Los Templarios, Miguel Gómez

Una completa introducción a los legendarios monjes guerreros

 

Ser caballero templario exigía entre otras muchas cosas unos claros compromisos o votos en el ámbito militar. Estos eran: luchar por la defensa de los Santos Lugares, renunciar al rescate si eran capturados, no rehuir nunca la batalla, no dar cuartel ni pedir rescate por los infieles, defender a cualquier cristiano atacado por musulmanes.

 

El núcleo de su poder militar lo constituía “el regimiento» de caballería compuesto de  hasta trescientos jinetes de caballería pesada, armados con lanzas y respaldados por todo el personal adicional y el apoyo logístico necesario para una fuerza de tales características.

(Junto a los Hermanos caballeros -nobles-  estaban los hermanos sargentos -plebeyos-, turcoples, escuderos, infantería e impedimenta.)

 

(…) La milicia templaria, jerarquizada y excelentemente disciplinada, se colocaba por estas mismas características por encima de la media de los ejércitos contemporáneos, formados por caballeros nobles, orgullosos y levantiscos, poco acostumbrados a recibir ordenes y acatarlas.

 

Pues con este estilo claro  y ameno, nada academicista, se nos ofrece una agradable aproximación al maltratado y tergiversado mundo de la Orden del Temple, incidiendo sobre manera en su faceta militar. Se nos perfila en esta atractiva y breve obra el ascenso meteórico y la gradual decadencia de “los hermanos pobres”. Eso sí, rehuyendo todo lo posible los aspectos esotéricos pues hay “abundantes datos objetivos e históricos”.

El Temple se puede definir como la primera orden militar y como el paradigma y la culminación del concepto caballeresco medieval. Buscaban conjugar un servicio a Dios espiritual y terrenal, combinando la vida monacal con el ejercicio de las armas. San Bernardo de Claraval, monje cisterciense, dará el soporte teórico a esta contradicción; matando a los enemigos de Cristo, recuperando el Santo Sepulcro y protegiendo a otros cristianos se sirve también a Dios. Hoy no sé si colaría tal argumentación, pero en la Edad Media, s. XII, sí lo hizo y con mucho éxito.

La relajación en las costumbres, la molicie, la riqueza y la falta de espiritualidad encontraban un buen antídoto en el Temple. Lo cual se hacía muy atractivo para la nobleza europea occidental que redimía así sus penas y remordimientos.

Junto a lo mencionado, a lo largo del librillo se verá con levedad el contexto histórico, la fundación y los primeros momentos, la organización, el armamento y el equipo templario, sus fortalezas, la guerra, tácticas y formaciones, enemigos, economía, otras órdenes y el trágico fin de estos poderosos y ambiciosos frailes.

Y como muy destacable hay que señalar el magnífico aparato gráfico con catorce estupendas ilustraciones, de las cuales siete son dobles –admirables las láminas de la organización templaria y el despliegue de un escuadrón al completo- y cuyos autores son Solé y Amo –lástima que no se prodiguen más-. Miguel Gómez escribió esta joyita allá por el año 2004.

Los templarios forma parte de un proyecto de la prestigiosa firma de miniaturistas Andrea en su sección Press que titulan Historical Warriors/ Guerreros históricos; tras publicar cinco números parece que lamentablemente la iniciativa está “estancada”, al menos en España, ya que parece que existe una secuela alemana. Pero quiero dejar algo muy claro, nada tiene que envidiar, pero nada, este ejemplar a las series Warrior o Elite de Osprey.

Monografia histórica dedicada a las Ordenes Militares de caballeria, 2004 Andrea Press
Encuadernado en rustica
52 paginas a color
26 x 19 cm
Uniformes, armas, tácticas, batallas con numerosas ilustraciones a todo color.

3 comentarios en “Los Templarios, Miguel Gómez

  1. Parece interesante. Pero tampoco tiene que olvidarse que, con su fanatismo antes de la Tercera Cruzada y sus constantes disputas con los Hospitalarios en el siglo XIII, los Templarios tuvieron mucho que ver con la caída del Reino de Jerusalén.

  2. Andrea Press tiene buenos monográficos, mezclan los temas históricos con lo suyo que son las miniauturas y maquetas. Yo tengo el de Das Boot y es una pasada.

  3. Sí, tienes razón, Roger, los templarios eran ambiciosos y les atraía manipular el poder político en beneficio propio y a veces disputaban sus diferencias con los hospitalarios o los teutónicos mediante las armas, aunque en la mayoría de las ocasiones fueron las unidades de choque, sobre todo en Ultramar, y sobre ellos recayó la defensa más desesperada de Tierra Santa.
    En Occidente hacían más vida monacal y productiva, salvo en la Península Ibérica, claro.

    Totalmente de acuerdo contigo, Javi, tienen monográficos buenísimos. Una lástima que no publiquen más, la calidad está demostrada.

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