bretaña también es desenmascarada. En cambio McMillan continúa erre que erre con los mismos tópicos de siempre. Precisamente el título de «Sonámbulos» es lo que despista un poco.

    Saludos

  6. Pues ya es raro, Clark publicó su libro en 2012, y además Macmillan lo cita en la bibliografía. Supongo que la postura de Clark le resultaría muy novedosa y no quiso pillarse los dedos e ir a lo comúnmente aceptado. Yo tengo sólo el de Macmillan (lo vi en ebay UK a 12 eurelianos total nuevo, como para dejarlo escapar)así que cuando me pille el de Clark me leeré los dos a la vez. Seguramente resulte una lectura orgasmática,

    Saludos

  7. En mi opinión esta obra está enfocada de un modo muy diferente al escrito por Christopher Clark( Sonambulos), creo que aquí hay un estudio más transversal, es decir, hay una visión más amplia de los diferentes elementos que influenciaron en el estallido de la Primera Guerra Mundial. No quiero decir con esto que me parezca mejor libro que el de Clark, creo que ambos son compatibles y que estos dos trabajos son más que suficientes para hacerse una idea preclara de lo que pasó en esos primeros años del siglo XX.

    Queda medianamente patente que las cosas se podían haberse desarrollado de otra manera, las numerosas crisis anteriores de preguerra se pudieron solventar porque hubo voluntad para ello, los líderes políticos y las Monarquías implicadas decidieron, y me gustaría remarcar este último termino, que no se utilizase la guerra como medio para solucionar los conflictos. No sucedió así aquel verano de 1914 y, como en cascada, todos se vieron arrastrados hacia un combate que dejaría el continente europeo arrasado. Después de acabar esta obra no me queda duda de lo peligroso que puede ser para la sociedad un liderazgo político inconsciente, esos hombres que piensan que ellos son la encarnación del país y sin medir las consecuencias empujan a sus pueblos al conflicto permanente. En 1914 se pagó caro tal actitud.

    Este libro es de esos que dejan huella. Recomendable al máximo.

    Saludos.

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